El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

16 de marzo de 2013

El papel del pueblo peruano en el enfrentamiento pesquero


La sociedad peruana asiste en las últimas semanas a un enfrentamiento mediático entre la industria pesquera y el Estado Peruano por diversos motivos que, según unos, dañan los intereses de la industria y según otros dañan los intereses del país.

Retórica, chauvinismo, argumentos técnicos, un lenguaje cursado entre ambos contendientes y una sociedad civil que asiste al espectáculo sin entender mayormente de qué trata, porque cuando de la pesca se habla,  lo único que nos han enseñado durante años es que somos los mejores del mundo porque exportamos mucho y porque somos los primeros productores de harina de pescado en el mundo.

Más allá de eso es poco lo que el pueblo peruano conoce de la pesca y es más poco el interés que le causa. Su principal preocupación es que cada día hay menos pescado en los mercados, que es cada vez más caro y que los precios del ceviche alcanzan precios demasiado elevados, mucho más que unos años atrás.

Tal vez para entender mejor el asunto sería útil que cada ciudadano peruano conozca qué ha ganado con la pesca. Esto puede lograrse mirando cuánto dinero procedente del canon pesquero ha recibido. Puede saberse a través del reparto del canon pesquero hecho a las Municipalidades del Perú en 2012, como muestra.

Cada persona puede ubicar la Municipalidad en la que vive y ver la cantidad de dinero que la pesca le ha generado. Si en la relación no ubica a su Municipalidad es porque por alguna razón el sistema define que no le corresponde, o sea que no todos los peruanos reciben algo del canon pesquero.

Si las cifras repartidas son bajas, es porque la recaudación de impuesto a la renta y por derechos de pesca es baja también.

Por lo tanto, aunque no se entienda las razones del conflicto ni los argumentos de unos y otros, lo que sí podemos entender es cuánto dinero hemos recibido procedente de la industria pesquera.

Debemos tener presente que en los últimos años las exportaciones pesqueras han alcanzo un promedio de 3 mil millones de dólares anuales o sea más o menos 7 mil seiscientos cincuenta millones de soles. El canon repartido a algunas Municipalidades del Perú ha sido de 119 millones seiscientos noventicuatro mil seiscientos cuarentitres mil soles. O sea el 1.56% en el año 2012.


Si se trata de tomar partido por la industria o por el Estado, ¿El pueblo peruano debería apoyar a la industria o a la autoridad?

En la guerra desatada entre el Gobierno y la industria pesquera que llena titulares de prensa y programas de televisión buscando dar a conocer cada quien sus razones, es evidente que se pretende informar a la población sobre lo que viene ocurriendo para hacer presión o buscar respaldo. Pero como efecto de esta difusión, ¿de qué lado debe estar cada peruano y cómo podrían expresar su respaldo a uno u otro bando?


¿Quiere  saber cuánto recibió la Municipalidad donde usted vive en 2012?

Léalo en el siguiente link:



12 de marzo de 2013

YO NO PESCADOR


Yo soy el pueblo peruano, no soy pescador; pero las leyes vigentes dicen que el pescado es patrimonio de la Nación, o sea que es mío y que el Estado lo administra y permite que algunos lo pesquen.

Hoy día los que pescan, grandes y chicos se quejan pelean y exigen al Gobierno que los dejen pescar más o donde quieren…no lo sé. No me interesa tampoco el detalle técnico, legal o macroeconómico porque no lo entiendo. Soy solamente el pueblo peruano, dueño del pescado del mar, ríos y lagunas de mi tierra. Lo que me interesa saber es cuanto recibo yo por cada kilo de pescado que unos pocos se llevan de mi mar, ríos y lagunas.

Yo no soy pescador, no trabajo para la pesca ni las empresas pesqueras son mis clientes ni mis proveedores, así que no recibo nada directamente de ellos. Solo recibo los beneficios de los impuestos que ellos pagan y que el Estado distribuye o invierte en infraestructura. Pero ante la bulla en los medios de comunicación por mi pescado, quisiera que el Estado me diga cuantos pescadores hay, cuanto pescado se llevan cada año y cuanto me pagan a mí, el dueño del pescado, por lo que se llevan. Sé que deben pagar un impuesto por sus ganancias que se llama renta de tercera categoría y que de ahí la mitad se va al canon pesquero; pero quiero saber cuánta utilidad tiene cada uno de ellos y cuánto impuesto pagan. No quiero saber grandes cosas, solo una puntual: cuánto pagó cada uno. Sé también que algunos, no todos, pagan unos derechos de pesca, de los cuales la mitad se va también al canon pesquero y la otra mitad se queda en el Ministerio. Quiero saber cuánto pagó cada uno y quiénes no pagaron porque no quisieron o porque la norma no los obliga a pagar. Quiero saber en que gastaron el dinero del canon los gobiernos regionales y las Municipalidades. Quiero saber en qué se gastó su mitad el Ministerio.

Finalmente solo quiero saber cuánto dinero recibe cada habitante del Perú, o sea los dueños del pescado por cada kilo con el cual unos cuantos ganan dinero. Así como dicen el consumo per cápita de pescado, quiero saber cuánto gané por cada kilo de pescado capturado. Quiero inclusión, como dice el Presidente. Quiero que me incluyan en las ganancias del negocio pesquero en forma justa.

Quiero saber cuánto cuesta limpiar las bahías contaminadas por plantas y lanchas, cuándo las limpiarán y cuánto costará, así como saber quién pagará por esa limpieza y hasta cuándo deberemos soportar la contaminación del humo y los olores de las plantas.

Quiero saberlo para decidir si esas gentes que salen en televisión a reclamar y argumentar  con técnica, ley o economía, tienen el derecho moral a reclamar sobre pescados que son míos y por los cuales yo debo recibir algo. Por eso quiero saber cuánto recibo y cuánto cuesta reparar el daño que le causan a mi mar, ríos o lagunas. Quiero saber si estoy ganando o estoy perdiendo y si solamente algunos están ganado a expensas mías, yo que soy el pueblo peruano, desorganizado y sin defensor alguno.

Y si yo tengo que reclamar y quejarme, así como hacen ellos, también me sentiré con no solo el derecho, sino con el deber de organizarme y salir a reclamar, bien sea directamente como pueblo o a través de mis organizaciones sociales o gobiernos locales. Si yo no puedo participar en las grandes decisiones, quiero que mi Gobierno me represente y defienda mis intereses. Si mi gobierno me defiende bien, yo lo apoyaré. Si no me defiende bien, tendré que defenderme sólo de alguna manera. Pero no quiero ser un convidado de piedra en un negocio en el cual unos pocos ganan nada más y yo, el dueño, gano nada, gano poco, o una cantidad injusta y/o no se invierten bien mis ganancias. 
También quiero entender porqué hay poco pescado para comer y además caro si todos dicen que somos un país pesquero, el más grande productor de harina de pescado del mundo.

9 de marzo de 2013

Quién pierde en el sur del Perú: ¿el país o la industria?


La ambición por la producción de harina de anchoveta en la zona sur del Perú, ha conducido a una especie de guerra asimétrica entre la industria harinera y las autoridades de Pesquería. Guerra que, si nos atenemos a los antecedentes históricos, no podría ganar la administración actual debido a que los medios que tiene a su disposición el lobby pesquero superan largamente la capacidad de reacción y de respuesta del Estado. Mientras Palacio de Gobierno no exprese directamente voluntad y decisión políticas de introducir reformas sustanciales en la pesca, respaldando públicamente a sus autoridades, lo más probable es que en última instancia un bloqueo de carreteras con cierta dosis de gravedad provoque la caída de la Ministra.

Si su sucesor continúa la línea de trabajo, correría la misma suerte. Si es una persona que va a defender los intereses de la industria, se iniciaría una marcha atrás en muchas reformas y se volvería a más de lo mismo. Que es lo que muchos esperan pacientemente: que termine esta gestión para volver a lo de antes asegurando los intereses de una industria poco aportante a la economía del país.

Es el precio que el país paga por carecer de políticas de Estado de largo plazo y del coraje necesario para imponer voluntad y decisión políticas que favorezcan al país y no a pequeños grupos que tienen la capacidad de desarrollar campañas mediáticas con recursos ilimitados.

El día 9 de marzo 2013 en RPP Raúl Vargas entrevistó a la Ministra de la Producción sobre la problemática pesquera de la coyuntura. El señor Vargas deslizó la idea de que pese a que sea harina de pescado lo que se exporta, trae divisas para el país. Expresa muy bien lo que la prensa cree o piensa: que exportar per se es bueno para el país, sin profundizar en el análisis de las diferencias entre sectores, y sin pretender siquiera analizar la real contribución de la industria harinera. Lo que el señor Vargas debiera preguntar es cuánto impuesto a la renta ha pagado la industria harinera; cuanto han aportado por derechos de pesca y cuánto dinero le ha devuelto el Estado.
La cantidad de divisas que ingrese al país es irrelevante. No es dinero del país, sino de la empresa. Lo que cuenta es la recaudación tributaria.
La ministra esgrimió argumentos técnicos pero también omite en su análisis cuál es la ganancia del país en el negocio harinero del sur del Perú.
La autoridad administrativa, tributaria y laboral deberían hacer una exposición conjunta y demostrarle al país cuánto empleo genera la industria en la zona, cuánto del mismo es formal e informal, cuántos impuestos pagan, cuántos impuestos les devuelven, cuál es el impacto de la extracción de anchoveta en el ecosistema así como cuál es el impacto contaminante de la industria.

El aparato estatal pelea sus guerras aislado, no se integran sectores que por la naturaleza de sus funciones debieran trabajar juntos. Sus adversarios sí se unen: plantas, flota, población, pescadores, todo lo que la capacidad del lobby pueda reunir para enfrentar a un Estado desarticulado y tímido.

Cifras y hechos concretos son los que deben exponerse para demostrar didácticamente a la sociedad civil que dejar de hacer harina en el sur no es tan grave como el lobby pesquero viene diciendo. El argumento de que lo que dejamos de pescar favorece a Chile no es sino exacerbar el antichilenismo natural que existe en el Perú, pero es irrelevante desde este análisis.

Lanzar cifras de pérdidas como las aparecidas en algunos medios en los últimos días es una grotesca manipulación de los números.

Con el objeto de enfocar integralmente el asunto y entender qué es lo que está en juego y quienes son todos los beneficiados de este régimen, es pertinente analizar el volumen y tamaño de las plantas procesadores de harina en la zona sur, así como los ingresos que las regiones del sur perciben como canon pesquero, que es realmente el único beneficio de las gobiernos locales y regionales.

Toda la problemática, tiempo consumido, horas empleadas y atención brindada alrededor de este tema, finalmente giran sobre los intereses de 17 plantas reductoras de harina de pescado que pertenecen a 13 empresas de las cuales el 62% de la capacidad de producción está concentrada en 4 de ellas.

17 Plantas de harina, algunas de las cuales tienen una capacidad muy pequeña, como se ve en el cuadro, no significan una fuente generadora de empleo significativa, como tampoco empleos indirectos trascendentes.

¿Pierde el Perú con dejar de pescar anchoveta en el sur para la harina?
Desde el punto de vista ecosistémico y medioambiental ganaría mucho. 




8 de marzo de 2013

Pesca, política y conveniencias


Los antecedentes indican que las autoridades pesqueras le tienen terror a las protestas, y procura aplacarlas lo más pronto posible dictando las medidas que le son impuestas por los administrados, como ocurrió en abril del 2012.

Por tanto, sería políticamente inconveniente  introducir regulaciones o normas que puedan generar bloqueos de carreteras. En relación al  DS 005-2012-PRODUCE y las recientes normas de régimen especial de pesca en el sur del Perú ¿cuáles han sido los criterios determinantes para su promulgación?

¿Prima la conveniencia política antes que la sostenibilidad de los recursos pesqueros, antes que la ética, antes que la moralidad, antes que la ciencia y antes que la justicia?

Algunos conceptos como los siguientes, no forman parte de la agenda, quizá por la razón expuesta en el párrafo precedente:

·         La pesca artesanal produce mortalidad en los recursos pesqueros al igual que cualquier otro actor pesquero.

·         El esfuerzo pesquero del sector artesanal ha crecido tanto que supera largamente los límites de sostenibilidad de cualquier recurso disponible.

·         Ningún recurso puede ni debe ser de libre acceso.

·         El esfuerzo pesquero es el factor a ser medido y regulado, sin importar quién es el agente.

·         Todos los pescadores deben pagar derechos de pesca.

·         Pescar es un privilegio no un derecho.

·         La pesca debe pagar regalías.

·         Incentivar la venta al mercado interno poniéndola en igualdad de condiciones competitivas con la exportación de productos pesqueros.

·         Ampliación del horizonte de investigación del ente científico hacia todas las especies existentes que son materia de extracción sin regulación de cuota anual permisible.

Es curioso, como el sector denominado artesanal no tenga regulación efectiva alguna relacionada con la sostenibilidad de los recursos, salvo una muy reciente respecto a la anchoveta.

Quien pesca provoca mortalidad. Poco importa si la norma lo llama pescador artesanal o pescador industrial; ambos bandos matan peces.

Legalmente solo los divide una línea mal trazada por una norma que valora eslora, manga, potencia, tamaño de bodega o parecidos y una franja de 5 millas, donde solo le esta permitido operar a los artesanales. (los artesanales no están regulados)

Una embarcación grande pesca más que una chica; pero muchas embarcaciones chicas pescan mucho más aún, y matan y depredan donde los grandes no llegan.

La actividad extractiva industrial harinera mata anchoveta principalmente; y está regulada. La actividad extractiva artesanal mata especies de consumo humano y no está regulada.

La falta de regulación en términos de sostenibilidad afecta a los pescadores artesanales, quienes aún no toman conciencia que hay demasiados pescadores para tan poca especie disponible.

Al pescador artesanal se le debiera definir legalmente como aquella persona que pesca para alimentarse directamente y para subsistir, usando herramientas manuales y su propia fuerza física. Si se mecaniza, deja de serlo.

Por el contrario, se debe definir que aquellas personas que pescan con asistencia mecánica o por encima de su capacidad de consumo individual lo hacen por negocio y por tanto debiera denominárseles pescadores comerciales y estar sujetos a regulación respecto a las cantidades máximas que están facultados a extraer.

A toda la pesquería comercial debiera asignársele cuotas máximas de captura por especie, por caladero, puerto o región de desembarque.

Sucede que actualmente la actividad de los llamados pescadores artesanales es inequívocamente con propósitos comerciales y faenan sin medida  hasta que agotan o desaparece su recurso objetivo.

Debiera proponerse y adoptarse medidas para recuperar las biomasas objetivo para consumo humano, revisar y discutir la vigencia y validez de mecanismos de manejo pesquero como es el "libre acceso" o las "5 millas" y evaluar una opción de manejo resultante de regular el acceso a los recursos mediante cuotas por especie y por caladeros.

6 de marzo de 2013

Mitos y verdades de los peces de las profundidades


Los habitantes de las profundidades de los océanos han dado pie para todo tipo de leyendas..
En la actualidad se conocen alrededor de dos millones de especies vivas en el planeta, y es previsible que, en el futuro, el hombre pueda llegar a reconocer hasta diez millones de especies distintas en tierra y mar.
El pasado 7 de enero del 2013 la cadena japonesa ‘NHK’ y la estadounidense ‘Discovery Channel’ dieron un paso adelante al grabar, por primera vez en las profundidades marinas, al calamar gigante, uno de los animales más misteriosos del mundo.
Este acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en pie a la comunidad científica, para la cual esta filmación supuso un avance en el conocimiento sobre este misterioso animal.
Grabar a un ejemplar de calamar gigante (Architeuthis) ha sido un "gran evento" pero aún queda mucho por hacer y así lo cuenta el presidente del Cepesma (Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas), Luis Laria, para quien aún se desconocen datos importantes sobre el comportamiento de este animal: su forma de copular, su reproducción o su relación con otros de su misma especie...

Lea la nota completa en la revista Pesca de marzo en el siguiente link:



1 de marzo de 2013

Reflexiones en la coyuntura


En algún momento la Sociedad Civil deberá evaluar la realidad de la industria pesquera en relación con el impacto que causa al medio ambiente y al ecosistema, y su real contribución con el país, el empleo y la calidad del empleo que ofrece.

El reconocimiento de la realidad deberá indicarle un rumbo de acciones a seguir para exigir una reforma sustancial en la pesquería del Perú que induzca al gobierno de turno a prestar la atención debida al sector.

El problema no es nuevo de ninguna manera, lo que pasa es que hoy cambió de escala. Es así que las ganancias de la industria han crecido y crecido en medio de una sociedad pesquera de doble moral revestida de un enchape de valores éticos y morales, plenos de pesca responsable,  convencidos de que la transgresión a la ley no es aquella que, por ejemplo, se comete cuando se acepta pescar ejemplares por debajo de las tallas reglamentarias, inventando sofismas conceptuales para engañarse a si mismos.

El día que tengamos claro que sólo las instituciones gremiales legítimamente representativas con un sólido código ético y de principios que expulsen y discriminen a los malos elementos, es la única manera de poner las cosas en su sitio; y que solo por la puerta del respeto a los principios ingresaremos a la senda del desarrollo, seremos una pesquería moralmente aceptable. Mientras tanto, viviremos en una sociedad pesquera relajada en la que ser un funcionario, o un industrial de principios es, casi, estar condenado a ser una especie en extinción, mientras que sacar ventaja y sacavueltear a la ley y a los demás es el paradigma del hombre que va para adelante y que de alguna forma la sociedad civil consiente y auspicia con su silencio cómplice.

El problema pesquero es complejo, pero más que de leyes y de marco normativo, es de  personas, es de principios, es de impunidad, es de promiscuidad, es de políticos irresponsables y/o con iniciativas aisladas porque desconocen la integralidad de los temas sobre los que hablan, es de irrespeto por los derechos ajenos. Por eso  ante acciones que vienen rompiendo esquemas,  se espera con ansias el relevo de la actual administración. ¿Cederá Palacio ante presiones, críticas y el lobby pesquero?

El gobierno, impulsado por la Sociedad Civil, por el estado de salud del ecosistema, o por decisión propia, deberá definir una política de Estado desde Palacio de Gobierno y designar autoridades, a quienes deberá otorgar todo el apoyo del poder constitucional,  para aplicar y actuar sobre el fondo de  una situación de facto que, por donde se le mire, es solamente favorable al empresariado pesquero mas no así para la Nación ni para los trabajadores de la industria.

Más allá de los argumentos técnicos, legales, económicos o sociales que la industria o el Estado puedan esgrimir para justificar las cifras actuales y el estatus vigente, lo cierto es que en el futuro la Nación juzgará y reclamará a las generaciones de hoy la ausencia de ética, moralidad y justicia distributiva en el manejo de recursos naturales que no son propiedad de unos cuantos, sino patrimonio de toda una colectividad nacional. Es posible que el mañana nos brinde un Gobierno que imponga y establezca la  moralidad en la pesquería por encima de las cifras y los argumentos técnico legales, haciendo lo que es impostergable hacer, entre otras cosas, la aplicación de regalías a la extracción de recursos pesqueros, tal como se aplica a la minería.

Las cifras admiten solamente variables numéricas. No incorporan argumentos éticos. Estos provienen de gobiernos fuertes que se sustentan no solo en la voluntad popular, sino también en la moralidad, la ética y la justicia.

Lea la nota completa en la edición de marzo de la Revista Pesca en el siguiente link:



23 de febrero de 2013

La supervisión y fiscalización de la pesca


La incipiente implementación de las Resoluciones Ministeriales Nº 498 y 499, que facultan a la Dirección General de Supervisión y Fiscalización de PRODUCE, a una directa y más trasparente labor de vigilancia y control de las pescas y desembarques, que vienen comprobando ya, las denuncias sobre infracciones, que las grandes industrias harineras han venido cometiendo desde hace años. TASA, Pesquera Diamante, SFG Investment, Copeinca, Austral Group, EXALMAR y HAYDUK, están siendo sancionadas por la captura de especies juveniles en grandes proporciones, no permitiendo su natural reproducción y crecimiento. Estos primeros resultados, han ocasionado reacciones, no solo de los actores directos como la Sociedad Nacional de Pesquería, quien en comunicado público asegura no poder prever la longitud de la anchoveta pescada, culpando a IMARPE, a la cual jamás sugirieron recortes de cuotas o vedas necesarias. Mientras, el despistado Presidente de la Comisión de Producción, Congresista Freddy Sarmiento, planteaba crear una Superintendencia Nacional de Fiscalización Pesquera, cuando ya existe una dirección especializada en PRODUCE, algunas lamentables autoridades regionales,  ensayan procedimientos extraños para discrepar,  con el reordenamiento y honorabilidad que deben primar en la pesquería nacional.

En Piura, la DIREPRO, pretende monopolizar el control de la pesca, entorpeciendo la labor de PRODUCE en forma sospechosa, pues en Paita por ejemplo, la “pesca negra” y excesos de embarcaciones y plantas residuales, lindan con el delito, sin ningún intento de imponer la ponderación; mientras en Sechura cuestionados empresarios, detentan la propiedad de más de 70 embarcaciones de menor escala, utilizando testaferros. Y en Moquegua, mientras la Directora de la DIREPRO, participa en marchas callejeras en apoyo a los harineros sin ruborizarse, su Presidente Regional, confiesa haber tenido discusiones con la Ministra Gladys Triveño, y conversaciones con el primer Ministro y el propio Presidente de la República, sin resultados, frente a su propuesta de permitirse la pesca industrial al interior de las primeras 5 millas en la zona de Ilo, demostrando su incapacidad en el tema pesquero. Además, siendo una región con grandes recursos económicos, resulta inaudito no se haya provisto a sus 3 provincias, de cámaras de refrigeración, para aprovechar la abundancia de recursos pesqueros, y afrontar el hambre y desnutrición de sus pobladores en las alturas. Recordemos que las grandes empresas harineras, no facturan ni aportan impuestos en los puertos donde activan, evitando una mejor fiscalización, mientras que las naves de menor escala, no pagan impuesto alguno;  consideraciones que pareciera no incomodar a las autoridades regionales.

Otras conocidas irregularidades, como la pesca ilegal, la manipulación de las balanzas, los excesos de bodegas, etc., empiezan a demostrarse, al igual que innumerables embarcaciones de menor escala sin licencias, que pescan con inauditas medidas cautelares. Pero mientras la ciudadanía, y gran parte de la prensa empiezan a comprender los excesos en la pesquería nacional, se va evidenciando la incomodidad de elementos que aprovechando el desorden del sector, han venido obteniendo sendos dividendos de oscuros trámites.

Por: Juan Rebaza Carpio

15 de febrero de 2013

Pescado para el Perú, una forma de comenzar


Esta es la historia de un joven peruano que, sin más apoyo que su propia inspiración y visión, apostó por el abastecimiento de pescado al mercado interno peruano. Son estas las ideas emprendedoras que el país necesita para satisfacer la demanda interna nacional, que compite contra una competencia desleal de una industria que privilegia la exportación alentada por la existencia de incentivos perversos.

Nuestra Historia

Todo empezó una madrugada del invierno del 2008, en las peligrosas aguas de altamar de Piura. Cuando nos aventuramos con un equipo de pescadores artesanales del Ñuro en búsqueda de un gran “Merlin Negro” o un “Pez Espada”; pasaban las horas y no había rastro de ningún tipo de pez, las gigantescas olas golpeaban la pequeña embarcación y los mareos empezaron a dificultar la travesía; hasta que ocurrió lo impensado; uno de los pescadores gritó que había picado uno grande; por una hora estuvimos luchando por conseguir acercar ese enorme pez a la embarcación, cuando ya lo teníamos a diez metros de distancia, grande fue nuestra sorpresa, se trataba de un majestuoso y enorme Atún aleta amarilla. Fue simplemente amor a primera vista. 

Cuando estábamos regresando a la costa, los pescadores nos comentaron contentos que este lindo atún lo iban a vender a los comerciantes ecuatorianos, que los esperaban en sus cámaras a orillas del muelle del Ñuro.

Toda esa experiencia nos permitió entender la sacrificada vida de los humildes pescadores del Ñuro;  la admiración que sentíamos nos hizo retribuir esa vivencia comprándoles el atún a un precio mayor del que podían conseguir con los comerciantes ecuatorianos.

Cuando estábamos en la costa no sabíamos qué hacer con tremendo pez, y se nos ocurrió llamar al dueño de un exclusivo restaurante japonés en Lima, quien nos pidió que lo enfriáramos y lo conservemos en una caja de tecnopor con algunas otras especificaciones y se lo enviemos a Lima.

Así lo hicimos, cuando lo recibieron se quedaron sorprendidos y encantados, nunca habían recibido un atún de esas características, el resultado fue continuas llamadas pidiéndonos más “Atun del Ñuro”, y nosotros, empezamos a enrumbar madrugada tras madrugada con los admirables pescadores del Ñuro.

Es así, como nace Freshest Perú. 

A partir de ahí nuestro trabajo fue hacernos los mejores proveedores de atún fresco para sashimi de Lima, nos contactamos con los especialistas más importantes de distintas partes del mundo, los cuales nos proveyeron de distintas herramientas para capacitar a los pescadores, desde folletos, CDs, materiales de investigación que nos ayudaron a aprenderlos procesos para conseguir un producto de primerísima calidad.

Nos volvimos no sólo los mejores proveedores del Perú; sino también, se nos abrieron las puertas del mercado internacional.

Ahora competimos internacionalmente, y lo más importante, el beneficio logrado para la comunidad del Ñuro, que proveen un producto diferenciado, y con justo orgullo pueden decir que no sólo tienen el mejor atún  del Peru, sino probablemente del mundo.

http://www.freshestperu.com/





14 de febrero de 2013

Pesca: Exportar o atender al mercado nacional?


Las exportaciones pesqueras, además de no pagar IGV puesto que se restituye este tributo, son incentivadas con un drawback, que no es sino un subsidio a la exportación.

Lo cual es útil en términos de promoción de exportaciones en general. Sin embargo la autoridad correspondiente debería considerar no solamente incentivar y premiar la exportación de proteína, sino colocar al mercado interno en igual de condiciones aplicando un incentivo similar que estimule y premie la venta de productos pesqueros al mercado interno. No es igual exportar espárragos, que muy pocos comen en el país, que exportar pescado que sí todos comen o pueden comer.

La autoridad sectorial de siempre, menciona el incremento del consumo de pescado como un objetivo, pero no presenta acciones concretas que muestren como alcanzarlo. Más allá de una declaración lírica de buenas intenciones, lo real es que el pescado es caro, no existe una red de frío a nivel nacional, ni una infraestructura adecuada para comercialización que asegure la continuidad del abastecimiento, la inocuidad y preservación de estos productos, así como el incremento de su oferta. El Perú, “país pesquero”, carece de pescaderías o tiendas especializadas en todo el país. Más allá de los mercados y supermercados no se encuentra pescado en bodegas, tiendas y barrios, como de hecho sí se encuentra pollo, carne y embutidos.

La inversión privada es nula o pequeña en esta área porque para la industria es más sencillo y beneficioso exportar estos productos. Las cifras así lo confirman. El eliminar el drawback y/o crear nuevos estímulos para generar la inversión en infraestructura de frío y el incremento de la oferta de pescado y mariscos dentro del país resultaría coherente con el discurso oficial y una política inclusiva.

La demanda nacional existe; pero es insatisfecha debido a los altos precios y a la ausencia de medios de distribución, almacenamiento y comercialización en todas las ciudades del país.

Los programas sociales no son una solución a largo plazo, como sí lo serían mecanismos de promoción que hagan atractiva la creación de pequeñas o micro empresas dedicadas a la comercialización interna de los recursos hidrobiológicos del país.

Existiendo necesidad y demanda de alimentos y de proteína, el Estado debe incentivar negocios de este tipo y/o realizar inversiones en infraestructura de frío para ser transferidas o vendidas al sector privado a fin de convertir este abastecimiento en un negocio, que además genere empleo, extendiendo su actuación a la capacitación en esta materia y a la educación al consumidor. La introducción de regalías a la extracción debiera proporcionar el financiamiento de esta inversión, así como para el mejoramiento de los DPAs.

La exportación no debe analizarse solamente desde el punto de vista de la cantidad de divisas generadas, (que son del exportador y no del país), sino desde la perspectiva de cuánto impuesto ha pagado, deducido el drawback y la devolución del IGV, así como el impacto desincentivador sobre el mercado nacional.

EPSEP fue una experiencia exitosa desde la perspectiva de la atención del mercado interno y la creación del hábito de consumo, de la cual debieran rescatarse sus aspectos positivos para introducir un esquema similar hoy día.

El aumento del consumo de pescado per cápita no se producirá con buenas intenciones ni discursos. Se producirá con acciones que estimulen a potenciales inversionistas a crear nuevos negocios y ganar dinero razonablemente, mientras a la vez cumplen una función social de generar empleo e incrementar el consumo de proteína en el país.

La solución ideal es poner a la exportación y a las ventas internas en igualdad de condiciones y estimular la inversión y consumo internos.

4 de febrero de 2013

La UA inviste doctor 'honoris causa' a uno de los impulsores de las reservas marinas


Daniel Pauly recalca que la biodiversidad está amenazada, tras haber sido «explotada durante milenios»

Coincidiendo con la celebración del patrón de las universidades, Santo Tomás de Aquino, el biólogo francés Daniel Pauly fue investido ayer como nuevo doctor 'honoris causa' por la Universidad de Alicante. La festividad, la primera de este tipo que preside el rector Manuel Palomar, contó con la presencia del director general de Universidad, Estudios Superiores y Ciencia de la Generalitat Valenciana, Jose Miguel Savall.

Considerado «uno de los cincuenta científicos más reconocidos e influyentes del mundo», tal y como destacó su padrino (el profesor y director del Departamento Ciencias del Mar y Biología Aplicada, José Luis Sánchez Lizaso), Pauly alertó de que «la biodiversidad que hemos explotado durante milenios está hoy amenazada, así como los muchos ecosistemas en los que los recursos y las especies están incluidas». Criticó los problemas relacionados con «el cultivo del mar», que «consiste en criar pescado grande, como salmón o atún, con una dieta de pescado pequeño como sardinas y anchoas».

«Necesitamos de 2 a 4 kilos de pescado para producir uno de salmón y de 10 a 20, por cada kilo de atún», explicó. Pauly, que ha sido uno de los precursores de las reservas marinas, entre ellas la de Tabarca, primera del Estado español, reivindicó el activismo científico y la participación en Organizaciones No Gubernamentales, para conseguir «aliados» e influir en las políticas orientadas a la conservación y la defensa de la biodiversidad marina «si queremos continuar disfrutando de comida procedente del mar en el futuro».
El nuevo doctor confesó sentir «una profunda emoción y un honor muy grande» por entrar a formar parte de la nómina de doctores 'honoris causa' de la UA, entre los que destacó a personalidades como Ramón Margalef, Jane Goodall y Mario Vargas Llosa.

Tras la investidura, se procedió a entregar los premios extraordinarios de doctorado, grado, licenciatura, diplomatura, arquitectura, arquitectura técnica, ingeniería e ingeniería técnica, en total, 121 premios a los mejores expedientes.

Durante su discurso de clausura de la celebración, el rector reivindicó el papel de las universidades «como motor de las economías locales» y puso como ejemplo que gracias a su contribución «se ha conseguido aumentar en 0,6 puntos la renta per cápita de la Comunidad Valenciana». Pese ello, Palomar pide que la aportación de las universidades no se mida exclusivamente en términos económicos. «No sólo lo mesurable existe», dijo, y apeló «al espíritu crítico, a la participación informada, al conocimiento del pasado para aplicarlo a las necesidades del presente y a la preservación del conocimiento, y del patrimonio cultural, social y local», entre otras cosas, como esenciales para los nuevos ciudadanos del futuro.

El rector se refirió al debate abierto sobre la necesidad de ajustar más la oferta y la demanda en el mapa de titulaciones de muchas universidades públicas, «una oferta que en la UA está bien ajustada».

Fuente:



28 de enero de 2013

Los paises con pesca sostenible obtienen mejores capturas


Reducir la presión pesquera da resultados beneficiosos en un plazo de tiempo no demasiado largo. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden de una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la que se analizan las capturas de 53 países y jurisdicciones a lo largo de algo más de una década. El trabajo, publicado en la revista Global Environmental Change, revela que aquellos que han aplicado el Código de Conducta para una Pesca Responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) han logrado mejorar sus recursos pesqueros y están obteniendo unas capturas de mejor calidad.

El estudio, liderado por la investigadora del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar Marta Coll, ha contado con la participación de la Universidad de British Columbia (Canadá), del Istituto Nazionale di Oceanografia e di Geofisica Sperimentale (Italia) y la organización World Wildlife Fund.

El Código de Conducta para una Pesca Responsable fue desarrollado en 1995 por la FAO y tiene como objetivo reducir el impacto negativo de la pesca en el ecosistema. Los expertos están convencidos de que este código es una herramienta eficaz en la gestión sostenible de los recursos pesqueros. No obstante, su cumplimento es voluntario y los países que lo han firmado lo están incorporando a su legislación con mayor o menor éxito.

13 años de pesca

El trabajo analiza las capturas llevadas a cabo por 53 países y jurisdicciones, que suponen el 96% de la pesca global, desde 1990 hasta 2003. Para evaluar los beneficios ecológicos del código, se comparó su cumplimiento con cinco indicadores ecológicos: el nivel trófico de las capturas (relacionado con el tamaño de las presas capturadas); el volumen de la captura total; la captura total expresada en unidades de producción primaria necesaria para generar los peces capturados; el índice de pérdida de producción (la pérdida que supone para el ecosistema la captura, que de no haber sido atrapada podrían haber alimentado a otros peces); y la probabilidad de sostenibilidad de la pesca.

Una mejora derivada de una pesca más sostenible se refleja en una reducción en la captura total, así como en la producción primaria requerida para generar la captura y en el índice de pérdida de producción, mientras que se observa un aumento en el nivel trófico de las capturas y en el índice de sostenibilidad. “Aunque los países que han implementado el código tienen un menor volumen de capturas, la calidad y diversidad de su pesca es mayor. Esto se refleja en el hecho de  que han recuperado poblaciones de especies de gran tamaño, como atunes o bacalao, que tienen un mayor nivel trófico y un mayor valor comercial”, explica Coll.

Posiciones por países

En términos relativos, detalla Marta Coll, “los 10 países y regiones que más han mejorado la pesca, haciéndola más sostenible en 2003 con respecto a 1990 son: Estados Unidos (costa atlántica), Namibia, Chile, Dinamarca, Irlanda, Holanda, Portugal, Ecuador, Rusia (costa del Pacífico) y Alemania. Al contrario, los países que han empeorado por pescar de forma más insostenible en el mismo período son: Ghana, Filipinas, Vietnam, Bangladesh, Islandia, Egipto y Suráfrica”.

En términos absolutos, la pesca más sostenible (según los datos de 2003) es la de Canadá (costa Pacífica), Australia y Estados Unidos (costa Pacífica). La menos sostenible, también según datos de 2003, está en Turquía, Corea de Sur, Malasia, China, Perú, Ghana, Filipinas, Marruecos, Vietnam y Bangladesh.

España, en términos relativos de mejora respecto a 1990, se encuentra en el puesto 14 y 15 (para costa Atlántica y Mediterránea), y en términos absolutos está en el 10 y 14, respectivamente. “Nuestro estudio transmite un mensaje positivo en el contexto de los acuerdos internacionales que se ocupan de cuestiones ambientales: el cumplimiento de acuerdos como el código de conducta de la FAO puede contribuir a aumentar la sostenibilidad, independientemente de la posición geográfica del país.

Dado que el cumplimiento del Código en todo el mundo sigue siendo bajo o muy bajo, concluye el trabajo, “estos resultados pueden alentar a los países a adoptar las medidas necesarias para aumentar la sostenibilidad ecológica de los recursos marinos”.

Fuente:

http://www.csic.es/web/guest/publicaciones;jsessionid=8B5214F321EBC7CB14C70A6D0143FC0C?p_p_id=contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet&p_p_lifecycle=1&p_p_state=maximized&p_p_mode=view&p_p_col_id=column-3&p_p_col_count=2&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_struts_action=%2Fcontentviewer%2Fview&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_nodeRef=workspace%3A%2F%2FSpacesStore%2F1e7fe088-0141-494e-a938-62877b3e30d4&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_gsa_index=false&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_title=Noticias&contentType=news

27 de enero de 2013

La anchoveta y los descartes


POR: CÉSAR CÓRDOVA PONCE

Este 31 de enero, junto al cierre de su segunda temporada de pesca del 2012, se despedirá la vieja mala práctica de las embarcaciones pesqueras de devolver al mar la anchoveta capturada con alta incidencia de ejemplares juveniles, y se introducirá el sistema de vigilancia directa del Ministerio de la Producción (PRODUCE) a través de inspectores y/o técnicos científicos de investigación del Instituto del Mar del Perú (IMARPE) a bordo, que hará posible la respuesta inmediata del PRODUCE cuando se observe esta grave incidencia en las faenas de pesca y pueda disponer oportunamente la suspensión de las actividades extractivas en las zonas donde aquello suceda.

En estos últimos meses hemos observado, con mucha decepción, la práctica irresponsable de este descarte de juveniles en altamar que realizan muchas embarcaciones pesqueras, acatando seguramente directivas de las empresas a las que pertenecen y contando con el cómplice silencio de sus tripulantes, a pesar que antes de dar inicio a la presente temporada de pesca, la ministra de la Producción Gladys Triveño, en conferencia de prensa difundida a nivel nacional, expuso la preocupante disminución de la biomasa de anchoveta (estimada en 5.3 millones de toneladas y con alta presencia de ejemplares juveniles), dando lectura al dramático informe alcanzado a su despacho por investigadores científicos del IMARPE.

En esa ocasión y ante esa adversa circunstancia, sacrificando las recomendaciones técnicas de abstenerse de pescar en esta segunda temporada y en atención a la dramática situación laboral al que quedarían expuestos los pescadores, la ministra determinó una cuota social de 810 mil toneladas, demandando públicamente mayor compromiso a los actores involucrados en esta actividad extractiva para preservar este preciado recurso marino.  Muchos dudaron de tal informe e inclusive solicitaron una nueva inspección y hasta el incremento de la cuota asignada.

Una vez que se hicieron a la mar, los pescadores se han dado cuenta de la certeza del informe del IMARPE y de la gravedad del problema que alertó la ministra. Pero, de manera contradictoria, salvo unas pocas embarcaciones (es justo reconocerlo) de la empresa pesquera Hayduk, estas malas prácticas del descarte de juveniles en altamar se volvieron más recurrentes. A esta reprochable actitud altamente depredatoria, se sumó el desorden y corrupción que aún están latentes en la supervisión en  los desembarques de pesca industrial a cargo de CERPER y SGS, las cuales han hecho todo lo posible por ocultar el reporte real de la alta incidencia juvenil en las descargas y han retardado la acción correctiva del PRODUCE.

Hay quienes ahora piden veda general y hasta la cabeza de Gladys Triveño, a pesar que la ministra les advirtió de esta alta incidencia de ejemplares juveniles antes de iniciar las actividades extractivas y les pidió ponerse la camiseta del país extrayendo con sensatez el recurso, disponiendo no una cuota técnica, sino una social o de voluntad política. Quizá allí haya radicado su error, porque la cruda realidad le ha demostrado tardíamente que lograr el comportamiento responsable de los actores principales en la actividad extractiva de la anchoveta, es aún una tarea muy difícil para el Estado.

Por todo lo dicho, para que las nuevas normas dictadas por el PRODUCE surtan el efecto deseado, es necesario que se involucren con mayor responsabilidad quienes participan directamente en la labor extractiva, de tal manera que puedan desarrollar junto al Estado, una alianza estratégica para la sostenibilidad del recurso y de los beneficios económicos que éste les brinda.   

E mail: cesarcordova_55@hotmail.com