- - se centra en la producción de harina de pescado para exportación, para lo cual se ha realizado en el tiempo, una importante inversión en capacidad instalada;
- - minimiza el potencial de la pesca como proveedor de alimentos para su propia población;
- - se orienta hacia el mercado de exportación, priorizando la necesidad alimentaria del habitante de otros países.
El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
10 de junio de 2016
LA PESQUERIA PERUANA DESDE LA PERSPECTIVA ALIMENTARIA
Estamos lejos de una noción de soberanía alimentaria.
Dicha noción se entiende como el derecho de los pueblos a alimentarse en
correspondencia con sus especificidades sociales, económicas, ambientales y
culturales. Dentro de un concepto de perspectiva holística del sistema
alimentario, donde el alimento sea disponible y autosuficiente. Es decir con
posibilidades de su compra en mercados justos, con calidad y cantidad de
alimentos sanos y libres de todo tipo de contaminaciones.
La soberanía alimentaria supone un cuidado sostenible
de los recursos naturales.
El potencial pesquero que Perú posee por sus
posibilidades de extracción del recurso anchoveta y pota, lo coloca en una
posición privilegiada dentro del contexto mundial.
El mar peruano todavía ofrece varias especies
abundantes que son muy poco utilizadas por la industria o consumidas por el
público. No son atractivas para su explotación porque es más cómodo vender
anchoveta para la harina.
La administración pesquera tiene una tarea delicada
para encontrar un equilibrio permanente entre las lógicas de alimentación
nacional y las lógicas del mercado.
La acuicultura y la maricultura se presentan como las
mejores opciones, sino las únicas, para
la exportación. No así la pesca de captura. Esta última siempre ofrecerá
precios más accesibles a nuestra población por lo cual deben destinarse
prioritariamente al mercado interno. Las primeras, por su alto costo de
inversión y producción, serán siempre de mayores precios y por tanto
inaccesibles para la mayoría de nuestra población. Por tanto son las únicas que
merecen ser promocionadas como atractivas para posibles inversionistas.
La pesca de altura, para poder explotar en mejores
condiciones la captura de jurel, deberá ser promovida. Esto solamente será
posible con una flota congeladora que asegure una oferta permanente para la
población nacional.
La pesca artesanal, la única que realmente abastece de
productos hidrobiológicos el mercado nacional, solo podrá ser potenciada en la
medida que se protejan las biomasas de peces costeros, los cuales
tradicionalmente fueron capturados por los artesanales y quienes hoy cada día
encuentran menos especies que extraer.
Si hubiese una oferta permanente de jurel procedente
de la pesca de altura congelada a bordo, más una oferta regular y adecuada de
especies provenientes de la pesca artesanal, corresponde estimular la creación
de cadenas productivas y de comercialización que permitan el flujo regular y
constante de productos hidrobiológicos hacia todo el interior del país,
generando empleo y más y mejores posibilidades de alimentación.
La cada vez mayor escasez de especies de consumo
tradicionales como el congrio, el mero, la corvina, etc., indican que hay menos
peces. Por eso, salvo una que otra especie, el pescado es caro en un país que se dice
"pesquero". Los pescadores artesanales cada vez tienen que adentrarse
más en el mar para pescar algo con toda la secuela de problemas que ello les
genera. Si dejásemos de capturar tanta anchoveta podríamos probablemente
permitir que las biomasas del resto de especies predadoras de la anchoveta
crezcan y se multipliquen.
En una reunión de la FAO en Roma, Jacques Diouf dijo
que la demanda mundial de alimentos se duplicara de acá al 2030. Para ese
entonces y conforme la crisis alimentaria se agudice, tendríamos mejores
posibilidades de atender esa demanda a mejores precios y en mayores volúmenes.
Una vez alimentados nosotros y asegurada nuestra propia alimentación podremos
empezar a exportar.
Esto requiere de una visión de largo plazo y de una
política de Estado. Y también tomar decisiones realistas sobre el escenario
actual de la extracción de anchoveta, la industria de harina de pescado y su
verdadera contribución para con el país.
La extracción de anchoveta tiene un impacto sobre las
especies de la cadena trófica superior y sobre las aves que se alimentan de
ella. Su captura desmedida no solamente puede poner en riesgo su propia
sobrevivencia, sino que afecta al resto de especies que constituyen los
recursos destinados al consumo humano directo. Estos últimos capturados
principalmente por la flota artesanal.
La captura de volúmenes tan grandes de este pequeño
pelágico está orientada casi en su totalidad para la producción de harina, que
tiene como destino principal su empleo en acuicultura.
El sector pesquero peruano muestra, en
conclusión, tres tendencias muy claras:
En este escenario ¿se puede asegurar, a ciencia
cierta, que se está reservando la suficiente cantidad de biomasa de anchoveta
para la conservación de la especie y para el mantenimiento de la cadena trófica
superior?
27 de mayo de 2016
Editorial: Revista Pesca junio 2016
Editorial de la Revista Pesca de Junio 2016
El Perú primero
La Ley General de Pesca, diseñada en la década de los 90 está basada en un esquema neoliberal y un espíritu promotor de la actividad pesquera, con una regulación flexible basada en el mercado, lo que aparta el concepto de inclusión social y justicia social. La actividad de extracción ya no debe tener un marco promotor, sino precautorio ante la evidencia de agotamiento de los stocks pesqueros y/o ausencia de información científica que permita establecer límites máximos de extracción. Puede haber especies que si pueden ser promovidas; pero con una base científica sólida que marque un límite. Los recursos pesqueros son renovables; pero no son inagotables.
Una nueva visión para la pesquería del Perú debe crear una doctrina que tiene que otorgar a los aspectos sociales, políticos y ambientales, mayor énfasis que en el modelo actual. Se debe integrar al modelo actual, las actividades socioeconómicas, las de protección del medio ambiente, las de mantenimiento de la calidad de vida de las poblaciones ribereñas y las de una justa participación social en la renta de la industria. Debe tener como meta principal disponer de pesquerías sostenibles en el contexto de una nueva gobernanza. La visión de un nuevo modelo debe proponer construir un equilibrio entre las necesidades del mercado, las de conservación de los recursos, y la priorización de la población nacional en la atención de su alimentación basada en productos hidrobiológicos.
La expresión “pesquerías sostenibles” va más allá del simple enunciado y responde a todo un contenido de acciones y estrategias que a su vez requieren de medios para alcanzarlas, dentro de los cuales destacan, además de los económicos, el de ciencia, tecnología e innovación. El Estado tiene que ser el ente que garantiza el equilibrio entre el mercado, la justicia social y la conservación del ambiente y los recursos pesqueros, utilizando a la ciencia y la tecnología como componente importante en la nueva gobernanza pesquera. Debe orientar su visión a alcanzar el fin supremo, cual es el servicio al ciudadano a través de la provisión de alimentos de origen hidrobiológico, que contribuya a conseguir la seguridad alimentaria y a erradicar la malnutrición infantil en el Perú, en primera prioridad, antes que alimentar a otros países.
El actual modelo de gestión, sesgado hacia el mercado y la exportación, presume que las pesquerías solamente son sistemas económicos con todo lo que ello implica. Minimiza la importancia del mercado nacional y la contribución a la alimentación nacional
Denomino modelo de gestión al marco formado por una doctrina pesquera nacional que produzca una nueva base legal modernizando la vigente, sobre la cual se pueda perfeccionar el Modelo Organizacional Institucional actual. Diferencio entonces el modelo de gestión del modelo organizacional.
Los recursos hidrobiológicos marítimos y continentales son un recurso natural que es patrimonio de la Nación. El Estado los entrega en concesión, de acuerdo a la normatividad vigente. El usufructo de los mismos se hace bajo condiciones que establece la regulación que se aplique a cada especie, la cual debe encontrar el justo equilibrio entre las necesidades del país y las del sector privado.
Artículo 66.- Recursos Naturales. Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y de su otorgamiento a particulares. La concesión otorga a su titular un derecho real, sujeto a dicha norma legal.
Artículo 39.- Todos los funcionarios y trabajadores públicos están al servicio de la Nación.
En tanto las administraciones de la pesquería no entiendan que su función es servir al pueblo peruano, a la sociedad peruana, la cual es propietaria de los recursos hidrobiológicos y no a intereses de parte ni extranjeros, los recursos pesqueros estarán expuestos no solo al agotamiento, sino a una indebida utilización cuando alimentan a otros países, sin atender primero la alimentación nacional.
Alimentar al Perú primero y después al mundo, debe ser la orientación de una doctrina pesquera nacional.
Marcos Kisner Bueno
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería.
Difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a JUNIO 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.
21 de mayo de 2016
LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO PERUANO
El despojo que los conquistadores
hicieron del territorio peruano, la destrucción del Imperio Inca y el saqueo de
sus riquezas del Imperio, no fue suficiente sino que culminaron con el
desarraigo de las poblaciones nativas, condenadas desde ese entonces a la
esclavitud, la ignorancia, la miseria y la pobreza. No bastó destruir sus
tradiciones y costumbres a través de la “evangelización” ni el ser forzados a
cristianizarse. No bastó la destrucción de adoratorios y templos antiguos para
construir iglesias sobre ellos en un proceso de sincretización religiosa y la
brutalidad en la destrucción de todo vestigio de su cultura, sino que fueron
embrutecidos a través del trabajo esclavizado en las encomiendas y en las
minas, quedando la población reducida a niveles extremos de pobreza y de
miseria por un feroz conquistador, no solo de sus riquezas y territorios sino
de sus almas.
No era suficiente poseer sus
riquezas materiales y destruir su civilización, sino que querían la destrucción
de su alma, subyugar su espíritu. Esa actitud y filosofía de la conquista y de
la dominación española, (que repitió la soldadesca chilena durante la Guerra
del Pacífico, con total desprecio por la raza aborigen) fueron heredadas por la
sociedad criolla peruana que se convirtió en la clase dominante de la naciente
República y que finalmente se convirtió en la clase política y dirigente del
país y de su actual “democracia” exclusiva, elitista y liberal que no reconoce
responsabilidades heredadas, ni admite a
las poblaciones nativas como sus iguales, siendo que estas comunidades
son las originales y legítimas propietarias de las tierras que hoy los
herederos del invasor posen.
España financió su desarrolló con
los recursos naturales saqueados del Perú y América y grandes capitales
procedentes de los encomenderos, mineros, inquisidores y funcionarios de la
administración imperial, aparecieron
para beneficio privado y no del país ni de las poblaciones originarias. Aquí se
originan las principales y más antiguas
fortunas del país, que en determinado momento crean la oligarquía peruana.
Hoy día el esquema persiste y
nuestras riquezas naturales se exportan y favorecen a los menos, enriqueciendo
a unos cuantos bajo la ilusión de empleos temporales que desaparecerán con la
extinción de los recursos naturales.
Recién hace poco están siendo
enfrentados a través de programas sociales, que son a veces criticados por
quienes, o ignoran la responsabilidad histórica del Estado en la generación de
esa miseria, o no se sienten comprometidos en la reparación de un crimen
histórico perpetrado por quienes detentaron el poder y el dominio en el Perú
Virreinal y Republicano.
La alimentación, que debe reducir
el grado de desnutrición y anemia de esas poblaciones, que debe fundamentarse en el consumo de
anchoveta y pota, requiere de múltiples acciones, la más importante de las
cuales consiste en formar parte de programas sociales orientados a aliviar la
desnutrición y crear el hábito de consumo. Pero otros dirán que sin crecimiento
económico no hay dinero para los programas, mientras otros observarán que ese
gasto afecta al crecimiento del PBI y comprometen el desarrollo del país.
Deberán admitir, en algún momento,
que la pobreza y el hambre secular de las poblaciones indígenas y nativas del
Perú son creación de la Conquista y de las clases gobernantes del país, tanto
durante la dominación española en el Virreinato, como durante la dominación de
la clase política en la República.
Sin embargo la clase dominante,
heredera de los conquistadores, seguirá eludiendo responsabilidades sobre las
poblaciones nativas, poniendo reparos a los programas sociales y objetando todo
aquello que no sea favorable al crecimiento del PBI, a Lima y a las ciudades
principales. Aún el término “provincias”
se usa despectivamente para referirse a los que no son limeños, o sea
ciudadanos de segunda o tercera categoría.
Estas elecciones son una
oportunidad para que la ciudadanía despierte, se vuelva más activa y más
consciente de sus derechos y obligaciones.
Marcos Kisner Bueno
5 de mayo de 2016
DESOBEDIENCIA
Desobediencia es un
nuevo cortometraje sobre una nueva fase del movimiento climático: acciones
valientes llevándose a cabo en la primera línea de batalla de la crisis
climática en todos los continentes, dirigidas por personas normales que están
hartas del poder y la contaminación de la industria de los combustibles
fósiles.
Desobediencia cuenta la historia
de 4 comunidades que se están preparando para participar en las acciones de
Libérate de los Combustibles Fósiles en mayo de 2016. Desobediencia es la historia
de la lucha para salvar el planeta. Desobediencia cuenta las historias de David
contra Goliat de los líderes en la primera línea en todo el mundo arriesgando
sus vidas y su salud por un clima saludable. Unidas a estas fascinantes
imágenes reales se encuentran las voces más reconocidas en el debate global
sobre los movimientos sociales y la justicia climática en una serie personal,
pasional y poderosa. Hay mucho en juego y los objetivos no podrían ser más
importantes.
Los
eventos de Libérate están siendo planeados en todos los continentes, del 3 al
15 de mayo de 2016, dirigidos a los proyectos de carbón, petróleo y gas. Si
estás conmovido por lo que ves en Desobediencia, puedes
unirte a miles de personas en una escalada de acciones épicas y pacíficas este mayo.
La
película presenta un recorrido poderoso, mostrando a organizadores de Libérate
en Canadá, Alemania, Turquía y Filipinas mientras se preparan para movilizarse
durante algunas de las principales acciones de este mes de mayo. Muestra que el
movimiento global para mantener los combustibles fósiles bajo tierra está
creciendo en tamaño y valentía.
Dura 35 minutos y creo que puede ser
algo inspirador para ver antes de la oleada de acciones de Libérate que empieza
en unos días. Haz clic aquí para ver en tiempo real o descargar la película
gratis.
Si
estás inspirado por lo que has visto -- y creo que lo estarás -- espero que
compartas esta película y te unas a miles de personas en todo el planeta en las
acciones de Libérate el mes próximo.
Sigamos
adelante, hacia un futuro más allá de los combustibles fósiles.
http://es.watchdisobedience.com/?utm_medium=email29 de abril de 2016
Editorial Revista Pesca mayo 2016
En esta edición se
presentan las propuestas de plan de gobierno para el sector pesca que han sido
elaboradas por los dos partidos que pasan a la segunda vuelta electoral.
Solo Fuerza Popular
tiene una propuesta para el sector, aunque no existe obligación formal ni legal
de ejecutarla. Peruanos por el Cambio no menciona la pesca en forma directa.
Los interesados en la evolución y desarrollo del sector pesquero, deberán medir
debidamente el impacto sobre el sector que tendrá cualquiera de ambos posibles
gobiernos en los próximos cinco años, antes de decidir su voto.
El enfoque ciudadano
puede dejar a otras organizaciones el análisis y discusión sobre aspectos
técnicos y científicos propios de la pesquería. Debe más bien, centrarse en el
análisis de su participación en la renta pesquera, considerando que es el
propietario del recurso pesquero, el cual está siendo explotado por una pequeña
fracción de ciudadanos, los cuales deberían pagar un justiprecio por el derecho
y el privilegio de lucrar con un recurso natural que, está siendo gratis en el
caso de la pesca artesanal y muy barato en el caso de la pesca industrial.
Ningún candidato ha hablado sobre la participación del país en la renta
generada por la pesca.
Sin mejorar los ingresos no hay forma de hacer más investigación y mejora la
fiscalización y control, entre otras cosas.
La pesca artesanal
no está obligada al pago de derechos de pesca. Pero si bien es cierto una parte
de sus desembarques va a los mercados nacionales para consumo interno, lo que
podría justificar la exoneración de este pago, también es verdad que otra parte
va a las plantas congeladoras y enlatadoras que los exportan. ¿Es correcto, y
justo desde el enfoque ciudadano, que se exporten productos como la pota para
alimentación de otras poblaciones sin pago de derechos de pesca, gozando del
mismo privilegio que los productos que se venden en el mercado nacional para
consumo de los peruanos?
Bajo este enfoque
también debe analizarse los precios a los que se vende el pescado en el mercado
nacional y los volúmenes que se encuentran disponibles para las poblaciones de
la costa, de la sierra y de la selva. Siendo propietarios de los peces y siendo
una de las pesquerías más grandes del planeta, debemos preguntarnos si la
cantidad disponible de pescado alcanza para todos los sectores de la población
y si sus precios son asequibles para las mayorías. Un análisis objetivo,
debería conducirnos a la búsqueda de alternativas para hacer de la pesquería
peruana una actividad más inclusiva y más justa.
¿De cuál de los
candidatos a la segunda vuelta se podría esperar algo en relación a hacer la
pesca más inclusiva? Las políticas públicas tienen que orientarse al ciudadano
y a procurar mejorar su calidad de vida. Siendo así, debemos preguntarnos cuál
de ellos considera mejorar la regulación actual en beneficio del ciudadano
peruano, antes que servir a los intereses tradicionales y siempre ganadores.
La hipótesis más
probable, es que una vez pasada la efervescencia electoral y las nuevas autoridades
se asienten en sus lugares, todo volverá a ser más de lo mismo en la pesca.
Bajo el poder del lobby e influencia de la gran industria a través de sus operadores políticos de siempre y los nuevos,
nada presume que vaya a ser diferente. Los pescadores artesanales, demasiado
atomizados como para presentar un frente apropiado que los ponga de igual a
igual en una mesa con el Estado y la Industria, continuarán igual como hasta
ahora.
Quienquiera que gane
las elecciones, no evidencia nada innovador para la pesca artesanal y el
consumo de pescado para el mercado interno.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información, ideas y corrientes de
opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer
sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre
todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una
opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a MAYO 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y
redes sociales.
http://issuu.com/revistapesca/docs/revista_pesca_mayo_2016/1
6 de abril de 2016
La hora de la verdad
Carmen McEvoy, Historiadora
“Más allá del crecimiento
económico, lo que nos hace falta es un proyecto nacional para llegar unidos al
bicentenario.
Se “acerca ya la hora” en que
“la nación pronuncie la última palabra sobre su futuro destino”. Así, Manuel
Pardo se dirigió a los fideicomisarios de la República. A ellos les aseguró que
nadie tenía el derecho de influir en sus conciencias al momento de emitir sus
votos.
En las postrimerías de una
campaña electoral marcada por el fraude y la violencia, el candidato Pardo
enarboló el ideal primigenio de la República. En ese contexto, el futuro presidente
subrayó que del cumplimiento del deber de cada ciudadano dependía “la genuina y
legítima expresión del pensamiento y la voluntad nacional”.
La intensa campaña electoral,
que llevó a Pardo a la presidencia del Perú (1872-1876), culminó con el asesinato
del coronel José Balta: el último de una saga de mandatarios militares
encumbrados a golpe de espada y guano de las islas. Al magnicidio, ocurrido en
medio de un proceso electoral plagado de irregularidades, le sucedió la
ejecución popular de los responsables del hecho: el ministro de Guerra, Tomás
Gutiérrez, y dos de sus hermanos.
Los coroneles Gutiérrez
formaban la guardia pretoriana de un sistema prebendario y corrupto que se
negaba a desaparecer. Esto explica la polarización de unas elecciones sembradas
de trampas legales y en las que los recursos del Estado estuvieron al servicio
de dos candidaturas: la del general José Rufino Echenique primero y la del
abogado Antonio Arenas después.
Pese a todos los ataques a su
persona y a sus partidarios –algunos encarcelados y azotados por los prefectos
baltistas–, Pardo recordó que existía un momento supremo al final de toda
campaña electoral. Se refería al acto silencioso en el que un individuo, a
solas con su conciencia, decidía su “futuro destino” por encima del laberinto
de pasiones que acompaña a toda lucha por el poder.
La legitimidad residía, en
consecuencia, en ese acto final mediante el cual un abstracto llamado nación
expresaba su mandato a través de un cúmulo de voluntades individuales y
dispersas. En esa suerte de alquimia política, miles de voluntades convergían en
una capaz de elegir a la representación nacional.
En estos días de tachas
dominicales, periodistas sicarios, curas decimonónicos, flores que no llegan y
chicharrones que se rechazan, he vuelto a leer los discursos de Pardo.
Pronunciados en la campaña electoral más disputada del siglo XIX, sus palabras
sabias son una brújula capaz de guiarlo a través de la densa niebla que cubrió
su senda a la Casa de Pizarro (quien –como él– cayó asesinado por sus
adversarios). Porque conseguir el poder en el Perú no es tarea fácil, y mucho
menos mantenerlo con decencia y dignidad.
Por ello, mi reflexión en
torno a las elecciones que se avecinan tiene que ver con un peruano o una
peruana capaz de ayudarnos a transitar el camino minado de la posguerra.
Alguien que dignifique la Presidencia de la República, nos devuelva la ilusión
y la esperanza, no gobierne para sus parciales y tenga la altura de miras para
iniciar un proceso de reconciliación nacional, tal como lo hizo Ramón Castilla
tras una década de guerra civil.
Porque más allá del
crecimiento económico, la inclusión social, la lucha contra la corrupción y la
delincuencia, lo que nos hace falta es un proyecto nacional para llegar unidos
al bicentenario de ese momento entrañable en el cual el Perú se convirtió en una
República libre y soberana”
Fuente
25 de marzo de 2016
Editorial Revista Pesca abril 2016: especial de recursos naturales
En estas elecciones presidenciales tenemos que elegir
bien, como lo hacemos cuando contratamos a un empleado en nuestra casa. Con la
misma pulcritud y esmero con los cuales evaluamos a nuestros empleados, debemos
evaluar a los políticos que pretenden convertirse en nuestros empleados. Porque
somos los dueños de casa y este mes de abril nos toca contratar nuevo mayordomo
y nuevos sirvientes para que se encarguen de la administración y asuntos
domésticos de la casa (país). De eso se trata cuando elegimos a un Presidente y
congresistas. Las elecciones no son sino
un gran concurso público para el empleo de Presidente de la República y
congresistas. Tenemos que escoger al mejor candidato y al mejor equipo para el
empleo.
No tenemos que magnificarlos como si fueran mejores
que nosotros, porque no son los mejores de entre todos los ciudadanos. Solo son
los que han mostrado interés en el empleo, aunque las verdaderas razones que los motivan sean
desconocidas realmente. No teniendo otras opciones, tratemos de contratar al
mejor.
Debemos desmitificar la investidura presidencial, la
congresal y la ministerial. Porque puede ocurrir que ellos no lo entiendan así
y en vez de asumir que son nuestros empleados, pretendan convertirse en
nuestros amos para disponer a capricho de nuestros recursos naturales, entre
otras cosas. Por eso, la inmunidad de la que gozan es indebida y debería serles
retirada.
Antes de marcar un símbolo preguntémonos ¿a quién
quieren servir esos candidatos? ¿a nosotros, a ellos mismos, o a alguien más?
La principal cualidad que debe evaluarse es la sincera
y real vocación de servicio al país y a los demás. Más allá de las promesas en
las que nadie cree, lo determinante debe ser la confianza que inspire el
candidato, tanto por su trayectoria personal, integridad, honestidad, capacidad
y liderazgo, así como por sus convicciones en la necesidad de efectuar cambios y
la suficiente voluntad política para imponer con firmeza un nuevo modelo de
gestión en la pesquería y en el país.
También es importante evaluar al equipo de personas
que lo acompañarán durante su administración. No solo sus cualidades morales y
personales, sino investigando a quién sirven realmente, si a los intereses del
país o a algún poder económico. No se puede olvidar que la política y la
administración pública son constantemente infiltradas por quienes se dedican a
defender intereses de parte, por encima de los intereses nacionales, unas veces
abierta y descaradamente y otras veces detrás de las sombras, manipulando y
colocando o sacando funcionarios según sus conveniencias.
Esta campaña electoral ha dejado la evidencia de una
insana ambición por el poder, sustentada
con una pobre calidad de propuestas, pero que finalmente fueron y son
irrelevantes, porque no hay norma que obligue a cumplirlas. Nos están
ofreciendo un producto sin garantía, convirtiendo lo que debería ser una
competencia de ideas y propuestas, en una guerra que solo ha servido para
mostrar lo peor de los políticos, con honrosas excepciones. Un plan de gobierno debe ser la fórmula para
gobernar en base a una doctrina, a una filosofía y por eso no se improvisa unos
meses antes. Siempre está vigente se actualiza permanentemente. Lo que hemos
visto es improvisación sin base doctrinaria, omisiones serias en cuanto a la
pesca, por ejemplo y en algunos casos vagas promesas que respondieron a la
coyuntura de dónde y frente a qué público está el candidato.
La democracia no consiste
solamente en votar en la elección. La democracia necesita de ciudadanos
activos, que no aceptemos resignadamente esperar 5 años más, si es que no quedamos
satisfechos, o si las autoridades elegidas incumplen sus promesas de campaña.
Tenemos que actuar en forma permanente y constante, para crear incidencias
políticas a través de los mecanismos que fuesen adecuados, a fin de proteger
los intereses de las mayorías, que somos quienes formamos la Nación y pagamos
los sueldos de nuestros gobernantes, legisladores y administradores.
Marcos Kisner Bueno
En esta edición presentamos una nota sobre los derechos
de las poblaciones originarias para entender por qué un nuevo gobierno, a través de políticas más
inclusivas, tiene el deber de considerar la alimentación nacional como tema de
agenda, en el cual las poblaciones vulnerables necesitan atención prioritaria.
Debemos entender que no es posible avanzar en la construcción de la República y
la explotación de sus recursos naturales, sin saber de dónde venimos, ni por
qué hemos llegado al modelo extractivista y de gobierno que tenemos.
Los
invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a ABRIL
2016 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.
13 de marzo de 2016
¿Y la pesca en estas elecciones?
SEÑORES CANDIDATOS: ¿Y LA PESCA?
Con la atención centrada en la lucha que
libran los candidatos para seguir en carrera, la expectativa de muchos sectores
sobre propuestas programáticas está quedando totalmente desairada en esta competencia
electoral. Uno de los sectores que precisa conocer de manera urgente la visión
política de los aspirantes a gobernar nuestro país en los próximos 5 años, es
el pesquero.
Razones tiene de sobra. En el año 2018 vence
el período de vigencia del aporte social obligatorio de $ 1.95, creado mediante
la Primera Disposición Final del Decreto Legislativo 1084 – Ley de Cuotas –,
hecho que afectará la sostenibilidad del nuevo régimen pensionario de los
pescadores creado por la Ley 30003, por ser uno de sus principales soportes.
Ese año también se rompe el candado jurídico que puso el armador en la misma
norma como condición de su aporte y que le permite mantener sin alteración el
monto y la forma de cálculo de los Derechos de Pesca que paga por cada tonelada
de anchoveta que extrae. Actualmente, ese pago se calcula en base al 0.25% del
valor FOB de la harina de pescado por tonelada extraída. Si tomamos en cuenta
el precio promedio que ha tenido la harina este año, el armador solo paga
alrededor de 4 dólares por tonelada. Monto irrisorio, que no compensa los
enormes pasivos ambientales que deja y que el Estado los asume sin que el
timorato gobernante de turno siquiera pestañee.
Como dato adicional, cabe señalar que el 50%
de los Derechos de Pesca y el 50% del Impuesto a la Renta que pagan las
empresas pesqueras, constituyen los aportes al Canon Pesquero, cuya
distribución necesita ser replanteada por la atomización actual que sufre y que
no permite que se cumplan con sus reales objetivos. Como muestra, habría que
preguntarnos cuánto y a dónde han ido a parar los recursos correspondientes al
Canon Pesquero que han sido transferidos al gobierno regional de Ancash y a sus
municipalidades provinciales y distritales en los últimos años.
Se necesita saber también la opinión de los
candidatos en cuanto a la restitución del Ministerio de Pesquería, o sobre el
fortalecimiento del IMARPE como ente científico en el que se basan las
disposiciones de PRODUCE y cuya credibilidad ha sido cuestionada en las últimas
temporadas de pesca, o sobre el manejo equivocado de competencias en la pesca
de anchoveta al compartirlas con los gobiernos regionales que muchas veces se
convierten en cómplices en la producción ilegal de harina de pescado, como es
en el caso de Ancash.
Hay mucha expectativa para escuchar a los
candidatos hablando sobre estos temas. Ojalá que lo hagan pronto.
NOTA DE PESCA
Es improbable que lo hagan. Si no lo hicieron desde el
comienzo, como parte componente de un plan general de gobierno, de una
filosofía y de un concepto ¿porqué habrían de hacerlo a pocas semanas de la
elección? Sería una improvisación electorera, nada creíble y además comprometedora
en cualquier escenario. Después de la función ya no hay ensayo.
Gane quien gane,
el único ganador real será, como siempre ha sido, la gran industria, la defensa
del modelo y del sistema que ofrece más de lo mismo: todo para los pocos, nada
para los muchos.
4 de marzo de 2016
El saqueo de los recursos naturales del Perú
La República del Perú es una
continuación de la administración colonial establecida por España en el
territorio que actualmente se denomina Perú (que originalmente era una unidad
que abarcaba a varios otros países). Fue arrebatado a sus legítimos propietarios
y habitantes originarios a través de una feroz guerra de conquista, seguida de
una destrucción sistemática de su cultura y su forma de vida. La Biblia y la
Inquisición fueron el arma ideológica del asalto; la espada, el caballo y el
cañón fueron las armas de destrucción masiva; el crucifijo fue el instrumento
que corrompió el alma del indio; y las enfermedades de los europeos un arma
biológica casual; pero arma al fin. “Primero,
fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la confusión.
Luego, fueron privados de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo
y finalmente, las enfermedades importadas por los europeos encontraron a sus
organismos sin anticuerpos para resistir los virus y bacterias” (Bernardo
Veksler).
Sin embargo, la destrucción del
cuerpo y del alma de los aborígenes efectuada por la corona española, con la
complicidad y apoyo de la Iglesia Católica, no tuvo el éxito total esperado,
dado que al 2016 todavía existen cerca de 4 millones de indígenas de las razas
que existían en este territorio antes de la conquista y del saqueo.
Debe sumarse la cifra de las
poblaciones amazónicas que no pertenecían al Incanato y de las cuales aún
existen poblaciones no contactadas. El actual Perú es un territorio delimitado
artificialmente por los conquistadores y libertadores que engloba al antiguo
Tawantinsuyu y a parte de la Amazonía.
“La sociedad capitalista se concibió a partir de la sangre, la esclavitud
y el saqueo impulsado por las potencias europeas de la época”. (Bernardo
Veksler)
El conquistador europeo se
estableció en este territorio, lo colonizó, lo saqueó y lo gobernó durante más
de 300 años. Durante ese periodo exportó enormes cantidades de oro, plata,
minerales y productos agrícolas, que seguramente dieron cifras importantes de
exportación y crecimiento del PBI, de las cuales nuestros economistas podrían
estar orgullosos. Entonces, al igual que ahora, ese crecimiento económico no
generó desarrollo humano ni bienestar social a la población originaria. Favoreció
el crecimiento de Europa y generó la aparición de nuevos ricos en el nuevo y en
el viejo Mundo.
Esos nuevos ricos fueron
españoles o europeos, con capacidad y poder para establecerse en las tierras
nuevas y de apropiarse de ellas a través de múltiples mecanismos conocidos y
relatados por los historiadores. Sus descendientes se volvieron criollos,
nacieron en este territorio; pero mantuvieron sus vínculos con el Viejo Mundo y
sus costumbres, esquema que se repitió incluso con aquellos que se mezclaron con
los aborígenes produciéndose un mestizaje racial; pero no cultural. No hay
mejor ejemplo que Garcilaso de la Vega, quien en sus obras traiciona a su raza
al no escatimar argumentos para justificar la conquista y destrucción de las
antiguas costumbres de su propia herencia por parte de su madre, la ñusta inca
Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna
Cápac.
Las tierras y riquezas acumuladas
durante siglos, se originan como botín de guerra, definitivamente inmoral. Pese
a que la historia la escriben los vencedores, que producen una deformación de
la realidad, no pueden ocultar el hecho
de que la República solo fue un tránsito del Virreynato a un nuevo modelo
político, con los mismos actores. La clase dominante colonial es la misma clase
dominante republicana, que tan solo cambia de amo, como evidencia el clásico
ejemplo de Hipólito Unanue que sirve a cuanto amo se le apareció con tal de
conservar su estatus. Los aborígenes no participan en el proceso de las guerras
de la independencia, salvo como soldados reclutados para las filas de los
ejércitos libertadores, entusiasmados por promesas que nunca fueron cumplidas.
Las guerras de independencia solamente cambiaron un poder político por otro; pero
no representaron nada efectivo para las poblaciones aborígenes.
La cultura de esos pueblos fue
ferozmente perseguida durante la República, una de cuyas muestras es la
destrucción de la Confederación Perú Boliviana por una banda de bandoleros
chileno peruanos que lograron desarticularla. La Confederación pudo reunificar a
los pueblos de esta parte del continente; pero fue impedida por Chile. El
máximo héroe del triunfo chileno, en su feroz persecución contra los pueblos
aborígenes, no encontró mayor dificultad en encontrar aliados peruanos como el
propio Ramón Castilla, quien no dudó en combatir contra su patria, el Perú, con
tal de destruir cualquier posibilidad de resurgimiento de las razas aborígenes.
La explotación de la tierra y de
las minas siguió generando riquezas para un grupo económico que nunca tuvo la
intención de compensar a los pueblos originarios. Es más, a la explotación de
sus riquezas naturales tradicionales como fueron los productos de la
agricultura y de las minas, se agregó en el tiempo, la explotación de sus
árboles y de sus productos del mar, ríos y lagos.
De acuerdo con las cifras del Censo
de Población y Vivienda 2007 del INEI, la población indígena en el Perú
asciende a más de cuatro millones de habitantes. Además, indican que la
población indígena de la Amazonía fue de 332 mil 975 habitantes. Alrededor del
15% de la población del país, sigue siendo marginada del desarrollo humano y
social porque el modelo que endiosa el crecimiento del PBI no funciona para
ellos. Las conciencias de las clases dominantes se aligeran cuando establecen
limosnas para esa población a través de “programas sociales”, los cuales
generalmente reciben críticas de esa derecha que no admite compartir su riqueza
mal habida.
La derecha peruana está
representada por los descendientes de los conquistadores y de los
encomenderos, que fueron quienes centralizaron el poder y fueron los
protagonistas y gestores de los principales nexos de comercio e inversión en
Perú luego de la proclamación de la independencia.
Derecha, oligarquía,
poder oculto o como quiera llamársele, el hecho es que existe una clase
dominante en el país que no tiene legitimidad ni liderazgo. Solo posee
capacidad de manipulación a través del lobby y el poder que le concede su
riqueza, viniese de donde viniese.
La oligarquía peruana, la derecha, la clase dominante, o como quiera llamársele, tiene
cuatro etapas:
De la consolidación de la
conquista y establecimiento de la administración colonial a través de virreyes,
hasta la declaración de independencia en 1821.
De 1821 a 1930, época en la cual
ejerce el poder político de manera directa, a través de partidos políticos y el poder económico.
De 1930 a 1968, durante el cual mantiene el poder económico,
pero ejerce el poder político indirectamente, a través de caudillos civiles y/o
militares.
De 1968 a la fecha, durante el
cual se empieza a reciclar y cambiar de formas y estructuras, cambiando el
concepto de oligarquía por el de poder fáctico apoyado por la globalización,
las grandes transnacionales y el nuevo modelo liberal dirigido por la más
grande economía capitalista del mundo.
Han cambiado las formas y
procedimientos; pero el origen de las fortunas sigue siendo el mismo. Los que
hoy detentan el poder económico heredaron su riqueza de los saqueadores de
América. Probablemente se incorporan nuevos actores y desaparecen antiguos;
pero el principio y el origen siguen vigentes: las riquezas de este país pertenecen
a una comunidad que aún vive y que no pudo ser erradicada por más esfuerzos que
se hicieron.
El siguiente es un somero resumen
de las percepciones del profesor François Bourricaud en su obra “Poder y Sociedad en el Perú Contemporáneo”:
“Uno de los principios de la vida
política peruana de entonces era la
exclusión de la población originaria, de
los analfabetos y de las mujeres. El régimen gubernamental es uno oligárquico
que representaba como máximo a la
plutocracia de Lima, Arequipa y Trujillo,
en alianza con caudillos militares provenientes de las clases bajas y
que tenía como referencia suficiente el humor político de los electores de las
tres mencionadas ciudades. Otro de los principios de esta sociedad es la
designación de los personajes políticos por un pequeño grupo, en función de sus
intereses, mediante procedimientos oscuros y componendas bajo mesa que los
electores solo refrendaban como hechos consumados.
De este modo, el estado es un
instrumento para el provecho propio e intereses egoístas de la oligarquía y de represión contra los demás componentes
de la sociedad. El poder de la oligarquía
procede de su capacidad de captar para sí la mayor parte de la riqueza
generada por las fuerzas productivas del país
en desmedro de la colectividad. Se debe, también, a su eficiencia para
legitimar esa captación de recursos como lo mejor para el progreso del país.
El periodo bajo estudio tiene dos aspectos: uno positivo, de auge
económico con base en la exportación como materia prima de algodón, azúcar,
minerales metálicos y harina de pescado, y otro negativo, de amenazas
crecientes provocadas por el aumento incesante de la población que genera los problemas
de la migración del campo a la ciudad y el consiguiente abandono de los centros
de producción de economía de subsistencia de la Sierra, fuentes de explotación
y de mayor pobreza.
El estado y la oligarquía
enfrentan nuevas demandas sociales por mayores servicios de
infraestructura básica, y exigencias perentorias de cambios políticos radicales
que ni el uno ni la otra son capaces de comprender y menos atender, debido a su
incapacidad de adaptación y a la poca
autorregulación del sistema político imperante. No obstante y a pesar de la
violencia del tema agrario y su consiguiente represión policial, en el período
bajo análisis no se produjo la explosión o estallido social pregonado por los
intelectuales catastróficos o apocalípticos de entonces”
“Bourricaud no advirtió que si bien el Perú a mitad del siglo XX era un
Estado, no era una Nación. Tampoco lo es hoy.
En esa entonces, era con mayor
nitidez aquella “promesa” a la que aludió Jorge Basadre, aquél exceso semántico al que después se refirió Pablo
Macera; en fin, un proyecto de país en construcción, sin ningún factor real de
cohesión social. Ese era el resultado de
una independencia no querida por los propios españoles peruanos – a pesar de
que siendo aristócratas en el orden social de la ocupación, eran en los hechos
“ciudadanos de segunda”. La emancipación tampoco fue deseada por los mestizos y
fue rechazada hasta por los esquilmados “pueblos originarios” cuyos
representantes eran tan realistas como el propio virrey.
La caída del poderoso Virreinato del Perú fue, qué duda cabe, producto
del esfuerzo de los ejércitos del Sur y del Norte de América Latina y de todo
el andamiaje de intereses planetarios que actuaron como vientos de fronda,
comandados por libertadores criollos que lucharon por los intereses de su
clase, de su clan o tribu.
Esto determinó que en el Perú, al irse los colonialistas y los libertadores, el ejercicio del poder se
trasladara, sin gran sacrificio de por
medio, a la clase criolla nacional y en pequeña parte a los mestizos blancos, a
partir de los cuales se estructuró la
oligarquía aristocrática. Esta, por supuesto, excluyó totalmente de todas las
formas de acceso y ejercicio del poder a
los pueblos originarios, despectivamente
llamados “indios”, a las mujeres y a los negros, quienes prosiguieron sumidos
en inexistencia civil, la explotación, la pobreza, la exclusión total.
Bourricaud, tampoco consideró bajo ningún punto de vista la supervivencia de
los pueblos nativos, la prevalencia de sus culturas, de sus idiomas, de sus
visiones cosmogónicas ancestrales y de
sus derechos territoriales en especial de las naciones Quechua, Aymara,
Asháninka y Awajun, a pesar del
genocidio al que fueron sometidos durante la ocupación ibérica y, menos aún,
tuvo en cuenta sus luchas por su identidad (de Manco Inca a Túpac Amaru I,
pasando por Juan Santos Atahualpa, hasta
Túpac Amaru II y Túpac Catari)”
Tomado de http://paichecitodigital.blogspot.pe/2015/02/sobre-la-oligarquia-peruana-analisis.html
)
Este es el marco dentro del cual
la administración entrante debería evaluar los aportes de la industria pesquera
al estado peruano.
Marcos Kisner Bueno
ABYA YALA, EL VERDADERO NOMBRE DE ESTE
CONTINENTE.
Esta denominación es dada al continente americano por el pueblo Kuna,
desde antes de la llegada de los europeos. Este pueblo es originario de la
serranía del Darien, al norte de Colombia. Y que hoy en día habita la región al
sur de Panamá y el norte de Colombia. A los Kuna de la región Colombiana se les
conoce como Kuna-Tule.
La cultura kuna sostiene que ha habido cuatro etapas históricas en la tierra, y a cada etapa corresponde un nombre distinto de la tierra conocida mucho después como América: Kualagum Yala, Tagargun Yala, Tinya Yala, Abia Yala. El último nombre significa: territorio salvado, preferido, querido por Paba y Nana, y en sentido extenso también puede significar tierra madura, tierra de sangre”. Así esta tierra se llama “Abia Yala”, que se compone de “Abe”, que quiere decir “sangre”, y “Ala”, que es como un espacio, un territorio, que viene de la Madre Grande.
Es así como hoy en día,
diferentes organizaciones, comunidades e instituciones indígenas y
representantes de ellas de todo el continente, han adoptado su uso para
referirse al territorio continental, en vez del término “América”. Es por esto
que el nombre de ABYA YALA es utilizado en sus
documentos y declaraciones orales. Como símbolo de identidad y de respeto por
la tierra que habitamos.
Enrique Dussel (Dussel, 1993) ya nos había advertido que el denominado
"descubrimiento de América" fue, en verdad, el encubrimiento de los
pueblos que aquí habitaban. ABYA YALA es, así, el verdadero descubrimiento
de América.
En la lengua del pueblo Kuna, ABYA YALA significa "tierra madura", "tierra viva" o "tierra en florecimiento" y es sinónimo de América. El pueblo Kuna es originario de Sierra Nevada, en el norte de Colombia, habitó la región del Golfo de Urabá y las montañas de Darien, y actualmente vive en la costa caribeña de Panamá, en la Comarca de Kuna Yala (San Blas).
Fuente
25 de febrero de 2016
EDITORIAL MARZO 2016 REVISTA PESCA
La pugna para acceder a cargos en la nueva
administración, bien sea para defender intereses de parte, o apetitos
personales, se irá evidenciando a partir de los resultados de la segunda vuelta
electoral y permitirá predecir cuál será la agenda sectorial a partir de
agosto.
Si queda conformado por autoridades ajenas a la
realidad sectorial y fácilmente influenciables por quienes defienden intereses
de parte, no se verán reformas en la pesca.
La gobernanza del sector quedaría expuesta debido a la manipulación del
lobbysmo y el aporte al PBI seguiría como tema prioritario en la agenda,
poniendo en segundo plano la opinión técnica. O sea, más de lo mismo, por más
maquillaje que quisieran ponerle a través de nuevos operadores políticos.
Convirtiendo una situación científica en una situación
política, el poder cedería a la presión que se ejerza a través de los medios de
comunicación y del lobby. El peso de las decisiones se vería influenciado por
quienes detentan el poder fáctico, los cuales ejercerían mayor o menor grado de
influencia, según el apoyo de una prensa poco informada sobre la pesca, que
solo resalta brevemente temas de coyuntura. La presión efectuada a través de
eficaces operadores políticos, así como la de nuevos lobistas, se hará más o
menos evidente en función de los nuevos funcionarios que asuman cargos el 1 de
agosto.
El sistema de ordenamiento pesquero, ya violentado
varias veces por jueces que dictan medidas cautelares indebidas, resultaría así
expuesto a mayores perforaciones provenientes de decisiones tomadas en función
al ruido político, o la presión. La gobernanza del sector resultaría comprometida, no por las necesidades o los
intereses nacionales y los de la ciudadanía común y corriente, la cual es la
legítima propietaria de los recursos hidrobiológicos, sino por los intereses
comerciales del sector.
Hasta ahora no hay evidencia de genuino y real interés
político por introducir cambios de fondo en la pesquería peruana. Una nueva Ley
de Pesca no resolvería temas inmediatos porque resultaría lenta de aplicar en
términos reales y prácticos, tanto por el tiempo que demoraría su discusión y
promulgación, como su implementación.
Mientras tanto, los temas de fondo
urgentes seguirían relegados.
Lo que se requiere es decisión y voluntad políticas de
funcionarios honestos y comprometidos con el país, sin intereses personales en
la pesca. De lo contrario, solo quedaría
la intervención de la ciudadanía mediante la creación de incidencias
políticas que fuercen la toma de algunas decisiones y la generación de algunos
cambios.
Si no se actúa a través de más ciudadanos activos, la
democracia peruana degenerará hacia la oclocracia, es decir al gobierno de los
insapientes.
La ciudadanía, con su indiferencia y desinterés, se
convertiría en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos pesqueros y
de la contaminación que la actividad genera sobre el ambiente y sobre la
moralidad.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería que difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto
crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los
recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente.
Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a
formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2016 y a compartirla dentro de sus
círculos y redes sociales.
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