El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
29 de abril de 2016
Editorial Revista Pesca mayo 2016
En esta edición se
presentan las propuestas de plan de gobierno para el sector pesca que han sido
elaboradas por los dos partidos que pasan a la segunda vuelta electoral.
Solo Fuerza Popular
tiene una propuesta para el sector, aunque no existe obligación formal ni legal
de ejecutarla. Peruanos por el Cambio no menciona la pesca en forma directa.
Los interesados en la evolución y desarrollo del sector pesquero, deberán medir
debidamente el impacto sobre el sector que tendrá cualquiera de ambos posibles
gobiernos en los próximos cinco años, antes de decidir su voto.
El enfoque ciudadano
puede dejar a otras organizaciones el análisis y discusión sobre aspectos
técnicos y científicos propios de la pesquería. Debe más bien, centrarse en el
análisis de su participación en la renta pesquera, considerando que es el
propietario del recurso pesquero, el cual está siendo explotado por una pequeña
fracción de ciudadanos, los cuales deberían pagar un justiprecio por el derecho
y el privilegio de lucrar con un recurso natural que, está siendo gratis en el
caso de la pesca artesanal y muy barato en el caso de la pesca industrial.
Ningún candidato ha hablado sobre la participación del país en la renta
generada por la pesca.
Sin mejorar los ingresos no hay forma de hacer más investigación y mejora la
fiscalización y control, entre otras cosas.
La pesca artesanal
no está obligada al pago de derechos de pesca. Pero si bien es cierto una parte
de sus desembarques va a los mercados nacionales para consumo interno, lo que
podría justificar la exoneración de este pago, también es verdad que otra parte
va a las plantas congeladoras y enlatadoras que los exportan. ¿Es correcto, y
justo desde el enfoque ciudadano, que se exporten productos como la pota para
alimentación de otras poblaciones sin pago de derechos de pesca, gozando del
mismo privilegio que los productos que se venden en el mercado nacional para
consumo de los peruanos?
Bajo este enfoque
también debe analizarse los precios a los que se vende el pescado en el mercado
nacional y los volúmenes que se encuentran disponibles para las poblaciones de
la costa, de la sierra y de la selva. Siendo propietarios de los peces y siendo
una de las pesquerías más grandes del planeta, debemos preguntarnos si la
cantidad disponible de pescado alcanza para todos los sectores de la población
y si sus precios son asequibles para las mayorías. Un análisis objetivo,
debería conducirnos a la búsqueda de alternativas para hacer de la pesquería
peruana una actividad más inclusiva y más justa.
¿De cuál de los
candidatos a la segunda vuelta se podría esperar algo en relación a hacer la
pesca más inclusiva? Las políticas públicas tienen que orientarse al ciudadano
y a procurar mejorar su calidad de vida. Siendo así, debemos preguntarnos cuál
de ellos considera mejorar la regulación actual en beneficio del ciudadano
peruano, antes que servir a los intereses tradicionales y siempre ganadores.
La hipótesis más
probable, es que una vez pasada la efervescencia electoral y las nuevas autoridades
se asienten en sus lugares, todo volverá a ser más de lo mismo en la pesca.
Bajo el poder del lobby e influencia de la gran industria a través de sus operadores políticos de siempre y los nuevos,
nada presume que vaya a ser diferente. Los pescadores artesanales, demasiado
atomizados como para presentar un frente apropiado que los ponga de igual a
igual en una mesa con el Estado y la Industria, continuarán igual como hasta
ahora.
Quienquiera que gane
las elecciones, no evidencia nada innovador para la pesca artesanal y el
consumo de pescado para el mercado interno.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información, ideas y corrientes de
opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer
sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre
todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una
opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a MAYO 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y
redes sociales.
http://issuu.com/revistapesca/docs/revista_pesca_mayo_2016/1
6 de abril de 2016
La hora de la verdad
Carmen McEvoy, Historiadora
“Más allá del crecimiento
económico, lo que nos hace falta es un proyecto nacional para llegar unidos al
bicentenario.
Se “acerca ya la hora” en que
“la nación pronuncie la última palabra sobre su futuro destino”. Así, Manuel
Pardo se dirigió a los fideicomisarios de la República. A ellos les aseguró que
nadie tenía el derecho de influir en sus conciencias al momento de emitir sus
votos.
En las postrimerías de una
campaña electoral marcada por el fraude y la violencia, el candidato Pardo
enarboló el ideal primigenio de la República. En ese contexto, el futuro presidente
subrayó que del cumplimiento del deber de cada ciudadano dependía “la genuina y
legítima expresión del pensamiento y la voluntad nacional”.
La intensa campaña electoral,
que llevó a Pardo a la presidencia del Perú (1872-1876), culminó con el asesinato
del coronel José Balta: el último de una saga de mandatarios militares
encumbrados a golpe de espada y guano de las islas. Al magnicidio, ocurrido en
medio de un proceso electoral plagado de irregularidades, le sucedió la
ejecución popular de los responsables del hecho: el ministro de Guerra, Tomás
Gutiérrez, y dos de sus hermanos.
Los coroneles Gutiérrez
formaban la guardia pretoriana de un sistema prebendario y corrupto que se
negaba a desaparecer. Esto explica la polarización de unas elecciones sembradas
de trampas legales y en las que los recursos del Estado estuvieron al servicio
de dos candidaturas: la del general José Rufino Echenique primero y la del
abogado Antonio Arenas después.
Pese a todos los ataques a su
persona y a sus partidarios –algunos encarcelados y azotados por los prefectos
baltistas–, Pardo recordó que existía un momento supremo al final de toda
campaña electoral. Se refería al acto silencioso en el que un individuo, a
solas con su conciencia, decidía su “futuro destino” por encima del laberinto
de pasiones que acompaña a toda lucha por el poder.
La legitimidad residía, en
consecuencia, en ese acto final mediante el cual un abstracto llamado nación
expresaba su mandato a través de un cúmulo de voluntades individuales y
dispersas. En esa suerte de alquimia política, miles de voluntades convergían en
una capaz de elegir a la representación nacional.
En estos días de tachas
dominicales, periodistas sicarios, curas decimonónicos, flores que no llegan y
chicharrones que se rechazan, he vuelto a leer los discursos de Pardo.
Pronunciados en la campaña electoral más disputada del siglo XIX, sus palabras
sabias son una brújula capaz de guiarlo a través de la densa niebla que cubrió
su senda a la Casa de Pizarro (quien –como él– cayó asesinado por sus
adversarios). Porque conseguir el poder en el Perú no es tarea fácil, y mucho
menos mantenerlo con decencia y dignidad.
Por ello, mi reflexión en
torno a las elecciones que se avecinan tiene que ver con un peruano o una
peruana capaz de ayudarnos a transitar el camino minado de la posguerra.
Alguien que dignifique la Presidencia de la República, nos devuelva la ilusión
y la esperanza, no gobierne para sus parciales y tenga la altura de miras para
iniciar un proceso de reconciliación nacional, tal como lo hizo Ramón Castilla
tras una década de guerra civil.
Porque más allá del
crecimiento económico, la inclusión social, la lucha contra la corrupción y la
delincuencia, lo que nos hace falta es un proyecto nacional para llegar unidos
al bicentenario de ese momento entrañable en el cual el Perú se convirtió en una
República libre y soberana”
Fuente
25 de marzo de 2016
Editorial Revista Pesca abril 2016: especial de recursos naturales
En estas elecciones presidenciales tenemos que elegir
bien, como lo hacemos cuando contratamos a un empleado en nuestra casa. Con la
misma pulcritud y esmero con los cuales evaluamos a nuestros empleados, debemos
evaluar a los políticos que pretenden convertirse en nuestros empleados. Porque
somos los dueños de casa y este mes de abril nos toca contratar nuevo mayordomo
y nuevos sirvientes para que se encarguen de la administración y asuntos
domésticos de la casa (país). De eso se trata cuando elegimos a un Presidente y
congresistas. Las elecciones no son sino
un gran concurso público para el empleo de Presidente de la República y
congresistas. Tenemos que escoger al mejor candidato y al mejor equipo para el
empleo.
No tenemos que magnificarlos como si fueran mejores
que nosotros, porque no son los mejores de entre todos los ciudadanos. Solo son
los que han mostrado interés en el empleo, aunque las verdaderas razones que los motivan sean
desconocidas realmente. No teniendo otras opciones, tratemos de contratar al
mejor.
Debemos desmitificar la investidura presidencial, la
congresal y la ministerial. Porque puede ocurrir que ellos no lo entiendan así
y en vez de asumir que son nuestros empleados, pretendan convertirse en
nuestros amos para disponer a capricho de nuestros recursos naturales, entre
otras cosas. Por eso, la inmunidad de la que gozan es indebida y debería serles
retirada.
Antes de marcar un símbolo preguntémonos ¿a quién
quieren servir esos candidatos? ¿a nosotros, a ellos mismos, o a alguien más?
La principal cualidad que debe evaluarse es la sincera
y real vocación de servicio al país y a los demás. Más allá de las promesas en
las que nadie cree, lo determinante debe ser la confianza que inspire el
candidato, tanto por su trayectoria personal, integridad, honestidad, capacidad
y liderazgo, así como por sus convicciones en la necesidad de efectuar cambios y
la suficiente voluntad política para imponer con firmeza un nuevo modelo de
gestión en la pesquería y en el país.
También es importante evaluar al equipo de personas
que lo acompañarán durante su administración. No solo sus cualidades morales y
personales, sino investigando a quién sirven realmente, si a los intereses del
país o a algún poder económico. No se puede olvidar que la política y la
administración pública son constantemente infiltradas por quienes se dedican a
defender intereses de parte, por encima de los intereses nacionales, unas veces
abierta y descaradamente y otras veces detrás de las sombras, manipulando y
colocando o sacando funcionarios según sus conveniencias.
Esta campaña electoral ha dejado la evidencia de una
insana ambición por el poder, sustentada
con una pobre calidad de propuestas, pero que finalmente fueron y son
irrelevantes, porque no hay norma que obligue a cumplirlas. Nos están
ofreciendo un producto sin garantía, convirtiendo lo que debería ser una
competencia de ideas y propuestas, en una guerra que solo ha servido para
mostrar lo peor de los políticos, con honrosas excepciones. Un plan de gobierno debe ser la fórmula para
gobernar en base a una doctrina, a una filosofía y por eso no se improvisa unos
meses antes. Siempre está vigente se actualiza permanentemente. Lo que hemos
visto es improvisación sin base doctrinaria, omisiones serias en cuanto a la
pesca, por ejemplo y en algunos casos vagas promesas que respondieron a la
coyuntura de dónde y frente a qué público está el candidato.
La democracia no consiste
solamente en votar en la elección. La democracia necesita de ciudadanos
activos, que no aceptemos resignadamente esperar 5 años más, si es que no quedamos
satisfechos, o si las autoridades elegidas incumplen sus promesas de campaña.
Tenemos que actuar en forma permanente y constante, para crear incidencias
políticas a través de los mecanismos que fuesen adecuados, a fin de proteger
los intereses de las mayorías, que somos quienes formamos la Nación y pagamos
los sueldos de nuestros gobernantes, legisladores y administradores.
Marcos Kisner Bueno
En esta edición presentamos una nota sobre los derechos
de las poblaciones originarias para entender por qué un nuevo gobierno, a través de políticas más
inclusivas, tiene el deber de considerar la alimentación nacional como tema de
agenda, en el cual las poblaciones vulnerables necesitan atención prioritaria.
Debemos entender que no es posible avanzar en la construcción de la República y
la explotación de sus recursos naturales, sin saber de dónde venimos, ni por
qué hemos llegado al modelo extractivista y de gobierno que tenemos.
Los
invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a ABRIL
2016 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.
13 de marzo de 2016
¿Y la pesca en estas elecciones?
SEÑORES CANDIDATOS: ¿Y LA PESCA?
Con la atención centrada en la lucha que
libran los candidatos para seguir en carrera, la expectativa de muchos sectores
sobre propuestas programáticas está quedando totalmente desairada en esta competencia
electoral. Uno de los sectores que precisa conocer de manera urgente la visión
política de los aspirantes a gobernar nuestro país en los próximos 5 años, es
el pesquero.
Razones tiene de sobra. En el año 2018 vence
el período de vigencia del aporte social obligatorio de $ 1.95, creado mediante
la Primera Disposición Final del Decreto Legislativo 1084 – Ley de Cuotas –,
hecho que afectará la sostenibilidad del nuevo régimen pensionario de los
pescadores creado por la Ley 30003, por ser uno de sus principales soportes.
Ese año también se rompe el candado jurídico que puso el armador en la misma
norma como condición de su aporte y que le permite mantener sin alteración el
monto y la forma de cálculo de los Derechos de Pesca que paga por cada tonelada
de anchoveta que extrae. Actualmente, ese pago se calcula en base al 0.25% del
valor FOB de la harina de pescado por tonelada extraída. Si tomamos en cuenta
el precio promedio que ha tenido la harina este año, el armador solo paga
alrededor de 4 dólares por tonelada. Monto irrisorio, que no compensa los
enormes pasivos ambientales que deja y que el Estado los asume sin que el
timorato gobernante de turno siquiera pestañee.
Como dato adicional, cabe señalar que el 50%
de los Derechos de Pesca y el 50% del Impuesto a la Renta que pagan las
empresas pesqueras, constituyen los aportes al Canon Pesquero, cuya
distribución necesita ser replanteada por la atomización actual que sufre y que
no permite que se cumplan con sus reales objetivos. Como muestra, habría que
preguntarnos cuánto y a dónde han ido a parar los recursos correspondientes al
Canon Pesquero que han sido transferidos al gobierno regional de Ancash y a sus
municipalidades provinciales y distritales en los últimos años.
Se necesita saber también la opinión de los
candidatos en cuanto a la restitución del Ministerio de Pesquería, o sobre el
fortalecimiento del IMARPE como ente científico en el que se basan las
disposiciones de PRODUCE y cuya credibilidad ha sido cuestionada en las últimas
temporadas de pesca, o sobre el manejo equivocado de competencias en la pesca
de anchoveta al compartirlas con los gobiernos regionales que muchas veces se
convierten en cómplices en la producción ilegal de harina de pescado, como es
en el caso de Ancash.
Hay mucha expectativa para escuchar a los
candidatos hablando sobre estos temas. Ojalá que lo hagan pronto.
NOTA DE PESCA
Es improbable que lo hagan. Si no lo hicieron desde el
comienzo, como parte componente de un plan general de gobierno, de una
filosofía y de un concepto ¿porqué habrían de hacerlo a pocas semanas de la
elección? Sería una improvisación electorera, nada creíble y además comprometedora
en cualquier escenario. Después de la función ya no hay ensayo.
Gane quien gane,
el único ganador real será, como siempre ha sido, la gran industria, la defensa
del modelo y del sistema que ofrece más de lo mismo: todo para los pocos, nada
para los muchos.
4 de marzo de 2016
El saqueo de los recursos naturales del Perú
La República del Perú es una
continuación de la administración colonial establecida por España en el
territorio que actualmente se denomina Perú (que originalmente era una unidad
que abarcaba a varios otros países). Fue arrebatado a sus legítimos propietarios
y habitantes originarios a través de una feroz guerra de conquista, seguida de
una destrucción sistemática de su cultura y su forma de vida. La Biblia y la
Inquisición fueron el arma ideológica del asalto; la espada, el caballo y el
cañón fueron las armas de destrucción masiva; el crucifijo fue el instrumento
que corrompió el alma del indio; y las enfermedades de los europeos un arma
biológica casual; pero arma al fin. “Primero,
fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la confusión.
Luego, fueron privados de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo
y finalmente, las enfermedades importadas por los europeos encontraron a sus
organismos sin anticuerpos para resistir los virus y bacterias” (Bernardo
Veksler).
Sin embargo, la destrucción del
cuerpo y del alma de los aborígenes efectuada por la corona española, con la
complicidad y apoyo de la Iglesia Católica, no tuvo el éxito total esperado,
dado que al 2016 todavía existen cerca de 4 millones de indígenas de las razas
que existían en este territorio antes de la conquista y del saqueo.
Debe sumarse la cifra de las
poblaciones amazónicas que no pertenecían al Incanato y de las cuales aún
existen poblaciones no contactadas. El actual Perú es un territorio delimitado
artificialmente por los conquistadores y libertadores que engloba al antiguo
Tawantinsuyu y a parte de la Amazonía.
“La sociedad capitalista se concibió a partir de la sangre, la esclavitud
y el saqueo impulsado por las potencias europeas de la época”. (Bernardo
Veksler)
El conquistador europeo se
estableció en este territorio, lo colonizó, lo saqueó y lo gobernó durante más
de 300 años. Durante ese periodo exportó enormes cantidades de oro, plata,
minerales y productos agrícolas, que seguramente dieron cifras importantes de
exportación y crecimiento del PBI, de las cuales nuestros economistas podrían
estar orgullosos. Entonces, al igual que ahora, ese crecimiento económico no
generó desarrollo humano ni bienestar social a la población originaria. Favoreció
el crecimiento de Europa y generó la aparición de nuevos ricos en el nuevo y en
el viejo Mundo.
Esos nuevos ricos fueron
españoles o europeos, con capacidad y poder para establecerse en las tierras
nuevas y de apropiarse de ellas a través de múltiples mecanismos conocidos y
relatados por los historiadores. Sus descendientes se volvieron criollos,
nacieron en este territorio; pero mantuvieron sus vínculos con el Viejo Mundo y
sus costumbres, esquema que se repitió incluso con aquellos que se mezclaron con
los aborígenes produciéndose un mestizaje racial; pero no cultural. No hay
mejor ejemplo que Garcilaso de la Vega, quien en sus obras traiciona a su raza
al no escatimar argumentos para justificar la conquista y destrucción de las
antiguas costumbres de su propia herencia por parte de su madre, la ñusta inca
Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna
Cápac.
Las tierras y riquezas acumuladas
durante siglos, se originan como botín de guerra, definitivamente inmoral. Pese
a que la historia la escriben los vencedores, que producen una deformación de
la realidad, no pueden ocultar el hecho
de que la República solo fue un tránsito del Virreynato a un nuevo modelo
político, con los mismos actores. La clase dominante colonial es la misma clase
dominante republicana, que tan solo cambia de amo, como evidencia el clásico
ejemplo de Hipólito Unanue que sirve a cuanto amo se le apareció con tal de
conservar su estatus. Los aborígenes no participan en el proceso de las guerras
de la independencia, salvo como soldados reclutados para las filas de los
ejércitos libertadores, entusiasmados por promesas que nunca fueron cumplidas.
Las guerras de independencia solamente cambiaron un poder político por otro; pero
no representaron nada efectivo para las poblaciones aborígenes.
La cultura de esos pueblos fue
ferozmente perseguida durante la República, una de cuyas muestras es la
destrucción de la Confederación Perú Boliviana por una banda de bandoleros
chileno peruanos que lograron desarticularla. La Confederación pudo reunificar a
los pueblos de esta parte del continente; pero fue impedida por Chile. El
máximo héroe del triunfo chileno, en su feroz persecución contra los pueblos
aborígenes, no encontró mayor dificultad en encontrar aliados peruanos como el
propio Ramón Castilla, quien no dudó en combatir contra su patria, el Perú, con
tal de destruir cualquier posibilidad de resurgimiento de las razas aborígenes.
La explotación de la tierra y de
las minas siguió generando riquezas para un grupo económico que nunca tuvo la
intención de compensar a los pueblos originarios. Es más, a la explotación de
sus riquezas naturales tradicionales como fueron los productos de la
agricultura y de las minas, se agregó en el tiempo, la explotación de sus
árboles y de sus productos del mar, ríos y lagos.
De acuerdo con las cifras del Censo
de Población y Vivienda 2007 del INEI, la población indígena en el Perú
asciende a más de cuatro millones de habitantes. Además, indican que la
población indígena de la Amazonía fue de 332 mil 975 habitantes. Alrededor del
15% de la población del país, sigue siendo marginada del desarrollo humano y
social porque el modelo que endiosa el crecimiento del PBI no funciona para
ellos. Las conciencias de las clases dominantes se aligeran cuando establecen
limosnas para esa población a través de “programas sociales”, los cuales
generalmente reciben críticas de esa derecha que no admite compartir su riqueza
mal habida.
La derecha peruana está
representada por los descendientes de los conquistadores y de los
encomenderos, que fueron quienes centralizaron el poder y fueron los
protagonistas y gestores de los principales nexos de comercio e inversión en
Perú luego de la proclamación de la independencia.
Derecha, oligarquía,
poder oculto o como quiera llamársele, el hecho es que existe una clase
dominante en el país que no tiene legitimidad ni liderazgo. Solo posee
capacidad de manipulación a través del lobby y el poder que le concede su
riqueza, viniese de donde viniese.
La oligarquía peruana, la derecha, la clase dominante, o como quiera llamársele, tiene
cuatro etapas:
De la consolidación de la
conquista y establecimiento de la administración colonial a través de virreyes,
hasta la declaración de independencia en 1821.
De 1821 a 1930, época en la cual
ejerce el poder político de manera directa, a través de partidos políticos y el poder económico.
De 1930 a 1968, durante el cual mantiene el poder económico,
pero ejerce el poder político indirectamente, a través de caudillos civiles y/o
militares.
De 1968 a la fecha, durante el
cual se empieza a reciclar y cambiar de formas y estructuras, cambiando el
concepto de oligarquía por el de poder fáctico apoyado por la globalización,
las grandes transnacionales y el nuevo modelo liberal dirigido por la más
grande economía capitalista del mundo.
Han cambiado las formas y
procedimientos; pero el origen de las fortunas sigue siendo el mismo. Los que
hoy detentan el poder económico heredaron su riqueza de los saqueadores de
América. Probablemente se incorporan nuevos actores y desaparecen antiguos;
pero el principio y el origen siguen vigentes: las riquezas de este país pertenecen
a una comunidad que aún vive y que no pudo ser erradicada por más esfuerzos que
se hicieron.
El siguiente es un somero resumen
de las percepciones del profesor François Bourricaud en su obra “Poder y Sociedad en el Perú Contemporáneo”:
“Uno de los principios de la vida
política peruana de entonces era la
exclusión de la población originaria, de
los analfabetos y de las mujeres. El régimen gubernamental es uno oligárquico
que representaba como máximo a la
plutocracia de Lima, Arequipa y Trujillo,
en alianza con caudillos militares provenientes de las clases bajas y
que tenía como referencia suficiente el humor político de los electores de las
tres mencionadas ciudades. Otro de los principios de esta sociedad es la
designación de los personajes políticos por un pequeño grupo, en función de sus
intereses, mediante procedimientos oscuros y componendas bajo mesa que los
electores solo refrendaban como hechos consumados.
De este modo, el estado es un
instrumento para el provecho propio e intereses egoístas de la oligarquía y de represión contra los demás componentes
de la sociedad. El poder de la oligarquía
procede de su capacidad de captar para sí la mayor parte de la riqueza
generada por las fuerzas productivas del país
en desmedro de la colectividad. Se debe, también, a su eficiencia para
legitimar esa captación de recursos como lo mejor para el progreso del país.
El periodo bajo estudio tiene dos aspectos: uno positivo, de auge
económico con base en la exportación como materia prima de algodón, azúcar,
minerales metálicos y harina de pescado, y otro negativo, de amenazas
crecientes provocadas por el aumento incesante de la población que genera los problemas
de la migración del campo a la ciudad y el consiguiente abandono de los centros
de producción de economía de subsistencia de la Sierra, fuentes de explotación
y de mayor pobreza.
El estado y la oligarquía
enfrentan nuevas demandas sociales por mayores servicios de
infraestructura básica, y exigencias perentorias de cambios políticos radicales
que ni el uno ni la otra son capaces de comprender y menos atender, debido a su
incapacidad de adaptación y a la poca
autorregulación del sistema político imperante. No obstante y a pesar de la
violencia del tema agrario y su consiguiente represión policial, en el período
bajo análisis no se produjo la explosión o estallido social pregonado por los
intelectuales catastróficos o apocalípticos de entonces”
“Bourricaud no advirtió que si bien el Perú a mitad del siglo XX era un
Estado, no era una Nación. Tampoco lo es hoy.
En esa entonces, era con mayor
nitidez aquella “promesa” a la que aludió Jorge Basadre, aquél exceso semántico al que después se refirió Pablo
Macera; en fin, un proyecto de país en construcción, sin ningún factor real de
cohesión social. Ese era el resultado de
una independencia no querida por los propios españoles peruanos – a pesar de
que siendo aristócratas en el orden social de la ocupación, eran en los hechos
“ciudadanos de segunda”. La emancipación tampoco fue deseada por los mestizos y
fue rechazada hasta por los esquilmados “pueblos originarios” cuyos
representantes eran tan realistas como el propio virrey.
La caída del poderoso Virreinato del Perú fue, qué duda cabe, producto
del esfuerzo de los ejércitos del Sur y del Norte de América Latina y de todo
el andamiaje de intereses planetarios que actuaron como vientos de fronda,
comandados por libertadores criollos que lucharon por los intereses de su
clase, de su clan o tribu.
Esto determinó que en el Perú, al irse los colonialistas y los libertadores, el ejercicio del poder se
trasladara, sin gran sacrificio de por
medio, a la clase criolla nacional y en pequeña parte a los mestizos blancos, a
partir de los cuales se estructuró la
oligarquía aristocrática. Esta, por supuesto, excluyó totalmente de todas las
formas de acceso y ejercicio del poder a
los pueblos originarios, despectivamente
llamados “indios”, a las mujeres y a los negros, quienes prosiguieron sumidos
en inexistencia civil, la explotación, la pobreza, la exclusión total.
Bourricaud, tampoco consideró bajo ningún punto de vista la supervivencia de
los pueblos nativos, la prevalencia de sus culturas, de sus idiomas, de sus
visiones cosmogónicas ancestrales y de
sus derechos territoriales en especial de las naciones Quechua, Aymara,
Asháninka y Awajun, a pesar del
genocidio al que fueron sometidos durante la ocupación ibérica y, menos aún,
tuvo en cuenta sus luchas por su identidad (de Manco Inca a Túpac Amaru I,
pasando por Juan Santos Atahualpa, hasta
Túpac Amaru II y Túpac Catari)”
Tomado de http://paichecitodigital.blogspot.pe/2015/02/sobre-la-oligarquia-peruana-analisis.html
)
Este es el marco dentro del cual
la administración entrante debería evaluar los aportes de la industria pesquera
al estado peruano.
Marcos Kisner Bueno
ABYA YALA, EL VERDADERO NOMBRE DE ESTE
CONTINENTE.
Esta denominación es dada al continente americano por el pueblo Kuna,
desde antes de la llegada de los europeos. Este pueblo es originario de la
serranía del Darien, al norte de Colombia. Y que hoy en día habita la región al
sur de Panamá y el norte de Colombia. A los Kuna de la región Colombiana se les
conoce como Kuna-Tule.
La cultura kuna sostiene que ha habido cuatro etapas históricas en la tierra, y a cada etapa corresponde un nombre distinto de la tierra conocida mucho después como América: Kualagum Yala, Tagargun Yala, Tinya Yala, Abia Yala. El último nombre significa: territorio salvado, preferido, querido por Paba y Nana, y en sentido extenso también puede significar tierra madura, tierra de sangre”. Así esta tierra se llama “Abia Yala”, que se compone de “Abe”, que quiere decir “sangre”, y “Ala”, que es como un espacio, un territorio, que viene de la Madre Grande.
Es así como hoy en día,
diferentes organizaciones, comunidades e instituciones indígenas y
representantes de ellas de todo el continente, han adoptado su uso para
referirse al territorio continental, en vez del término “América”. Es por esto
que el nombre de ABYA YALA es utilizado en sus
documentos y declaraciones orales. Como símbolo de identidad y de respeto por
la tierra que habitamos.
Enrique Dussel (Dussel, 1993) ya nos había advertido que el denominado
"descubrimiento de América" fue, en verdad, el encubrimiento de los
pueblos que aquí habitaban. ABYA YALA es, así, el verdadero descubrimiento
de América.
En la lengua del pueblo Kuna, ABYA YALA significa "tierra madura", "tierra viva" o "tierra en florecimiento" y es sinónimo de América. El pueblo Kuna es originario de Sierra Nevada, en el norte de Colombia, habitó la región del Golfo de Urabá y las montañas de Darien, y actualmente vive en la costa caribeña de Panamá, en la Comarca de Kuna Yala (San Blas).
Fuente
25 de febrero de 2016
EDITORIAL MARZO 2016 REVISTA PESCA
La pugna para acceder a cargos en la nueva
administración, bien sea para defender intereses de parte, o apetitos
personales, se irá evidenciando a partir de los resultados de la segunda vuelta
electoral y permitirá predecir cuál será la agenda sectorial a partir de
agosto.
Si queda conformado por autoridades ajenas a la
realidad sectorial y fácilmente influenciables por quienes defienden intereses
de parte, no se verán reformas en la pesca.
La gobernanza del sector quedaría expuesta debido a la manipulación del
lobbysmo y el aporte al PBI seguiría como tema prioritario en la agenda,
poniendo en segundo plano la opinión técnica. O sea, más de lo mismo, por más
maquillaje que quisieran ponerle a través de nuevos operadores políticos.
Convirtiendo una situación científica en una situación
política, el poder cedería a la presión que se ejerza a través de los medios de
comunicación y del lobby. El peso de las decisiones se vería influenciado por
quienes detentan el poder fáctico, los cuales ejercerían mayor o menor grado de
influencia, según el apoyo de una prensa poco informada sobre la pesca, que
solo resalta brevemente temas de coyuntura. La presión efectuada a través de
eficaces operadores políticos, así como la de nuevos lobistas, se hará más o
menos evidente en función de los nuevos funcionarios que asuman cargos el 1 de
agosto.
El sistema de ordenamiento pesquero, ya violentado
varias veces por jueces que dictan medidas cautelares indebidas, resultaría así
expuesto a mayores perforaciones provenientes de decisiones tomadas en función
al ruido político, o la presión. La gobernanza del sector resultaría comprometida, no por las necesidades o los
intereses nacionales y los de la ciudadanía común y corriente, la cual es la
legítima propietaria de los recursos hidrobiológicos, sino por los intereses
comerciales del sector.
Hasta ahora no hay evidencia de genuino y real interés
político por introducir cambios de fondo en la pesquería peruana. Una nueva Ley
de Pesca no resolvería temas inmediatos porque resultaría lenta de aplicar en
términos reales y prácticos, tanto por el tiempo que demoraría su discusión y
promulgación, como su implementación.
Mientras tanto, los temas de fondo
urgentes seguirían relegados.
Lo que se requiere es decisión y voluntad políticas de
funcionarios honestos y comprometidos con el país, sin intereses personales en
la pesca. De lo contrario, solo quedaría
la intervención de la ciudadanía mediante la creación de incidencias
políticas que fuercen la toma de algunas decisiones y la generación de algunos
cambios.
Si no se actúa a través de más ciudadanos activos, la
democracia peruana degenerará hacia la oclocracia, es decir al gobierno de los
insapientes.
La ciudadanía, con su indiferencia y desinterés, se
convertiría en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos pesqueros y
de la contaminación que la actividad genera sobre el ambiente y sobre la
moralidad.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería que difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto
crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los
recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente.
Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a
formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2016 y a compartirla dentro de sus
círculos y redes sociales.
16 de febrero de 2016
¿PORQUE RELACIONAR LA PESCA AL PBI Y NO A LA RENTA?
Esta nota que se transcribe a continuación, es una clara explicación
del porqué las cosas no van a cambiar en cuanto a la pesca. Estamos en la edad
del PBI y quienquiera que fuese el ganador de las elecciones, difícilmente
podrá modificar el estatus actual, aún si quisiera hacerlo.
Tal como declara César Hildebrandt en la entrevista que
concedió a la República: “Las elecciones son en este momento una farsa. En el Perú no
importa si ganas, no importa si pierdes. Quien gana al final es la Confiep.
Ganó Humala y ganó la Confiep. Ganó García y ganó la Confiep, ganó Toledo y
ganó la Confiep. Bueno, ganó Fujimori diciendo que no haría jamás el shock de
la derecha, que planteaba el señor Mario Vargas Llosa, y ganó la Confiep.
Entonces, en este tono monocorde, en esta sinfonía de un solo tono, dime tú si
racionalmente uno puede tener esperanzas de que algo cambie”
El impacto que tiene sobre el PBI tiene un peso superior a cualquier
otra consideración técnica, científica o biológica y seguirá constituyendo la
piedra angular de la gestión en la pesquería peruana.
No hay forma de ganarle al sistema ni cambiarlo tal cual está hoy en
día. Por tanto mantener una situación de confrontación con la industria
pesquera pretendiendo que reduzca sus niveles de captura y por ende de
producción, es apostar a perdedor. Nadie le ganaría una guerra a la industria.
La gestión del sector tiene que enrumbarse hacia la concertación y
el dialogo para introducir cambios y mejoras que beneficien la alimentación
nacional, la investigación, la tecnología, la innovación y la fiscalización y
control sin desgastarse en temas que no serán cambiados.
¿Por qué
nunca nadie relaciona la recaudación de impuesto a la renta de tercera
categoría del país con la recaudación proveniente del sector pesquero?
La cifra
es la siguiente: entre el 2001 y el 2015 la Sunat ha recaudado 214,468´927,370
soles por impuesto a la renta de tercera categoría. El sector pesquero
tradicional, o sea la industria de harina y aceite de pescado aportó
1,286´100,000, o sea el 0.60%. El sector pesquero no tradicional, es decir el
de consumo humano directo aportó 914´900,000 o sea el 0.427%. En total el sector
pesquero aportó 2,201´000,000 o sea el 1.026%
Marcos Kisner Bueno
¿POR QUÉ EL PBI DE DICIEMBRE SUPERÓ
LAS EXPECTATIVAS?
POR ANTHONY
SUCLUPE
El
PBI se disparó hasta 6.39% en diciembre, un punto porcentual por encima del
consenso de Reuters. Dos factores explican por qué creció más que lo esperado.
El
PBI del 2015 sorprendió a propios y extraños. La tasa de crecimiento anual fue
de 3.3, 0.6 puntos porcentuales por encima de las expectativas del consenso de
analistas de FocusEconomics —2.7%— y de la última proyección del propio BCR
—2.9%—, que suele ser optimista. Además, la tasa fue casi un punto porcentual
adicional al del 2014 (2.4%).
¿Por
qué superó las expectativas con tanta diferencia? El principal factor fue el
fuerte crecimiento de la actividad económica en diciembre —la tasa mensual más
alta del 2015 y de los últimos 2 años— debido al buen desempeño de la pesca
—básicamente por un efecto base— y de la minería. Esta última debido al
adelanto en la entrada de nuevos proyectos. “Las cifras de la actividad venían
bajas hacia octubre. Cuando hicimos la proyección de 2.5% de crecimiento para
el 2015, no esperábamos un repunte tan fuerte de minería y pesca hacia el final
del año”, sostuvo Francisco Grippa, economista principal de BBVA Research.
MINERÍA ADELANTADA
En
diciembre la minería continuó acelerándose y fue el factor clave para
sobrepasar las expectativas del mercado. La minería representó “medio punto
porcentual o un poco más de la diferencia entre nuestra última proyección del
2015 [2.5%] y la cifra oficial [3.3%]”, enfatizó Grippa.
Sólo
en diciembre, la producción minera creció 30.7% interanual. El 37% del
crecimiento de diciembre se debió a la minería. Las minas Toromocho y Cerro
Verde más que duplicaron su producción respecto a diciembre del 2014. En el
caso de Cerro Verde, debido a la puesta en marcha de su ampliación. Antamina,
la principal productora de cobre del Perú, incrementó su producción en 60%
debido a la mayor ley (concentración de metal) en su zona de extracción. Por su
parte, se inició la producción de Las Bambas de MMG con 6.7 millones de
toneladas métricas finas.
“Estimábamos
que Cerro Verde y Las Bambas entraran en el primer trimestre y segundo
trimestre del 2016, respectivamente, pero [los proyectos] se adelantaron y
empezaron a producir a finales del 2015. La sorpresa positiva vino por ahí”,
resaltó Grippa.
Otro
factor que influyó en el resultado de la minería en diciembre fue el efecto
base. En diciembre del 2014, la minería se contrajo 12% debido al cierre de
algunas minas como Pierina de Barrick. Además, “el menor tonelaje de mineral
tratado con bajo contenido metálico y menores leyes, y la paralización temporal
de algunos yacimientos ante la baja rentabilidad de las operaciones
productivas” influyeron en el resultado del sector, señaló el INEI en su
reporte producción del 2014.
PESCA Y CONSTRUCCIÓN EN
AZUL
El
efecto base volvió a favorecer al sector pesca, que creció 82.5% anual debido a
que no hubo segunda temporada de pesca en el 2014. En diciembre, los
desembarques de anchoveta –el principal producto pesquero del país–
representaron el 14% de la captura total del 2015 y casi duplicaron la
extracción de noviembre. “Cuando hicimos nuestra proyección se esperaba un
Fenómeno El Niño más fuerte y la ausencia de segunda temporada de anchoveta”,
señaló Grippa. Sin embargo, la magnitud de El Niño se debilitó conforme se
acercó el final del año y, pese a los temores, sí se realizó la segunda
temporada de pesca.
La
producción pesquera impulsó al sector manufactura –que avanzó 5.02%– debido al
mayor procesamiento de harina de pescado.
Otro
aspecto importante fue el avance de la construcción, que cayó durante todo el
2015 y tuvo su primera cifra positiva del año (0.08%) en diciembre. El mayor
consumo de cemento en el sector privado y en el sector público —por la mayor
inversión en gobiernos subnacionales— hicieron crecer al sector en el último
mes del 2015.
EL 2016 Y EL EFECTO
BASE
Tras
18 meses, en diciembre todos los sectores de la economía tuvieron un
crecimiento y continuaron la aceleración económica iniciada en agosto. “Los
resultados de principio de este año no van a ser malos como las cifras que
teníamos a inicios del 2015”, resaltó Grippa.
En
el corto plazo, es de esperar que a medida que el aumento de la producción de
los proyectos Cerro Verde y Las Bambas continúen impulsando a la minería, y por
ende al PBI de los primeros meses del 2016.
Fuente
8 de febrero de 2016
LOS INGRESOS DEL ESTADO PERUANO PROVENIENTES DE LA ACTIVIDAD PESQUERA
La agencia de
noticias Andina publicó: “El viceministro
de Pesca y Acuicultura del Ministerio de Producción, Juan Carlos
Requejo, anunció hoy que el Perú ocupa el primer lugar como abastecedor de
harina de pescado en el mundo y también destaca como el primer país en el globo
en la captura de pota.
"El 95% de la captura de anchoveta se destina a la
harina de pescado y somos el principal abastecedor en el mundo. La exportación
se realiza principalmente a los países de Estados Unidos, Noruega, Unión
Europea y Asia, donde existe un alto índice de consumo de dicho producto",
resaltó Requejo”
Al analizar las
cifras de recaudación del impuesto a la renta de tercera categoría y de la
devolución de impuestos al sector, tomadas de la Nota Tributaria que publica la
SUNAT podemos ver el panorama completo.
Esta nota muestra por separado los tributos administrados por la Sunat y parte de
los recursos directamente recaudados por el Ministerio de la Producción como
los derechos de pesca. No existe una base de datos común o única que integre
toda la información.
Para
el curioso lector no versado en temas tributarios, le podría surgir la duda, la
inquietud o la pregunta de cómo entender que al sector Pesca se le devuelve
impuestos pagados en mayor proporción que los recaudados.
En un periodo de 15
años ha devuelto la suma de 8,589’ 00,000 soles y cobrado por impuesto a la
renta la suma de 2,201’000,000 de soles. Del total de recaudación de renta de
tercera categoría del país, el aporte del sector pesquero es del 0.66%
Fuente: Nota tributaria de la Superintendencia Nacional
de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) Cuadro 21.
Elaboración: Revista Pesca
La Fuente, que es la Nota Tributaria, no precisa el
detalle de la devolución. Se presume que es el IGV.
En estas cifras falta incorporar el drawback que reciben
algunas partidas de la industria pesquera, cuyo detalle no se aprecia en la
Nota Tributaria
Nota:
Corresponde a los
pagos en efectivo, cheque y/o documentos valorados de los Ingresos Tributarios
de Tributos Internos. Excluye las Contribuciones Sociales.
No considera otras
formas de pago de tributos como compensación de saldos a favor y otros. No se
descuenta las devoluciones.
En estas cifras falta incorporar el drawback que reciben
algunas partidas de la industria pesquera, cuyo detalle no se aprecia en la
Nota Tributaria
Tratándose
de recursos naturales como los pesqueros, es complicado encontrar el debido
equilibrio entre los intereses económicos de los industriales, las necesidades
de empleo de la población que depende de este sector y los intereses del país.
La búsqueda de rentabilidad y empleo inmediatos sin atender a las razones de la
sostenibilidad a largo plazo para beneficio de las futuras generaciones es un
tema de difícil manejo, convirtiéndose
una situación científica en una situación política. Lo que está ocurriendo es
que se prioriza la segunda por los componentes socio económicos que implica,
como el crecimiento del PBI.
Hasta
ahora, pareciera que el futuro de la pesca en el Perú será decidido en los
próximos años por la presión política y la necesidad económica, no por la
conveniencia científica ni la necesidad alimentaria de la población nacional.
La
ciudadanía, con su indiferencia y desinterés por los temas del mar y de la
pesca, se convierte en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos
pesqueros, de la contaminación que la industria genera y de una inequitativa
participación en la renta que generan sus recursos pesqueros.
Un
nuevo enfoque debe contemplar una participación del Estado en la renta pesquera
más justa, en la medida que representa a los ciudadanos propietarios del
recurso natural.
Los
desembarques provenientes de la pesca artesanal no están obligados al pago de
derechos de pesca. Casi la totalidad de desembarques para CHD provienen de la
pesca artesanal. Si además el vendedor del producto pesquero es informal, o sea
que no paga renta ni IGV (porque la venta de pescado fresco está exonerada),
estamos ante una situación discriminatoria e injusta.
La
pesca industrial paga derechos de pesca diferenciados por especie y muy bajos,
dentro del ordenamiento legal vigente. Que sea legal, no significa
necesariamente que sea lo debido.
Cuando
se ve, desde esta perspectiva y bajo un enfoque de renta y del ciudadano, que
todos los desembarques para consumo humano directo, o sea casi 13 millones de
toneladas en los últimos 12 años, no han pagado derechos de pesca porque la
norma así lo permite, surge la necesidad
de replantear el enfoque de la pesca desde una perspectiva ciudadana no
pesquera. Porque el recurso natural no es propiedad de los pesqueros, sino de
todos los peruanos.
Existen
muchas demandas sectoriales por inversión en infraestructura, por más
investigación, por mayor control y fiscalización, por más acciones en
desarrollo tecnológico, y por incentivos para la propia industria y la
acuicultura. Todas legítimas y razonables desde el punto de vista del
administrado, es decir del empresario, sea grande o pequeño.
La
pregunta es ¿con qué dinero? o ¿cuál sería la fuente de financiamiento para
atender estas demandas?
Desde
la óptica de la administración tributaria, lo recaudado es muy poco
probablemente, para atender la demanda; pero más allá de eso, ¿puede y/o debe
atenderse esta demanda con cargo a la recaudación por renta y derechos de
pesca?
Lo
destacable del cuadro es la cifra de derechos de pesca, (que son recursos
directamente recaudados por el Ministerio de la Producción) que en el período
del 2003 (fecha de creación del canon pesquero) al 2015 ha producido
305’293,405 soles que han sido transferidos a los gobiernos locales y
regionales.
En
relación a la sumatoria de la recaudación por derechos de pesca e impuesto a la
renta, podemos decir que son recursos escasos en relación a la demanda de
inversión que existe y/o que podría hacerse; o que son recursos injustos en
proporción a la renta de la industria; o que podrían ser mayores si la
informalidad del sector artesanal se redujese.
No
estamos frente a programas sociales, los cuales atienden demandas de las cuales
como Nación no podemos evadir, ya que atienden a poblaciones vulnerables y
comunidades indígenas y campesinas con las cuales tenemos una deuda secular.
Estamos frente a empresarios, grandes o pequeños, formales o informales, que
requieren y/o solicitan intervención del Estado para financiar las actividades
descritas.
Muchos
de los empresarios que efectúan estas demandas, no generan tributos bien sea
por informalidad o por exoneración (caso IGV), o finalmente por tamaño de operaciones.
Si
bien es cierto la ciudadanía peruana, como consumidor final, es beneficiaria de
la inversión pública, es verdad también que hay consumidores finales del
extranjero, que se benefician de nuestras exportaciones pesqueras. Por tanto,
si hay una especie de subsidio o subvención a la pesca nacional, pese a que no
todos los agentes sectoriales tributan,
podría justificarse por el beneficio que recibe la población nacional
(aunque no toda lo recibe). Pero ¿debemos también beneficiar al consumidor del
extranjero, pese a que el Perú tiene déficit alimentario en gran parte de su
población?
¿Con
cargo a qué fuente de financiamiento podría o debería el Estado peruano
realizar inversiones en el sector pesquero artesanal, en la acuicultura y en la
industria de consumo humano directo?
Pero
más allá de ello, la ironía es que, bien sean escasos o suficientes, no se
gastan con eficacia, lo que pone en duda la necesidad de contar con mayores
recursos para inversión y que constituye un argumento legítimo de queja del
administrado que bien puede decir que no hay necesidad de más dinero para el
fisco porque siempre sobra dinero, como puede apreciarse en las siguientes
páginas.
Esto
ilustra la complejidad de los temas pesqueros que hacen necesaria una
dedicación a tiempo completo del Titular del Pliego del sector a fin de darles
debida solución en el plazo más corto posible.
En
la edición de febrero del 2016 la Revista Pesca presentó una nota referente a
la naturaleza de los subsidios en la pesca, así como sobre el consumo de
pescado en el Perú, que recomiendo leer como complemento a las ideas expuestas
en esta nota.
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