El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
23 de marzo de 2013
¿INVERSIONES PARA CONSUMO HUMANO DIRECTO DE PESCADO?
Se ha dicho hoy en un canal
de Televisión que la gran industria pesquera peruana es la primera en fomentar
el consumo humano directo de pescado y que para tal efecto ha hecho una
inversión importante.
Lo que no se ha dicho es ¿para
qué mercado está destinada esa inversión en infraestructura de procesamiento de
pescado bien sea en forma de congelados o de conservas?
Lo que las cifras estadísticas
muestran es un crecimiento exponencial de las exportaciones de productos
pesqueros de consumo humano directo, porque exportar significa recibir el
premio del drawback y la devolución del IGV pagado durante el proceso. La
Revista Pesca ha publicado cifras y análisis detallados al respecto.
Lo que la estadística oficial no
detalla es el volumen en toneladas o en soles que la gran industria ha
destinado al mercado nacional.
Hay que entender que vender
pescado fresco al mercado interno está exonerado del IGV pero no así el pescado
transformado, es decir congelado o en conservas.
O sea que el mercado interno sí
paga IGV y no hay drawback.
Por otro lado en el país, salvo en los
supermercados, no existe una
infraestructura de frío apropiada para la comercialización de congelados.
Por tanto el volumen de pescado
congelado destinado al mercado interno no es mucho en relación al destinado al
extranjero.
Las conservas tienen un mercado
limitado por su alto precio y limitada posibilidad de preparación por parte de
las amas de casa. Salvo por las ventas masivas a los programas sociales, con
todos los problemas conocidos, no se conoce de un aporte importante de la gran
industria pesquera al mercado nacional, a menos que se presenten las cifras y
las estadísticas al país para poder valorar en su verdadera magnitud la
afirmación de la importante contribución de la industria a la alimentación
popular de los peruanos.
Lo que sí se sabe, aunque tampoco
hay cifras precisas, es que el principal abastecedor de pescado para el mercado
interno peruano es el pescador artesanal. Es la actividad artesanal la que
alimenta de producto fresco a los terminales pesqueros de Ventanilla y Villa
María, así como a los mercados nacionales. Pesca fresca, que es la que todos
compramos en los mercados. Los congelados solo se encuentran en Supermercados y
ocupan muy poco espacio en las
estanterías de los mismos, como para darnos una idea del volumen de la
producción destinada al mercado nacional.
Las conservas, en promedio,
representan en términos de kilogramos, ser exageradamente más caras que el
pollo, la carne y el pescado fresco. Por lo cual su mercado es limitado.
En consecuencia, la inversión encuentra mayor rentabilidad en la exportación que en el mercado interno. Consecuencia de un sistema perverso en el país, que con toda lógica el inversionista aprovecha. Por tanto sería bueno conocer el mercado final del producto final que saldrá de esas inversiones, así como los números en toneladas y soles comercializadas en el país en los últimos diez años.
22 de marzo de 2013
Mujeres pescadoras y el último búfalo de las praderas marinas
Enviado por Jessica Alfaro Álvarez
Publicado: 10 .07 .2012
En estos días se discute en el
Congreso la “sociedad a la parte”, el antiguo sistema de retribución laboral
usado por los pescadores artesanales desde hace cientos de años. Parece un
detalle dentro de los conflictos que ha desatado la propuesta gubernamental de
extender durante otros 25 años la vigencia de la Ley de Pesca, que fija límites
máximos de captura por armador. Recuerdo lo que ocurrió en 2001, cuando el
entonces presidente Ricardo Lagos inició la privatización del mar. Vuelven a
mis ojos las imágenes de las marchas, reuniones, asambleas y discusiones para
defender lo que desde la Red Nacional de Mujeres de la Pesca llamábamos
“patrimonio pesquero artesanal”. Entonces la actividad pesquera, sus recursos y
funciones en la soberanía alimentaria no fueron considerados por el Gobierno y
los empresarios. Al Estado le interesaba sobre todo instalar un régimen de
propiedad que asegurara la rentabilidad del negocio a los ricos industriales
pesqueros y permitir la entrada del nuevo socio, la Unión Europea con el que
Chile suscribió un Tratado de Libre Comercio.
Daniel Pauly, el máximo experto
mundial en pesca, habló de los grandes cardúmenes de jurel viajando por los
océanos y dando alimento a millones de seres humanos. “¡El jurel está
desapareciendo!”, nos advirtió. Chile, uno de los mayores exportadores
mundiales de este recurso, lo ha convertido en harina de pescado para las
granjas de animales de los grandes consorcios alimentarios: salmones, vacas,
pollos y cerdos. En tanto, el pescado ahumado, esa modesta y barata comida, a
menudo envuelta en papel de diario y lista para ingerirla con un trozo de pan,
ese manjar de los pobres, ya no está. Ningún otro estudiante trasnochado lo
pedirá al vendedor ambulante en las calles del puerto. Tampoco lo comerán las mujeres
en los cerros porteños, ni los niños que juegan descalzos tras una pelota hasta
la madrugada. El problema es el vacío que deja la extinción de un pez y la peor
crisis de sustentabilidad marina que afecta a la humanidad. Años de depredación
de las enormes flotas pesqueras de Japón, Rusia, España y otras potencias han
generado grandes desiertos marinos plagados de medusas. ¿Queremos que esto
suceda también en nuestros fondos marinos?
En Chile, la pesca es uno de los
sectores económicos más politizados, que invierte más en lobby y campañas de
toda índole y color. Esto se explica, en parte, por las enormes ganancias que
han dejado la venta de los recursos pesqueros y la concentración del negocio en
manos de 8 holdings y familias del país. Los dueños del mar son los
propietarios de casi todo lo que creemos tener. Pagan patentes por cada barco
que envían a alta mar, pero estas no superan el 3% de sus utilidades, sobre
1.200 millones de dólares anuales solo en exportaciones. Pagan por pescar, pero
no por tener derecho a la propiedad y explotación de recursos que son de todos
los chilenos.
La depredación avanza con las
flotas que se despliegan como ejércitos por el Pacífico Sur: en las últimas dos
décadas las capturas anuales de jurel han caído de 30 millones de toneladas a
menos de 3 millones. Organismos técnicos como la Sociedad Chilena de Ciencias
del Mar, señalan que la única forma de recuperar este recurso es una veda
completa durante 5 años. Un barco grande puede capturar hasta 2.000 toneladas
de cualquier tipo de pescado en un solo viaje. No hay selección de tamaño o de
especie, pues todos son atrapados en las redes de arrastre que emplean: junto a
los jureles, anchovetas y sardinas caen también sierras, reinetas, tortugas,
aves marinas y delfines. Mientras los españoles consumen en promedio 37 kilos
de pescado al año, los chilenos, con más de 4.000 kilómetros de costa nos
alimentamos cada vez peor, solo 7 kilos de proteína de la mejor calidad al año.
Mientras los países desarrollados subvencionan a sus flotas artesanales, en
Chile las aniquilan.
Me pregunto qué pasará con
Sandra, la encarnadora de caleta Membrillo que bajaba a su hija en un canasto
cuando iba a trabajar. Me pregunto por Griselda, dedicada a mejorar las
condiciones de trabajo de sus compañeras en la caleta Puertecito. Y sobre todo
me pregunto por los cientos de mujeres que encarnaban en sus casas, las miles
de señoras reunidas en coro alrededor de los espineles, a los que se dedicaban
tras dejar la comida hecha y los niños listos para partir a las escuelas.
Tantas mujeres en tantos cerros como existen en Valparaíso, San Antonio,
Coquimbo y Talcahuano. ¿Alguien se ha preguntado cómo ha afectado a las
encarnadoras la Ley de Pesca que el Gobierno quiere prorrogar? ¿Ha dicho algo
el Servicio Nacional de la Mujer sobre la crisis laboral, familiar e
identitaria que afecta a un sinfín de mujeres? ¿Es por su condición de género
que sus problemáticas no aparecen ni en la opinión pública ni en las medidas
gubernamentales? Ellas, las socias desconocidas de “la sociedad a la parte” han
sido las primeras y más perjudicadas en estos 10 años de “modernidad”
empresarial.
La merluza ya no vive en los
platos de los chilenos del mundo popular. Hasta hace poco viajaba a España o se
convertía en harina “por accidente”, mientras el Estado chileno aún no
encuentra el rumbo que beneficie a los habitantes de este país. ¿Terminarán las
mujeres pescadoras secando y salando los esqueletos desechados por la
industria? ¡No, no es una película de terror! Esto ya está pasando, ahora “la
pesadilla de Darwin” se cierne sobre todos los océanos. No permitamos que siga
sucediendo.
Fuente:
21 de marzo de 2013
Presidente peruano enfrenta a grandes empresas pesqueras
El presidente peruano, Ollanta Humala,
enfrenta hoy a grandes empresas pesqueras, por su decisión de proteger la pesca
artesanal para consumo humano y restringir las capturas en gran escala para
producción de harina de pescado.
"No depredemos nuestro mar,
que el pez grande no se coma al chico", fue la metáfora que usó ayer el
mandatario al defender su posición de obligar a las empresas que pescan
anchoveta para producir harina de pescado -usada como alimento de aves y
ganado- a hacerlo solo desde cinco millas mar afuera.
Argumentó que la pesca artesanal,
a la que está reservada esa franja de mar adyacente a la costa, sirve para
combatir la desnutrición infantil, al pescar especies, incluida la anchoveta
-variedad de anchoa- para consumo humano directo.
"Nosotros defendemos el
interés nacional que implica el consumo humano, el consumo directo de la pesca
que va al estómago de nuestros hijos", dijo el gobernante, al inaugurar un
atracadero para pescadores artesanales en la sureña localidad costera de
Paracas.
La posición del jefe de Estado es
combatida en una intensa campaña mediática de grandes empresas pesqueras, que
alegan que las medidas restrictivas no se justifican y les impiden capturas que
terminan migrando al sur empujadas por corrientes marinas hacia Chile.
Tal argumento busca sensibilizar
a la opinión pública con el supuesto que la medida gubernamental favorece al
vecino país en desmedro de la industria pesquera.
Sin embargo, el exministro de
Pesquería Juan Rebaza, un experto en la materia, ridiculizó ese argumento, al
señalar que es falso que los cardúmenes de anchoveta sean arrastrados a Chile,
pues la corriente marina de Humboldt avanza en sentido contrario, de sur a
norte.
Rebaza exhortó a Humala a
mantener firme su posición frente a las grandes empresas pesqueras y recordó
que varias de estas son investigadas por lavado de activos de oscuro origen, lo
que alude a casos en los que embarcaciones pesqueras fueron usadas para
operaciones de narcotráfico.
Fuente:
16 de marzo de 2013
El papel del pueblo peruano en el enfrentamiento pesquero
La sociedad peruana asiste
en las últimas semanas a un enfrentamiento mediático entre la industria
pesquera y el Estado Peruano por diversos motivos que, según unos, dañan los
intereses de la industria y según otros dañan los intereses del país.
Retórica, chauvinismo,
argumentos técnicos, un lenguaje cursado entre ambos contendientes y una
sociedad civil que asiste al espectáculo sin entender mayormente de qué trata,
porque cuando de la pesca se habla, lo
único que nos han enseñado durante años es que somos los mejores del mundo
porque exportamos mucho y porque somos los primeros productores de harina de
pescado en el mundo.
Más allá de eso es poco lo
que el pueblo peruano conoce de la pesca y es más poco el interés que le causa.
Su principal preocupación es que cada día hay menos pescado en los mercados,
que es cada vez más caro y que los precios del ceviche alcanzan precios
demasiado elevados, mucho más que unos años atrás.
Tal vez para entender mejor
el asunto sería útil que cada ciudadano peruano conozca qué ha ganado con la
pesca. Esto puede lograrse mirando cuánto dinero procedente del canon pesquero
ha recibido. Puede saberse a través del reparto del canon pesquero hecho a las
Municipalidades del Perú en 2012, como muestra.
Cada persona puede ubicar
la Municipalidad en la que vive y ver la cantidad de dinero que la pesca le ha
generado. Si en la relación no ubica a su Municipalidad es porque por alguna
razón el sistema define que no le corresponde, o sea que no todos los peruanos
reciben algo del canon pesquero.
Si las cifras repartidas
son bajas, es porque la recaudación de impuesto a la renta y por derechos de
pesca es baja también.
Por lo tanto, aunque no se
entienda las razones del conflicto ni los argumentos de unos y otros, lo que sí
podemos entender es cuánto dinero hemos recibido procedente de la industria
pesquera.
Debemos tener presente que
en los últimos años las exportaciones pesqueras han alcanzo un promedio de 3
mil millones de dólares anuales o sea más o menos 7 mil seiscientos cincuenta millones
de soles. El canon repartido a algunas Municipalidades del Perú ha sido de 119
millones seiscientos noventicuatro mil seiscientos cuarentitres mil soles. O
sea el 1.56% en el año 2012.
Si se trata de tomar partido por la industria o por el Estado, ¿El pueblo peruano debería apoyar a la industria o a la autoridad?
En la guerra desatada entre el Gobierno y la industria pesquera que llena titulares de prensa y programas de televisión buscando dar a conocer cada quien sus razones, es evidente que se pretende informar a la población sobre lo que viene ocurriendo para hacer presión o buscar respaldo. Pero como efecto de esta difusión, ¿de qué lado debe estar cada peruano y cómo podrían expresar su respaldo a uno u otro bando?
Si se trata de tomar partido por la industria o por el Estado, ¿El pueblo peruano debería apoyar a la industria o a la autoridad?
En la guerra desatada entre el Gobierno y la industria pesquera que llena titulares de prensa y programas de televisión buscando dar a conocer cada quien sus razones, es evidente que se pretende informar a la población sobre lo que viene ocurriendo para hacer presión o buscar respaldo. Pero como efecto de esta difusión, ¿de qué lado debe estar cada peruano y cómo podrían expresar su respaldo a uno u otro bando?
¿Quiere saber cuánto recibió la Municipalidad donde
usted vive en 2012?
Léalo en el siguiente link:
12 de marzo de 2013
YO NO PESCADOR
Yo soy el pueblo peruano,
no soy pescador; pero las leyes vigentes dicen que el pescado es patrimonio de
la Nación, o sea que es mío y que el Estado lo administra y permite que algunos
lo pesquen.
Hoy día los que pescan,
grandes y chicos se quejan pelean y exigen al Gobierno que los dejen pescar más
o donde quieren…no lo sé. No me interesa tampoco el detalle técnico, legal o
macroeconómico porque no lo entiendo. Soy solamente el pueblo peruano, dueño
del pescado del mar, ríos y lagunas de mi tierra. Lo que me interesa saber es
cuanto recibo yo por cada kilo de pescado que unos pocos se llevan de mi mar,
ríos y lagunas.
Yo no soy pescador, no
trabajo para la pesca ni las empresas pesqueras son mis clientes ni mis
proveedores, así que no recibo nada directamente de ellos. Solo recibo los
beneficios de los impuestos que ellos pagan y que el Estado distribuye o
invierte en infraestructura. Pero ante la bulla en los medios de comunicación
por mi pescado, quisiera que el Estado me diga cuantos pescadores hay, cuanto
pescado se llevan cada año y cuanto me pagan a mí, el dueño del pescado, por lo
que se llevan. Sé que deben pagar un impuesto por sus ganancias que se llama
renta de tercera categoría y que de ahí la mitad se va al canon pesquero; pero
quiero saber cuánta utilidad tiene cada uno de ellos y cuánto impuesto pagan.
No quiero saber grandes cosas, solo una puntual: cuánto pagó cada uno. Sé
también que algunos, no todos, pagan unos derechos de pesca, de los cuales la
mitad se va también al canon pesquero y la otra mitad se queda en el
Ministerio. Quiero saber cuánto pagó cada uno y quiénes no pagaron porque no
quisieron o porque la norma no los obliga a pagar. Quiero saber en que gastaron
el dinero del canon los gobiernos regionales y las Municipalidades. Quiero
saber en qué se gastó su mitad el Ministerio.
Finalmente solo quiero
saber cuánto dinero recibe cada habitante del Perú, o sea los dueños del
pescado por cada kilo con el cual unos cuantos ganan dinero. Así como dicen el
consumo per cápita de pescado, quiero saber cuánto gané por cada kilo de
pescado capturado. Quiero inclusión, como dice el Presidente. Quiero que me
incluyan en las ganancias del negocio pesquero en forma justa.
Quiero saber cuánto cuesta
limpiar las bahías contaminadas por plantas y lanchas, cuándo las limpiarán y
cuánto costará, así como saber quién pagará por esa limpieza y hasta cuándo
deberemos soportar la contaminación del humo y los olores de las plantas.
Quiero saberlo para decidir
si esas gentes que salen en televisión a reclamar y argumentar con técnica, ley o economía, tienen el
derecho moral a reclamar sobre pescados que son míos y por los cuales yo debo
recibir algo. Por eso quiero saber cuánto recibo y cuánto cuesta reparar el
daño que le causan a mi mar, ríos o lagunas. Quiero saber si estoy ganando o
estoy perdiendo y si solamente algunos están ganado a expensas mías, yo que soy
el pueblo peruano, desorganizado y sin defensor alguno.
Y si yo tengo que reclamar
y quejarme, así como hacen ellos, también me sentiré con no solo el derecho,
sino con el deber de organizarme y salir a reclamar, bien sea directamente como
pueblo o a través de mis organizaciones sociales o gobiernos locales. Si yo no
puedo participar en las grandes decisiones, quiero que mi Gobierno me
represente y defienda mis intereses. Si mi gobierno me defiende bien, yo lo
apoyaré. Si no me defiende bien, tendré que defenderme sólo de alguna manera.
Pero no quiero ser un convidado de piedra en un negocio en el cual unos pocos
ganan nada más y yo, el dueño, gano nada, gano poco, o una cantidad injusta y/o
no se invierten bien mis ganancias.
También quiero entender porqué hay poco pescado para comer y además caro si todos dicen que somos un país pesquero, el más grande productor de harina de pescado del mundo.
9 de marzo de 2013
Quién pierde en el sur del Perú: ¿el país o la industria?
La
ambición por la producción de harina de anchoveta en la zona sur del Perú, ha
conducido a una especie de guerra asimétrica entre la industria harinera y las
autoridades de Pesquería. Guerra que, si nos atenemos a los antecedentes
históricos, no podría ganar la administración actual debido a que los medios
que tiene a su disposición el lobby pesquero superan largamente la capacidad de
reacción y de respuesta del Estado. Mientras Palacio de Gobierno no exprese
directamente voluntad y decisión políticas de introducir reformas sustanciales
en la pesca, respaldando públicamente a sus autoridades, lo más probable es que
en última instancia un bloqueo de carreteras con cierta dosis de gravedad provoque
la caída de la Ministra.
Si su
sucesor continúa la línea de trabajo, correría la misma suerte. Si es una
persona que va a defender los intereses de la industria, se iniciaría una
marcha atrás en muchas reformas y se volvería a más de lo mismo. Que es lo que
muchos esperan pacientemente: que termine esta gestión para volver a lo de
antes asegurando los intereses de una industria poco aportante a la economía
del país.
Es el
precio que el país paga por carecer de políticas de Estado de largo plazo y del
coraje necesario para imponer voluntad y decisión políticas que favorezcan al
país y no a pequeños grupos que tienen la capacidad de desarrollar campañas
mediáticas con recursos ilimitados.
El día 9
de marzo 2013 en RPP Raúl Vargas entrevistó a la Ministra de la Producción
sobre la problemática pesquera de la coyuntura. El señor Vargas deslizó la idea
de que pese a que sea harina de pescado lo que se exporta, trae divisas para el
país. Expresa muy bien lo que la prensa cree o piensa: que exportar per se es
bueno para el país, sin profundizar en el análisis de las diferencias entre
sectores, y sin pretender siquiera analizar la real contribución de la
industria harinera. Lo que el señor Vargas debiera preguntar es cuánto impuesto
a la renta ha pagado la industria harinera; cuanto han aportado por derechos de
pesca y cuánto dinero le ha devuelto el Estado.
La
cantidad de divisas que ingrese al país es irrelevante. No es dinero del país,
sino de la empresa. Lo que cuenta es la recaudación tributaria.
La
ministra esgrimió argumentos técnicos pero también omite en su análisis cuál es
la ganancia del país en el negocio harinero del sur del Perú.
La
autoridad administrativa, tributaria y laboral deberían hacer una exposición
conjunta y demostrarle al país cuánto empleo genera la industria en la zona,
cuánto del mismo es formal e informal, cuántos impuestos pagan, cuántos
impuestos les devuelven, cuál es el impacto de la extracción de anchoveta en el
ecosistema así como cuál es el impacto contaminante de la industria.
El
aparato estatal pelea sus guerras aislado, no se integran sectores que por la
naturaleza de sus funciones debieran trabajar juntos. Sus adversarios sí se
unen: plantas, flota, población, pescadores, todo lo que la capacidad del lobby
pueda reunir para enfrentar a un Estado desarticulado y tímido.
Cifras y
hechos concretos son los que deben exponerse para demostrar didácticamente a la
sociedad civil que dejar de hacer harina en el sur no es tan grave como el
lobby pesquero viene diciendo. El argumento de que lo que dejamos de pescar
favorece a Chile no es sino exacerbar el antichilenismo natural que existe en
el Perú, pero es irrelevante desde este análisis.
Lanzar
cifras de pérdidas como las aparecidas en algunos medios en los últimos días es
una grotesca manipulación de los números.
Con el
objeto de enfocar integralmente el asunto y entender qué es lo que está en
juego y quienes son todos los beneficiados de este régimen, es pertinente
analizar el volumen y tamaño de las plantas procesadores de harina en la zona
sur, así como los ingresos que las regiones del sur perciben como canon
pesquero, que es realmente el único beneficio de las gobiernos locales y
regionales.
Toda la
problemática, tiempo consumido, horas empleadas y atención brindada alrededor
de este tema, finalmente giran sobre los intereses de 17 plantas reductoras de
harina de pescado que pertenecen a 13 empresas de las cuales el 62% de la
capacidad de producción está concentrada en 4 de ellas.
17
Plantas de harina, algunas de las cuales tienen una capacidad muy pequeña, como
se ve en el cuadro, no significan una fuente generadora de empleo significativa,
como tampoco empleos indirectos trascendentes.
¿Pierde el Perú con dejar de pescar anchoveta en el sur para la harina?
Desde el punto de vista ecosistémico y medioambiental ganaría mucho.
Desde el punto de vista tributario lo que dejaría de cobrar es insignificante frente al costo de los pasivos ambientales que deja la industria.
Los siguientes links complementan esta información:
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/432-300-millones
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/iel_regimen_especial_de_pesca_en_el_sur_del_peru
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/el_regimen_especial_de_pesca_de_anchoveta_en_el_su
http://elmarabierto.blogspot.com/2012/10/300-millones-que-perderia-el-peru-en-la.html
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/509-120-millones
Los siguientes links complementan esta información:
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/432-300-millones
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/iel_regimen_especial_de_pesca_en_el_sur_del_peru
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/el_regimen_especial_de_pesca_de_anchoveta_en_el_su
http://elmarabierto.blogspot.com/2012/10/300-millones-que-perderia-el-peru-en-la.html
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/509-120-millones
8 de marzo de 2013
Pesca, política y conveniencias
Los antecedentes indican
que las autoridades pesqueras le tienen terror a las protestas, y procura
aplacarlas lo más pronto posible dictando las medidas que le son impuestas por
los administrados, como ocurrió en abril del 2012.
Por tanto, sería
políticamente inconveniente introducir
regulaciones o normas que puedan generar bloqueos de carreteras. En relación al
DS 005-2012-PRODUCE y las recientes normas
de régimen especial de pesca en el sur del Perú ¿cuáles han sido los criterios
determinantes para su promulgación?
¿Prima la conveniencia
política antes que la sostenibilidad de los recursos pesqueros, antes que la
ética, antes que la moralidad, antes que la ciencia y antes que la justicia?
Algunos conceptos como los
siguientes, no forman parte de la agenda, quizá por la razón expuesta en el
párrafo precedente:
·
La pesca artesanal produce mortalidad en los
recursos pesqueros al igual que cualquier otro actor pesquero.
·
El esfuerzo pesquero del sector artesanal ha
crecido tanto que supera largamente los límites de sostenibilidad de cualquier
recurso disponible.
·
Ningún recurso puede ni debe ser de libre
acceso.
·
El esfuerzo pesquero es el factor a ser
medido y regulado, sin importar quién es el agente.
·
Todos los pescadores deben pagar derechos de
pesca.
·
Pescar es un privilegio no un derecho.
·
La pesca debe pagar regalías.
·
Incentivar la venta al mercado interno
poniéndola en igualdad de condiciones competitivas con la exportación de
productos pesqueros.
·
Ampliación del horizonte de investigación
del ente científico hacia todas las especies existentes que son materia de
extracción sin regulación de cuota anual permisible.
Es curioso, como el sector denominado
artesanal no tenga regulación efectiva
alguna relacionada con la sostenibilidad de los recursos, salvo una muy
reciente respecto a la anchoveta.
Quien pesca provoca
mortalidad. Poco importa si la norma lo llama pescador artesanal o pescador industrial;
ambos bandos matan peces.
Legalmente solo los divide
una línea mal trazada por una norma que valora eslora, manga, potencia, tamaño
de bodega o parecidos y una franja de 5 millas, donde solo le esta permitido
operar a los artesanales. (los artesanales no están regulados)
Una embarcación grande
pesca más que una chica; pero muchas embarcaciones chicas pescan mucho más aún,
y matan y depredan donde los grandes no llegan.
La actividad extractiva
industrial harinera mata anchoveta principalmente; y está regulada. La
actividad extractiva artesanal mata especies de consumo humano y no está
regulada.
La falta de regulación en
términos de sostenibilidad afecta a los pescadores artesanales, quienes aún no
toman conciencia que hay demasiados pescadores para tan poca especie
disponible.
Al pescador artesanal se le
debiera definir legalmente como aquella persona que pesca para alimentarse
directamente y para subsistir, usando herramientas manuales y su propia fuerza
física. Si se mecaniza, deja de serlo.
Por el contrario, se debe
definir que aquellas personas que pescan con asistencia mecánica o por encima
de su capacidad de consumo individual lo hacen por negocio y por tanto debiera
denominárseles pescadores comerciales y estar sujetos a regulación respecto a
las cantidades máximas que están facultados a extraer.
A toda la pesquería
comercial debiera asignársele cuotas máximas de captura por especie, por
caladero, puerto o región de desembarque.
Sucede que actualmente la
actividad de los llamados pescadores artesanales es inequívocamente con
propósitos comerciales y faenan sin medida
hasta que agotan o desaparece su recurso objetivo.
Debiera proponerse y
adoptarse medidas para recuperar las biomasas objetivo para consumo humano,
revisar y discutir la vigencia y validez de mecanismos de manejo pesquero como
es el "libre acceso" o las "5 millas" y evaluar una opción
de manejo resultante de regular el acceso a los recursos mediante cuotas por
especie y por caladeros.
6 de marzo de 2013
Mitos y verdades de los peces de las profundidades
Los habitantes de las profundidades de los océanos han dado pie para todo tipo de leyendas..
En la actualidad se conocen alrededor de dos millones de especies vivas en el planeta, y es previsible que, en el futuro, el hombre pueda llegar a reconocer hasta diez millones de especies distintas en tierra y mar.
El pasado 7 de enero del 2013 la cadena japonesa ‘NHK’ y la estadounidense ‘Discovery Channel’ dieron un paso adelante al grabar, por primera vez en las profundidades marinas, al calamar gigante, uno de los animales más misteriosos del mundo.
Este acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en pie a la comunidad científica, para la cual esta filmación supuso un avance en el conocimiento sobre este misterioso animal.
Grabar a un ejemplar de calamar gigante (Architeuthis) ha sido un "gran evento" pero aún queda mucho por hacer y así lo cuenta el presidente del Cepesma (Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas), Luis Laria, para quien aún se desconocen datos importantes sobre el comportamiento de este animal: su forma de copular, su reproducción o su relación con otros de su misma especie...
Lea la nota completa en la revista Pesca de marzo en el siguiente link:
1 de marzo de 2013
Reflexiones en la coyuntura
En algún momento la
Sociedad Civil deberá evaluar la realidad de la industria pesquera en relación
con el impacto que causa al medio ambiente y al ecosistema, y su real
contribución con el país, el empleo y la calidad del empleo que ofrece.
El reconocimiento de la
realidad deberá indicarle un rumbo de acciones a seguir para exigir una reforma
sustancial en la pesquería del Perú que induzca al gobierno de turno a prestar
la atención debida al sector.
El problema no es nuevo de
ninguna manera, lo que pasa es que hoy cambió de escala. Es así que las
ganancias de la industria han crecido y crecido en medio de una sociedad
pesquera de doble moral revestida de un enchape de valores éticos y morales,
plenos de pesca responsable, convencidos
de que la transgresión a la ley no es aquella que, por ejemplo, se comete
cuando se acepta pescar ejemplares por debajo de las tallas reglamentarias,
inventando sofismas conceptuales para engañarse a si mismos.
El día que tengamos claro
que sólo las instituciones gremiales legítimamente representativas con un
sólido código ético y de principios que expulsen y discriminen a los malos
elementos, es la única manera de poner las cosas en su sitio; y que solo por la
puerta del respeto a los principios ingresaremos a la senda del desarrollo,
seremos una pesquería moralmente aceptable. Mientras tanto, viviremos en una
sociedad pesquera relajada en la que ser un funcionario, o un industrial de
principios es, casi, estar condenado a ser una especie en extinción, mientras que
sacar ventaja y sacavueltear a la ley y a los demás es el paradigma del hombre
que va para adelante y que de alguna forma la sociedad civil consiente y
auspicia con su silencio cómplice.
El problema pesquero es
complejo, pero más que de leyes y de marco normativo, es de personas, es de principios, es de impunidad,
es de promiscuidad, es de políticos irresponsables y/o con iniciativas aisladas
porque desconocen la integralidad de los temas sobre los que hablan, es de
irrespeto por los derechos ajenos. Por eso
ante acciones que vienen rompiendo esquemas, se espera con ansias el relevo de la actual
administración. ¿Cederá Palacio ante presiones, críticas y el lobby pesquero?
El gobierno, impulsado por
la Sociedad Civil, por el estado de salud del ecosistema, o por decisión
propia, deberá definir una política de Estado desde Palacio de Gobierno y
designar autoridades, a quienes deberá otorgar todo el apoyo del poder
constitucional, para aplicar y actuar
sobre el fondo de una situación de facto
que, por donde se le mire, es solamente favorable al empresariado pesquero mas
no así para la Nación ni para los trabajadores de la industria.
Más allá de los argumentos
técnicos, legales, económicos o sociales que la industria o el Estado puedan
esgrimir para justificar las cifras actuales y el estatus vigente, lo cierto es
que en el futuro la Nación juzgará y reclamará a las generaciones de hoy la
ausencia de ética, moralidad y justicia distributiva en el manejo de recursos
naturales que no son propiedad de unos cuantos, sino patrimonio de toda una
colectividad nacional. Es posible que el mañana nos brinde un Gobierno que
imponga y establezca la moralidad en la
pesquería por encima de las cifras y los argumentos técnico legales, haciendo
lo que es impostergable hacer, entre otras cosas, la aplicación de regalías a
la extracción de recursos pesqueros, tal como se aplica a la minería.
Las cifras admiten
solamente variables numéricas. No incorporan argumentos éticos. Estos provienen
de gobiernos fuertes que se sustentan no solo en la voluntad popular, sino
también en la moralidad, la ética y la justicia.
Lea la nota completa en la
edición de marzo de la Revista Pesca en el siguiente link:
23 de febrero de 2013
La supervisión y fiscalización de la pesca
La
incipiente implementación de las Resoluciones Ministeriales Nº 498 y 499, que
facultan a la Dirección General de Supervisión y Fiscalización de PRODUCE, a
una directa y más trasparente labor de vigilancia y control de las pescas y
desembarques, que vienen comprobando ya, las denuncias sobre infracciones, que
las grandes industrias harineras han venido cometiendo desde hace años. TASA,
Pesquera Diamante, SFG Investment, Copeinca, Austral Group, EXALMAR y HAYDUK,
están siendo sancionadas por la captura de especies juveniles en grandes
proporciones, no permitiendo su natural reproducción y crecimiento. Estos
primeros resultados, han ocasionado reacciones, no solo de los actores directos
como la Sociedad Nacional de Pesquería, quien en comunicado público asegura no
poder prever la longitud de la anchoveta pescada, culpando a IMARPE, a la cual
jamás sugirieron recortes de cuotas o vedas necesarias. Mientras, el despistado
Presidente de la Comisión de Producción, Congresista Freddy Sarmiento,
planteaba crear una Superintendencia Nacional de Fiscalización Pesquera, cuando
ya existe una dirección especializada en PRODUCE, algunas lamentables
autoridades regionales, ensayan
procedimientos extraños para discrepar,
con el reordenamiento y honorabilidad que deben primar en la pesquería
nacional.
En Piura,
la DIREPRO, pretende monopolizar el control de la pesca, entorpeciendo la labor
de PRODUCE en forma sospechosa, pues en Paita por ejemplo, la “pesca negra” y
excesos de embarcaciones y plantas residuales, lindan con el delito, sin ningún
intento de imponer la ponderación; mientras en Sechura cuestionados
empresarios, detentan la propiedad de más de 70 embarcaciones de menor escala,
utilizando testaferros. Y en Moquegua, mientras la Directora de la DIREPRO,
participa en marchas callejeras en apoyo a los harineros sin ruborizarse, su
Presidente Regional, confiesa haber tenido discusiones con la Ministra Gladys
Triveño, y conversaciones con el primer Ministro y el propio Presidente de la
República, sin resultados, frente a su propuesta de permitirse la pesca
industrial al interior de las primeras 5 millas en la zona de Ilo, demostrando
su incapacidad en el tema pesquero. Además, siendo una región con grandes
recursos económicos, resulta inaudito no se haya provisto a sus 3 provincias,
de cámaras de refrigeración, para aprovechar la abundancia de recursos
pesqueros, y afrontar el hambre y desnutrición de sus pobladores en las
alturas. Recordemos que las grandes empresas harineras, no facturan ni aportan
impuestos en los puertos donde activan, evitando una mejor fiscalización,
mientras que las naves de menor escala, no pagan impuesto alguno; consideraciones que pareciera no incomodar a
las autoridades regionales.
Otras
conocidas irregularidades, como la pesca ilegal, la manipulación de las
balanzas, los excesos de bodegas, etc., empiezan a demostrarse, al igual que
innumerables embarcaciones de menor escala sin licencias, que pescan con inauditas
medidas cautelares. Pero mientras la ciudadanía, y gran parte de la prensa
empiezan a comprender los excesos en la pesquería nacional, se va evidenciando
la incomodidad de elementos que aprovechando el desorden del sector, han venido
obteniendo sendos dividendos de oscuros trámites.
Por: Juan Rebaza Carpio
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