El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
29 de agosto de 2018
Editorial de la Revista Pesca septiembre 2018
La problemática de la pesca
artesanal peruana requiere de una atención urgente; pero no tan solo en
resolver coyunturas o necesidades del día. Se requiere una atención integral
que abarque sus problemas y necesidades de fondo en primer lugar y como
condición indispensable para ordenar la actividad.
Sin embargo no se puede
ordenar, reformar o resolver la problemática artesanal en ausencia de la visión
de largo plazo de la pesquería peruana. Sin una Política de Estado que nos
marque el rumbo y defina como queremos ver nuestra pesca en veinte quince, diez
y cinco años de aquí en adelante, cualquier medida será temporal, eventual y un
parche sin garantía de continuidad.
La formalización, por
ejemplo es un tema recurrente. Hace poco se generó una discrepancia sobre quién
es la autoridad que concede el permiso de pesca: el Gobierno Regional o
PRODUCE. El punto es que habiendo pasado tanto tiempo, existiendo una ley de
descentralización, el problema hoy está dominado por el origen del permiso,
cuando debiera estar en la parte procedimental. En esta edición recordamos el
tema de los permisos cooperativos.
El tema debiera estar
resuelto y definido desde hace tiempo. La actividad hoy debiera estar
concentrada en la formalización en sí. Y ello implica también una formalización
tributaria, porque solo se viene actuando sobre permisos de pesca y carnet del
pescador embarcado.
La pesca artesanal viene
siendo considerada como sujeto que merece promoción y atención sin que pague
derechos de pesca y tributos. Existe un
sector de verdaderos pescadores artesanales que merecería un trato promocional
y de apoyo social; pero no todos. Lo que implica la necesidad de redefinir el
concepto de quién es pescador artesanal y quien merece el apoyo estatal y quién
no lo necesita.
En un escenario pesquero en
el cual los problemas crecen día a día y las necesidades de alimentación
nacional también se incrementan, no se está enfrentando la situación con la
debida importancia y racionalidad. La rotación de funcionarios es demasiado alta,
entre otras cosas. La ausencia de políticas facilita que cada nueva
administración inserte nuevas ideas o programas, los que no necesariamente responden
a una visión de largo plazo y que finalmente no son sostenibles y/o no son
continuados por las subsiguientes administraciones. Lo que nos lleva a una
situación caótica y de deterioro institucional y sectorial.
El
trabajo que realizan el armador y pescador artesanal es uno de los eslabones
más importante de la cadena productiva,
ya que es el primer contacto con el recurso, y es aquí donde se decide el
destino final que tendrá. El pescador artesanal debe ser consciente de que es
el principal proveedor y debe aprovechar esa situación explotándola en su
beneficio mediante su tecnificación y organización.
Ambos
tienen que desarrollar una cultura empresarial, para lo cual deben ser
motivados y capacitados; pero con respeto, no con paternalismo. Es necesario
estimular un cambio de actitud en los pescadores artesanales, propiciando su
incorporación definitiva al sector empresarial y el abandono de procesos de
baja productividad. El armador artesanal debe convertirse en un micro
empresario altamente tecnificado, formal y tributariamente aportante, debiendo
ofrecer un producto hidrobiológico sanitariamente inocuo.
Finalmente,
estamos frente a un problema normativo y regulatorio que carece de base
científica, por cuanto no hay información que permita saber el estado de salud
y volumen de las biomasas a los cuales accede la pesquería artesanal. En
consecuencia, se pesca sin tener idea de cuáles son los límites máximos de
captura por especie.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Proporciona información e ideas obtenidas de diversas fuentes,
que exponen la temática de la pesca en el Perú y el mundo, con el objeto de
contribuir a la formación de opinión propia en base a la lectura de las notas
publicadas.
Siendo
la pesca una actividad poco difundida y poco conocida por el ciudadano común, la
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individual. Se publica en forma mensual, en formato digital y su descarga es gratuita
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