El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

2 de diciembre de 2012

Revista Pesca Diciembre 2012

La edición de DICIEMBRE de la Revista Pesca se ha publicado en el siguiente enlace:

http://www.revistapescaperu.com/index.php/revistas-descargas/finish/5-2012/55-revista-pesca-diciembre-2012/0

http://issuu.com/revistapesca/docs/revista_pesca_diciembre_12?mode=window&backgroundColor=%23222222

Si no conocemos nuestro mar y nuestra pesca, nunca podremos defender nuestros intereses pesqueros como Sociedad Civil ni como Nación. Dejemos de vivir de espaldas al mar interesándonos en nuestra pesquería y sus problemas.


EN LA EDICION DE DICIEMBRE:

IMPACTO ECOSISTEMICO DE LAS PESQUERIAS EN PERU; EL CENTRO PARA LA SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL; ¿PORQUE EL PESCADO CONGELADO? LA SOBRECAPITALIZACION DEL SECTOR PESQUERO; ¿PROMOVER LA PESCA? SUSTENTABILIDAD: EL FUTURO DE UNA GENERACION; LA PESQUERIA Y EL CALLAO (FINAL); MALA PESCA: LA DEPREDACION PESQUERA EN CHILE; DESCONTROL DE BALANZAS = DEPREDACION; IMARPE AL GARETE; DE ANCHOVETAS Y PIRATAS; LA PESCA DE PAREJAS DE BOU; EL PAPEL DE LA HARINA Y ACEITE EN LA ACUICULTURA; LOS PECES SE HACEN CADA VEZ MAS PEQUEÑOS

11 de noviembre de 2012

El estado de la pesquería en Perú


Durante las décadas en las cuales la industria pesquera, en especial la anchovetera, se ha manejado con privilegios, se generaron las condiciones de un lucrativo negocio que atrajo a mucha gente. La cantidad de dinero que mueve el negocio es tan grande y rentable, que la corrupción y  presión para mantener ese estatus es tremenda.

            La industria pesquera debe exhibir en forma transparente cuánto empleo genera y de qué calidad. Cuántos empleados están dentro de regímenes laborales legales y están siendo pagados con todos los beneficios que manda la ley, y cuántos están fuera de la formalidad y/o subempleados. La autoridad de Trabajo debería exhibir cuáles son los salarios que ganan, si cobran horas extras, gratificaciones y CTS, tanto los tripulantes, como el personal de tierra y los que laboran en la industria exportadora. Estas cifras mostrarían una verdad que podría ser sorprendente ya que no es suficiente lanzar cifras al aire que nadie puede verificar; pero que la prensa difunde.

            Se llega a esta situación gracias a una ley promotora y estimuladora de la extracción pesquera que durante años incentivó el desarrollo de cada vez mayor esfuerzo pesquero. Poco a poco el negocio se volvió tan lucrativo, que todos quieren ingresar al mismo y rechazan y rechazarán cualquier intento de cambio.

            Una razón, aunque no la única, de lo rentable y lucrativo que constituye exportar productos pesqueros o sus derivados, es  que los peces que se capturan son gratis para los “artesanales”, (algunos de los cuales no califican como tales), dado que no pagan derechos de pesca;  y demasiado baratos para la pesca industrial que sí paga derechos de pesca.

            El Estado está intentando corregir los efectos, más no la causa. El origen radica en una ley promotora que debiera modificarse despojándola de todo espíritu promotor, en beneficio de la sostenibilidad. Hoy no existe la misma cantidad de peces que hace 20 años. No se necesita un informe científico para ello: todos los que realizan esfuerzo pesquero lo saben. Cada vez hay menos peces, y cada vez son más caros para el pueblo peruano. Por tanto no es posible admitir más pescadores porque cada nuevo que ingresa le quita ingresos al pescador que ya existe. La capacidad extractiva actual de la flota necesita reducirse.

            Los peces deben tener un precio. Un justiprecio que permita que la Nación cobre por cada kilogramo que se extrae de su dominio marítimo, que entre otros, tenga un efecto disuasivo de seguir invirtiendo como hoy.

            Todos quienes capturen peces para la industria exportadora deben pagar un valor real por lo que capturan, siendo las plantas procesadoras las que se encarguen de la recaudación actuando como agentes de retención de cada armador, a quienes descontarán dicho impuesto o regalía de su precio. Facilita el control y la cobranza y los cálculos se harían en función del producto terminado, deduciendo la cantidad de materia prima empleado basados en el ratio de conversión de la misma. Esta acción compete a la Autoridad Tributaria en coordinación con la Autoridad de Pesquería.

Debe introducirse a la ecuación pesquera un nuevo y justo tributo o una regalía.

EL CONCEPTO

Actualmente ocurre como si cada uno de nosotros tuviese una parcela llena de animales, patos por ejemplo, que son propiedad de cada uno. Ocurre que el sistema permite a cualquiera  venir a capturarlos para hacer negocio con ellos, pagándonos en proporción a la utilidad que reciban del negocio. Si ganan poco pagan poco, si no ganan no nos pagan. Injusto porque su eficiencia debe ser independiente del pago por cazar animales de nuestra propiedad.

Puede ocurrir lo siguiente:

1.     Una persona se lleva diez patos, hace negocio con ellos y obtiene como utilidad bruta 1,000 soles. No nos paga nada por llevárselos, sino solamente el impuesto a la renta por la utilidad que obtiene, que es el 30% de la misma. O sea que paga 300 soles.

2.     Otra persona se lleva también diez patos, hace negocio con ellos y pierde en el negocio, o sea que declara que no obtuvo utilidades. Por tanto no paga impuesto a la renta porque el 30% de nada, es nada.

3.     Una tercera persona paga un sol por cada pato que se lleva, hace negocio con ellos y obtiene una utilidad de 500 soles porque declara que tiene muchos gastos y por tanto su utilidad es baja. Paga 30% de esos 500 soles, o sea 150 como impuesto a la renta más 10 soles por el derecho a llevárselos. Pagará en total 160 soles.

Ninguno de ellos se preocupa por alimentarlos, limpiar el área donde habitan ni les interesa cuidar que se reproduzcan para que no se acaben. Sencillamente se los llevan.

El dueño de los patos tiene que soportar que ensucien su parcela, entren a la hora que quieran y cuando pretende imponer una cuota máxima de la cantidad de patos que pueden sacarse y cobrar lo justo, todos aquellos que sacan patos de esa propiedad lo agreden, le tiran piedras y le impiden movilizarse libremente.

La lógica indica que extraer esos patos tiene que tener un precio que compense al propietario y le deje un margen que le permita mantener libre de suciedad el área, y los gastos de cuidarlos, veterinario y otros. Eso es independiente de la utilidad que cada extractor obtenga. Al dueño de la parcela no le interesa si gana poco o mucho dinero por ser eficiente o  no, honesto o no. Le interesa que le paguen por cada pato un justiprecio, además de compartir ese 30% de su utilidad que constituye el impuesto a la renta como en todas partes.

Lo que ocurre actualmente es que algunos pescadores pagan derechos de pesca por la extracción, poco; pero otros no pagan nada. Unos pagan impuesto a la renta apropiado, otros pagan poco y otros no pagan nada.

El hecho es que el estatus del sector pesquero al día de hoy representa una situación de inmoralidad. Puede ser legal, pero no es moral ni aceptable. Más allá de los usos y abusos del sistema democrático y legal del país, la industria no paga lo que debe, contamina y pone en riesgo la supervivencia de la biomasa de recursos marinos. Pese a ello y para defender el negocio acude a los más diversos mecanismos para defender sus intereses directamente o a través de la manipulación de las personas que viven alrededor de este negocio, sea que estén bien o mal pagadas, formalizadas o no. Es aquí donde entra la sociedad civil que debe ser la primera línea de defensa de los intereses nacionales.

La situación es evidentemente injusta. Se ha creado una situación en la cual el Estado, como representante de todos los ciudadanos del país, se encuentra ante un negocio que no quiere regulación, se resiste a pagar con justicia y que a cada intento de poner orden en todo este sistema, enfrenta una reacción que consiste en tirarnos piedras o impedirnos caminar por la parcela cada vez que les restringimos el uso de nuestros animales.

Nuestros derechos, como ciudadanos y propietarios de los recursos naturales, no son inferiores a los que ellos creen tener. La pesca debe pagar un justiprecio y actuar sin afectar el medio ambiente ni poner en riesgo la sostenibilidad de los recursos que extrae.

20 de octubre de 2012

¿300 MILLONES QUE PERDERIA EL PERU EN LA PESCA?


Se dice que por efecto derivado del DS-05-2012-PRODUCE, que es una norma que intenta introducir orden en la pesquería del Perú, el país perdería 300 millones de dólares. La noticia ha sido difundida en casi todos los medios de comunicación.

Lo afirmado es correcto, salvo por un detalle que nadie ha mencionado: los 300 millones serían perdidos por la industria pesquera, mas no por el país. ¿cómo así?

Al final de esta nota se aprecia un cuadro con cifras que merece ser explicado para entender como la información puede convertirse en desinformación.

Según la información oficial publicada en el portal de la Sunat, en 2011 se exportaron  2,099,470,000 dólares en el rubro harina y aceite de pescado. En el mismo período se recaudó la suma de  48,609,566 dólares por concepto de impuesto a la renta de tercera categoría. Es decir una proporción del 2.32% en relación al valor exportado.

La cifra de 300 millones de dólares que supuestamente perdería el país,  es la que perdería la industria, mas no el país porque ese dinero pertenece al exportador. Lo que corresponde al país, basado en la estadística del 2011 es el 2.32% por impuesto a la renta, o sea  6,945,977 de dólares.

Se puede decir que el país también perdería la contribución por derechos de pesca.

El precio promedio de la harina en 2011 fue de  1,400 dólares por TM. Si se han exportado 2,099,470,000, significa que se fueron  214,286 TM de harina. (Aproximadamente porque en la cifra de exportación se incluye el aceite). Suponiendo que fue esa cantidad de toneladas de harina, estimando un rendimiento de 4.5 TM de anchoveta para hacer 1 TM de harina de pescado, se deduce que fueron necesarias  964,286 TM de anchoveta.

El derecho de pesca de anchoveta es el 0.25% del valor FOB, o sea 3.5 dólares por TM (0.25% de 1,400). Los derechos de pesca, en la suposición de que todos los armadores pagaron lo que corresponde, serían  3,375,000 dólares. Pero la mitad de esos derechos de pesca se convierten en ingreso del canon pesquero y la otra mitad queda en manos del Ministerio de la Producción. Nadie, ni siquiera la Ministra o el Viceministro pueden decir en qué se gastó el 50% de los derechos de pesca que recauda Produce y tampoco se informa en ninguna parte por dicho gasto. La Oficina General de Administración del PRODUCE tiene una tarea pendiente en el sentido de informar transparentemente al país quienes no han pagado derechos de pesca, cuánto ha dejado de recaudar y en qué gasta ese dinero.

Finalmente si sumamos el total de derechos de pesca más el impuesto a la renta, lo que el estado deja de percibir serían  10,320,977 dólares. Que no es lo mismo que sembrar en la opinión pública la idea de que el país se está perjudicando con 300 millones por culpa de una mala norma del Ministerio. Probablemente la misma sea imperfecta y puede mejorarse, pero en el fondo su espíritu es el correcto.

En el sur del país, región sobre la cual se dice que se produciría esta pérdida, operan 17 plantas de harina de pescado. El Ministerio de Trabajo debería informar qué cantidad de empleo directo generan esas plantas para poder precisar qué tan grave es el impacto sobre el empleo. En cuanto al empleo indirecto, cualquier cifra puede ser dicha y será tan relativa como el hecho de que no puede precisarse oficialmente con exactitud rigurosa.

En los siguientes links se han publicado dos informes referidos a lo que fue el Régimen especial de pesca en el sur del Perú, para mayor ilustración:



A cambio de esa “pérdida” para el país, la biomasa de anchoveta podría incrementar su volumen en beneficio de que haya mayor forraje o alimento para las otras especies que se alimentan de ella aumentando así la pesca de consumo humano directo. También se reduciría la contaminación del mar derivada del vertido de efluentes de las plantas y la contaminación atmosférica derivada de la emisión de gases.

El mito de que lo que no pesca el Perú lo pesca Chile, nada tiene que ver con la protección de la zona de afloramiento peruana, sobre la cual el Ministerio del Ambiente ha expresado la necesidad de declararla zona protegida en la última reunión del Convenio de la ONU sobre Diversidad Biológica (CDB), que concluyó hace pocos días en la India su undécima cumbre.

La industria se está defendiendo, legítimamente por cierto, de una norma que afecta a sus intereses. El Estado está defendiendo, también legítimamente, su derecho a legislar en beneficio de las mayorías, como la propia Ley se lo encomienda. Sin embargo el Estado esgrime una defensa tímida y omite en su análisis y exposición de motivos una serie de sustentos que le permitan rebatir con fuerza y contundencia los argumentos de la industria: Los expuestos anteriormente, entre otros, como exhibir el número preciso de organizaciones pesqueras total del país, en relación a la cantidad de afectados por una medida de ordenamiento, en la cual, como es obvio, no todos pueden quedar contentos.

Más allá de los argumentos, la industria se moviliza mediante huelgas, protestas y bloqueos de carretera, confiados en los antecedentes de debilidad del gobierno. En abril, la industria pesquera impuso sus reclamaciones por estos medios y las autoridades de entonces cedieron fácilmente.

Por otro lado el poder judicial y el Tribunal Constitucional, ¿fallarán a favor de la industria con la misma facilidad que en ocasiones anteriores? Es conocido el hecho de numerosos permisos de pesca otorgados judicialmente sin respetar criterios de ordenamiento. Ni mencionar criterios de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.

Finalmente, en esta guerra entre la industria y el Estado, el convidado de piedra es la sociedad civil, que permanece ajena, e indiferente a un problema que le atañe directamente por ser la propietaria de los recursos pesqueros y por el impacto que recibe el medio ambiente. Le corresponde también movilizarse en defensa de sus intereses.

Las poblaciones costeras que conviven con la industria pesquera soportan con estoicismo el impacto ambiental, porque como dicen en algunas zonas, el olor de la harina de pescado es olor de dinero. No se dan cuenta de que podrían ganar dinero sin tener que someterse a una calidad ambiental de vida nociva para la salud.

El Estado necesita de mayores iniciativas para impulsar el consumo de pescado en el mercado interno y de mejores formas de defender mediáticamente sus buenas intenciones.
 
 

17 de octubre de 2012

Incentivo perverso en la pesca


Las exportaciones pesqueras, además de no pagar IGV puesto que se restituye este tributo, son incentivadas con un drawback, que no es sino un estímulo a la exportación.

Lo cual es útil en términos de promoción. Sin embargo la autoridad correspondiente debería considerar si en lugar de incentivar y premiar la exportación de proteína, se reemplaza este incentivo por uno que estimule y premie la venta de productos pesqueros al mercado interno. No es igual exportar espárragos, que muy pocos comen en el país, que exportar pescado que sí todos comen o pueden comer.

La política sectorial de siempre, menciona el incremento del consumo de pescado como un objetivo. Más allá de una declaración lírica, lo real es que el pescado es caro, no existe un red de frío a nivel nacional, ni una infraestructura adecuada para comercialización que asegure la continuidad del abastecimiento, la inocuidad y preservación de estos productos, así como el incremento de su oferta.

La inversión privada es nula o pequeña en esta área porque para la industria es más sencillo y beneficioso exportar estos productos. Las cifras así lo confirman. El eliminar el drawback y reemplazarlo por otro tipo de estímulos para generar la inversión en infraestructura de frío y el incremento de la oferta de pescado y mariscos dentro del país resulta interesante.

La demanda nacional existe; pero es insatisfecha debido a los altos precios y a la ausencia de medios de distribución, almacenamiento y comercialización en el interior del país.

Los programas sociales no son una solución a largo plazo, como sí lo serían mecanismos de promoción que hagan atractiva la creación de empresas y pequeñas o micro empresas dedicadas a la comercialización interna de los recursos hidrobiológicos del país.

Existiendo necesidad y demanda de alimentos y de proteína, el Estado debe vender la idea de convertir este abastecimiento en un negocio, que además genere empleo, limitando su actuación a la capacitación en esta materia.

La exportación no debe analizarse solamente desde el punto de vista de la cantidad de divisas generadas, (que son del exportador y no del país), sino preguntar cuánto impuesto ha pagado, deducido el drawback y la devolución del IGV.

6 de octubre de 2012

Articulos contenidos en la Revista Pesca de Octubre

PESCA   PERUANA  :   PARA CERDOS  Y  GATOS  EXTRANJEROS
POR:  Andres Luna Neyra (ex dirigente sindical FETRAPEP).
Necesitamos acabar con la pesca negra, corrupción y las mafias organizadas, siendo insuficiente las 10 millas para los artesanales, URGE  dar las normas adecuadas para descontaminar las playas,  debemos acabar con la escasa e injusta TRIBUTACION de la oligarquía pesquera, debemos exigir justicia laboral y social para sus trabajadores, protagonistas de la riqueza pesquera, solucionando las pensiones y salarios de hambre de pesqueros y pescadores, debemos exigir que la pesquería participe sobremanera para acabar con el lastre de la DESNUTRICION CRONICA INFANTIL en costa sierra y selva con programas que aporten sus proteínas y vitaminas que se producen y dejen de exportar conservas para los gatos gordos de EUROPA…
 
LA PESQUERIA Y EL CALLAO (Parte 2)
Por Ing. José Ángel De La Cruz Sotomayor
EL CALLAO
Es una ciudad situada en el centro-oeste del Perú. Se ubica a orillas del Océano Pacífico al oeste de Lima, con la cual se encuentra conurbada. Según Felipe Huamán Poma de Ayala, Callao fue fundada antes que Lima. El Callao en la época virreinal fue el puerto principal del Perú y de la costa Occidental de la América Hispana. Hasta aquí llegaban los metales preciosos de las fabulosas minas Porco y Potosí. Bernabé Cobo escribió en 1630 que "este puerto es el centro de todo el Reino"…
 
Lea los artículos completos en la revista Pesca de Octubre, en los siguientes links:
 
 
 

3 de octubre de 2012

La sobrepesca

La sobrepesca ha provocado un cambio en los océanos mucho mayor que cualquier otro cambio causado por la contaminación. Los científicos advierten que en menos de 40 años los recursos naturales de los mares sufrirán un colapso total con consecuencias nefastas tanto para los ecosistemas como para los mil millones de personas que dependen del pescado como fuente de proteína….

Lea el artículo completo “La Sobrepesca” en la revista Pesca de Octubre.

12 de septiembre de 2012

Cifras estadisticas de la pesca en Peru


Tradicionalmente las cifras del sector pesquero, en lo concerniente a las exportaciones, son ampliamente difundidas por los medios de comunicación, induciéndose a la Sociedad Civil a creer que esto es bueno para el país. Lo es desde cierto punto de vista.

Para que el país pueda formarse una opinión propia sobre la trascendencia de estas exportaciones, es necesario que también se publique y difunda toda la información derivada de la exportación de productos hidrobiológicos: contribuciones por impuesto a la renta, por derechos de pesca y canon pesquero. Lamentablemente estas últimas carecen de la difusión debida. Este suplemento de la revista Pesca muestra en forma objetiva y numérica dicha información tomada de las fuentes oficiales: Sunat, Produce y MEF para que la estadística pesquera esté completa y permita mejorar la percepción de la Sociedad.

No existe, sin embargo, información oficial visible sobre la cantidad de empleos que genera la industria pesquera, la cual será siempre especulativa , aproximada y sesgada según quien la publique.

Los anuarios estadísticos del Ministerio de la Producción se publican con considerable retraso. Al 12 de setiembre del 2012 dicho ministerio aún no publica el anuario correspondiente al año 2011.

Las cifras de ventas al mercado interno carecen de publicación alguna con el mismo nivel de precisión que tienen las exportaciones.

El presupuesto asignado al Ministerio de la Producción y sus Organismos Públicos tampoco es merecedor de una debida atención por parte de los medios, por lo cual la Sociedad Civil no puede conocer el monto asignado y su correspondencia porcentual con las cifras de ventas del sector así como tampoco puede observar en qué se gasta ese dinero, que proyectos de inversión se realizan y cual es el nivel de eficiencia del gasto.

Pese a ser información accesible puesto que se publica bajo el concepto de Transparencia en el portal del MEF, los medios no le prestan la debida atención.

En conclusión: el país es parcialmente informado de las cifras sectoriales, produciéndose una inducción a creer que el solo hecho de exportar y crecer en las exportaciones es bueno y beneficioso. De hecho lo es para la industria; pero esas cifras parciales no muestran si existe un verdadero beneficio práctico para el país generado por la pesquería.

Un factor no cuantitativo a considerar, es la necesidad de proteína que tiene la población nacional en relación a la cantidad de proteína de origen hidrobiológico que se exporta. De alguna forma exportamos a otros países recursos alimenticios que son deficitarios en la alimentación nacional.

No se aprecia una compensación via tributos o derechos que se traslade a la población nacional en forma equitativa y justa, ni que se traduzcan en presupuestos de apoyo a programas sociales.

Las cifras pueden verse en el siguiente link:

6 de septiembre de 2012

Algunos temas sobre los oceanos


EL ÍNDICE DE SALUD OCEÁNICA Y NUESTRA RELACIÓN CON EL MAR
Con miles de años de desarrollo y riqueza basados en nuestros recursos pesqueros y teniendo el mar más productivo del planeta, podría esperarse que el Perú tuviera una mejor relación con el mar y sus recursos.
LOS OCÉANOS TROPICALES 'DIRIGEN' EL CAMBIO CLIMÁTICO
Un grupo de científicos del Instituto Marino de la Universidad de Plymouth y del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) determinó que las regiones tropicales de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico parecen “funcionar como un corazón” que acumula calor y luego bombea ráfagas de aguas cálidas.
Lea estos artículos en la revista Pesca de setiembre en el siguiente link:

30 de agosto de 2012

Una norma pesquera importante para el Perú

La pesquería peruana se ha centrado, desarrollado y regulado en los últimos años, en función de la industria harinera basada en la anchoveta. Analizada por volúmenes de extracción, la pesquería peruana califica desde entonces como monoespecífica.
 
Durante años se nos ha hecho creer y pensar en la pesquería peruana de un modo alejado de la realidad. Se nos hizo creer que éramos buenos porque exportamos mucha harina de pescado y se nos inculcó la creencia en muchos mitos más.            

Los volúmenes de recursos pesqueros naturales no aumentan a la par que crece la población vinculada a la extracción. Los recursos pesqueros no aumentan en función a la demanda.

 Las evidencias hacen presumir que el manejo de la extracción pesquera no garantiza la sostenibilidad de un sinnúmero de recursos importantes para la sociedad y para el equilibrio del ecosistema. El impacto sobre los recursos marinos y costeros se hace cada vez más evidente, pudiendo exceder  la capacidad de carga de los mismos. La riqueza infinita del mar peruano no es más que un mito. Este error de percepción promueve un irrefrenable incremento del esfuerzo pesquero y confunde además a la opinión pública.
 
La realidad es que en el Perú hacer harina es el negocio más rentable. Con no más de 150 días de producción al año se generan cifras de exportación espectaculares que, con toda seguridad, proporcionan gran riqueza a los exportadores y participantes del negocio, aunque no para el país como lo demuestran las cifras de recaudación del impuesto a la renta y derechos de pesca en relación a las ventas y exportaciones del sector.
 
La cantidad de dinero que mueve el negocio pesquero es tan grande que ha creado todo un sistema de defensa de intereses, de lobbies y de corrupción apenas destapado por algunos sectores de la prensa, y tan solo en forma eventual.
 
Intentar introducir cambios en el sistema en beneficio de la sociedad civil no es solo un deber sino una obligación de cualquier gobierno. Sin embargo la historia nos muestra como autoridades con esa intención han caído, víctimas del lobbysmo de diversas áreas del sector y de la falta de compromiso de Palacio de Gobierno con la reforma pesquera que el país necesita.
 
 Lo que ocurra en los próximos meses con esta Administración de Pesquería que ha tenido el coraje de introducir una reforma que toca muchos intereses particulares en beneficio del país, definirá la calidad y valor del compromiso de Palacio de Gobierno con el país y con el concepto de inclusión social.
 
 Siendo la pesca artesanal la principal abastecedora de recursos pesqueros para el consumo humano directo de la población nacional era necesario redefinir con precisión su concepto y sus alcances. El DS 005-2012-PRODUCE es un documento importante orientado en el sentido correcto. Aunque haya discrepancias y críticas sobre el procedimiento de su promulgación, la verdad es que una norma consensuada entre la autoridad y los interesados en el negocio pesquero es un imposible dada la cantidad de dinero que hay en juego

23 de agosto de 2012

El arrastrero que nadie quiere





La ballena azul, el mayor animal que existe, mide alrededor de 25 metros de largo, el equivalente a dos autobuses. Su inmensa boca le sirve para alimentarse principalmente de krill, unas cuatro toneladas al día. Un magnífico animal que sin duda la naturaleza ha limitado en longitud y capacidad de alimentarse.
 
Ahora imaginemos otro monstruo marino pero de acero, de una longitud de 144 metros, es decir, seis veces el tamaño de una ballena azul o el de 12 autobuses. Sus bocas son en este caso inmensas, con redes de 300 metros. Siguiendo con las comparaciones, este monstruo sería capaz de albergar 13 aviones Jumbo en sus redes y puede procesar 250 toneladas de pescado al día (60 veces más que la ballena azul). Estos monstruos se llaman superarrastreros.
 
No hace falta echar muchas cuentas para entender que semejante capacidad de pesca no puede ni mucho menos ser sostenible en el tiempo. No solo por la cantidad desorbitada de pescado que son capaces de pescar estos barcos, sino también por los descartes que generan, tanto de otros peces como de tortugas, rayas, focas, tiburones...
 
En la costa occidental de África lo saben bien. Con los caladeros europeos tiritando, estos enormes barcos se han desplazado a sus aguas a pescar, diezmando los recursos marinos que son, para las comunidades locales, su fuente de ingresos y de proteína. Hasta tal punto que en abril de 2012, el recién elegido presidente de Senegal, dio un golpe sobre la mesa y echó de sus aguas a 29 arrastreros. Cada uno de estos barcos pescaba en un día lo que 50 embarcaciones locales en un año. Su marcha ya se nota en las capturas de pesca local.

Uno de estos barcos expulsado es el FV Margiris, que estos días es noticia en Australia. En su búsqueda de nuevos caladeros, la compañía pesquera australiana Seafish Tasmania quiere, mediante un acuerdo con la compañía holandesa a la que pertenece el buque, acceder a aguas de Australia. Irónicamente, el destino de la pesca serían los países de la costa occidental de África, cuyos fondos marinos ha sobreexplotado.
 
La presencia de este barco y sus impactos ambientales y económicos para el sector pesquero local ha generado protestas y un intenso debate, hasta tal punto, que el Parlamento de Tasmania, donde se localiza el puerto al que accedería el barco, ha aprobado una moción para que el Gobierno central vete la entrada del barco.
 
El Margiris pertenece a la asociación de barcos arrastreros congeladores pelágicos (PFA en sus siglas en inglés), a la que pertenecen buques superarrastreros europeos y que recibe grandes subvenciones de la UE. Por ejemplo, entre 2006-2012 los contribuyentes europeos pagamos el 90% de los costes de acceso de pesca de estos barcos a aguas mauritanas y marroquíes.
 
¿Hasta cuándo vamos a seguir exportando la sobrecapacidad a otras aguas? ¿Hasta cuándo va a seguir financiando la UE las industrias pesqueras insostenibles? Senegal ha dicho no a la pesca destructiva, Tasmania también. La UE, con la reforma de la Política Pesquera Común tiene la oportunidad de dar un giro y apoyar la pesca sostenible en lugar de financiar la destrucción de los océanos.
Para que los únicos grandes “monstruos” marinos vuelvan a ser las ballenas azules.
 
Elvira Jiménez, campaña de Océanos de Greenpeace @elvirajn