El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

1 de septiembre de 2017

Editorial Revista Pesca septiembre 2017

El PESEM 2017-2021, recientemente aprobado,  no menciona acciones concretas en cuanto a la pesca industrial, porque probablemente se haya considerado que ya no son tan prioritarias como prestar preferente atención a la pesca artesanal, consumo interno y acuicultura. Existen muchas acciones por ejecutar y problemas por atender; pero todos ellos podrían enmarcarse dentro del objetivo 3: “mejorar la cadena de valor de los productos hidrobiológicos”. Aun cuando el título no define muy bien las acciones estratégicas consignadas, es importante no confundir el título del objetivo estratégico con las acciones estratégicas.

Que las cosas funcionen o no, es un tema de voluntad y eficiencia de los funcionarios responsables de ejecutar los planes. Lo destacable es que el marco conceptual y teórico sobre el cual se basarán los Planes Operativos del sector y sus presupuestos, a partir de ahora, para este gobierno por lo menos, son más apropiados que lo que se hizo en diciembre de 2015.

La actividad industrial de extracción y procesamiento pesqueros no es la misma de hace diez años. Ha alcanzado un importante nivel de ordenamiento, regulación y administración. Probablemente la normatividad vigente aún es perfectible; pero no se puede negar que es notoriamente superior a lo existente antes de 2008. 

Por otro lado, algo está pasando. Algo está germinando en las mentes de las nuevas generaciones del Perú, que poco a poco vienen mostrando mayor interés por la pesca y el ambiente, sobre todo a través de las redes sociales. La participación ciudadana se incrementa y eso es algo que deberá cambiar la estructura del sector pesquero en los años por venir. Falta que se incorpore a la ciudadanía a la mesa de discusiones y toma de decisiones en su calidad de propietaria del recurso pesquero y consumidor final del producto pesquero. Hasta ahora viene siendo excluida, olvidando que toda la industria existe en función de un consumidor el cual tiene derecho a la participación.

La industria pesquera de CHI y la de CHD son componentes importantes del PBI. Eso es una realidad, por lo cual  no deberían ser objetos de confrontación. El sector ha perdido mucho tiempo en enfrentamientos estériles que no han dado resultados positivos para nadie, por lo cual se debe evolucionar hacia la búsqueda armónica de consensos.

Lo que deberá hacer la industria es ubicarse en una justa dimensión de contribución a la Nación, legítima propietaria de los recursos naturales. Deberá basarse en un enfoque ecosistémico. Deberá ser una industria limpia que no contamine perjudicando la calidad de vida del poblador costero y seguirá existiendo, dentro de una justa y adecuada dimensión.

Las poblaciones costeras deberán organizarse y contribuir al esfuerzo. Su bienestar y el de las futuras generaciones dependen de lo que hagan o dejen de hacer hoy en defensa de su calidad de vida, de su sustento, y de la primacía de la realidad. Una realidad que reclama el diseño de una Política de Estado integral, coherente  y de largo plazo.

Es necesario un escenario sin conflictos entre la industria y el Estado que permita prestar atención a temas pendientes. Dentro de ello no cabe ninguna duda de que se encuentra la problemática de la pesca artesanal, de la acuicultura y de la alimentación nacional, como prioritarios.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información, ideas y opiniones obtenidas de fuentes diversas, que tienen por objeto exponer la problemática de la pesca en el Perú y el mundo.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a SETIEMBRE 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

https://www.yumpu.com/es/document/view/59392058/revista-pesca-setiembre-2017

31 de julio de 2017

Revista Pesca agosto 2017:contra la desnutricion y anemia infantil

El 10 de febrero de 2017, el Poder Ejecutivo y los gobiernos regionales suscribieron  el Pacto Nacional contra la anemia y la desnutrición crónica infantil. En el Pacto, el Gobierno central se fija la meta de reducir los indicadores de anemia y desnutrición crónica infantil que son altos en varias regiones. Por ejemplo, en el caso de la anemia infantil, que registra una tasa de 43.5 por ciento la meta es reducirla a 19 por ciento al finalizar la actual gestión. En este contexto el MINSA y el MIDIS tienen planes para actuar con miras a la consecución de estos objetivos.

En el caso del MIDIS, el “Plan Sectorial para contribuir con la reducción de la Desnutrición Crónica Infantil y la Anemia en niñas y niños menores de 36 meses, 2017-2021” fue aprobado con la  RESOLUCIÓN MINISTERIAL N° 112-2017-MIDIS.
En el caso de Salud, la RM 249-2017-MINSA, del Ministerio de Salud, aprueba el Documento Técnico Plan Nacional para la Reducción y Control de la anemia materno infantil y la desnutrición crónica infantil en el Perú 2017-2021.

La importancia del asunto amerita que las entidades con posibilidades de contribuir con estos planes se integren y se articulen estrategias conjuntas de corto, mediano y largo plazo. En este escenario, el empleo de la anchoveta y la pota se presentan como alimentos que pueden ser utilizados para alcanzar estos objetivos, si es que se reformulan algunos programas  o se crean nuevos que permitan contribuir con la alimentación nacional.

El mercado no puede resolver el problema. Hay una imposibilidad para acceder a los alimentos por parte de amplios sectores de la población que no pueden pagar los precios actuales y que no son objetivo de ventas tampoco. El empresario privado optará siempre por vender sus productos con mayor valor agregado al mejor precio y al mejor postor, con legítimo criterio comercial. En esa lógica de pensamiento siempre encontrará en la exportación un mercado dispuesto a pagar caro por alimentos o materia prima para producir alimentos gourmet que satisfagan no necesariamente el hambre sino exigencias gastronómicas. La consecuencia es que el ciudadano pobre que requiere proteína barata y no gourmet, tenderá a ser excluido de esa lógica de mercado.

De allí la necesidad de que el Estado preste atención al mercado nacional a través de programas sociales, en aquellos lugares que sean debidamente identificados por el Sistema Nacional de Focalización de Hogares. Las ventanas de oportunidades que se abren para la creación de microempresas y de puestos de trabajo, que pueden ser apoyadas con programas de innovación, son abundantes y contribuyen a mejorar la seguridad alimentaria nacional. Sobre todo, dadas las expectativas de recuperación y crecimiento que se anuncian para el sector pesquero en 2017, que vendrían a compensar los últimos años no tan buenos que ha tenido el sector debido a múltiples circunstancias.

La bonanza debe trasladarse a la población nacional, sobre todo a la más necesitada.

No podemos seguir teniendo niños hambrientos nadando en un mar de proteína abundante.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información, ideas y opiniones obtenidas de fuentes diversas, que tienen por objeto exponer la problemática de la pesca en el Perú y el mundo.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a AGOSTO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

En formato revista en el siguiente link:
https://www.yumpu.com/es/document/view/59198244/revista-pesca-agosto-2017

14 de julio de 2017

¿ES LA DEMOCRACIA LA MEJOR FORMA DE GOBIERNO?

¿Es la democracia la mejor forma de gobierno, en tanto que desde su invención hasta la fecha no resuelve los problemas de la especie humana?

¿O es que el problema no está en la forma de gobierno, sino en la naturaleza de los humanos?

Los griegos fueron los inventores de la democracia y de casi todas las instituciones que hasta hoy funcionan en el mundo occidental. Grecia y Roma, en especial, son los elementos básicos de nuestra cultura.

Respecto al poder y a la forma de conducir el Estado, los griegos tuvieron todas las formas de gobierno. La monarquía (el gobierno de un solo hombre), la tiranía (un gobierno de facto instalado por la fuerza), la dictadura ( régimen legal encargado por lo regular a un militar para el resguardo de la polis mientras dure la amenaza), la gerontocracia ( el gobierno de los ancianos), la plutocracia (el gobierno de los ricos), la oligarquía (el gobierno de unos pocos) y la democracia (el gobierno del pueblo).

Sin embargo, también experimentaron la degradación de la democracia, en un régimen político que se denominó la “oclocracia” (el gobierno de la muchedumbre), lo que traducido a lenguaje contemporáneo, sería algo así como el gobierno de la gente de la calle, o sea, un régimen en el cual se constata el debilitamiento del liderazgo político, teniendo estos que recoger las sugerencias del populacho para mantenerse en el poder.

“Etimológicamente, la democracia es el gobierno del pueblo, y la oclocracia es el gobierno de los insipientes, o como mejor se le quiera llamar ahora al conjunto de esas muchas personas que en los asuntos públicos o políticos andan confusos o desordenados de cabeza, escasos de razón, flojos en la forma de discurrir o débiles en la capacidad de juicio.

Siendo obvio que ni el pueblo ni los insipientes han gobernado nunca, ni podrán gobernar jamás, porque, como diría Rousseau, va contra la naturaleza de las cosas que sean los más los que gobiernen y los menos los gobernados, lo que con la expresión ``gobierno del pueblo'' se quiere significar es que el gobierno está apoyado, respaldado y legitimado por el pueblo, de la misma manera que con la expresión ``gobierno de los insipientes'' lo que significa es que es entre éstos, de manera expresa, entre quienes el gobierno, o los que aspiran a gobernar, buscan el apoyo, el respaldo o la legitimación”.

El término insipiente: se dice de una persona o individuo el falto o carente de erudición, sabiduría, formación, educación y también la especialidad, rama o ciencia. Carente de razonamiento o juicio, puede aludir a un insensato o imprudente. Se puede emplear como sustantivo. Etimología: Este vocablo etimológicamente viene del latín “insipiens”; formado del prefijo “in” privación o negación y del latín “săpĭens” que significa sabio, conocedor e inteligente”

A lo largo de la historia de la humanidad y en casi todos los países, pasando por diversas formas de institucionalidad en la conducción de la política, la economía y la administración nacionales, el principal denominador común que se observa es la corrupción. Otro es la violencia, tanto desde el Estado como desde la sociedad misma.

Las grandes reformas, los cambios de sistemas de gobierno y económicos, han nacido de rebeliones violentas, a veces sangrientas y generalmente originadas por la corrupción, la ambición y la miseria moral de un puñado de hombres que detentaban el poder de turno o aspiraban a alcanzarlo. Siempre ha habido grupos de hombres que han manipulado a las mayorías para utilizarlas; pero también es cierto que las masas se han dejado manipular siempre.

No hay corrupto sin corruptor y no hay gobernante sin gobernados. Lo curioso es que tal vez exista en la mayoría de humanos, algo así como una antiquísima tendencia natural a la sumisión y una necesidad genética de tener líderes. Alguien que piense en lugar de nosotros, nos diga qué hacer, nos proporcione alimento y seguridad, nos defienda la vida y el cuerpo, la mujer y el hijo, los enfermos y los débiles contra animales salvajes y salteadores, es decir contra los enemigos, bien sea reales o inventados. 

Pero también hay una minoría de humanos, que por alguna razón desarrollan capacidades de liderazgo, que convierten en un lindo negocio este instinto primitivo, que no carece de derechos y pretenden ser los jefes y conductores de esas mayorías carentes de voluntad o capacidad para autogobernarse.

Estas dos clases de humanos vienen existiendo desde los orígenes de la civilización alternando entre los “líderes”, tan solo las formas de dominación; pero en esencia nada ha cambiado. Para los hambrientos y los pobres del mundo no existe mucha diferencia entre un rey y un presidente, en términos reales. ¿La libertad es la diferencia entre un sistema de gobierno y otro? ¿Cómo puede ser diferente un humano hambriento y pobre con libertad, que otro sin libertad? La libertad no se come.

Si el problema no se encuentra en la propia naturaleza humana, en su composición genética, estamos entonces frente a una situación que muestra que aún no se ha descubierto o instaurado la forma correcta de gobierno para las sociedades de humanos. 

¿O es que somos una especie ingobernable y sin remedio?

Las soluciones que son necesarias para modificar el estatus, no deben pasar solamente por tratar de remediar desastres ya causados, sino por evitar que estos sucedan. No pasan por nuevas elecciones para tener nuevos gobernantes que repiten las mismas recetas y los mismos vicios y defectos.

El tema de fondo en un sistema democrático es que la libertad, que es intrínseca al mismo, crea a una clase política que resulta, generalmente, incapaz o indigna para dirigirlo. Convierte a la política, a la economía y al sistema de gobierno, en un botín el cual se adquiere mediante una guerra por alcanzarlo, que podemos llamar campaña electoral, en la que todo vale para asegurarse ventajas que resuelvan sus propios problemas y satisfagan sus propios intereses. 

En esta ecuación poco o nada tienen que ver las poblaciones y las mayorías para quienes supuestamente gobiernan y por quienes teóricamente pelearon. Los ciudadanos son el carburante, el combustible, los animales de tiro. No constituyen un fin en sí mismo sino que son el medio para que los menos obtengan el poder, que generosa y absurdamente lo entregan a quienes se convertirán en sus amos y explotadores.

Se ha explotado y utilizado a las mayorías mintiéndoles con planes de gobierno que generalmente se incumplen, a cambio de sus votos que los convierten en gobernantes legítimos. El idealismo de esos electores siempre ha sido objeto de burla.  Se nos hacen promesas, en primer lugar para convencernos, después para vivir sometidos, luego simplemente para vivir.  Con las lágrimas y la desesperación de las mayorías de ciudadanos, han abonado su sed de triunfo, sus apetencias de poder y su ambición, un puñado de hombres.

El sistema se protege a sí mismo. Un gobernante incapaz o corrupto; pero democráticamente elegido, no puede ser removido sino hasta las próximas elecciones, a menos que se quebrante el sistema. Y es que las autoridades juran servir fielmente al país ante Dios y la Patria, y si no lo hiciesen así,  Dios y la Patria deben demandárselo. Pero el problema es que ni Dios ni la Patria formulan demanda alguna ante ninguna Corte.

La democracia degenera, tiende a la oclocracia.

Ocurre, sin embargo, que el hombre no es susceptible de ser gravado y manejado a capricho, no puede soportarlo todo indefinidamente: las matanzas, las guerras, los políticos, los burócratas, el deterioro de la calidad de vida, la corrupción, el liberalismo, el saqueo de sus recursos.

Es entonces cuando una civilización alcanza ese punto, cuando el hombre escapa a  los políticos, a los gobernantes, a los burócratas, para retornar a la anarquía original con la esperanza de recomenzar la búsqueda de la sociedad perfecta.

El problema es que si la raíz de todos estos males está en su propia naturaleza, no hay salida. Es así como, sin o con violencia, finaliza su existencia una civilización, porque las jerarquías de gobernantes, de políticos y burócratas abusan demasiado del hombre.


En todo caso nuestra civilización alcanza su punto crítico. Nuestros mejores pensadores deben inventar una nueva forma de gobierno, mientras aún sea posible.

Marcos Kisner Bueno

12 de julio de 2017

¿Hacia donde va la pesquería en el Perú?

La pesquería está conceptuada como factor de crecimiento del PBI vía exportación, negándonos a aceptar que primero debe ser fuente de alimentación nacional. Se requiere privilegiar la alimentación de la población nacional por encima de todo. Se necesita colocar el interés nacional por encima de los intereses de parte. Lo que no significa que exportar sea malo o indebido, sino que el mercado nacional merece igualdad de condiciones, ya que a la fecha está en desventaja con el mercado externo que, en el caso de los productos de consumo humano directo, recibe subsidios e incentivos mientras que el peruano no tiene ningún estímulo.
Existe preocupación por los problemas asociados a la sostenibilidad, al incremento de las capturas en relación a las capacidades de renovación y sostenimiento de los recursos, al impacto sobre el ecosistema, a la alimentación nacional y a los costos medioambientales vinculados con una explotación que puede volverse más intensiva.
Ello requiere de una adecuada preservación de los recursos pesqueros, del ecosistema  y del ambiente, de tal forma que se garanticen alimentos para toda la población del país en forma prioritaria. De allí la necesidad de establecer, por parte del Estado la  regulación y, más aun, su participación concreta como actor económico en un área en la que se trabaja con activos cuya propiedad es de todos los ciudadanos del país.
El índice de desnutrición de nuestro país nos obliga a utilizar los recursos hidrobiológicos para que nos proporcionen alimentos. Estos recursos, además de representar un insumo importante para la alimentación, que reduzca la desnutrición y la anemia infantil, constituyen una reserva estratégica que en el mediano plazo pueden colocar al Perú en una posición ventajosa en términos de abastecedor mundial de alimentos.
Se ha aceptado como definición de desarrollo sostenible aquel progreso que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Por tanto, tiene que haber límites al crecimiento debido al agotamiento de recursos hidrobiológicos, lo que se evidencia en especial en los capturados por la pesca artesanal, que cada vez tiene mayores dificultades en encontrar cardúmenes que antes se hallaban más fácilmente a su alcance y que cada vez se aprecian en menores tallas y volúmenes. 

En la actividad extractiva, medio en el cual nadie puede controlar efectivamente el cumplimiento de las normas, la mejor garantía se su cumplimiento es que los actores del sector asuman conciencia de que detrás de la regulación hay una necesidad. En consecuencia, la educación y el cambio o introducción de un modelo educativo para el sector se torna cada vez más un imperativo y una urgencia.
La educación para el sector pesquero debe ir más allá del mero entrenamiento técnico para los pescadores y tripulaciones. Debe ampliar su radio de acción a todos los trabajadores de la industria pesquera en tierra, a todas las comunidades de pescadores marítimos y continentales y difundir información a las poblaciones costeras y aledañas a ríos y lagos. Debe trascender lo tradicional y educar en temas de protección al ambiente y a las poblaciones ícticas, debe incursionar en temas que tengan por objeto crear conciencia sobre la necesidad y responsabilidad compartida de proteger los ecosistemas y el futuro de los peces como elemento clave para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria, base de un educación imprescindible para alcanzar un alto nivel de desarrollo. Debe estimular la creación de micro empresas formales que abastezcan al mercado nacional.
Si aspiramos a la soberanía y seguridad alimentarias se necesita una pesquería que produzca, en primer lugar, alimentos variados, sanos y accesibles para la población peruana y, en segundo lugar, para las oportunidades del mercado exterior.

La defensa del bien común impone el diseño de políticas públicas que protejan los recursos pesqueros para las generaciones futuras y que le den a la sociedad una adecuada participación. El marco normativo debe imponer reglas y normas regulatorias que hagan posible el usufructo racional de los recursos, no sólo en términos de su agotamiento y contaminación, sino de una participación justa de la renta que generan los recursos en toda la cadena de producción para beneficio del país en investigación, control y proyectos sociales alimentarios.

La protección de nuestros recursos solo pueden materializarse a partir de la existencia de un poder político que establezca planes de largo plazo y optimice el funcionamiento del aparato estatal.

Las decisiones políticas, en un sistema democrático, se sustentan en el derecho que concede el pueblo con su voto, a las autoridades elegidas para administrar el país. El poder político real de todo Estado, es la resultante de la aplicación de políticas de Estado que son ejecutadas por la administración de turno.

Existen iniciativas privadas para el desarrollo pesquero, pero que no dejan de ser aisladas y con objetivos empresariales, como corresponde. Es la naturaleza legítima de la empresa privada.

Lo que no se ve es un diseño del Estado para la actividad pesquera que marque los objetivos estratégicos para el futuro de la pesquería en el Perú, visualizando no solamente la sostenibilidad de los recursos, sino el bienestar de las mayorías nacionales. No existe, en forma visible por lo menos, una definición de la visión de la pesquería en el largo plazo. Más allá de lo que manda la Ley General de Pesca, ya obsoleta por cierto, no hay nada de planeamiento a futuro. Si analizamos el Plan Estratégico Sectorial Multianual vigente, podremos comprender mejor como a la pesca y acuicultura no se les da el tratamiento que corresponde.

Más allá de las acciones de gestión propiamente dicha, de los fundamentos en los cuales debiera basarse y de la situación económica que impone acciones puntuales marcadas por la coyuntura del momento, ¿Hacia donde se dirige la pesquería peruana? ¿Cuál es la agenda del gobierno? ¿Cada administración impondrá su propia agenda a falta de una Política de Estado? ¿Es eso lo mejor para el Perú? ¿Qué es lo que queremos para nuestra pesca en el futuro? No existen objetivos estratégicos a alcanzar, ni políticas para lograrlo, como tampoco indicadores para evaluarlos en el corto, mediano y largo plazo.

Elaborado por:
Marcos Kisner Bueno

Presidente de la Revista Pesca

Los fundamentos de la gestión pesquera, la gestión propiamente dicha y viendo más allá de la gestión se pueden leer en el siguiente documento:

27 de junio de 2017

Editorial revista Pesca julio 2017

La pesquería peruana carece de una Política de Estado de largo plazo. De existir, se evitaría que se generen situaciones, como por ejemplo, la que crea el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP), el cual  no existía en el Plan de Gobierno, sino que fue promovido por un Ministro a mitad del mandato.

Los dos ministros de la Producción del gobierno actual, que sucedió al de la diversificación productiva, han declarado públicamente que no le conceden el mismo nivel de importancia que le brindó su creador. Por las razones que fuese, el hecho es que se perdió tiempo y dinero.  Más allá de si los planes son buenos o malos, convenientes o no, el punto es que son acciones aisladas. Se infiere que no se puede saber qué novedades se podría introducir en el corto o mediano plazo, porque no existe una gran agenda nacional de largo plazo.

El Plan de Gobierno del actual régimen no hace mención expresa a la pesquería. Solo existe como “política de gobierno” oficial, el Plan Estratégico Sectorial Multianual que formuló el gobierno anterior y que se hizo en un nuevo formato para alinearlo al Plan Nacional de Diversificación Productiva.  Técnicamente hablando, el actual Gobierno no tiene agenda ni política oficial para el sector pesquero ni ha reformulado el PESEM que heredó.

Lo negativamente novedoso de este PESEM, en relación a la pesca, es que solo se concentra en aumentar la productividad de la cosecha acuícola y en el aumento del PBI de pesca y acuicultura. No hay ninguna otra mención a la problemática y necesidades de la pesca, sobre todo en relación a aspectos de inclusión, de seguridad alimentaria y de muchos otros temas que deberían constituir objetivos estratégicos. Para sus autores, la actividad pesquera y acuícola solo es importante desde la perspectiva de su aporte al producto Bruto Interno ignorando toda su compleja problemática. Este documento es de un formato totalmente diferente al anterior y evidencia la ausencia de criterios de largo plazo y que pretendió tan solo alinear formalmente la actividad del Ministerio de la producción al PNDP, que fue el principal objetivo del gobierno anterior.

El asunto es que al haber perdido protagonismo la diversificación productiva, al tenor de las declaraciones de los dos ministros de la Producción de este gobierno, el PESEM debe ser reevaluado porque el PESEM es, o debería ser, la brújula que marca el rumbo del sector por cinco años. De allí derivan los Planes Estratégicos y Operativos del sector y sus presupuestos.

La nueva administración debiera evaluar el Plan Estratégico Sectorial Multianual del sector Producción para determinar si lo continuará o no y de ser el caso formular uno nuevo.

El problema con el PESEM actual es, que salvo por dos menciones que no abarcan mayores objetivos de inclusión y seguridad alimentaria, la pesca ha sido prácticamente relegada de la planificación estratégica.


Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a JULIO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

En formato revista en el siguiente link:




3 de junio de 2017

REVISTA PESCA JUNIO 2017

El terminal pesquero del distrito de Villa María del Triunfo fue clausurado el 28 de abril pasado por la Municipalidad del distrito debido a varias infracciones. Lo curioso es que al día siguiente fue reabierto, supuestamente por haber subsanado todas las deficiencias, lo cual es, sino sorprendente, por lo menos inesperado.

El hecho actualiza la idea de que las especies hidrobiológicas, que una parte importante de la población ha estado consumiendo en sus casas o restaurantes, no han sido sanitariamente aceptables. También refleja la escasa atención que se le presta en el país al mercado interno. Si bien es cierto se les había notificado a los comerciantes de estas deficiencias, no se actuó con celeridad e interés por ambas partes. Además esta situación debe tener mucho más tiempo de existencia, y probablemente ocurra lo mismo en otros terminales pesqueros del Perú, así como en los mercados. Las normas no expresan con precisión y exactitud cuál es la autoridad competente para supervisar el circuito extracción – consumidor final en cuanto a peces, crustáceos y moluscos. 
Donde hay muchos supervisores, al final no hay ninguno.

Lo censurable es que la atención principal del sector está en las exportaciones y no en el mercado interno. No solamente en cuanto a la provisión adecuada de especies que el país requiere, sino también de las condiciones sanitarias, no solo de los terminales sino de la propia flota y los puntos de desembarque.

Los estímulos que se da a la exportación no pueden ser privilegios que menosprecien al mercado interno (o sea al ciudadano peruano), el cual debe estar en igualdad de condiciones de competir. Hoy el mercado peruano no es tan atractivo ni estimulante para la empresa privada porque existen incentivos solamente para el mercado externo. Lo que hay que entender es que los recursos pesqueros pertenecen a todos los peruanos y no solamente a los directamente involucrados en la pesca, pescadores, procesadores y comercializadores. La autoridad tiene que legislar y normar en beneficio del conjunto de la sociedad y no de grupos que por razones diversas operan directamente con la pesca. La circunstancia de estar en el negocio pesquero no  genera mayores derechos sobre los peces de lo que establece la Constitución. Es lo debido y forma parte del mandato constitucional. El sector se defiende a través de diversos mecanismos; pero la autoridad tiene el deber de defender a todos los ciudadanos.

Es bueno que el Estado estimule las exportaciones; pero también sería bueno que estimule al  mercado interno, entendiéndose como tal no solo a las principales ciudades y a los sectores A y B de la población, sino a todo el país. Tiene que aplicar un criterio de equidad para que de esta forma, en igualdad de condiciones ambos mercados, sea la empresa privada quien elija a quien atender; pero en una situación de justa competencia, no como viene ocurriendo a la fecha que solo la exportación goza de incentivos y privilegios. Si el mercado interno pese a ello resulta insuficientemente atendido, será el Estado quien deberá atender al sector más necesitado a través de programas sociales.

El tema es que el mercado asegura que se atienda la demanda de aquellos segmentos de la población que pueden pagar un determinado precio, pero no garantiza que se atienda a los niveles de población que, necesitando proteína hidrobiológica no pueden pagar sus precios. La atención de esta población es importante y por ello es necesario introducir algún tipo de programa social. El Estado debe cumplir su rol subsidiario. (ver página 52 a la 61 en esta edición).

Por otro lado las funciones del Despacho Viceministerial de Pesca y Acuicultura, recientemente modificadas, incluyen “Promover el diseño y desarrollo de mercados y actividades productivas vinculadas al ámbito pesquero y acuícola, generando una mayor competitividad, inversión e inclusión social”

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.

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28 de abril de 2017

Pesca, utilidades e impuestos

En las últimas semanas se ha observado reclamos de algunos sindicatos de empresas pesqueras por la falta de pago de utilidades correspondiente al ejercicio 2016. Se quejan de que la empresa no ha hecho el reparto de utilidades. Si la empresa está declarando pérdidas, no hay manera de que reparta utilidades que no ha obtenido, lo que puede desagradar o ser discutible, pero es un hecho.

El punto es que ello implica que no ha habido pago de impuesto a la renta tampoco, porque este se aplica a las utilidades. No hay utilidad, por tanto no hay impuesto a la renta.
Estas empresas pesqueras solamente habrían aportado al Estado lo correspondiente a derechos de pesca que, como se ha explicado ampliamente, no es mucho.

Cabe cuestionar que más allá de que la empresa, por las razones que fuese haya incurrido en pérdidas, el hecho es que ha habido un esfuerzo de extracción de especies hidrobiológicas y que eso ha causado un impacto en el ecosistema. En esta etapa del negocio veamos hechos reales y medibles, no los números todavía.

La extracción es independiente de la eficiencia empresarial que conduce a un resultado con ganancias o pérdidas. Por tanto, esas especies extraídas deberían tener un precio más allá de los resultados financieros. De lo contrario se convierten en materia prima gratis, sin costo alguno.
No apreciarlo así significa que la Nación pierde recursos naturales sin recibir la adecuada compensación.

Otra cara de la moneda, a la luz de toda la corrupción destapada en los últimos tiempos, es que ante el mal uso de los dineros recaudados a través de impuestos, es de alguna manera lógico pensar en dejar de pagarlos, evadirlos, o pagar lo menos posible. Eso dependerá de las autoridades competentes y de su capacidad para convencer a la población tributante, de que no ocurrirá más corrupción. Posible o no, es una tarea pendiente si se quiere incrementar la recaudación.

El tema a debatir es que todos quienes usan recursos naturales para hacer negocios deben pagar un justiprecio por la extracción de los mismos, independientemente de que tengan resultados buenos, malos o pobres. Pero que también es necesario hacer los ajustes que inspiren confianza al contribuyente en el sentido de que sus impuestos no serán saqueados, mal utilizados, o robados por funcionarios corruptos.


Los ciudadanos del país deben ser adecuadamente compensados por el uso de sus recursos naturales hidrobiológicos y también protegidos contra el robo de sus impuestos, los cuales deben y tienen que ser adecuada, eficiente y honestamente empleados.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a MAYO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

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30 de marzo de 2017

La pesca, la acuicultura, la investigación y la innovacion

Para efectos de la investigación y desarrollo tecnológico en el Perú se han desarrollado las entidades que existen, gracias a la cooperación internacional, de una manera casi fortuita y no por efecto de un debido planeamiento derivado de una necesidad.

El ITP y el CEP Paita se crean gracias a la cooperación de Japón. El BIC Humboldt se tiene gracias a la cooperación alemana, y el IMARPE proviene de cooperación técnica de FAO.

En líneas generales el Perú, por su condición de país en vías de desarrollo ha sido sujeto de mucha cooperación técnica en pesca. Si bien es cierto la ayuda en forma de cooperación era  generosa, no podemos dejar de especular en que detrás hubo también interés por privilegios en cuando a permisos de pesca y otros. El hecho es que desde entonces no ha crecido la oferta tecnológica en forma orgánica, sostenida y con recursos propios.

Probablemente fue válido hasta hace algunos años esperar todo, o casi todo, de la cooperación internacional; pero desde que el Perú se convierte en el país pesquero con los desembarques más grandes del planeta y en la segunda pesquería del mundo, es momento de dejar de depender de la ayuda externa porque podemos disponer de nuestros propios recursos financieros si administramos mejor la pesquería.

Incluso la construcción de los desembarcaderos pesqueros artesanales proviene de préstamos y cooperación internacional. Hoy estas instalaciones requieren de nuevas tecnologías y de innovación en sus procesos, pero no se aprecia oferta para atender esta necesidad.

Pero ya no somos sujetos de cooperación internacional por estar considerados como país de renta media. Una consecuencia del crecimiento económico de los últimos años.

Una mejor participación del Estado en la renta de la industria debe permitir el financiamiento de un plan estratégico de largo plazo con la I&D+i como componente importante.

Con exportaciones anuales promedio de 3 mil millones de dólares, el Perú ya no está en el mismo escenario que hace veinte años como para pensar en la cooperación o el financiamiento externo para impulsar el desarrollo tecnológico del sector. Por otro lado no es sostenible tampoco.

Entramos a una etapa de financiamiento para alcanzar un desarrollo de la I+D+i; pero que igual tiene que pagarse eventualmente. ¿Quién proveerá los recursos para el pago? ¿El tesoro público con los impuestos de todos los peruanos? Si así fuese ¿cuál es el beneficio obtenido por la ciudadanía que justifique el pago correspondiente? Por lo menos el beneficio debiera ser un mayor acceso a productos pesqueros de calidad, de precio accesible para las mayorías y un mercado interno en igualdad de condiciones de competitividad que el mercado externo

Siendo que toda innovación o avance repercute en una mejor calidad de producto y en mejor rentabilidad para la empresa privada, se presume como razonable que la participación de la industria a través de una contribución equitativa de los derechos de pesca, daría sostenibilidad a la I&D+i. 

Le compete al Estado ser el promotor y el articulador; y en ese sentido se gesta el Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura del cual se comenta en esta edición.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.

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27 de febrero de 2017

Programa de Innovación en Pesca y Acuicultura

El desarrollo histórico de la pesquería peruana se caracteriza por la marcada orientación hacia la producción de harina y aceite de pescado. Este desarrollo ha estado condicionado principalmente por la abundancia de los recursos pelágicos susceptibles de ser capturados y procesados masivamente y por la gran demanda de piensos y suplementos proteicos en el mercado internacional. Ésta marcada orientación hacia la producción industrial de harina y aceite de pescado ha influenciado la marcha y el desarrollo de las investigaciones científicas y tecnológicas, el establecimiento de los sistemas de información y colección de estadísticas, e infraestructuras de apoyo y servicios. Esta afirmación se evidencia en la mayor proporción de informes e investigaciones sobre la anchoveta en relación al resto de recursos.

En ese sentido no se evidencia, en la estructura del modelo de gestión vigente, que exista una entidad especializada en ciencia, tecnología e innovación que ocupe una posición rectora y articuladora, lo que se presenta como una importante limitación del modelo organizacional para la pesquería en el contexto actual, donde las necesidades de I+D+i son vitales.

En Mayo 2015, a solicitud del Ministro de la Producción, el Consejo de Ministros aprobó iniciar las gestiones para el endeudamiento ante el BM para el financiamiento del Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA), por USD 40 millones, encargando al Despacho Viceministerial de Pesca y Acuicultura de PRODUCE constituirse en la Unidad Formuladora del PNIPA.

Sobre la base de estos pasos y aprobaciones previas, el Ministerio de la Producción, a través del Vice Ministerio de Pesquería formuló el Estudio de Factibilidad del PNIPA,  orientado a fortalecer los procesos de innovación en el sector pesca y acuicultura (P&A) del Perú.  Este Programa se enmarca en la línea del fomento de la I+D+i que se impulsan desde diversos sectores, con el apoyo del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), desde hace unos 15 años.

Hace pocas semanas el préstamo en mención fue oficializado. Por lo tanto, el Programa Nacional de Innovación en Pesca y Acuicultura ya dispone de financiamiento.

El PNIPA y sus Proyectos se construyen en un contexto de fomento de la innovación que no tiene parangón en la historia reciente del país. Si bien es cierto, algunas de estas iniciativas han hecho algún esfuerzo por canalizar recursos hacia el sector Pesca y Acuicultura, estos aparecen totalmente insuficientes, frente a las necesidades de renovación del modelo de desarrollo del sector P&A.  Este requiere una mayor especialización y envergadura, menor dispersión, y coherencia con la política de fomento de la innovación del sector P&A.

En consecuencia, el sector pesca y acuicultura peruano entra a una nueva etapa en el campo de la investigación, desarrollo e innovación, que se espera alcance óptimos resultados en el futuro inmediato.

La nueva visión de la pesquería peruana debiera ser, no de promoción e incentivo por mayor extracción, sino de consolidación y tecnificación de los niveles alcanzados. Capturas más eficientes pero dentro de límites sostenibles, mayor valor agregado, óptimo nivel sanitario de los productos que ingresan al mercado, igualdad de condiciones para el mercado interno y externo.

La innovación y la tecnología alcanzan en este contexto su máxima necesidad.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.
En formato revista en el siguiente link:

En PDF en el siguiente link:
http://www.revistapescaperu.org/images/revistas/2017/REVISTA_PESCA_MARZO_2017.pdf

13 de febrero de 2017

La necesidad de actualizar la institucionalidad pesquera del Perú

Desde el año 2001, en que se promulga el reglamento de la Ley General de Pesca, muchas cosas han ocurrido en materia de cambio climático, agotamiento de las especies y en el contexto general de la actividad extractiva y transformadora, no solamente en el Perú sino en el mundo.

El reglamento en mención ha sufrido tantas modificaciones, que hoy en día aún si se hiciese un compendio o actualización de todo ello, su interpretación seguiría siendo confusa.

Se han promulgado una serie de decretos complementarios y varios Reglamentos de Ordenamiento Pesquero que en conjunto hacen que la legislación actual sea difícil de interpretar. La profusión de normas dictadas desde el día que se reglamentó la ley es de tal magnitud que aún formulando un texto único ordenado de la normatividad pesquera seguiría siendo confuso y desordenada

Lo que se impone en consecuencia, como una primera medida para perfeccionar la institucionalidad pesquera peruana, es la formulación de una nueva Ley General de Pesca con su respectivo reglamento que, a través de una normativa moderna y sencilla incorpore todas las normas vigentes, reemplace lo que ya devino en obsoleto, e incorpore conceptos modernos de tal forma que pueda ordenarse debidamente el sector.

Tres conceptos fundamentales que debería contener la ley son:

·           Incorporar el criterio de que una nueva ley para la pesca en el Perú no puede tener un carácter estimulador de la actividad, sino más bien debe tener un enfoque precautorio, limitando el crecimiento de la extracción a fin de asegurar la sostenibilidad de las especies actualmente disponibles. La falta de información científica sobre el volumen y estado de las biomasas de las especies de consumo directo en el Perú impone adoptar un enfoque precautorio y no promotor, en tanto no se disponga de datos científicos que permitan definir cuotas o límites máximos de extracción. No se puede incentivar la extracción y el consumo sin saber qué especies pueden promoverse sin alterar el equilibrio del ecosistema.

·           Proteger el mercado nacional dándole las mismas condiciones de operación que las existentes  para el mercado externo a fin de garantizar la seguridad alimentaria nacional, en vista de que actualmente la exportación ofrece ventajas sobre la venta al mercado interno, al punto de que deviene en competencia desleal. Es difícil hacer que la venta de productos hidrobiológicos al mercado interno sea competitiva mientras existan incentivos solamente para la exportación y no para el mercado peruano. Lo que colateralmente dificulta la promoción del consumo de pescado, que además no debiera hacerse en la medida de lo expuesto en el párrafo anterior.

·           Asignar derechos de pesca justos y equitativos para la Nación. Los peces no pueden ser gratis, especialmente aquellos que se destinan al mercado externo y alimentan a otras poblaciones mientras gran parte de la población peruana padece de desnutrición y anemia. Mejores tasas de derechos de pesca permitirían financiar programas sociales para contribuir al mejoramiento de la alimentación de las poblaciones vulnerables, especialmente aquellas poblaciones dispersas por encima de los 3,000 metros de altura.


La siguiente medida es diseñar una Política de Estado para la pesquería peruana que esté alineada con una nueva ley general de pesca, que marque objetivos y metas claras y precisas para el corto, mediano y largo plazo, asegurando mecanismos que reduzcan los riesgos de que en cada nuevo gobierno se introduzcan cambios que alteren el espíritu de la ley y de la politica establecida, la cual debe tener un consenso no solo político sino de los administrados, industriales, artesanales y sociedad civil.

Marcos Kisner Bueno