El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

31 de diciembre de 2014

Cambio climático y plan de contingencias

EL CAMBIO CLIMATICO EN EL PERU Y LA PESCA

A la luz de los hechos, que evidencian una voluntad política de previsión y planeación que permitan afrontar de la mejor forma posible las consecuencias de fenómenos naturales, ¿no debería haber existido ya un plan de contingencias para reaccionar y actuar en situaciones como la actual disminución de la biomasa de anchoveta?

 Los invito a leer el artículo “LA COP 20 Y EL PLAN ESTRATÉGICO DEL PRODUCE” en la edición de enero de la Revista Pesca


27 de diciembre de 2014

La Revista Pesca

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Transmite información, ideas y  corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de sostenibilidad de los recursos marinos, de seguridad alimentaria,  de cuidado y protección del medio ambiente y  ecosistemas acuáticos y de la necesidad de una participación del país más justa en la renta pesquera.

Se edita mensualmente en formato digital en línea.

Las ediciones de la revista pueden leerse en un amigable formato de revista en el siguiente enlace:

Todas las ediciones de la Revista Pesca pueden descargarse en forma gratuita desde el siguiente enlace:

26 de diciembre de 2014

“CUATRO PECES” UN LIBRO SOBRE EL FUTURO DE LOS ÚLTIMOS ALIMENTOS SALVAJES

Paul Greenberg ha escrito este libro que todos los interesados en la pesquería y la acuicultura deberían leer.

"En contra de la creencia popular, sólo una ínfima proporción de nuestra ingesta calórica es aportada por alimentos que podamos llamar propiamente naturales, es decir, que procedan de organismos que vivan por sí solos en el medio natural. Más 95% de lo que comemos procede directa o indirectamente de las plantas. Dependemos mayoritariamente de las grandes cosechas de granos y tubérculos, especies vegetales que se convirtieron en agrícolas de la mano del hombre, mediante un complejo proceso de domesticación, que consistió en una alteración sistemática de sus genomas para que adquirieran caracteres agronómicos apropiados. Estos caracteres hacen imposible que la especie se perpetúe por sí misma en libertad y convierten en indispensable el concurso humano para su multiplicación. Es requisito obligado para llamar natural, silvestre o salvaje a una especie, o al alimento que de ella se deriva, el de que ésta sea capaz de vivir libremente en la naturaleza; y, desde hace milenios, este requisito no lo cumple ninguna de las cosechas básicas que nos alimentan. Hay algunas excepciones, como pueden ser los espárragos trigueros o las tagarninas, entre los vegetales, algunas setas silvestres, los productos de la caza y, sobre todo, los de la pesca. Al agotamiento progresivo de estos últimos y al surgimiento de las piscifactorías dedica su ameno libro Paul Greenberg, colaborador asiduo del National Geographic y del New York Times.

El pescado ha predominado durante el último siglo como componente natural de la dieta, especialmente en nuestro país, donde ha constituido una importante fuente de proteína barata y de buena calidad durante un largo periodo en el que la producción y consumo de carne estaban en torno a la mitad de la media europea. Medio siglo después, cuando ya nuestro consumo de carne está por encima de dicha media, la disponibilidad de pescado ha disminuido considerablemente y su precio ha aumentado hasta convertirlo en un manjar selecto. La implantación y expansión de las aguas territoriales y la extrema sobreexplotación de las especies marinas, entre otras razones, han llevado a una reducción drástica de nuestra flota pesquera, que en tiempos fue una de las mayores del mundo.

Sin que por ello pierda generalidad la reflexión sobre el agotamiento de la pesca, Greenberg centra su ensayo en cuatro especies importantes, de gran consumo a escala global: el salmón, la lubina, el bacalao y el atún. En la actualidad, el placer del salmón salvaje es el privilegio de unos pocos y adinerados consumidores (en mi caso, sólo recuerdo haberlo consumido en Irlanda y en Noruega hace ya unos años). Sin embargo, el salmón procedente de la acuicultura es plato habitual en los restaurantes más populares. Su producción es superior a los 1.200 millones de kilos anuales, obtenidos a partir de una cantidad tres veces mayor de otros peces, previamente convertidos en granulados, y tiene lugar en unas condiciones de confinamiento que no excluyen que los peces consuman sus propias heces. Esta industria supone un impacto ambiental casi prohibitivo y se está explorando la posibilidad de producir un salmón vegetariano a partir de algas.

Mejor conseguida está la domesticación de la lubina, cuya versión silvestre abundó en tiempos a lo largo de las costas europeas y hoy con suerte se deja ver en la captura de algunos barcos. Tras resolver ciertos problemas endocrinos en una universidad israelí y comprobar que se podía usar como alimento una gamba diminuta, la Artemia, la acuicultura de la lubina despegó en Grecia, donde ahora se producen anualmente más de cien millones de piezas.

Para el bacalao todavía hay algunas esperanzas de supervivencia, sobre todo desde que se cerrara hasta 2026 el gran caladero Georges, cerca de Cape Cod en Estados Unidos. En contraste, la época de los grandes atunes de cuatrocientos kilos está tocando a su fin debido a una desmesurada demanda de países como Japón, donde llegan a pagar hasta ochenta mil euros por pieza. Ante la inminente extinción del último gran reducto del alimento salvaje, dos actitudes contrapuestas pugnan entre sí, a veces encarnadas en el mismo individuo, la de apresurarse a consumir el preciado manjar antes de que desaparezca y la de abstenerse tajantemente de dicho consumo para contribuir a que no lo haga"

Fuente

"Nuestra relación con el océano está experimentando una transformación profunda. Nos encontramos al borde de un cataclismo: que los hijos de nuestros hijos jamás prueben un pescado salvaje que haya nadado libremente en el mar ya no es una posibilidad remota.

Paul Greenberg, escritor y pescador desde su más tierna infancia, no solo nos invita a un  viaje culinario, sino que también nos ofrece una detallada investigación sobre los cuatro peces que predominan en nuestra dieta: el salmón, la lubina, el bacalao y el atún.

A través del fascinante relato de todos los factores que permiten que estos pescados lleguen a nuestro plato, el autor nos desvela nuestra maltrecha relación con los mares y su fauna. Hace tan solo treinta años, casi todos nuestros alimentos procedentes del mar eran salvajes.

Hoy, los excesos de una pesca desenfrenada y la revolución biotécnica sin precedentes nos han llevado a un punto en que el pescado salvaje y el de granja se reparten a medias el complejo mercado global.

“Cuatro peces” nos ayuda a navegar por estas nuevas orillas, y nos propone una forma de avanzar hacia un futuro en que los alimentos marinos sanos y sostenibles no sean la excepción sino la norma"


17 de diciembre de 2014

Lo que pasó en Lima en la COP 20

Queridos amigos y amigas de Perú,

A pesar de la feroz presión por parte de la millonaria industria de los combustibles fósiles, algo verdaderamente extraordinario acaba de ocurrir aquí en Lima.

La conferencia de la ONU que terminó hace pocos días, nos dejó un salvavidas necesario ante el cambio climático: el borrador del acuerdo global propone terminar con la contaminación generada por las emisiones de carbono. Esto no había sucedido NUNCA antes, pues durante los últimos veinte años los gobiernos llevaban discusiones circulares alrededor del calentamiento global. Aún nos queda un año para asegurar que los gobiernos tomen esta oportunidad al 100% -- pero hoy celebremos este logro porque juntos hemos ayudado a hacerlo realidad.


Fue así de mágico:
Avaaz se une a marcha de los pueblos
15,000 personas marcharon en defensa de la madre tierra y contra el cambio climático durante la COP20
  • Más de 150 voluntarios de Avaaz en Lima ayudaron a que la gente saliera a las calles para participar en la gran marcha contra el cambio climático jamás vista en América Latina. Muchos Avaazers marcharon llenos de energía para hacer sentir su voz. Fotos aquí.
  • Entregamos una petición creada por miembros locales de Avaaz a la alcaldesa de Lima, para que la ciudad de ejemplo mundial imponiendo el uso de energías 100% limpias. Villarán se comprometió y va a trabajar sobre esa propuesta. Foto aquí.
  • Orión, el hijo de nueve años de una miembro de Avaaz en Lima, se convirtió en protagonista de la COP20 al subirse al estrado de la plenaria para entregar nuestra petición global exigiendo energías 100% limpias al presidente peruano, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y a otros líderes mundiales junto a 100 estudiantes de Lima. Fotos aquí.
Orion entrega peticion en COP20
Orión entrega nuestra petición con más de 2.2 millones de apoyos ante la plenaria de la COP20
  • Y no olvidemos el mensaje de bienvenida que le dimos a los gobiernos del mundo antes de que llegaran a la COP20. Cuando los delegados aterrizaron en el aeropuerto de Lima, unos luminosos avisos publicitarios instándoles a apoyar el uso de energías 100% limpias ya estaban listos en la zona de equipajes. Estos anuncios fueron pagados a través de pequeñas donaciones de miles de miembros de Avaaz de todo el mundo.
  • Para rematar, el último día de la COP20, mientras miembros de Avaaz por todo el mundo mandaban correos y hacían llamadas de presión a las delegaciones, ¡logramos proyectar los mensajes de nuestra comunidad en las pantallas dentro de la COP20!
Nuestros anuncios en la COP20
Nuestro mensaje para los negociadores de la COP20 en el aeropuerto de Lima
Durante las últimas semanas nuestra comunidad estuvo en las calles y adentro de la cumbre climática, defendiendo el sencillo imperativo moral de salvar nuestro planeta y todo lo que amamos -- haciendo una transición global hacia las energías limpias, verdes y renovables.

Queda un año para cerrar las negociaciones de Lima en la próxima cumbre de París. Ya se ha incluído la base que necesitábamos en el borrador y ahora hay que defenderlo a toda costa hasta que se cumpla el compromiso global de reducir las emisiones a cero. Nunca ha habido una comunidad como la nuestra, capaz de movilizarse a nivel global y local con esperanza, rapidez y creatividad, creando su propia magia por donde quiera que va.

Con enorme gratitud y cariño por lo que hemos logrado durante estas semanas y por las ganas de seguir despertando magia juntos.

Laura, Iain, Oscar, Joseph, Alice, Bert, David, Pati y todo el equipo de Avaaz

Más Información:

Cien niños van a Plenario de Cumbre de Clima a pedir fin de emisiones en 2050 (El Comercio)
http://www.elcomercio.com/tendencias/ninos-cop20-firmas-emisiones-energiarenovable.html

Fotos de la marcha de los pueblos durante la COP20
https://flic.kr/s/aHsk6dzS8D

Fotos de la entrega de la petición global de Avaaz en la plenaria de la COP20
https://flic.kr/s/aHsk3f7Ap6

Alcaldesa Susana Villarán presidió encuentro de ciudades líderes en el Cambio Climático
http://www.munlima.gob.pe/noticias/ambiental/item/32402-alcaldesa-susana-villaran-presidio-encuentro-de-ciudades-lideres-en-el-cambio-climatico

La idea de cero emisiones agarra tracción en Lima -- en inglés (AP)
http://www.startribune.com/world/285402111.html

Meta para acabar con combustibles fósiles a 2050 llega a Lima -- en inglés (The Guardian)
http://www.theguardian.com/environment/planet-oz/2014/dec/08/goal-to-end-fossil-fuels-by-2050-surfaces-in-lima-un-climate-documents?CMP=share_btn_tw