El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
6 de abril de 2013
El Perú y su pesquería
La sobrepesca no constituye el
único problema. La degradación del entorno marino, y la interferencia con el
ecosistema a través de la consciente o inconsciente utilización de los océanos
como receptor de desechos, además de la destrucción del hábitat originado por
malas prácticas de extracción, son factores de creciente incidencia en términos
de deterioro de la producción marina.
La industria pesquera atribuye a
los recursos marinos, no solo el carácter de renovable, sino además, la
cualidad de inagotable. Han elegido aceptar el mito, en obstinada ignorancia de
los hechos. El elogio constante a la
producción y exportación de harina de pescado solamente alcanza a la
comprensión de un pequeño sector nacional, que además no percibe íntegramente
el escenario. A éste se le deben agregar las cifras exportadas, las de los
impuestos recaudados, los derechos de extracción cobrados y el empleo de dichos
fondos.
Una pesquería sostenible
solamente será posible cuando el país alcance el adecuado nivel de madurez cívica
que le permita entender y aceptar que se requiere colocar el interés nacional
por encima de los intereses de parte. El interés nacional requiere que se
desechen los intereses económicos grupales y se privilegie la alimentación de
la población nacional por encima de todo. Ello impone tener pesquerías
sustentables, una adecuada preservación de los recursos pesqueros, del
ecosistema y del medio ambiente, de tal
forma que se garanticen alimentos baratos para toda la población del país en
forma prioritaria.
Los beneficios económicos del
sector pesquero marítimo alcanzan a una fracción mínima de la población costera
involucrada. Los volúmenes de recursos pesqueros naturales no aumentan a la par
que crece la población vinculada a la extracción. Los recursos pesqueros no
aumentan en función a la demanda.
El Estado debe propiciar que
todos asumamos la responsabilidad de hacer causa común con la defensa de
nuestras zonas costeras, para preservar sus bienes y servicios. Así como
incentivarnos a poner nuestros ojos en el medio marino y costero. Este esfuerzo
resulta de suma utilidad para las nuevas generaciones, a quienes les
corresponde pagar las deudas ambientales que dejamos las generaciones pasadas y
presentes.
Años de línea directa con la
autoridad de Pesquería, años de intervención directa o indirecta en las
regulaciones dictadas sobre la pesca en el Perú parecen haber terminado, al
menos por ahora.
La intervención directa de
Palacio de Gobierno, defendiendo la correcta posición de autoridad del Titular
del Pliego de Producción, introduce un elemento inédito, novedoso, que permite
presumir que este escenario, podría durar hasta el fin de este gobierno.
La industria anchovetera, que
rechaza normas que afectan la rentabilidad de su negocio, en especial en el sur
del Perú, viene acudiendo al empleo de los medios de comunicación para expresar
sus opiniones, fijar sus posiciones y debilitar la posición de la Ministra con
la evidente intención de sacarla del cargo. Esta táctica tradicional parece que
no funcionará en un escenario en el cual esta autoridad recibe un respaldo
abierto del Jefe de Estado. El enfrentamiento actual es directamente con
Palacio, autoridad que no puede ser revocada y cuya autoridad no puede ser
minada.
En esta confrontación, la
sociedad civil puede resultar beneficiada en la medida que, por primera vez,
escucha en la televisión y en la prensa escrita la existencia de un problema
pesquero, sobre el cual no sabía mayormente nada. Esto debería y podría
llevarla a informarse mejor de aspectos sobre los cuales jamás antes se había
interesado. Ello permitiría fijar posiciones con mayor información sobre los
temas de fondo, que no se han tocado aún, como la real participación de la
industria en la recaudación tributaria, pago de derechos de pesca, generación
de empleo, contaminación, atención al mercado nacional y contribución con la
seguridad alimentaria peruana.
La investigación individual u
organizada de la sociedad civil debería evaluar los niveles de desinformación e
inexactitudes que se han venido propalando en los medios sin sustento alguno
como:
Que el Perú es el número uno en
sostenibilidad según un estudio de la Universidad de Columbia no ha sido
demostrado exhibiendo el documento fuente. Al exhibirlo, leerlo y analizarlo,
la afirmación se cae porque no es cierta.
Que la industria invierte en el
consumo humano directo de pescado, es una afirmación incompleta porque debería
aclararse si su inversión es para exportar o para atender al mercado peruano.
La realidad es que para la industria de consumo humano directo la prioridad es
exportar y no el público consumidor peruano.
Que el Perú dejará de percibir
300 millones de dólares y 120 millones de dólares en impuestos dejados de
recaudar tampoco ha sido sustentado con cálculos, estadísticas y proyecciones.
¿Cómo debe reaccionar el pueblo
peruano ante esta avalancha de información y desinformación sobre un tema que
desconoce?
El tema no es apoyar una posición
u otra, sino defender sus propios intereses, es decir los de cada poblador del
país. La mejor actitud debiera ser la de investigar e interesarse más sobre el
asunto pesquero ya que se trata de recursos naturales de los cuales la Nación
es la propietaria, por lo que resulta grosero que una pequeña fracción de la
población presente reclamos y exigencias públicas sobre recursos que no son
suyos y sobre los cuales la ley y la Constitución otorga su administración y
manejo al Estado.
Las preguntas que debe hacerse el
público son:
¿Cuánto gana cada ciudadano
peruano por la extracción de sus recursos pesqueros? Bien sea por medio del
canon pesquero y/o impuesto a la renta?
¿Cuánto pescado se destina a la
comercialización dentro del país para alimentar a los peruanos en relación a lo
que se exporta para alimentar a otras poblaciones fuera del país?
¿Cuánto daño viene haciendo la
industria al medio ambiente, quién y cómo se va a corregir y reparar el mismo?
El tema de fondo es que el pueblo
peruano, la sociedad civil fije su posición en la participación del negocio
pesquero.
La Sociedad Civil, el pueblo
peruano, no puede permanecer indolente ni pasivo en esta confrontación. Como la
misma no genera un referéndum ni una votación, tiene que organizarse para
defender sus recursos pesqueros. No para defender a la industria ni
necesariamente al Estado, si es que actuase indebidamente, sino para proteger
sus recursos naturales y hacer sentir su voz y presencia a través de
instituciones libres de influencias y de manipulación.
Quedan perfectamente claros tres
temas:
Que los derechos de pesca
vigentes son bajos.
Que el impuesto a la renta
también es bajo, y hasta desaparece cuando se le contrasta con los impuestos
que el Estado devuelve al sector. Tema complejo que se subsanaría aplicando
regalías a la extracción, es decir poner un precio a los peces, que hasta hoy
no lo tienen.
Que la contaminación y reparación
del daño causado al ambiente hasta el momento no está resuelto. Que los límites
Máximos Permisibles para la descarga de efluentes asignados a la industria reductora
han sido generosos y los plazos de adecuación a sus PAMAs (Programas de
adecuación y manejo ambiental)también. Que la industria de consumo humano
directo no tiene hasta ahora límites máximos permisibles que permitan controlar
y eventualmente sancionar el exceso de contaminantes vertidos al mar. Que toda
la flota pesquera no tiene el control debido de sus descargas de aguas sucias y
residuos oleosos porque no se aplica la normativa del Marpol.
27 de marzo de 2013
Abril del 2012: Un año después. Entonces la merluza, hoy la anchoveta
En abril del 2012 el escenario en la administración de la pesquería peruana era totalmente diferente al que presenta abril del 2013. Vale la pena recordar lo ocurrido en ese mes y compararlo con la situación que se vive en estos momentos en el enfrentamiento por la anchoveta. Basta recordar el artículo de milagros Salazar para evaluar las diferencias y también las similitudes, así como para especular nuevos probables escenarios.
El Premier y la merluza
Por Milagros Salazar.-
En medio de los secuestros en el VRAE y a
pocas horas de la presentación del peritaje sobre el conflictivo proyecto
minero Conga, el premier Óscar Valdés se dio tiempo el lunes 16 de abril para
realizar una inusual visita al ministerio de la Producción, en la Urbanización
Córpac, en San Isidro.
Valdés subió al séptimo piso donde se
encuentra la oficina del titular del sector, José Urquizo. Ahí lo esperaban el
ministro, acompañado por su nuevo jefe del gabinete de asesores, José Vidal; y
por el jefe de la Oficina General de Asesoría Jurídica, Omar Alfaro. A los
pocos minutos, llegó la viceministra de Pesquería, Patricia Majluf, acompañada
por su asesor principal, Juan Carlos Sueiro.
La reunión duró unos cuarenta minutos. Fue
tensa por momentos, según pudo conocer IDL-R. ¿De qué hablaron? De la merluza.
Valdés estaba impaciente porque aún no se emitía la norma para ampliar la cuota
de captura de merluza de 8, 600 toneladas a 14, 500 tal como acordó con los
empresarios en una reunión el 9 de abril
en la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros.
Valdés reiteró a Urquizo y a Majluf que
debía ejecutarse la ampliación que exigían los empresarios y que no había
marcha atrás, a pesar que la viceministra expresó su desacuerdo por la decisión
debido a que la población de merluza ha disminuido considerablemente en los
últimos años y se encuentra en riesgo, según estudios científicos.
“Ya
hay un compromiso y hay que respetarlo”, insistió Valdés. Alfaro de Asesoría
Jurídica explicó al premier que había un freno legal y que la ampliación no iba
a ser un trámite sencillo ya que las normas exigen que la cuota anual se
establezca antes de iniciarse la temporada. Y resulta que la temporada comenzó
en enero. ¿Cómo iba a modificarse la cuota casi cuatro meses después?
“Si hay que conseguir que firme algún
decreto el Presidente (Ollanta Humala), yo lo puedo hacer”, habría manifestado
Valdés. Al instante, Majluf increpó: “No me parece responsable que involucremos
al Presidente en algo que no tiene precedente. Eso no se ha hecho antes”.
Pero el primer ministro habría reiterado:
“Esto se hace”.
¿Por qué el Premier insiste en ampliar la
cuota en contra de la opinión de la viceministra (una experta respetada internacionalmente) y por qué se muestra tan interesado en el
tema? Sucede que varios días antes, el 9 de abril, hubo una reunión previa en
la PCM.
Asistieron unas quince personas, entre
empresarios pesqueros, autoridades de Piura, congresistas, el ministro Urquizo
y la viceministra Majluf. En la primera parte de la reunión, Majluf expuso un
informe breve sobre el grave estado de la merluza que elaboró el reconocido
científico Arnaud Bertrand, del IRD, un instituto público de investigación de
Francia.
Los empresarios de merluza, casi todos
extranjeros y que tienen su base de operaciones en Paita, atacaron a Majluf
luego de su exposición. Sostienen que la viceministra por lo menos se equivoca
y que hay suficiente merluza para pescar. Los respaldaba un informe que
mandaron a hacer a Luis Alfredo Icochea, quien hasta octubre pasado fue
presidente del Instituto Tecnológico Pesquero (ITP), que depende del Ministerio
de la Producción, y asesor de varias empresas pesqueras. Liderados por el
furibundo empresario Carlos Milanovitch, insistieron en que unas 10 mil
personas dependen de la pesca de merluza en Paita y serían perjudicados si no
se ampliaba la cuota.
En medio de la discusión, el presidente de
Imarpe, Germán Vásquez (quien llegó tarde a la cita), informó que su institución
recomendó una cuota mínima de 8, 600 toneladas y otra cuota máxima de 14, 500
toneladas. Ni bien escuchó Valdés la segunda opción, consideró que esa era la
salida: ampliar la cuota máxima a pesar de la opinión en contra de Majluf.
Valdés también acordó que Imarpe realizará
en mayo un crucero para investigar la situación actual de la especie y ver si
es posible una nueva ampliación. Fuentes cercanas al pensamiento de Majluf
aseguraron a IDL-R que si Valdés continúa ampliando la pesca de merluza, ella
renunciará al cargo. Para Majluf, esta situación abre la puerta para que
empresarios que comercializan otras especies también pidan su decreto
“presidencial” para pescar más.
Las presiones asedian a Majluf. Entre la
reunión del 9 de abril en la PCM y la visita de Valdés al Ministerio de la
Producción el lunes 16, los empresarios enviaron cartas al ministro Urquizo
exigiendo que se cumpla lo acordado. Mientras tanto, desde Palacio de Gobierno
intentan averiguar si existe un acta de compromisos con los empresarios como
habría señalado Valdés, según pudo conocer IDL-R. Lo cierto es que no existe
ningún documento firmado.
Este hecho ha deteriorado más la relación
entre Urquizo, que acata silenciosamente lo dicho por Valdés, y la viceministra
Majluf cuyos escasos dos meses en el cargo han estado marcados por
controversias y obstáculos.
Controversias de fondo
Ni bien se convirtió en viceministra a fines
de febrero, Majluf pidió a Urquizo reemplazar a los responsables de las cinco
direcciones generales que dependen de Pesquería. Logró los primeros cambios en
las direcciones de Extracción y Procesamiento Pesquero y en la de Asuntos
Ambientales.
Sin embargo, diversas fuentes confirmaron
que Majluf encontró mayor resistencia de Urquizo en su propuesta de cambiar a
Hernán Huacachi, quien comandaba la estratégica Dirección de Seguimiento,
Control y Vigilancia (Digsecovi), Según congresistas, dirigentes pesqueros y
demás funcionarios que conocen a Huacachi, este funcionario no tenía “la menor
idea” de cómo mejorar la fiscalización en la pesca.
Huacachi, ayacuchano al igual que el
ministro, estuvo en el cargo hasta el miércoles 18. Una insistente Majluf
consiguió que Urquizo finalmente accediera que la directora general de Pesca
Artesanal, Jessica Pino, reemplazara a Huacachi, ya que sus candidatos
iniciales fueron rechazados por el ministro.
Personas cercanas a Majluf sostienen que el
cambio de Huacachi era urgente, debido a que se entramparon varias acciones,
entre ellas las auditorías a las empresas inspectoras de desembarques de
anchoveta, Cerper y SGS, y las mejoras para evitar la manipulación de las
balanzas en las fábricas harineras, problema revelado en una amplia
investigación de IDL-R.
Pero las discrepancias también involucraron
a los hombres más cercanos a Urquizo, que plantaron una oposición constante a
Majluf desde el ingreso de esta. En diciembre, cuando Uriquizo asumió el mando
del ministerio, lo hizo acompañado por dos conocidos asesores: el ex
congresista del partido de gobierno, César Cayo Galindo, y por el ex juez Edwin
Yalico Contreras.
A este último se lo recuerda por haber
investigado inicialmente el caso Business Track; y por haber anulado las
resoluciones de inicio de instrucción, acusación y auto de enjuiciamiento
contra el presidente Humala por la asonada de Andahuaylas.
Cayo Galindo se mantuvo en el cargo hasta el
3 de abril en medio de las críticas de dirigentes de pescadores, entre ellos
los de la Asociación Nacional de Armadores Pesqueros que agrupa a los dueños de
las naves “vikingas” y que lo denunciaron, junto a otros funcionarios, por los
presuntos delitos de abuso de autoridad, omisión, rehusamiento y demora de
actos funcionales.
Yalico sigue en el ministerio a pesar de que
también enfrenta acusaciones. El Sindicato de Pescadores de Anchoveta del
Puerto de Pisco envió en enero un oficio a la Comisión de Producción del
Congreso para que solicite a Urquizo investigar la participación de Yalico en
las cuestionadas resoluciones que otorgaron permisos de pesca a naves
protegidas por medidas cautelares. El Congreso trasladó el reclamo a Urquizo en
febrero.
IDL-Reporteros verificó que cuando Urquizo
asumió el cargo, encomendó a Yalico que ayudara al ingeniero Félix Álvarez,
entonces responsable de la Dirección de Extracción y Procesamiento Pesquero, a
resolver los pedidos del Poder Judicial. Varios de los proyectos de resolución
de esta dirección, entre ellos los relacionados con las medidas cautelares,
fueron vistos por Yalico, aseguraron varias fuentes. Sin embargo, el asesor no
es investigado por estos hechos ya que no fue nombrado oficialmente para esas
funciones.
Para calmar las aguas, Yalico ha sido
trasladado del séptimo piso, donde tenía un escritorio junto al ministro, al
tercer nivel del edificio. Sin embargo, sigue entrando y saliendo del despacho
de Urquizo y la única diferencia, según diversas fuentes, es que ahora usa más
el ascensor.
Fuente:
23 de marzo de 2013
¿INVERSIONES PARA CONSUMO HUMANO DIRECTO DE PESCADO?
Se ha dicho hoy en un canal
de Televisión que la gran industria pesquera peruana es la primera en fomentar
el consumo humano directo de pescado y que para tal efecto ha hecho una
inversión importante.
Lo que no se ha dicho es ¿para
qué mercado está destinada esa inversión en infraestructura de procesamiento de
pescado bien sea en forma de congelados o de conservas?
Lo que las cifras estadísticas
muestran es un crecimiento exponencial de las exportaciones de productos
pesqueros de consumo humano directo, porque exportar significa recibir el
premio del drawback y la devolución del IGV pagado durante el proceso. La
Revista Pesca ha publicado cifras y análisis detallados al respecto.
Lo que la estadística oficial no
detalla es el volumen en toneladas o en soles que la gran industria ha
destinado al mercado nacional.
Hay que entender que vender
pescado fresco al mercado interno está exonerado del IGV pero no así el pescado
transformado, es decir congelado o en conservas.
O sea que el mercado interno sí
paga IGV y no hay drawback.
Por otro lado en el país, salvo en los
supermercados, no existe una
infraestructura de frío apropiada para la comercialización de congelados.
Por tanto el volumen de pescado
congelado destinado al mercado interno no es mucho en relación al destinado al
extranjero.
Las conservas tienen un mercado
limitado por su alto precio y limitada posibilidad de preparación por parte de
las amas de casa. Salvo por las ventas masivas a los programas sociales, con
todos los problemas conocidos, no se conoce de un aporte importante de la gran
industria pesquera al mercado nacional, a menos que se presenten las cifras y
las estadísticas al país para poder valorar en su verdadera magnitud la
afirmación de la importante contribución de la industria a la alimentación
popular de los peruanos.
Lo que sí se sabe, aunque tampoco
hay cifras precisas, es que el principal abastecedor de pescado para el mercado
interno peruano es el pescador artesanal. Es la actividad artesanal la que
alimenta de producto fresco a los terminales pesqueros de Ventanilla y Villa
María, así como a los mercados nacionales. Pesca fresca, que es la que todos
compramos en los mercados. Los congelados solo se encuentran en Supermercados y
ocupan muy poco espacio en las
estanterías de los mismos, como para darnos una idea del volumen de la
producción destinada al mercado nacional.
Las conservas, en promedio,
representan en términos de kilogramos, ser exageradamente más caras que el
pollo, la carne y el pescado fresco. Por lo cual su mercado es limitado.
En consecuencia, la inversión encuentra mayor rentabilidad en la exportación que en el mercado interno. Consecuencia de un sistema perverso en el país, que con toda lógica el inversionista aprovecha. Por tanto sería bueno conocer el mercado final del producto final que saldrá de esas inversiones, así como los números en toneladas y soles comercializadas en el país en los últimos diez años.
22 de marzo de 2013
Mujeres pescadoras y el último búfalo de las praderas marinas
Enviado por Jessica Alfaro Álvarez
Publicado: 10 .07 .2012
En estos días se discute en el
Congreso la “sociedad a la parte”, el antiguo sistema de retribución laboral
usado por los pescadores artesanales desde hace cientos de años. Parece un
detalle dentro de los conflictos que ha desatado la propuesta gubernamental de
extender durante otros 25 años la vigencia de la Ley de Pesca, que fija límites
máximos de captura por armador. Recuerdo lo que ocurrió en 2001, cuando el
entonces presidente Ricardo Lagos inició la privatización del mar. Vuelven a
mis ojos las imágenes de las marchas, reuniones, asambleas y discusiones para
defender lo que desde la Red Nacional de Mujeres de la Pesca llamábamos
“patrimonio pesquero artesanal”. Entonces la actividad pesquera, sus recursos y
funciones en la soberanía alimentaria no fueron considerados por el Gobierno y
los empresarios. Al Estado le interesaba sobre todo instalar un régimen de
propiedad que asegurara la rentabilidad del negocio a los ricos industriales
pesqueros y permitir la entrada del nuevo socio, la Unión Europea con el que
Chile suscribió un Tratado de Libre Comercio.
Daniel Pauly, el máximo experto
mundial en pesca, habló de los grandes cardúmenes de jurel viajando por los
océanos y dando alimento a millones de seres humanos. “¡El jurel está
desapareciendo!”, nos advirtió. Chile, uno de los mayores exportadores
mundiales de este recurso, lo ha convertido en harina de pescado para las
granjas de animales de los grandes consorcios alimentarios: salmones, vacas,
pollos y cerdos. En tanto, el pescado ahumado, esa modesta y barata comida, a
menudo envuelta en papel de diario y lista para ingerirla con un trozo de pan,
ese manjar de los pobres, ya no está. Ningún otro estudiante trasnochado lo
pedirá al vendedor ambulante en las calles del puerto. Tampoco lo comerán las mujeres
en los cerros porteños, ni los niños que juegan descalzos tras una pelota hasta
la madrugada. El problema es el vacío que deja la extinción de un pez y la peor
crisis de sustentabilidad marina que afecta a la humanidad. Años de depredación
de las enormes flotas pesqueras de Japón, Rusia, España y otras potencias han
generado grandes desiertos marinos plagados de medusas. ¿Queremos que esto
suceda también en nuestros fondos marinos?
En Chile, la pesca es uno de los
sectores económicos más politizados, que invierte más en lobby y campañas de
toda índole y color. Esto se explica, en parte, por las enormes ganancias que
han dejado la venta de los recursos pesqueros y la concentración del negocio en
manos de 8 holdings y familias del país. Los dueños del mar son los
propietarios de casi todo lo que creemos tener. Pagan patentes por cada barco
que envían a alta mar, pero estas no superan el 3% de sus utilidades, sobre
1.200 millones de dólares anuales solo en exportaciones. Pagan por pescar, pero
no por tener derecho a la propiedad y explotación de recursos que son de todos
los chilenos.
La depredación avanza con las
flotas que se despliegan como ejércitos por el Pacífico Sur: en las últimas dos
décadas las capturas anuales de jurel han caído de 30 millones de toneladas a
menos de 3 millones. Organismos técnicos como la Sociedad Chilena de Ciencias
del Mar, señalan que la única forma de recuperar este recurso es una veda
completa durante 5 años. Un barco grande puede capturar hasta 2.000 toneladas
de cualquier tipo de pescado en un solo viaje. No hay selección de tamaño o de
especie, pues todos son atrapados en las redes de arrastre que emplean: junto a
los jureles, anchovetas y sardinas caen también sierras, reinetas, tortugas,
aves marinas y delfines. Mientras los españoles consumen en promedio 37 kilos
de pescado al año, los chilenos, con más de 4.000 kilómetros de costa nos
alimentamos cada vez peor, solo 7 kilos de proteína de la mejor calidad al año.
Mientras los países desarrollados subvencionan a sus flotas artesanales, en
Chile las aniquilan.
Me pregunto qué pasará con
Sandra, la encarnadora de caleta Membrillo que bajaba a su hija en un canasto
cuando iba a trabajar. Me pregunto por Griselda, dedicada a mejorar las
condiciones de trabajo de sus compañeras en la caleta Puertecito. Y sobre todo
me pregunto por los cientos de mujeres que encarnaban en sus casas, las miles
de señoras reunidas en coro alrededor de los espineles, a los que se dedicaban
tras dejar la comida hecha y los niños listos para partir a las escuelas.
Tantas mujeres en tantos cerros como existen en Valparaíso, San Antonio,
Coquimbo y Talcahuano. ¿Alguien se ha preguntado cómo ha afectado a las
encarnadoras la Ley de Pesca que el Gobierno quiere prorrogar? ¿Ha dicho algo
el Servicio Nacional de la Mujer sobre la crisis laboral, familiar e
identitaria que afecta a un sinfín de mujeres? ¿Es por su condición de género
que sus problemáticas no aparecen ni en la opinión pública ni en las medidas
gubernamentales? Ellas, las socias desconocidas de “la sociedad a la parte” han
sido las primeras y más perjudicadas en estos 10 años de “modernidad”
empresarial.
La merluza ya no vive en los
platos de los chilenos del mundo popular. Hasta hace poco viajaba a España o se
convertía en harina “por accidente”, mientras el Estado chileno aún no
encuentra el rumbo que beneficie a los habitantes de este país. ¿Terminarán las
mujeres pescadoras secando y salando los esqueletos desechados por la
industria? ¡No, no es una película de terror! Esto ya está pasando, ahora “la
pesadilla de Darwin” se cierne sobre todos los océanos. No permitamos que siga
sucediendo.
Fuente:
21 de marzo de 2013
Presidente peruano enfrenta a grandes empresas pesqueras
El presidente peruano, Ollanta Humala,
enfrenta hoy a grandes empresas pesqueras, por su decisión de proteger la pesca
artesanal para consumo humano y restringir las capturas en gran escala para
producción de harina de pescado.
"No depredemos nuestro mar,
que el pez grande no se coma al chico", fue la metáfora que usó ayer el
mandatario al defender su posición de obligar a las empresas que pescan
anchoveta para producir harina de pescado -usada como alimento de aves y
ganado- a hacerlo solo desde cinco millas mar afuera.
Argumentó que la pesca artesanal,
a la que está reservada esa franja de mar adyacente a la costa, sirve para
combatir la desnutrición infantil, al pescar especies, incluida la anchoveta
-variedad de anchoa- para consumo humano directo.
"Nosotros defendemos el
interés nacional que implica el consumo humano, el consumo directo de la pesca
que va al estómago de nuestros hijos", dijo el gobernante, al inaugurar un
atracadero para pescadores artesanales en la sureña localidad costera de
Paracas.
La posición del jefe de Estado es
combatida en una intensa campaña mediática de grandes empresas pesqueras, que
alegan que las medidas restrictivas no se justifican y les impiden capturas que
terminan migrando al sur empujadas por corrientes marinas hacia Chile.
Tal argumento busca sensibilizar
a la opinión pública con el supuesto que la medida gubernamental favorece al
vecino país en desmedro de la industria pesquera.
Sin embargo, el exministro de
Pesquería Juan Rebaza, un experto en la materia, ridiculizó ese argumento, al
señalar que es falso que los cardúmenes de anchoveta sean arrastrados a Chile,
pues la corriente marina de Humboldt avanza en sentido contrario, de sur a
norte.
Rebaza exhortó a Humala a
mantener firme su posición frente a las grandes empresas pesqueras y recordó
que varias de estas son investigadas por lavado de activos de oscuro origen, lo
que alude a casos en los que embarcaciones pesqueras fueron usadas para
operaciones de narcotráfico.
Fuente:
16 de marzo de 2013
El papel del pueblo peruano en el enfrentamiento pesquero
La sociedad peruana asiste
en las últimas semanas a un enfrentamiento mediático entre la industria
pesquera y el Estado Peruano por diversos motivos que, según unos, dañan los
intereses de la industria y según otros dañan los intereses del país.
Retórica, chauvinismo,
argumentos técnicos, un lenguaje cursado entre ambos contendientes y una
sociedad civil que asiste al espectáculo sin entender mayormente de qué trata,
porque cuando de la pesca se habla, lo
único que nos han enseñado durante años es que somos los mejores del mundo
porque exportamos mucho y porque somos los primeros productores de harina de
pescado en el mundo.
Más allá de eso es poco lo
que el pueblo peruano conoce de la pesca y es más poco el interés que le causa.
Su principal preocupación es que cada día hay menos pescado en los mercados,
que es cada vez más caro y que los precios del ceviche alcanzan precios
demasiado elevados, mucho más que unos años atrás.
Tal vez para entender mejor
el asunto sería útil que cada ciudadano peruano conozca qué ha ganado con la
pesca. Esto puede lograrse mirando cuánto dinero procedente del canon pesquero
ha recibido. Puede saberse a través del reparto del canon pesquero hecho a las
Municipalidades del Perú en 2012, como muestra.
Cada persona puede ubicar
la Municipalidad en la que vive y ver la cantidad de dinero que la pesca le ha
generado. Si en la relación no ubica a su Municipalidad es porque por alguna
razón el sistema define que no le corresponde, o sea que no todos los peruanos
reciben algo del canon pesquero.
Si las cifras repartidas
son bajas, es porque la recaudación de impuesto a la renta y por derechos de
pesca es baja también.
Por lo tanto, aunque no se
entienda las razones del conflicto ni los argumentos de unos y otros, lo que sí
podemos entender es cuánto dinero hemos recibido procedente de la industria
pesquera.
Debemos tener presente que
en los últimos años las exportaciones pesqueras han alcanzo un promedio de 3
mil millones de dólares anuales o sea más o menos 7 mil seiscientos cincuenta millones
de soles. El canon repartido a algunas Municipalidades del Perú ha sido de 119
millones seiscientos noventicuatro mil seiscientos cuarentitres mil soles. O
sea el 1.56% en el año 2012.
Si se trata de tomar partido por la industria o por el Estado, ¿El pueblo peruano debería apoyar a la industria o a la autoridad?
En la guerra desatada entre el Gobierno y la industria pesquera que llena titulares de prensa y programas de televisión buscando dar a conocer cada quien sus razones, es evidente que se pretende informar a la población sobre lo que viene ocurriendo para hacer presión o buscar respaldo. Pero como efecto de esta difusión, ¿de qué lado debe estar cada peruano y cómo podrían expresar su respaldo a uno u otro bando?
Si se trata de tomar partido por la industria o por el Estado, ¿El pueblo peruano debería apoyar a la industria o a la autoridad?
En la guerra desatada entre el Gobierno y la industria pesquera que llena titulares de prensa y programas de televisión buscando dar a conocer cada quien sus razones, es evidente que se pretende informar a la población sobre lo que viene ocurriendo para hacer presión o buscar respaldo. Pero como efecto de esta difusión, ¿de qué lado debe estar cada peruano y cómo podrían expresar su respaldo a uno u otro bando?
¿Quiere saber cuánto recibió la Municipalidad donde
usted vive en 2012?
Léalo en el siguiente link:
12 de marzo de 2013
YO NO PESCADOR
Yo soy el pueblo peruano,
no soy pescador; pero las leyes vigentes dicen que el pescado es patrimonio de
la Nación, o sea que es mío y que el Estado lo administra y permite que algunos
lo pesquen.
Hoy día los que pescan,
grandes y chicos se quejan pelean y exigen al Gobierno que los dejen pescar más
o donde quieren…no lo sé. No me interesa tampoco el detalle técnico, legal o
macroeconómico porque no lo entiendo. Soy solamente el pueblo peruano, dueño
del pescado del mar, ríos y lagunas de mi tierra. Lo que me interesa saber es
cuanto recibo yo por cada kilo de pescado que unos pocos se llevan de mi mar,
ríos y lagunas.
Yo no soy pescador, no
trabajo para la pesca ni las empresas pesqueras son mis clientes ni mis
proveedores, así que no recibo nada directamente de ellos. Solo recibo los
beneficios de los impuestos que ellos pagan y que el Estado distribuye o
invierte en infraestructura. Pero ante la bulla en los medios de comunicación
por mi pescado, quisiera que el Estado me diga cuantos pescadores hay, cuanto
pescado se llevan cada año y cuanto me pagan a mí, el dueño del pescado, por lo
que se llevan. Sé que deben pagar un impuesto por sus ganancias que se llama
renta de tercera categoría y que de ahí la mitad se va al canon pesquero; pero
quiero saber cuánta utilidad tiene cada uno de ellos y cuánto impuesto pagan.
No quiero saber grandes cosas, solo una puntual: cuánto pagó cada uno. Sé
también que algunos, no todos, pagan unos derechos de pesca, de los cuales la
mitad se va también al canon pesquero y la otra mitad se queda en el
Ministerio. Quiero saber cuánto pagó cada uno y quiénes no pagaron porque no
quisieron o porque la norma no los obliga a pagar. Quiero saber en que gastaron
el dinero del canon los gobiernos regionales y las Municipalidades. Quiero
saber en qué se gastó su mitad el Ministerio.
Finalmente solo quiero
saber cuánto dinero recibe cada habitante del Perú, o sea los dueños del
pescado por cada kilo con el cual unos cuantos ganan dinero. Así como dicen el
consumo per cápita de pescado, quiero saber cuánto gané por cada kilo de
pescado capturado. Quiero inclusión, como dice el Presidente. Quiero que me
incluyan en las ganancias del negocio pesquero en forma justa.
Quiero saber cuánto cuesta
limpiar las bahías contaminadas por plantas y lanchas, cuándo las limpiarán y
cuánto costará, así como saber quién pagará por esa limpieza y hasta cuándo
deberemos soportar la contaminación del humo y los olores de las plantas.
Quiero saberlo para decidir
si esas gentes que salen en televisión a reclamar y argumentar con técnica, ley o economía, tienen el
derecho moral a reclamar sobre pescados que son míos y por los cuales yo debo
recibir algo. Por eso quiero saber cuánto recibo y cuánto cuesta reparar el
daño que le causan a mi mar, ríos o lagunas. Quiero saber si estoy ganando o
estoy perdiendo y si solamente algunos están ganado a expensas mías, yo que soy
el pueblo peruano, desorganizado y sin defensor alguno.
Y si yo tengo que reclamar
y quejarme, así como hacen ellos, también me sentiré con no solo el derecho,
sino con el deber de organizarme y salir a reclamar, bien sea directamente como
pueblo o a través de mis organizaciones sociales o gobiernos locales. Si yo no
puedo participar en las grandes decisiones, quiero que mi Gobierno me
represente y defienda mis intereses. Si mi gobierno me defiende bien, yo lo
apoyaré. Si no me defiende bien, tendré que defenderme sólo de alguna manera.
Pero no quiero ser un convidado de piedra en un negocio en el cual unos pocos
ganan nada más y yo, el dueño, gano nada, gano poco, o una cantidad injusta y/o
no se invierten bien mis ganancias.
También quiero entender porqué hay poco pescado para comer y además caro si todos dicen que somos un país pesquero, el más grande productor de harina de pescado del mundo.
9 de marzo de 2013
Quién pierde en el sur del Perú: ¿el país o la industria?
La
ambición por la producción de harina de anchoveta en la zona sur del Perú, ha
conducido a una especie de guerra asimétrica entre la industria harinera y las
autoridades de Pesquería. Guerra que, si nos atenemos a los antecedentes
históricos, no podría ganar la administración actual debido a que los medios
que tiene a su disposición el lobby pesquero superan largamente la capacidad de
reacción y de respuesta del Estado. Mientras Palacio de Gobierno no exprese
directamente voluntad y decisión políticas de introducir reformas sustanciales
en la pesca, respaldando públicamente a sus autoridades, lo más probable es que
en última instancia un bloqueo de carreteras con cierta dosis de gravedad provoque
la caída de la Ministra.
Si su
sucesor continúa la línea de trabajo, correría la misma suerte. Si es una
persona que va a defender los intereses de la industria, se iniciaría una
marcha atrás en muchas reformas y se volvería a más de lo mismo. Que es lo que
muchos esperan pacientemente: que termine esta gestión para volver a lo de
antes asegurando los intereses de una industria poco aportante a la economía
del país.
Es el
precio que el país paga por carecer de políticas de Estado de largo plazo y del
coraje necesario para imponer voluntad y decisión políticas que favorezcan al
país y no a pequeños grupos que tienen la capacidad de desarrollar campañas
mediáticas con recursos ilimitados.
El día 9
de marzo 2013 en RPP Raúl Vargas entrevistó a la Ministra de la Producción
sobre la problemática pesquera de la coyuntura. El señor Vargas deslizó la idea
de que pese a que sea harina de pescado lo que se exporta, trae divisas para el
país. Expresa muy bien lo que la prensa cree o piensa: que exportar per se es
bueno para el país, sin profundizar en el análisis de las diferencias entre
sectores, y sin pretender siquiera analizar la real contribución de la
industria harinera. Lo que el señor Vargas debiera preguntar es cuánto impuesto
a la renta ha pagado la industria harinera; cuanto han aportado por derechos de
pesca y cuánto dinero le ha devuelto el Estado.
La
cantidad de divisas que ingrese al país es irrelevante. No es dinero del país,
sino de la empresa. Lo que cuenta es la recaudación tributaria.
La
ministra esgrimió argumentos técnicos pero también omite en su análisis cuál es
la ganancia del país en el negocio harinero del sur del Perú.
La
autoridad administrativa, tributaria y laboral deberían hacer una exposición
conjunta y demostrarle al país cuánto empleo genera la industria en la zona,
cuánto del mismo es formal e informal, cuántos impuestos pagan, cuántos
impuestos les devuelven, cuál es el impacto de la extracción de anchoveta en el
ecosistema así como cuál es el impacto contaminante de la industria.
El
aparato estatal pelea sus guerras aislado, no se integran sectores que por la
naturaleza de sus funciones debieran trabajar juntos. Sus adversarios sí se
unen: plantas, flota, población, pescadores, todo lo que la capacidad del lobby
pueda reunir para enfrentar a un Estado desarticulado y tímido.
Cifras y
hechos concretos son los que deben exponerse para demostrar didácticamente a la
sociedad civil que dejar de hacer harina en el sur no es tan grave como el
lobby pesquero viene diciendo. El argumento de que lo que dejamos de pescar
favorece a Chile no es sino exacerbar el antichilenismo natural que existe en
el Perú, pero es irrelevante desde este análisis.
Lanzar
cifras de pérdidas como las aparecidas en algunos medios en los últimos días es
una grotesca manipulación de los números.
Con el
objeto de enfocar integralmente el asunto y entender qué es lo que está en
juego y quienes son todos los beneficiados de este régimen, es pertinente
analizar el volumen y tamaño de las plantas procesadores de harina en la zona
sur, así como los ingresos que las regiones del sur perciben como canon
pesquero, que es realmente el único beneficio de las gobiernos locales y
regionales.
Toda la
problemática, tiempo consumido, horas empleadas y atención brindada alrededor
de este tema, finalmente giran sobre los intereses de 17 plantas reductoras de
harina de pescado que pertenecen a 13 empresas de las cuales el 62% de la
capacidad de producción está concentrada en 4 de ellas.
17
Plantas de harina, algunas de las cuales tienen una capacidad muy pequeña, como
se ve en el cuadro, no significan una fuente generadora de empleo significativa,
como tampoco empleos indirectos trascendentes.
¿Pierde el Perú con dejar de pescar anchoveta en el sur para la harina?
Desde el punto de vista ecosistémico y medioambiental ganaría mucho.
Desde el punto de vista tributario lo que dejaría de cobrar es insignificante frente al costo de los pasivos ambientales que deja la industria.
Los siguientes links complementan esta información:
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/432-300-millones
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/iel_regimen_especial_de_pesca_en_el_sur_del_peru
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/el_regimen_especial_de_pesca_de_anchoveta_en_el_su
http://elmarabierto.blogspot.com/2012/10/300-millones-que-perderia-el-peru-en-la.html
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/509-120-millones
Los siguientes links complementan esta información:
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/432-300-millones
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/iel_regimen_especial_de_pesca_en_el_sur_del_peru
http://www.issuu.com/revistapesca/docs/el_regimen_especial_de_pesca_de_anchoveta_en_el_su
http://elmarabierto.blogspot.com/2012/10/300-millones-que-perderia-el-peru-en-la.html
http://www.revistapescaperu.com/index.php/informes/509-120-millones
8 de marzo de 2013
Pesca, política y conveniencias
Los antecedentes indican
que las autoridades pesqueras le tienen terror a las protestas, y procura
aplacarlas lo más pronto posible dictando las medidas que le son impuestas por
los administrados, como ocurrió en abril del 2012.
Por tanto, sería
políticamente inconveniente introducir
regulaciones o normas que puedan generar bloqueos de carreteras. En relación al
DS 005-2012-PRODUCE y las recientes normas
de régimen especial de pesca en el sur del Perú ¿cuáles han sido los criterios
determinantes para su promulgación?
¿Prima la conveniencia
política antes que la sostenibilidad de los recursos pesqueros, antes que la
ética, antes que la moralidad, antes que la ciencia y antes que la justicia?
Algunos conceptos como los
siguientes, no forman parte de la agenda, quizá por la razón expuesta en el
párrafo precedente:
·
La pesca artesanal produce mortalidad en los
recursos pesqueros al igual que cualquier otro actor pesquero.
·
El esfuerzo pesquero del sector artesanal ha
crecido tanto que supera largamente los límites de sostenibilidad de cualquier
recurso disponible.
·
Ningún recurso puede ni debe ser de libre
acceso.
·
El esfuerzo pesquero es el factor a ser
medido y regulado, sin importar quién es el agente.
·
Todos los pescadores deben pagar derechos de
pesca.
·
Pescar es un privilegio no un derecho.
·
La pesca debe pagar regalías.
·
Incentivar la venta al mercado interno
poniéndola en igualdad de condiciones competitivas con la exportación de
productos pesqueros.
·
Ampliación del horizonte de investigación
del ente científico hacia todas las especies existentes que son materia de
extracción sin regulación de cuota anual permisible.
Es curioso, como el sector denominado
artesanal no tenga regulación efectiva
alguna relacionada con la sostenibilidad de los recursos, salvo una muy
reciente respecto a la anchoveta.
Quien pesca provoca
mortalidad. Poco importa si la norma lo llama pescador artesanal o pescador industrial;
ambos bandos matan peces.
Legalmente solo los divide
una línea mal trazada por una norma que valora eslora, manga, potencia, tamaño
de bodega o parecidos y una franja de 5 millas, donde solo le esta permitido
operar a los artesanales. (los artesanales no están regulados)
Una embarcación grande
pesca más que una chica; pero muchas embarcaciones chicas pescan mucho más aún,
y matan y depredan donde los grandes no llegan.
La actividad extractiva
industrial harinera mata anchoveta principalmente; y está regulada. La
actividad extractiva artesanal mata especies de consumo humano y no está
regulada.
La falta de regulación en
términos de sostenibilidad afecta a los pescadores artesanales, quienes aún no
toman conciencia que hay demasiados pescadores para tan poca especie
disponible.
Al pescador artesanal se le
debiera definir legalmente como aquella persona que pesca para alimentarse
directamente y para subsistir, usando herramientas manuales y su propia fuerza
física. Si se mecaniza, deja de serlo.
Por el contrario, se debe
definir que aquellas personas que pescan con asistencia mecánica o por encima
de su capacidad de consumo individual lo hacen por negocio y por tanto debiera
denominárseles pescadores comerciales y estar sujetos a regulación respecto a
las cantidades máximas que están facultados a extraer.
A toda la pesquería
comercial debiera asignársele cuotas máximas de captura por especie, por
caladero, puerto o región de desembarque.
Sucede que actualmente la
actividad de los llamados pescadores artesanales es inequívocamente con
propósitos comerciales y faenan sin medida
hasta que agotan o desaparece su recurso objetivo.
Debiera proponerse y
adoptarse medidas para recuperar las biomasas objetivo para consumo humano,
revisar y discutir la vigencia y validez de mecanismos de manejo pesquero como
es el "libre acceso" o las "5 millas" y evaluar una opción
de manejo resultante de regular el acceso a los recursos mediante cuotas por
especie y por caladeros.
6 de marzo de 2013
Mitos y verdades de los peces de las profundidades
Los habitantes de las profundidades de los océanos han dado pie para todo tipo de leyendas..
En la actualidad se conocen alrededor de dos millones de especies vivas en el planeta, y es previsible que, en el futuro, el hombre pueda llegar a reconocer hasta diez millones de especies distintas en tierra y mar.
El pasado 7 de enero del 2013 la cadena japonesa ‘NHK’ y la estadounidense ‘Discovery Channel’ dieron un paso adelante al grabar, por primera vez en las profundidades marinas, al calamar gigante, uno de los animales más misteriosos del mundo.
Este acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en pie a la comunidad científica, para la cual esta filmación supuso un avance en el conocimiento sobre este misterioso animal.
Grabar a un ejemplar de calamar gigante (Architeuthis) ha sido un "gran evento" pero aún queda mucho por hacer y así lo cuenta el presidente del Cepesma (Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas), Luis Laria, para quien aún se desconocen datos importantes sobre el comportamiento de este animal: su forma de copular, su reproducción o su relación con otros de su misma especie...
Lea la nota completa en la revista Pesca de marzo en el siguiente link:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)