El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
18 de septiembre de 2013
EL PRODUCTO BRUTO INTERNO (PBI)
Índice perverso de
bienestar social
Tradicionalmente se ha
utilizado el cálculo del PIB de una Nación para determinar la riqueza que ésta
posee; sin embargo, el mismo no refleja la crisis social y
ambiental que día a día arrasa con todo el planeta, por lo que deberían
buscarse nuevas medidas que fueran más realistas. Según una propuesta
presentada por las Naciones Unidas para el cuidado del Medio Ambiente, este
dato, al que todos los países se aferran para conocer la realidad, es
un indicador perverso del bienestar social, tan sólo refleja la
cantidad de transacciones financieras que se han hecho en ese país, sin
importar a costa de qué o quiénes éstas fueron posibles. En dicho informe
pusieron dos ejemplos muy interesantes.
*Si en Uruguay hubiera una
inundación la cantidad de gente que tendría que trabajar para levantar el país
y salvaguardar los daños sería altísimo, lo que haría que aumentara también el
PIB; aunque los daños sean irreparables y muchas personas se vieran sin casa o
con irreversibles pérdidas, este dato denotaría que el país ha crecido, cuando
en realidad no es así. Esto indica que si bien el PIB determina una actividad
económica, no distingue si la misma es por causas positivas o perjudiciales.
*Si se tomara en cuenta a
un país que posee exagerados recursos forestales y en un año talara todos sus
bosques, en dicho período el PIB aumentaría considerablemente, sin embargo a
largo plazo el territorio empobrecería como consecuencia de la
pérdida de sus recursos.
El actual sistema económico
está provocando un impacto no sólo a nivel económico, sino también ecológico,
relacionado con la forma nefasta en la que se eliminan los residuos
energéticos, es uno de los ejes fundamentales de esta afección. Y en el PIB el
mismo no queda plasmado, sino el movimiento de dinero que se hace en un determinado
territorio sin importar cómo se obtuvo dicho capital.
Fuente
La edición de septiembre de
la Revista Pesca mostró las cifras del PBI pesquero en el Perú. Las mismas
expresan la escasa contribución de la pesca al PBI nacional, que se suma a la
injusta y también escasa participación del sector en la tributación del país.
Sin embargo, irónicamente es el sector con mayor y mejor capacidad de manejo de
medios en el Perú. Lo cual evidencia su alta rentabilidad, la cual es defendida
con todos los medios al alcance de la industria.
El sesgo exportador,
encuadrado dentro de un modelo económico sin inclusión social, que el país
entero esperaba sea corregido por el actual gobierno, persiste como el ideal
del mismo. Las esperanzas de un cambio dieron paso, poco a poco, a la
frustración de observar como el lobby pesquero se impuso nuevamente y todo
volvió a ser más de lo mismo. La confrontación por el DS-005 dio finalmente el
triunfo a la industria porque a partir de entonces la autoridad de pesquería se
silenció. Es presumible que la decisión política haya sido la de no hacer más olas
sobre un mar enrarecido lleno de tiburones.
Si los peruanos fuésemos
ciudadanos activos y no sujetos pasivos y fáciles de manipular, intervendríamos
más directamente en la demanda de políticas efectivas que satisfagan las
necesidades de las mayorías y no solamente de minorías privilegiadas. La
vigencia de normas injustas y obsoletas demandan un cambio, que de no venir
desde el gobierno, deberían convertirse en reclamo sostenido y organizado por
parte de toda la ciudadanía, la misma que tiene el deber y el derecho de
mantenerse debidamente informada a fin de no ser presa fácil de la manipulación
mediática y la desinformación.