El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
28 de enero de 2013
Los paises con pesca sostenible obtienen mejores capturas
Reducir la presión pesquera da
resultados beneficiosos en un plazo de tiempo no demasiado largo. Esta es una
de las principales conclusiones que se desprenden de una investigación liderada
por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la que se
analizan las capturas de 53 países y jurisdicciones a lo largo de algo más de
una década. El trabajo, publicado en la revista Global Environmental Change,
revela que aquellos que han aplicado el Código de Conducta para una Pesca
Responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO)
han logrado mejorar sus recursos pesqueros y están obteniendo unas capturas de
mejor calidad.
El estudio, liderado por la
investigadora del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar Marta Coll, ha contado
con la participación de la Universidad de British Columbia (Canadá), del
Istituto Nazionale di Oceanografia e di Geofisica Sperimentale (Italia) y la
organización World Wildlife Fund.
El Código de Conducta para una Pesca
Responsable fue desarrollado en 1995 por la FAO y tiene como objetivo reducir
el impacto negativo de la pesca en el ecosistema. Los expertos están
convencidos de que este código es una herramienta eficaz en la gestión
sostenible de los recursos pesqueros. No obstante, su cumplimento es voluntario
y los países que lo han firmado lo están incorporando a su legislación con
mayor o menor éxito.
13 años de pesca
El trabajo analiza las capturas
llevadas a cabo por 53 países y jurisdicciones, que suponen el 96% de la pesca
global, desde 1990 hasta 2003. Para evaluar los beneficios ecológicos del
código, se comparó su cumplimiento con cinco indicadores ecológicos: el nivel
trófico de las capturas (relacionado con el tamaño de las presas capturadas);
el volumen de la captura total; la captura total expresada en unidades de
producción primaria necesaria para generar los peces capturados; el índice de
pérdida de producción (la pérdida que supone para el ecosistema la captura, que
de no haber sido atrapada podrían haber alimentado a otros peces); y la
probabilidad de sostenibilidad de la pesca.
Una mejora derivada de una pesca más
sostenible se refleja en una reducción en la captura total, así como en la
producción primaria requerida para generar la captura y en el índice de pérdida
de producción, mientras que se observa un aumento en el nivel trófico de las
capturas y en el índice de sostenibilidad. “Aunque los países que han
implementado el código tienen un menor volumen de capturas, la calidad y
diversidad de su pesca es mayor. Esto se refleja en el hecho de que han recuperado poblaciones de especies de
gran tamaño, como atunes o bacalao, que tienen un mayor nivel trófico y un
mayor valor comercial”, explica Coll.
Posiciones por países
En términos relativos, detalla Marta
Coll, “los 10 países y regiones que más han mejorado la pesca, haciéndola más
sostenible en 2003 con respecto a 1990 son: Estados Unidos (costa atlántica),
Namibia, Chile, Dinamarca, Irlanda, Holanda, Portugal, Ecuador, Rusia (costa
del Pacífico) y Alemania. Al contrario, los países que han empeorado por pescar
de forma más insostenible en el mismo período son: Ghana, Filipinas, Vietnam,
Bangladesh, Islandia, Egipto y Suráfrica”.
En términos absolutos, la pesca más
sostenible (según los datos de 2003) es la de Canadá (costa Pacífica),
Australia y Estados Unidos (costa Pacífica). La menos sostenible, también según
datos de 2003, está en Turquía, Corea de Sur, Malasia, China, Perú, Ghana,
Filipinas, Marruecos, Vietnam y Bangladesh.
España, en términos relativos de
mejora respecto a 1990, se encuentra en el puesto 14 y 15 (para costa Atlántica
y Mediterránea), y en términos absolutos está en el 10 y 14, respectivamente.
“Nuestro estudio transmite un mensaje positivo en el contexto de los acuerdos
internacionales que se ocupan de cuestiones ambientales: el cumplimiento de
acuerdos como el código de conducta de la FAO puede contribuir a aumentar la
sostenibilidad, independientemente de la posición geográfica del país.
Dado que el cumplimiento del Código
en todo el mundo sigue siendo bajo o muy bajo, concluye el trabajo, “estos
resultados pueden alentar a los países a adoptar las medidas necesarias para
aumentar la sostenibilidad ecológica de los recursos marinos”.
Fuente:
http://www.csic.es/web/guest/publicaciones;jsessionid=8B5214F321EBC7CB14C70A6D0143FC0C?p_p_id=contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet&p_p_lifecycle=1&p_p_state=maximized&p_p_mode=view&p_p_col_id=column-3&p_p_col_count=2&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_struts_action=%2Fcontentviewer%2Fview&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_nodeRef=workspace%3A%2F%2FSpacesStore%2F1e7fe088-0141-494e-a938-62877b3e30d4&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_gsa_index=false&_contentviewerservice_WAR_alfresco_packportlet_title=Noticias&contentType=news