El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

16 de abril de 2015

Gastón Acurio: La proteína perfecta

NOTA DE PESCA

El comentario de Gastón Acurio es absolutamente razonable. No se puede imponer el consumo de anchoveta por la fuerza ni por la ley, ni se puede desaparecer a la industria reductora de harina de pescado. Pero por otro lado tampoco se puede incentivar su consumo, o el de pescado en general, en un escenario donde el mercado interno compite en desventaja con la exportación. Crear mercados dentro del Perú, incentivar el consumo de pescado y crear el hábito de consumo de anchoveta en especial, requiere de una decisión política que vaya mucho más allá de los actuales programas que existen. Es mucho más fácil exportar pescado por la facilidad logística, obvia y por los subsidios que genera la actividad como el drawback y la devolución del IGV.

La venta al mercado nacional tiene tremendos retos logísticos, hay que invertir en infraestructura y no tiene incentivos ni subsidios.

La iniciativa privada requiere de mayor esfuerzo e imaginación desde el Estado para apoyarla. Cambiar hábitos de consumo o crearlos toma más tiempo del que dura un gobierno.

Mientras esto no se entienda y no se diseñen Políticas de Estado de largo plazo que tengan por objeto crear el hábito de consumo en la niñez, diseñando además estrategias que abaraten el costo de los productos hidrobiológicos, en especial la anchoveta, pota y jurel que son los más abundantes, seguiremos hablando de lo mismo sin resultados eficaces.


Tenemos que pensar como país y no como gobierno de 5 años. El éxito en la creación del hábito de consumo de anchoveta no será cosechado en el gobierno que inicie una acción eficaz al respecto, sino en el siguiente o subsiguiente. Por tanto, mientras subsista el egoísmo de hacer cosas para salir en la foto durante la gestión la desnutrición infantil seguirá siendo un problema.

Marcos Kisner

La vida del cocinero no es fácil. Se levanta muy temprano, casi al alba, para conseguir los mejores ingredientes. Cocina el almuerzo, administra su negocio durante la tarde, vuelve a la cocina para la cena, se acuesta pasada la medianoche y luego vuelve a empezar la misma rutina al día siguiente, solo que con un detalle: el fin de semana no es su tiempo de descanso, sino, más bien, el de mayor trabajo. 

El destino del cocinero es trabajar cuando la mayoría se divierte.

Sin embargo, todo este esfuerzo, que puede parecer titánico, tiene una enorme recompensa. Cada día y en tres ocasiones, el cocinero tiene la oportunidad de hacer felices a los demás con aquello que el sabe hacer: cocinar. La mesa, compartir, revivir recuerdos de infancia y de amor materno, todo, confabula para que la cocina saque a relucir lo mejor del ser humano y, por ende, para que el cocinero, al final del día, pueda agradecer y decirse a sí mismo que, en realidad, a pesar del esfuerzo, su profesión es una de las más hermosas.

Por ello, consciente de que la cocina es un espacio de fraternidad, de goce y de alegrías, el cocinero suele ser casi siempre una persona positiva que va buscando siempre oportunidades, incluso en las situaciones más adversas. Sus batallas, que no son pocas, las libra como él sabe hacerlo, a través de su cocina. Evita la confrontación y el choque porque sabe que su arma de convencimiento no es otra que la seducción, consciente de que con ello no renuncia a su lucha, sino, más bien, ocupa el lugar que le corresponde en ella, el de proponer caminos, liberar emociones, curar heridas, tender puentes, contagiar sueños e ilusiones. Ese es el rol del cocinero activista de estos tiempos, el rol de buscar siempre, en cada escenario, la ventana, el camino, la oportunidad.

Hace unas semanas, tuve la suerte de asistir en la hermosa ciudad vasca de San Sebastián a un encuentro en el cual debíamos discutir cómo lograr que esos millones de toneladas de proteína animal renovable que representa la anchoveta puedan, en un día cercano, alimentar a millones de personas y con ello contribuir a la sostenibilidad de nuestro planeta. ¿Extraer millones de toneladas de un recurso marino para sostener nuestro planeta? ¿No parece una contradicción? Pues no.

Uno de los grandes desafíos del futuro cercano es el de generar la suficiente cantidad de proteínas para una población cada vez más creciente sin que esta producción presione más a nuestro planeta. A los seres humanos nos encanta la proteína animal y, por ello, se producen inmensas cantidades de esta en todo el mundo. Sin embargo, para producirlas se requiere de energía, territorios, enormes campos de cultivos y, en algunos casos, como el que nos convoca, especies renovables como la anchoveta, a tal punto que se requieren cuatro kilos de anchoveta para producir un kilo de pescado de granja en el mar.

Toda esta actividad suma a la alarmante presión al medio ambiente, que podría ser mitigada si encontráramos una proteína animal que se reproduzca y se renueve por sí sola año a año y que, además, lo haga en abundancia, de manera que pueda proveer proteínas para cientos de millones de personas. Pero, claro, hay un pequeño detalle. De momento, salvo en los países mediterráneos, donde la anchoa es considerada un auténtico manjar, el resto del mundo todavía se resiste a comer anchoveta. Esa es la realidad.

Por ello, nuestro encuentro allí tenía como principal objetivo discutir cómo los cocineros del mundo podíamos utilizar todo nuestro ingenio para crear, con este recurso, productos y conceptos que animen a las personas a consumirlo, de manera que parte de esa enorme cantidad de anchoveta que hoy se usa para hacer harina poco a poco vaya usándose para el consumo humano. No estábamos allí para pedir a los gobiernos que prohibieran la fabricación de harina y que obliguen a destinar la anchoveta a consumo humano. 

¿Qué sentido tendría una medida de esa naturaleza teniendo en cuenta que hoy todavía son muy pocos los que la quieren comer? Se perdería un recurso que, por ejemplo, en el Perú, si todos lo amaran como aman el pollo, podría dar de comer a cada peruano 200 kilos de anchoveta cada año. Pero la realidad es que este recurso se perdería porque, si bien los peruanos vamos aprendiendo a comer anchoveta poco a poco, a recuperar la memoria de nuestros antepasados que hicieron de ella la gran proteína que forjó sus civilizaciones, lo cierto es que aún distamos muchísimo de lograr que la anchoveta sea nuestra proteína favorita. El lado bueno de esta historia es que, si logramos modificar los gustos del mercado, todos nos beneficiaríamos. Los peruanos, con una proteína animal excelente y económica; el medio ambiente, al ser una proteína renovable; y, por supuesto, la industria pesquera industrial, dado que la pesca para consumo humano tanto en fresco, congelado, enlatados y derivados tiene una mayor rentabilidad que la destinada a harina.

Pero, claro, para que eso suceda, tenemos que reinventar el mercado. Y para hacerlo tenemos que inventar productos, historias y campañas mágicas que encandilen al consumidor peruano de manera que poco a poco incorpore más y más a la anchoveta en su mesa.

De eso trataba nuestro encuentro, de cómo hacer una hamburguesa de anchoveta que, en una cata ciega, logre que todo el mundo coincida en que es más rica que la de una carne angus; de cómo hacer que la pizza de anchoa deje de ser la pizza solo para los conocedores para convertirse en la favorita de los niños; de cómo inventar commodities culinarios deliciosos hechos con anchoveta que nos ayuden a popularizar su consumo, y así poco a poco ir modificando el escenario y el mercado para beneficio de todos: consumidores, pescadores, medio ambiente e industria.

Inventar un mundo mágico de la anchoveta. Esa es la misión del cocinero. Como dijimos al comienzo, abrir caminos, buscar la oportunidad, ese es su rol.

Fuente


10 de marzo de 2015

La erradicación del hambre para el año 2025: el sueño que une a CELAC y FAO

FAO y CELAC coordinaron sus agendas para avanzar hacia hambre cero en todos los países de la región, a través del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025 de la CELAC

10 de marzo de 2015, Santiago de Chile– La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han alineado sus esfuerzos bajo una meta común: la completa erradicación del hambre en todos los países de la región para el año 2025, señaló hoy la Oficina Regional de FAO.

La principal herramienta con que se busca lograr esta ambiciosa tarea es el recientemente aprobado Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC (ver resumen ejecutivo), creado por los países de la región con el apoyo técnico de la FAO, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

“El Plan ha sido un trabajo colectivo de los países, pero sin duda no lo podríamos haber concretado sin el acompañamiento de FAO”, señaló Daniel Ortega coordinador nacional adjunto de CELAC de Ecuador, en representación de la Presidencia Pro-Tempore de CELAC. “Somos una región que está marcando un camino. Ahora es momento de llevar la voz de la región al debate global para enfrentar desafíos estructurales que condicionan nuestros procesos nacionales y regionales”, señaló Ortega.

En un video-mensaje dirigido a las autoridades de CELAC y FAO reunidas en Santiago de Chile para perfeccionar la estrategia de implementación del Plan de Seguridad Alimentaria de la CELAC, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, señaló que: “Estoy convencido que el plan de la CELAC es una herramienta que nos permitirá consolidar los avances y acelerar el paso en la dirección que queremos: hambre cero”.

Graziano da Silva destacó que la Cooperación Sur-Sur, la solidaridad y el compromiso con la integración regional son elementos que están el centro del Plan de Seguridad Alimentaria de CELAC.

El sueño de América Latina y el Caribe Sin Hambre

El Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez, recordó que la región fue pionera al proponer no sólo la mera reducción sino la total erradicación del hambre a través de la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025 (IALCSH). La CELAC se ha sumado como un nuevo gran aliado a este esfuerzo regional.

América Latina y el Caribe ya alcanzó la meta de reducir por la mitad la proporción de personas subalimentadas, establecida en el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio. Según la FAO, si sólo 2.75 millones de personas superan el hambre en 2015, la región será la única del mundo en haber alcanzado la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación.

Cuatro pilares para erradicar el hambre

El Plan de Seguridad Alimentaria de CELAC se sustenta sobre cuatro pilares que buscan garantizar las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: acceso, disponibilidad, utilización y estabilidad de los alimentos. Los cuatro pilares son:

Pilar 1: Estrategias coordinadas de seguridad alimentaria a través de políticas públicas nacionales y regionales. Los países fortalecerán sus marcos jurídicos e institucionales de seguridad alimentaria, facilitarán el comercio, evitarán las pérdidas y desperdicios de alimentos y fomentarán programas de abastecimiento.
Carlos Álvarez, Secretario General de ALADI, destacó que el plan requiere que la región “demuestre que podemos hacer un esfuerzo coordinado y convergente entre el conjunto de los organismos y subregiones de América Latina y el Caribe”.
“Creemos que legislar comprometidamente para eliminar el hambre de la región es una posibilidad real”, explicó María Augusta Calle, asambleísta de Ecuador y coordinadora del Frente Parlamentario Regional contra el Hambre (ver entrevista)

Pilar 2. Acceso oportuno y sostenible a alimentos inocuos, adecuados, suficientes y nutritivos para todas las personas. El acceso es el principal problema de la seguridad alimentaria a nivel regional. Para enfrentar esto, el Plan CELAC fomenta los programas de transferencias condicionadas, la mejora de los mercados de trabajo y un fuerte apoyo a la agricultura familiar.
“Estamos llamados a hacer un cambio de paradigma en los modos de producción y consumo”, señaló al respecto Alicia Bárcena, Secretaria de la CEPAL.

Pilar 3. Bienestar nutricional para todos los grupos vulnerables: Este pilar promueve la alimentación escolar, con un énfasis especial en conectar a los productores de la agricultura familiar a través de compras públicas, y la promoción de hábitos saludables.
“Es la meta de todos los países y de la FAO que ningún niño se vaya a dormir con hambre. Debemos utilizar nuestra base productiva para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria”, explicó al respecto Caesar Saboto, Ministro de Agricultura, Transformación Rural, Bosques, Pesca e Industria de San Vicente y las Granadinas (ver video)

Pilar 4: Garantizar la estabilidad de la producción y la atención oportuna ante desastres de origen socio-naturales: La creación y mantenimiento de reservas de alimentos, la consolidación de stocks públicos para emergencias y un fuerte componente de prevención y gestión de desastres son algunos elementos de este pilar.

FAO y CELAC: una agenda común

Además de participar de la formulación, implementación y monitoreo del Plan CELAC, la FAO tiene tres prioridades regionales determinadas por los países de la región que reforzarán el Plan.

La primera iniciativa regional presta Apoyo a la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025, ayudando a los países a alcanzar sus objetivos nacionales de seguridad alimentaria y fortaleciendo el Pilar 1.

La segunda iniciativa Agricultura familiar y desarrollo territorial rural ayuda a los países a crear políticas inclusivas para apoyar el sector en línea con el segundo pilar del Plan CELAC.

La tercera se centra en la Mejora de los sistemas alimentarios en el Caribe, para enfrentar el limitado desarrollo de las cadenas de valor de alimentos y cultivos forrajeros y la escasa utilización de productos agrícolas nacionales, apoyando los cuatro pilares del Plan CELAC en los países del Caribe.

“La agenda regional de la FAO está completamente alineada con las prioridades del Plan de la CELAC. Nuestros esfuerzos en la región buscarán la mayor cantidad de sinergias posibles para caminar hacia hambre cero en 2025”, explicó Raúl Benítez.

Más información:
Documento: Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de CELAC
Contacto de prensa
Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe
Benjamín Labatut – benjamin.labatut@fao.org
Tel: +56 229 232 174            
Síguenos en Twitter: www.twitter.com/faonoticias

Web: www.fao.org/americas

5 de marzo de 2015

América Latina y el ‘fin del capitalismo’

Por Andrés Oppenheimer

Lo más triste de las declaraciones del hasta hace poco presidente de Uruguay, José Mujica, sugiriendo que el capitalismo mundial está agonizando no es que lo haya dicho en momentos en que la bolsa de Nueva York alcanzaba su récord histórico, sino el hecho de que se trate de una idea que está siendo repetida constantemente por varios presidentes latinoamericanos como si se tratara de una verdad incuestionable.

Casi no pasa un día sin que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y sus colegas de Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y otros países no proclamen –algunos más explícitamente que otros– el “fin del capitalismo”. El ex gobernante cubano Fidel Castro viene anunciando la inminente muerte del capitalismo desde principios de la década de 1960.

Mujica fue citado por la agencia de noticias oficial cubana Prensa Latina el 22 de febrero, en una entrevista al diario mexicano “La Jornada”, en la que decía que el capitalismo “está agotado”. En rigor, la cita textual de Mujica decía que el capitalismo “parece haber dado todo de sí” y que “lo lógico es que sea reemplazado por el socialismo democrático”.

El problema es que, aunque no hay duda de que el capitalismo tiene sus defectos, muchos presidentes latinoamericanos están sentados de brazos cruzados esperando su muerte. Mientras tanto, China, India, Vietnam y varios países asiáticos vienen creciendo y reduciendo la pobreza a pasos agigantados desde que empezaron a apostarle al capitalismo en la década de 1980.

Quizá alguien debería regalarle a varios presidentes latinoamericanos una copia enmarcada de un reciente artículo sobre el valor de mercado de Apple. Lo deberían colgar en sus despachos presidenciales, para empezar a entender lo que está pasando en el mundo.

Apple alcanzó un valor récord de US$710 mil millones el 10 de febrero. Para ponerlo en perspectiva, Apple vale más que todo el producto bruto interno de Argentina (US$610 mil millones), Venezuela (US$483 mil millones), Colombia (US$378 mil millones), Chile (US$277 mil millones) o el Perú (US$203 mil millones), según cifras del Banco Mundial.

Los presidentes de Ecuador, Uruguay y Bolivia deberían ser los primeros en tomar nota. Apple vale siete veces más que toda la economía de Ecuador (US$94 mil millones), 12 veces más que la de Uruguay (US$55 mil millones) y 23 veces más que la de Bolivia (US$30 mil millones).

Si estos datos no alcanzan para convencer a varios presidentes latinoamericanos de que estamos viviendo en un nuevo mundo, en que los avances tecnológicos se cotizan cada vez más y las exportaciones de las materias primas latinoamericanas cada vez menos, hay varios otros ejemplos en las noticias recientes que son igualmente ilustrativos.

Uber, empresa fundada hace cuatro años que creó una aplicación para teléfonos inteligentes conectada a un servicio de taxis particulares, ha alcanzado un valor de mercado de US$41.200 millones. Esto equivale a más que el total de las exportaciones de petróleo anuales de México.

WhatsApp, la aplicación de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes iniciada por dos jóvenes veinteañeros años, fue vendida el año pasado por US$19 mil millones. Eso es casi veinte veces el valor total de las exportaciones de vino de Chile.

Lamentablemente, mientras siguen esperando el fin del capitalismo, varios países latinoamericanos dependen cada vez más de sus exportaciones de materias primas y manufacturas básicas, y no invierten –como los asiáticos– en mejorar la calidad de su educación, la innovación, la ciencia y la tecnología.

Los países latinoamericanos invierten solo un 0,8% de su producto bruto en investigación y desarrollo de nuevos productos, en comparación con el promedio mundial de 2,1%, según datos del Banco Mundial. Lo que es más triste aún, los países latinoamericanos han aumentado su dependencia de las materias primas, y reducido sus exportaciones de productos de alta tecnología.

Según cifras citadas por la directora de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (Cepal), Alicia Bárcena, las exportaciones latinoamericanas de productos de alta tecnología han disminuido de casi 20% de sus exportaciones totales en el año 2000 a aproximadamente 10% en la actualidad.

Mi opinión: El capitalismo tiene muchas cosas que pueden y deben mejorarse para hacerlo más ecuánime, pero los presidentes latinoamericanos deberían dejar de hablar babosadas sobre el inexorable fin del sistema y ponerse a trabajar –como los países asiáticos– para ser más competitivos en la economía global que tenemos.

En lugar de hablar boberías sobre el “fin del capitalismo”, deberían estar hablando sobre la necesidad de mejorar los niveles educativos y la innovación, para exportar productos cada vez más sofisticados. 

Sus actuales vaticinios sobre el apocalipsis del capitalismo no hacen más que generar complacencia, pasividad, menor crecimiento y mayor pobreza.

 Fuente

(El Comercio, 04 de Marzo de 2015)

27 de febrero de 2015

Los principales actores tras el acaparamiento de océanos

¿QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES ACTORES TRAS EL ACAPARAMIENTO DE OCÉANOS?

Además del Estado, en el acaparamiento mundial de océanos también participa una gran diversidad de actores, tanto tradicionales como recién llegados. La gama de actores abarca toda una serie de élites económicas nacionales y corporaciones transnacionales, que trabajan en una amplia variedad de sectores, como el (eco)turismo, la agroindustria y las industrias extractivas, y que a menudo pueden ejercer su influencia en los marcos normativos y los acuerdos económicos. La academia también desempeña un papel importante a la hora de allanar el camino al acaparamiento de océanos. En más de cuatro décadas, los economistas especializados en el ámbito de la pesca y otros científicos de este campo han realizado estudios y publicado influyentes escritos de apoyo y promoción de los derechos de propiedad privada en la pesca.

Los invito a leer el artículo ¿QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES ACTORES TRAS EL ACAPARAMIENTO DE OCÉANOS? en la edición de marzo de la Revista Pesca


17 de febrero de 2015

¿Ya llegamos al límite del crecimiento?

Según este escenario, la economía global y los ecosistemas planetarios colapsarían, haciendo imposible sostener la actual población mundial, la cual se reduciría drásticamente a una fracción de lo que es hoy día en cuestión de unas pocas décadas, presumiblemente por hambre, enfermedad y violencia.El documento de 1972 pronosticó que el colapso final de la civilización humana comenzaría en los años 2015-2030.

 Los invito a leer el artículo “LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO, ¿LLEGAMOS YA?” en la edición de febrero de la Revista Pesca

9 de febrero de 2015

El fracaso del séptimo objetivo del milenio

En el lejano año 2000, los 189 países miembros de las Naciones Unidas acordaron un total de ocho propósitos de desarrollo humano, enmarcados dentro de los Objetivos del Milenio que proyectaban al esperanzador 2015, como el margen de tiempo idóneo para consolidar las metas fijadas, que abarcaban la lucha contra el analfabetismo, la hambruna, la violencia de género, la insalubridad, el daño ambiental y la mortalidad infantil.

 Los invito a leer el artículo “EL FRACASO DEL SÉPTIMO OBJETIVO DEL MILENIO” en la edición de febrero de la Revista Pesca


4 de febrero de 2015

Acuicultura ¿será posible?, Lo que piensan Pauly y Greenberg

LA ACUICULTURA Y EL PENSAMIENTO DE DANIEL PAULY

Cuanta más acuicultura de ésta hagamos menos pescado tendremos, porque necesitamos de 2 a 4 kilogramos de pescado para producir un kilo de salmón, y 10 a 20 kilos de pescado por cada kilo de atún. Este tipo de acuicultura es un negocio legítimo –como hacer coches de Fórmula 1– pero no vamos a ser capaces de reemplazar las pesquerías perdidas por este tipo de acuicultura más de lo que podríamos esperar de reemplazar los tranvías de una ciudad por una flota de coches de Fórmula 1 y declarar resuelto el problema de transporte público en esa ciudad.

 Los invito a leer el artículo “LA ACUICULTURA Y EL PENSAMIENTO DE DANIEL PAULY” en la edición de febrero de la Revista Pesca


30 de enero de 2015

HACIA UN MANEJO ECOSISTÉMICO DE LA PESQUERÍA PERUANA DE ANCHOVETA

Análisis del marco legal y administrativo para reformar el manejo de la pesquería peruana de anchoveta.

Alcanzar el manejo ecosistémico de la pesquería peruana de anchoveta es crucial para restaurar y mantener la salud del ecosistema de la Corriente de Humboldt, y brindar un modelo que incorpore las necesidades de los ecosistemas en el manejo de otras grandes pesquerías. La pesquería peruana de anchoveta, es la mayor pesquería de una única especie en el mundo y está dirigida a la especie de forraje ecológicamente más importante en la Corriente de Humboldt - la mayoría de los depredadores marinos en este ecosistema dependen en cierta medida de la anchoveta -. Entre 1955 y 2010 se ha reportado la captura de más de 270 millones de toneladas métricas (TM) de anchoveta, lo que representa aproximadamente el 10% de todos los peces capturados a nivel mundial.

Tres flotas distintas extraen anchoveta en el Perú: (1) la flota “de mayor escala” o “industrial” que incluye las embarcaciones con una capacidad de bodega superior a 32.6 metros cúbicos; (2) la flota de “menor escala” que incluye las embarcaciones con una capacidad entre 10 y 32.6 metros cúbicos y; (3) la flota “artesanal” que incluye embarcaciones con una capacidad menor a los 10 metros cúbicos. Estas flotas operan en diferentes zonas del mar peruano (ver figura 1). La normativa requiere que las embarcaciones “de mayor escala” destinen sus capturas de anchoveta exclusivamente para el consumo humano “indirecto” (es decir, para producir harina y/o aceite de pescado), mientras que las flotas “artesanal” y de “menor escala” deben destinar su pesca exclusivamente para el consumo humano “directo”. Sin embargo, en la práctica, es un problema recurrente que embarcaciones de menor escala y artesanales vendan sus capturas a empresas productoras de harina de pescado.

La población de la anchoveta ha experimentado varios períodos de “auge y caída” en el último medio siglo, con graves repercusiones económicas y ecológicas. A pesar de que su población parece estable actualmente -aunque a niveles más bajos que los registrados antes de la pesca industrial- algunas especies que dependen de la anchoveta se mantienen significativamente reducidas. Desde el punto de vista económico, la caída en las poblaciones de anchoveta puede provocar un efecto dominó que afectaría desde titulares de embarcaciones pesqueras y plantas de procesamiento hasta propietarios de restaurantes, distribuidores de harina de pescado, empresas de turismo, entre otros.

Perú carece de un régimen de manejo integrado que asegure la salud de la población de anchoveta y de los innumerables depredadores marinos que dependen de ella.

Bajo los esquemas de manejo actuales, es frecuente que consideraciones políticas prevalezcan frente a la información científica, fijándose cuotas globales de captura más altas de lo recomendable según las evaluaciones biológicas o las necesidades del ecosistema. Lo anterior, combinado con la falta de regulación del esfuerzo pesquero de todas las flotas pesqueras, así como inadecuados sistemas de supervisión y fiscalización, genera incertidumbre respecto a la situación de la anchoveta y el verdadero esfuerzo pesquero que se ejerce sobre ella.

Debido a la importancia económica y ecológica de este recurso, es fundamental asegurar su sostenibilidad, para lo cual se requiere un manejo pesquero con enfoque ecosistémico. Este documento presenta las recomendaciones para mejorar el marco legal e institucional que regula la pesca de anchoveta en Perú y lograr implementar este tipo de manejo. Para esto, se identifican cinco retos que deben ser abordados de manera prioritaria:

El documento completo puede leerse en el siguiente link:

http://www.spda.org.pe/?wpfb_dl=435

o
http://www.spda.org.pe/wpfb-file/anchoveta-pdf/

23 de enero de 2015

La crisis de la anchoveta y la actitud del gobierno

La drástica reducción o colapso de anchoveta en el mar peruano, se debe a la sobre pesca, la pesca negra, la pesca de juveniles por ampliación de temporada, la falta de ordenamiento, la corrupción existente y adicionalmente, la falta de conocimiento, inducida por los aspectos fenomenológicos de nuestro mar, las faenas de pesca ilegal de flotas extranjeras, la impunidad en servicios de atraque y mantenimiento de estas naves, hechos que significan una peligrosa “bomba de tiempo” social, económica y política para el futuro de la pesca nacional.

Los invito a leer el artículo de Antonio Ramírez: "ANCHOVETA: CRISIS, ULTRAMAR  Y SILENCIO DEL GOBIERNO” en la edición de enero de la Revista Pesca

http://issuu.com/revistapesca/docs/revista_pesca_enero_2015/1

15 de enero de 2015

El clima y el sistema económico

COP 20, 21: ¿CAMBIAMOS EL CLIMA O EL SISTEMA ECONÓMICO?

 La institucionalidad ambiental nacional es muy débil y centralista, y el gobierno nacionalista no logra avances consistentes en el tema al estar más preocupado por revertir la desaceleración económica y supeditado a los poderes fácticos y la tecnocracia neoliberal del Ministerio de Economía y Finanzas, que desde su enfoque reduccionista de la economía viene influyendo en el ejecutivo con una serie de medidas reactivadoras, a costo del debilitamiento y subordinación del rol del MINAM y sus organismos competentes como la OEFA.

 Los invito a leer el artículo “COP 20, 21: ¿CAMBIAMOS EL CLIMA O EL SISTEMA ECONÓMICO?” en la edición de enero de la Revista Pesca