El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
6 de junio de 2015
REVIVIENDO LA ECONOMIA DEL OCEANO
El
informe combina las evaluaciones más recientes de algunos de los recursos
oceánicos más valiosos, desde las poblaciones de peces hasta los corales, y
señala la velocidad a la que están disminuyendo. Para revivir la capacidad
productiva del océano antes de que sea demasiado tarde, el mundo debe actuar
con urgencia.
Las
ocho acciones propuestas son factibles y todas son importantes; sin embargo,
recomendamos que las primeras tres sean prioritarias para actuar en el 2015.
Los
invito a leer el artículo “REVIVIENDO LA ECONOMIA DEL OCEANO” en la edición de Junio
de la Revista Pesca
31 de mayo de 2015
El índice de progreso social
Sucede
que el crecimiento económico, por sí solo, no asegura progreso social.
El
crecimiento económico tiene toda la atención de los políticos y empresarios y
está bien, pero es importante comprender que el éxito de un país no debería
medirse solo por la cantidad de PBI que produce, sino por el nivel de bienestar
o calidad de vida que es capaz de generar para sus ciudadanos.
Por eso, el
Índice de Progreso Social (IPS) nos permite identificar justamente aspectos
vinculados a la calidad de vida de las personas.
Los
invito a leer el artículo “EL INDICE DE PROGRESO SOCIAL” en la edición de Junio
de la Revista Pesca
15 de mayo de 2015
No hay nadie a cargo del problema
NO HAY NADIE A CARGO
Para
que funcione una democracia no basta con que haya elecciones libres y justas.
Es necesario, entre otras cosas, que después de los comicios la división de
poderes sea real. Una democracia no solo la define lo que sucede el día de las
elecciones sino lo que pasa todos los días entre una elección y otra. Es
importante que ninguna institución o individuo tenga el poder absoluto. En
muchos gobiernos de América Latina hay una guerra abierta contra esos pesos y
contrapesos, y ha sido evidente en los intentos de cambiar constituciones para
concentrar el poder.
Los
invito a leer el artículo “NO HAY NADIE A CARGO” en la edición de mayo de la
Revista Pesca
13 de mayo de 2015
La colusión en la ley de pesca chilena
La
historia da la razón
“La
ley Longueira por años ha sido el niño símbolo de la corrupción. Este mail solo
es una constatación más que la ley de Pesca, donde se regalaron los recursos
pesqueros de todos los chilenos a 7 familias de la industria pesquera, es
ilegítima”, plantearon los dirigentes de Condepp.
Lo
lamentable es que el caso Isasi-Corpesca, los conflictos de interés de
parlamentarios y las últimas denuncias entregadas por el ex Senador Nelson
Ávila, donde habla de recursos entregados a congresistas para la aprobación de
la norma, no han sido suficientes para revisar la ley de Pesca, tal como
contempla el programa de gobierno y que fue reiterado por Michelle Bachelet en
el discurso presidencial del 21 de mayo pasado.
Los
invito a leer el artículo “LA COLUSION EN LA LEY DE PESCA CHILENA” en la
edición de mayo de la Revista Pesca
16 de abril de 2015
Gastón Acurio: La proteína perfecta
NOTA DE PESCA
El comentario de Gastón Acurio es absolutamente
razonable. No se puede imponer el consumo de anchoveta por la fuerza ni por la
ley, ni se puede desaparecer a la industria reductora de harina de pescado.
Pero por otro lado tampoco se puede incentivar su consumo, o el de pescado en
general, en un escenario donde el mercado interno compite en desventaja con la
exportación. Crear mercados dentro del Perú, incentivar el consumo de pescado y
crear el hábito de consumo de anchoveta en especial, requiere de una decisión
política que vaya mucho más allá de los actuales programas que existen. Es
mucho más fácil exportar pescado por la facilidad logística, obvia y por los
subsidios que genera la actividad como el drawback y la devolución del IGV.
La venta al mercado nacional tiene tremendos retos
logísticos, hay que invertir en infraestructura y no tiene incentivos ni
subsidios.
La iniciativa privada requiere de mayor esfuerzo e
imaginación desde el Estado para apoyarla. Cambiar hábitos de consumo o
crearlos toma más tiempo del que dura un gobierno.
Mientras esto no se entienda y no se diseñen Políticas
de Estado de largo plazo que tengan por objeto crear el hábito de consumo en la
niñez, diseñando además estrategias que abaraten el costo de los productos
hidrobiológicos, en especial la anchoveta, pota y jurel que son los más
abundantes, seguiremos hablando de lo mismo sin resultados eficaces.
Tenemos que pensar como país y no como gobierno de 5
años. El éxito en la creación del hábito de consumo de anchoveta no será
cosechado en el gobierno que inicie una acción eficaz al respecto, sino en el
siguiente o subsiguiente. Por tanto, mientras subsista el egoísmo de hacer
cosas para salir en la foto durante la gestión la desnutrición infantil seguirá
siendo un problema.
Marcos Kisner
La vida del cocinero no es fácil. Se levanta muy temprano, casi al alba, para conseguir los mejores ingredientes. Cocina el almuerzo, administra su negocio durante la tarde, vuelve a la cocina para la cena, se acuesta pasada la medianoche y luego vuelve a empezar la misma rutina al día siguiente, solo que con un detalle: el fin de semana no es su tiempo de descanso, sino, más bien, el de mayor trabajo.
El destino del
cocinero es trabajar cuando la mayoría se divierte.
Sin embargo, todo este esfuerzo,
que puede parecer titánico, tiene una enorme recompensa. Cada día y en tres
ocasiones, el cocinero tiene la oportunidad de hacer felices a los demás con
aquello que el sabe hacer: cocinar. La mesa, compartir, revivir recuerdos de
infancia y de amor materno, todo, confabula para que la cocina saque a relucir
lo mejor del ser humano y, por ende, para que el cocinero, al final del día,
pueda agradecer y decirse a sí mismo que, en realidad, a pesar del esfuerzo, su
profesión es una de las más hermosas.
Por ello, consciente de que la
cocina es un espacio de fraternidad, de goce y de alegrías, el cocinero suele
ser casi siempre una persona positiva que va buscando siempre oportunidades,
incluso en las situaciones más adversas. Sus batallas, que no son pocas, las
libra como él sabe hacerlo, a través de su cocina. Evita la confrontación y el
choque porque sabe que su arma de convencimiento no es otra que la seducción,
consciente de que con ello no renuncia a su lucha, sino, más bien, ocupa el
lugar que le corresponde en ella, el de proponer caminos, liberar emociones,
curar heridas, tender puentes, contagiar sueños e ilusiones. Ese es el rol del
cocinero activista de estos tiempos, el rol de buscar siempre, en cada
escenario, la ventana, el camino, la oportunidad.
Hace unas semanas, tuve la suerte
de asistir en la hermosa ciudad vasca de San Sebastián a un encuentro en el
cual debíamos discutir cómo lograr que esos millones de toneladas de proteína
animal renovable que representa la anchoveta puedan, en un día cercano, alimentar
a millones de personas y con ello contribuir a la sostenibilidad de nuestro
planeta. ¿Extraer millones de toneladas de un recurso marino para sostener
nuestro planeta? ¿No parece una contradicción? Pues no.
Uno de los grandes desafíos del futuro cercano es el de generar la suficiente cantidad de proteínas para una población cada vez más creciente sin que esta producción presione más a nuestro planeta. A los seres humanos nos encanta la proteína animal y, por ello, se producen inmensas cantidades de esta en todo el mundo. Sin embargo, para producirlas se requiere de energía, territorios, enormes campos de cultivos y, en algunos casos, como el que nos convoca, especies renovables como la anchoveta, a tal punto que se requieren cuatro kilos de anchoveta para producir un kilo de pescado de granja en el mar.
Toda esta actividad suma a la
alarmante presión al medio ambiente, que podría ser mitigada si encontráramos
una proteína animal que se reproduzca y se renueve por sí sola año a año y que,
además, lo haga en abundancia, de manera que pueda proveer proteínas para
cientos de millones de personas. Pero, claro, hay un pequeño detalle. De
momento, salvo en los países mediterráneos, donde la anchoa es considerada un
auténtico manjar, el resto del mundo todavía se resiste a comer anchoveta. Esa
es la realidad.
Por ello, nuestro encuentro allí
tenía como principal objetivo discutir cómo los cocineros del mundo podíamos
utilizar todo nuestro ingenio para crear, con este recurso, productos y
conceptos que animen a las personas a consumirlo, de manera que parte de esa
enorme cantidad de anchoveta que hoy se usa para hacer harina poco a poco vaya
usándose para el consumo humano. No estábamos allí para pedir a los gobiernos
que prohibieran la fabricación de harina y que obliguen a destinar la anchoveta
a consumo humano.
¿Qué sentido tendría una medida de esa naturaleza teniendo en
cuenta que hoy todavía son muy pocos los que la quieren comer? Se perdería un
recurso que, por ejemplo, en el Perú, si todos lo amaran como aman el pollo,
podría dar de comer a cada peruano 200 kilos de anchoveta cada año. Pero la
realidad es que este recurso se perdería porque, si bien los peruanos vamos
aprendiendo a comer anchoveta poco a poco, a recuperar la memoria de nuestros
antepasados que hicieron de ella la gran proteína que forjó sus civilizaciones,
lo cierto es que aún distamos muchísimo de lograr que la anchoveta sea nuestra
proteína favorita. El lado bueno de esta historia es que, si logramos modificar
los gustos del mercado, todos nos beneficiaríamos. Los peruanos, con una
proteína animal excelente y económica; el medio ambiente, al ser una proteína
renovable; y, por supuesto, la industria pesquera industrial, dado que la pesca
para consumo humano tanto en fresco, congelado, enlatados y derivados tiene una
mayor rentabilidad que la destinada a harina.
Pero, claro, para que eso suceda,
tenemos que reinventar el mercado. Y para hacerlo tenemos que inventar
productos, historias y campañas mágicas que encandilen al consumidor peruano de
manera que poco a poco incorpore más y más a la anchoveta en su mesa.
De eso trataba nuestro encuentro,
de cómo hacer una hamburguesa de anchoveta que, en una cata ciega, logre que
todo el mundo coincida en que es más rica que la de una carne angus; de cómo
hacer que la pizza de anchoa deje de ser la pizza solo para los conocedores
para convertirse en la favorita de los niños; de cómo inventar commodities
culinarios deliciosos hechos con anchoveta que nos ayuden a popularizar su
consumo, y así poco a poco ir modificando el escenario y el mercado para
beneficio de todos: consumidores, pescadores, medio ambiente e industria.
Inventar un mundo mágico de la
anchoveta. Esa es la misión del cocinero. Como dijimos al comienzo, abrir
caminos, buscar la oportunidad, ese es su rol.
Fuente
10 de marzo de 2015
La erradicación del hambre para el año 2025: el sueño que une a CELAC y FAO
FAO y CELAC coordinaron sus agendas para avanzar hacia hambre
cero en todos los países de la región, a través del Plan de Seguridad
Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025 de la CELAC
10 de marzo de 2015, Santiago de Chile– La Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han alineado sus esfuerzos bajo una
meta común: la completa erradicación del hambre en todos los países de la
región para el año 2025, señaló hoy la Oficina Regional de FAO.
La principal herramienta con que se busca lograr esta
ambiciosa tarea es el recientemente aprobado Plan de Seguridad Alimentaria,
Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC (ver resumen ejecutivo), creado
por los países de la región con el apoyo técnico de la FAO, la Asociación
Latinoamericana de Integración (ALADI), y la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL).
“El Plan ha sido un trabajo colectivo de los países, pero sin
duda no lo podríamos haber concretado sin el acompañamiento de FAO”, señaló
Daniel Ortega coordinador nacional adjunto de CELAC de Ecuador, en
representación de la Presidencia Pro-Tempore de CELAC. “Somos una región que
está marcando un camino. Ahora es momento de llevar la voz de la región al
debate global para enfrentar desafíos estructurales que condicionan nuestros
procesos nacionales y regionales”, señaló Ortega.
En un video-mensaje dirigido a las autoridades de CELAC y FAO
reunidas en Santiago de Chile para perfeccionar la estrategia de implementación
del Plan de Seguridad Alimentaria de la CELAC, el Director General de la FAO,
José Graziano da Silva, señaló que: “Estoy convencido que el plan de la CELAC
es una herramienta que nos permitirá consolidar los avances y acelerar el paso
en la dirección que queremos: hambre cero”.
Graziano da Silva destacó que la Cooperación Sur-Sur, la
solidaridad y el compromiso con la integración regional son elementos que están
el centro del Plan de Seguridad Alimentaria de CELAC.
El sueño de América
Latina y el Caribe Sin Hambre
El Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez, recordó
que la región fue pionera al proponer no sólo la mera reducción sino la total
erradicación del hambre a través de la Iniciativa América Latina y el Caribe
sin Hambre 2025 (IALCSH). La CELAC se ha sumado como un nuevo gran aliado a
este esfuerzo regional.
América Latina y el Caribe ya alcanzó la meta de reducir por
la mitad la proporción de personas subalimentadas, establecida en el primer
Objetivo de Desarrollo del Milenio. Según la FAO, si sólo 2.75 millones de
personas superan el hambre en 2015, la región será la única del mundo en haber
alcanzado la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación.
Cuatro pilares para
erradicar el hambre
El Plan de Seguridad Alimentaria de CELAC se sustenta sobre
cuatro pilares que buscan garantizar las cuatro dimensiones de la seguridad
alimentaria: acceso, disponibilidad, utilización y estabilidad de los
alimentos. Los cuatro pilares son:
Pilar 1: Estrategias coordinadas de seguridad
alimentaria a través de políticas públicas nacionales y regionales. Los países
fortalecerán sus marcos jurídicos e institucionales de seguridad alimentaria,
facilitarán el comercio, evitarán las pérdidas y desperdicios de alimentos y
fomentarán programas de abastecimiento.
Carlos Álvarez, Secretario General de ALADI, destacó que el
plan requiere que la región “demuestre que podemos hacer un esfuerzo coordinado
y convergente entre el conjunto de los organismos y subregiones de América
Latina y el Caribe”.
“Creemos que legislar comprometidamente para eliminar el
hambre de la región es una posibilidad real”, explicó María Augusta Calle,
asambleísta de Ecuador y coordinadora del Frente Parlamentario Regional contra
el Hambre (ver entrevista)
Pilar 2. Acceso oportuno y sostenible a
alimentos inocuos, adecuados, suficientes y nutritivos para todas las personas.
El acceso es el principal problema de la seguridad alimentaria a nivel
regional. Para enfrentar esto, el Plan CELAC fomenta los programas de
transferencias condicionadas, la mejora de los mercados de trabajo y un fuerte
apoyo a la agricultura familiar.
“Estamos llamados a hacer un cambio de paradigma en los modos
de producción y consumo”, señaló al respecto Alicia Bárcena, Secretaria de la
CEPAL.
Pilar 3. Bienestar nutricional para todos los
grupos vulnerables: Este pilar promueve la alimentación escolar, con un énfasis
especial en conectar a los productores de la agricultura familiar a través de
compras públicas, y la promoción de hábitos saludables.
“Es la meta de todos los países y de la FAO que ningún niño
se vaya a dormir con hambre. Debemos utilizar nuestra base productiva para
garantizar la seguridad y soberanía alimentaria”, explicó al respecto Caesar
Saboto, Ministro de Agricultura, Transformación Rural, Bosques, Pesca e
Industria de San Vicente y las Granadinas (ver video)
Pilar 4: Garantizar la estabilidad de la
producción y la atención oportuna ante desastres de origen socio-naturales: La
creación y mantenimiento de reservas de alimentos, la consolidación de stocks
públicos para emergencias y un fuerte componente de prevención y gestión de desastres
son algunos elementos de este pilar.
FAO y CELAC: una agenda común
Además de participar de la formulación, implementación y
monitoreo del Plan CELAC, la FAO tiene tres prioridades regionales determinadas
por los países de la región que reforzarán el Plan.
La primera iniciativa regional presta Apoyo a la Iniciativa
América Latina y el Caribe sin Hambre 2025, ayudando a los países a alcanzar
sus objetivos nacionales de seguridad alimentaria y fortaleciendo el Pilar 1.
La segunda iniciativa Agricultura familiar y desarrollo
territorial rural ayuda a los países a crear políticas inclusivas para apoyar
el sector en línea con el segundo pilar del Plan CELAC.
La tercera se centra en la Mejora de los sistemas
alimentarios en el Caribe, para enfrentar el limitado desarrollo de las cadenas
de valor de alimentos y cultivos forrajeros y la escasa utilización de
productos agrícolas nacionales, apoyando los cuatro pilares del Plan CELAC en
los países del Caribe.
“La agenda regional de la FAO está completamente alineada con
las prioridades del Plan de la CELAC. Nuestros esfuerzos en la región buscarán
la mayor cantidad de sinergias posibles para caminar hacia hambre cero en
2025”, explicó Raúl Benítez.
Más información:
Documento: Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y
Erradicación del Hambre de CELAC
Contacto de prensa
Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe
Benjamín Labatut – benjamin.labatut@fao.org
Tel: +56 229 232 174
Síguenos en Twitter: www.twitter.com/faonoticias
Web: www.fao.org/americas
5 de marzo de 2015
América Latina y el ‘fin del capitalismo’
Por Andrés Oppenheimer
Lo más triste de las
declaraciones del hasta hace poco presidente de Uruguay, José Mujica,
sugiriendo que el capitalismo mundial está agonizando no es que lo haya dicho
en momentos en que la bolsa de Nueva York alcanzaba su récord histórico, sino
el hecho de que se trate de una idea que está siendo repetida constantemente
por varios presidentes latinoamericanos como si se tratara de una verdad
incuestionable.
Casi no pasa un día sin que el
presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y sus colegas de Argentina, Ecuador,
Bolivia, Nicaragua y otros países no proclamen –algunos más explícitamente que
otros– el “fin del capitalismo”. El ex gobernante cubano Fidel Castro viene
anunciando la inminente muerte del capitalismo desde principios de la década de
1960.
Mujica fue citado por la agencia
de noticias oficial cubana Prensa Latina el 22 de febrero, en una entrevista al
diario mexicano “La Jornada”, en la que decía que el capitalismo “está
agotado”. En rigor, la cita textual de Mujica decía que el capitalismo “parece
haber dado todo de sí” y que “lo lógico es que sea reemplazado por el
socialismo democrático”.
El problema es que, aunque no hay
duda de que el capitalismo tiene sus defectos, muchos presidentes
latinoamericanos están sentados de brazos cruzados esperando su muerte.
Mientras tanto, China, India, Vietnam y varios países asiáticos vienen
creciendo y reduciendo la pobreza a pasos agigantados desde que empezaron a
apostarle al capitalismo en la década de 1980.
Quizá alguien debería regalarle a
varios presidentes latinoamericanos una copia enmarcada de un reciente artículo
sobre el valor de mercado de Apple. Lo deberían colgar en sus despachos
presidenciales, para empezar a entender lo que está pasando en el mundo.
Apple alcanzó un valor récord de
US$710 mil millones el 10 de febrero. Para ponerlo en perspectiva, Apple vale
más que todo el producto bruto interno de Argentina (US$610 mil millones),
Venezuela (US$483 mil millones), Colombia (US$378 mil millones), Chile (US$277
mil millones) o el Perú (US$203 mil millones), según cifras del Banco Mundial.
Los presidentes de Ecuador,
Uruguay y Bolivia deberían ser los primeros en tomar nota. Apple vale siete
veces más que toda la economía de Ecuador (US$94 mil millones), 12 veces más
que la de Uruguay (US$55 mil millones) y 23 veces más que la de Bolivia (US$30
mil millones).
Si estos datos no alcanzan para
convencer a varios presidentes latinoamericanos de que estamos viviendo en un
nuevo mundo, en que los avances tecnológicos se cotizan cada vez más y las
exportaciones de las materias primas latinoamericanas cada vez menos, hay
varios otros ejemplos en las noticias recientes que son igualmente
ilustrativos.
Uber, empresa fundada hace cuatro
años que creó una aplicación para teléfonos inteligentes conectada a un
servicio de taxis particulares, ha alcanzado un valor de mercado de US$41.200
millones. Esto equivale a más que el total de las exportaciones de petróleo
anuales de México.
WhatsApp, la aplicación de
mensajería instantánea para teléfonos inteligentes iniciada por dos jóvenes
veinteañeros años, fue vendida el año pasado por US$19 mil millones. Eso es
casi veinte veces el valor total de las exportaciones de vino de Chile.
Lamentablemente, mientras siguen
esperando el fin del capitalismo, varios países latinoamericanos dependen cada
vez más de sus exportaciones de materias primas y manufacturas básicas, y no invierten
–como los asiáticos– en mejorar la calidad de su educación, la innovación, la
ciencia y la tecnología.
Los países latinoamericanos
invierten solo un 0,8% de su producto bruto en investigación y desarrollo de
nuevos productos, en comparación con el promedio mundial de 2,1%, según datos
del Banco Mundial. Lo que es más triste aún, los países latinoamericanos han
aumentado su dependencia de las materias primas, y reducido sus exportaciones
de productos de alta tecnología.
Según cifras citadas por la directora
de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (Cepal),
Alicia Bárcena, las exportaciones latinoamericanas de productos de alta
tecnología han disminuido de casi 20% de sus exportaciones totales en el año
2000 a aproximadamente 10% en la actualidad.
Mi opinión: El capitalismo tiene
muchas cosas que pueden y deben mejorarse para hacerlo más ecuánime, pero los
presidentes latinoamericanos deberían dejar de hablar babosadas sobre el
inexorable fin del sistema y ponerse a trabajar –como los países asiáticos–
para ser más competitivos en la economía global que tenemos.
En lugar de hablar boberías sobre
el “fin del capitalismo”, deberían estar hablando sobre la necesidad de mejorar
los niveles educativos y la innovación, para exportar productos cada vez más
sofisticados.
Sus actuales vaticinios sobre el apocalipsis del capitalismo no
hacen más que generar complacencia, pasividad, menor crecimiento y mayor
pobreza.
Fuente
(El Comercio, 04 de Marzo de
2015)
27 de febrero de 2015
Los principales actores tras el acaparamiento de océanos
¿QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES ACTORES TRAS EL
ACAPARAMIENTO DE OCÉANOS?
Además del Estado, en el acaparamiento mundial de océanos también
participa una gran diversidad de actores, tanto tradicionales como recién
llegados. La gama de actores abarca toda una serie de élites económicas
nacionales y corporaciones transnacionales, que trabajan en una amplia variedad
de sectores, como el (eco)turismo, la agroindustria y las industrias
extractivas, y que a menudo pueden ejercer su influencia en los marcos
normativos y los acuerdos económicos. La academia también desempeña un papel
importante a la hora de allanar el camino al acaparamiento de océanos. En más
de cuatro décadas, los economistas especializados en el ámbito de la pesca y
otros científicos de este campo han realizado estudios y publicado influyentes
escritos de apoyo y promoción de los derechos de propiedad privada en la pesca.
Los invito a leer el artículo ¿QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES
ACTORES TRAS EL ACAPARAMIENTO DE OCÉANOS? en la edición de marzo de la Revista
Pesca
17 de febrero de 2015
¿Ya llegamos al límite del crecimiento?
Según este escenario, la economía global y los ecosistemas
planetarios colapsarían, haciendo imposible sostener la actual población
mundial, la cual se reduciría drásticamente a una fracción de lo que es hoy día
en cuestión de unas pocas décadas, presumiblemente por hambre, enfermedad y
violencia.El documento de 1972 pronosticó que el colapso final de la
civilización humana comenzaría en los años 2015-2030.
Los invito a leer el artículo “LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO,
¿LLEGAMOS YA?” en la edición de febrero de la Revista Pesca
9 de febrero de 2015
El fracaso del séptimo objetivo del milenio
En el lejano
año 2000, los 189 países miembros de las Naciones Unidas acordaron un total de
ocho propósitos de desarrollo humano, enmarcados dentro de los Objetivos del
Milenio que proyectaban al esperanzador 2015, como el margen de tiempo idóneo
para consolidar las metas fijadas, que abarcaban la lucha contra el
analfabetismo, la hambruna, la violencia de género, la insalubridad, el daño
ambiental y la mortalidad infantil.
Los
invito a leer el artículo “EL FRACASO DEL SÉPTIMO OBJETIVO DEL MILENIO” en la
edición de febrero de la Revista Pesca
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