El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

30 de mayo de 2010

QUE SIGNIFICA UNA PESQUERIA SUSTENTABLE EN TERMINOS PRACTICOS

LA INVESTIGACION CIENTIFICA

La sostenibilidad y el ordenamiento de las pesquerías son los principales y primeros objetivos que debe proponerse la nueva administración de pesquería. Sin embargo no es suficiente hablar de sostenibilidad, es preciso hacer cosas concretas. No es suficiente hablar de enfoque ecosistémico, sino avanzar en pro de conseguirlo.

El discurso político no es suficiente. Es menester voluntad y decisión política.

Para ir hacia la sostenibilidad se necesita información científica amplia y sólida, no solamente de la anchoveta, sino de todos los recursos. Para obtenerla es necesario hacer investigación.

El país dispone del Instituto del Mar del Perú, ampliamente competente para hacer investigación, con un sólido prestigio internacional y con elevada capacidad científica y de investigación. Pero con serios problemas de orden presupuestal, no direccional.

El problema de fondo es la disponibilidad de recursos adecuados que le permitan renovar sus embarcaciones científicas, desarrollar programas de investigación y remunerar adecuadamente a sus técnicos y científicos.

El presupuesto que se le asigna es insuficiente siempre.

Es inaceptable que un país como el Perú, que desembarca los volúmenes más grandes de anchoveta del planeta y que exporta más de dos mil millones de dólares anuales no pueda disponer de un presupuesto adecuado para investigación.

Analizando las cifras de la comercialización de productos hidrobiológicos, es totalmente correcto presumir que el origen de fondos para el IMARPE puede y debe provenir del sector privado pesquero y el artesanal, quienes son finalmente los beneficiarios.

No es adecuado tener un Instituto de investigación postrado en la limitación de dinero escaso, buscando cooperación financiera internacional, lo cual debería ser vergonzoso cuando vemos los injustos e insuficientes aportes por impuesto a la renta y derechos de pesca provenientes de la actividad pesquera.

Para tener investigación adecuada y avanzar en el proceso de hacer sostenibles a nuestras pesquerías se tiene que actuar ampliando la contribución de todos los agentes del sector. No es admisible permitir que se continúe extrayendo recursos naturales a costos insignificantes o a costo cero por algunas pesquerías.

Con una mejor captación de recursos financieros proveniente de nuestras propias fuentes, podremos generar información científica para ordenar las pesquerías con un enfoque ecosistémico que las haga sustentables.

El siguiente paso debería ser dar al IMARPE la suficiente autonomía administrativa que le permita actuar con flexibilidad y sin la rigidez extrema de un sistema de administración pública ineficiente e inoperante basado en la presunción de desconfianza.

En ese orden de cosas la Institución podrá crecer, desarrollarse y establecer alianzas con las Universidades e institutos de investigación y convertirse en una organismo científico moderno, flexible y con capacidad de realizar la investigación que la pesquería peruana necesita y reclama.

El diseño de un nuevo modelo de gestión pesquera es y será posible solamente si la administración dispone de un ente científico sólido.

No se puede gobernar, administrar ni ordenar lo que no se conoce. Mientras no conozcamos a profundidad nuestros recursos pesqueros, sus biomasas, los límites máximos de extracción de cada recursos, y sus períodos de desove para fijar vedas, el ordenamiento seguirá siendo un componente más de las declaraciones líricas de los discursos políticos irrelevantes, ociosos, y parciales.

Un Instituto del Mar administrativamente autónomo y financieramente sólido será capaz de decirnos qué recursos pesqueros tenemos y cómo y cuando extraerlo. Incluyendo a la pesquería continental.

Si no tenemos eso...no tenemos nada. Solo incendios que nos vemos obligados a apagar constante-mente hasta que uno muy grande destruya toda la edificación.

Solamente se requiere de voluntad y decisión política.
 
En una coyuntura electoral en la que muchos lideres pelean por recibir el mandato del país para gobernarnos, no es suficiente enumerar o hacer una lista de objetivos para la implementación de un programa, o de una política para el sector pesquero. Es necesario ejecutar lo que se ofrece en forma técnica.

La sustentabilidad de las pesquerías es una necesidad, una aspiración y una obligación. Preservar todos los recursos pesqueros significa ampliar la posibilidad de su transformación y subsiguientes efectos económicos, laborales y alimentarios.

La exportación de productos pesqueros no debería suceder a expensas de la degradación de los ecosistemas, de las necesidades locales de consumo, ni debería provocar impactos sociales ni económicos adversos. La contribución del sector vía derechos de pesca e impuesto a la renta debe ser proporcional al impacto que causa sobre el ecosistema y el medio ambiente, y no solamente basarse en un impuesto a la renta aplicado sobre utilidades.

El problema de la gestión depende sobre todo de los políticos, que tienen un comportamiento poco previsor. En muchas ocasiones se toman decisiones que no solo van en contra de la opinión científica, sino incluso contra el sentido común. Nosotros los elegiremos el 2011.
 
¿Qué significa una pesquería sostenible en términos prácticos?

Significa que el tamaño de la industria extractiva y transformadora no puede ser de libre elección por el inversionista. La capacidad extractiva tiene que estar en función al tamaño de la biomasa susceptible de ser extraída. La investigación científica debe decir el tamaño total de cada una de las biomasas de las especies comercialmente explotables, determinar sus tallas mínimas de captura, épocas de desove para suspender la actividad durante ese período y la cuota anual global permisible de extracción reservando una parte para el mantenimiento poblacional y la que fuese necesaria desde el enfoque ecosistémico.

Esta información permitiría determinar si la actual capacidad de realizar esfuerzo pesquero proveniente de la flota artesanal e industrial es coherente con los límites admisibles. De ahí se derivarán acciones de reducción del esfuerzo o de fomento del mismo en aquellas pesquerías que lo ad-mitan.

En función al tamaño posible de la materia prima susceptible de extraer se puede dimensionar correctamente la capacidad de transformación para la industria del CHD y del CHI, derivándose el mismo tipo de medidas aplicables a la actividad extractiva

Fomentar las inversiones en extracción o transformación sin disponer de la información mencionada anteriormente es inadecuado y puede llevar el esfuerzo pesquero a niveles inconvenientes para el inversionista y para la sostenibilidad del ecosistema.

Las reglas del mercado no operan en este escenario puesto que el recurso pesquero no aumenta en función a la demanda.

La información científica disponible que permite actuar razonablemente está centrada en la anchoveta, lo cual ha permitido gestionar su pesquería de forma aceptable. No podemos decir lo mismo de la pota, del perico, del jurel y la caballa que son las otras especies abundantes y disponibles. Menos información aún se dispone de los recursos capturados por la actividad artesanal como los bentónicos por ejemplo.

Será un tiempo largo el que tome llegar a estos niveles de información y de ordenamiento; pero debe constituir un objetivo político de largo plazo y aceptado por la comunidad pesquera como inevitable.

Además de definido como tal, tiene que proveerse de los recursos económicos necesarios para que la investigación se realice en las mejores condiciones posibles.

8 de mayo de 2010

SOSTENIBILIDAD

EL APORTE DEL ENFOQUE ECOSISTÉMICO A LA SOSTENIBILIDAD PESQUERA

Las empresas no consideran como costos la contaminación ni los daños ambientales que producen, así que no tienen límites en cuanto a su explotación, que no sean los estrictamente económicos. De hecho, en la mayoría de los casos las empresas incluyen en la contabilidad de sus beneficios y de sus costos, los efectos de sus actividades sobre el medio ambiente y la comunidad, sólo si existe una normativa que les obligue a pagar por su reparación o compensación.

Cuando una empresa causa un daño a la colectividad, la responsabilidad moral es clara, pero surgen varias interrogantes. ¿De quién es la responsabilidad jurídica? ¿Quién tiene que hacerse cargo del costo de saneamiento de los lugares contaminados y de la reparación de los daños? ¿Y quién tiene que pagar a las víctimas cuando los daños son irreversibles, la sociedad en su conjunto o el causante de la contaminación? ¿El pasivo ambiental es una responsabilidad pública o privada?

En cuanto a la valoración, ¿cómo determinar el impacto de una actividad contaminante en un contexto complejo y de fuerte incertidumbre? Y, ¿cómo valorar los daños ambientales? Con relación al efecto de la pesca de anchoveta sobre el ecosistema marinos se desconoce: las condiciones de “buena salud” del ecosistema previo a la actividad pesquera, los límites y fronteras de los ecosistemas, el tipo y número de respuestas del ecosistema en función del número de artes y métodos pesqueros, las respuestas individuales a nivel de especies, etc.

En general, los ecosistemas son sistemas muy complejos donde las interacciones crecen exponencialmente a medida que aumenta el número de especies; por lo tanto, el número de respuestas y el efecto de la pesca puede ser alto y también muy diferente. Aún no conocemos bien los impactos a corto plazo desagregados de la pesca sobre los ecosistemas y es más difícil aún prever el impacto a largo plazo.

Se conoce que debido a que la pesca remueve un porcentaje de una o varias especies del ecosistema, ésta afecta con distinta intensidad las relaciones presa-predador.

Predadores grandes con ciclos de vida larga y presas pequeñas con ciclos de vida corta constituyen las principales fuentes de captura de peces. La mayoría de las especies de captura comercial se ubican en los niveles tróficos altos o cercanos a ellos, y medios. La eliminación sustancial de las presas conduce a un desequilibrio trófico que se refleja en una menor abundancia y variabilidad del predador.

En general, la pesca reduce los niveles tróficos, altera las relaciones presa-predador y puede inicialmente incrementar las capturas para luego reducir los rendimientos pesqueros. Además, la pesca puede cambiar las velocidades de crecimiento y la mortalidad tanto de las especies objetivo como de las especies asociadas o de-pendientes.
 
Cuando la sobrepesca se mantiene por encima del umbral de resiliencia y los límites se han excedido por un efecto combinado de la destrucción del hábitat y por la pesca, es muy dudosa la recuperación del ecosistema.

Cuando se sustraen especies del ecosistema por la pesca, la productividad total puede no cambiar drásti-camente pero sí su resiliencia y estabilidad. Se conoce que la pesca puede alterar la diversidad, pero sus efectos a largo plazo en los ecosistemas marinos no están claramente conocidos. Pero se conoce que estos ecosistemas pierden valor o atractivo para otros usos, como por ejemplo el turismo. Se presume que, cambios en la biodiversidad dados por la pesca producen una disminución en la resiliencia de especies, comunidades y ecosistemas.

Existen especies en las capturas sobre las cuales no hay información. Los informes sobre los descartes pesqueros y las capturas incidentales son muy raros así como la información sobre la pesca ilegal. Bajo estas circunstancias la captura incidental (by-catch) puede llegar a ser significativa.

Según el paradigma de extracción dominante, el esquema de capturas actual se basa en pesquerías in-dustriales monoespecíficas de especies tales como la merluza y la anchoveta.

Siendo la anchoveta un eslabón importante de la cadena trófica, constituyéndose en forraje o alimento de otras especies, su disminución presiona hacia su extinción a la diversidad de especies de la cadena trófica superior.

La pesca monoespecífica no es sostenible ecológica y socialmente puesto que destruyen tanto la eco-nomía de la naturaleza como la economía de las personas.

La extracción principal basada en la pesquería de una sola especie viene a convertirse en amenaza para la conservación de la biodiversidad y de la sostenibilidad, tanto en sus dimensiones de recurso natural como en la socioeconómica.

El crecimiento de las exportaciones pesqueras se ha basado en la intensificación de la extracción a expensas del ecosistema.

Existen claramente dos significados diferentes de “sostenibilidad”. El verdadero significado se refiere a la sostenibilidad de las personas y la naturaleza. Comprende un reconocimiento de que la naturaleza es el soporte de nuestras vidas y subsistencias, es la fuente primaria del sustento. Sostener la naturaleza implica mantener la integridad de los procesos, ciclos y ritmos de la naturaleza.
Implica asumir la conciencia de que las normas deben dictarse basadas en un claro concepto de ecosistema.

Existe un segundo tipo de “sostenibilidad” que se refiere al mercado. Comprende el mantenimiento de suministros de materias primas para la producción industrial y el consumo local y global a larga distancia.

Dentro de este significado, los mercados crecen mientras que los recursos pesqueros se empobrecen. El tema es hacer disponibles rendimientos sostenibles de recursos para la alimentación nacional y mundial.

El reto es exportar el mismo valor FOB y/o incre-mentarla, pero con menores volúmenes de recursos pes-queros. Lo que nos lleva a producir mayor valor agregado para consumo humano directo.

El elogio constante a la producción y exportación de harina de pescado solamente alcanza a la comprensión de un pequeño sector nacional, que además no percibe íntegramente el escenario.

EL RECURSO PESQUERO NO AUMENTA EN FUNCION A LA DEMANDA