El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
19 de octubre de 2014
El Estado peruano y su estrategia pesquera
La nota periodística que se transcribe a continuación
nota fue publicada el 7 de marzo del 2012.
Plan Estratégico
fortalecerá al sector pesquero peruano
El titular del Ministerio
de la Producción (Produce), José Urquizo Maggia, afirmó que el Plan Estratégico
Sectorial Multianual 2012-2016 -aprobado el 5 de marzo- permitirá fortalecer al
sector pesquero nacional.
Según lo indicado por el
funcionario al Diario Oficial El Peruano, este plan ayudará a:
Contribuir con la seguridad alimentaria;
Fortalecer la actividad acuícola;
Desarrollar la pesca artesanal;
Elevar la pesca en zonas de altamar;
Lograr pesquerías sostenibles.
Asimismo, se espera que el
nuevo plan estratégico promueva la calidad ambiental, institucionalice una
cultura de transparencia y fortalezca el ordenamiento pesquero y acuícola,
añadió. Y explicó que el documento incluye los aportes realizados por diversos
integrantes del ámbito de la pesca, con quienes el Gobierno se reunió en varias
zonas del país. Urquizo Maggia también comentó que el Produce impulsará la
institucionalización del programa nacional ‘A Comer Pescado’, para aumentar el
consumo per cápita de productos hidrobiológicos; y la modernización de los
desembarcaderos pesqueros artesanales. Además, el Ministerio estima necesario
optimizar los instrumentos de apoyo a la pesca artesanal, en el que será de
suma importancia el Primer Censo de la Pesca Artesanal; y formular el Plan
Nacional de Desarrollo de la Pesca Artesanal. Durante su mandato, se impulsará
la acuicultura en el ámbito regional con participación privada; se modernizará
el sistema de control y vigilancia pesquera, y la sanidad pesquera; y se
promoverá una política de transparencia. Por último, el ministro dijo que se
trabaja para incrementar la participación de Perú en la zona de altamar y
estimular las exportaciones pesqueras, entre otras medidas.
Fuente
Si bien es cierto el ex ministro Urquizo firmo la
resolución ministerial que aprobó el PESEM, el mismo fue diseñado en base a un
proyecto presentado por la consultora Maximixe por encargo del Produce y
aprobado 30 días antes del inicio del actual gobierno. Durante la gestión de
Kurt Burneo fue actualizado, perfeccionado y quedó aprobado en noviembre del
2011; pero no se alcanzó a publicarlo debido al relevo ministerial que generó
una revisión adicional. Urquizo asumió el
17 de diciembre del 2011 y el PESEM fue aprobado en marzo. En todos los casos el documento fue consultado y
consensuado con los administrados y los funcionarios públicos a través de
talleres y entrevistas en profundidad.
Sin embargo, no hay ninguna información pública que
indique o mencione el avance del cumplimiento de los objetivos estratégicos
diseñados en dicho documento hasta el día de hoy. Solo existen, en el portal de
transparencia del PRODUCE, informes
evaluativos sobre los POI (Plan Operativo Institucional) del Ministerio, el
último de los cuales expresa:
“concluido el segundo
semestre del año 2013, se solicitó a todas las dependencias del PRODUCE la
información respecto a lo programado en el POI, y en la mayoría de los casos
las respuestas fueron recepcionadas con fecha posterior a lo solicitado,
identificándose en los antecedentes que el último documento fue recepcionado (a
través de mesa de partes de la OGPP) el 19 de setiembre 2013, y en algunos
casos pese a reiteradas comunicaciones solo presentaron la información por correo
electrónico”
Fuente
No hay informes de evaluación del PESEM y tampoco hay
informes del POI del 2014.
Al 19 de octubre del 2014, el portal de transparencia
del FONDEPES no evidencia ningún informe de evaluación de sus POI de los
últimos 3 años. En el caso del ITP cargar la página es lento y no descarga la sección
de Planeamiento y Organización. En el IMARPE no se aprecia el botón para cargar
el portal de transparencia, que es un modelo único para todas las dependencias
del Estado. Tan solo se accede a una sección de transparencia que no es la que
debe. Por tanto resulta difícil saber si las OPDs del sector están publicando
las evaluaciones de sus POI.
El PESEM vigente se encuentra colgado en la web de
Produce en el siguiente link:
El PESEM 2011-2015 que es mejorado con el 2012-2016 se
encuentra colgado en el siguiente link:
El PESEM 2004-2006 se encuentra colgado en el siguiente
link:
La comparación simple entre este último y los dos
anteriores evidencia que los dos últimos son de tal calidad técnica y de
contenidos que merecen una mejor y debida atención por parte del Ministerio.
El dato curioso es que no existe PESEM para el período
2007-2011. En todo caso se sabe que existe pero nunca fue aprobado y por
consiguiente tampoco fue publicado.
La estadística que debiera ofrecer públicamente todo el
sector, en especial el Imarpe sigue siendo pobre y sumamente retrasada. El
anuario estadístico del 2013 sigue sin ser publicado en la web de Produce.
La ausencia de estadística oportuna dificulta el análisis
y el conocimiento que cualquier ciudadano merece acceder en relación a la
pesquería.
18 de octubre de 2014
EL REORDENAMIENTO DE LA ANCHOVETA
El proyecto de decreto supremo que aprueba las normas
para el fortalecimiento del ordenamiento pesquero del recurso anchoveta
publicado casi simultáneamente con el informe del IMARPE sobre la crítica
situación de dicho recurso, es una evidencia de que el sector trabaja bajo
cuerdas separadas.
La norma pretende establecer puntos de desembarco, y
fijar una cuota anual de captura para el CHD. Pero con el pequeño stock de
anchoveta informado por el Instituto del Mar, la intención de ordenamiento no
podía ser más inoportuna. ¿Qué límite máximo de captura se puede fijar con una
biomasa que no permite su extracción sana sin comprometer más al recurso?
Los permisos de pesca para la captura de anchoveta por
las embarcaciones de menor escala vuelven al ámbito de control del Ministerio,
lo que implica que este este organismo será el responsable de su fiscalización
y control. Esto requiere de recursos financieros que permitan implementar
mecanismos y personal de control.
¿De dónde van a salir estos si por efecto de
la probable suspensión de la temporada de pesca el Estado cobrará menos por
derechos de pesca y por impuesto a la renta?
La norma puede ser buena o mala o susceptible de ser
mejorada según diversos puntos de vista; pero publicarla casi en simultáneo con
el informe del IMARPE es poco prudente.
En declaraciones al diario El Comercio el 17 de octubre
la autoridad de pesquería expresó que “en cuanto a la decisión de incrementar
el derecho de pesca al sector industrial, mencionó que eso aún sigue en
evaluación.
Sin embargo, consideró que en la medida que la pesca para consumo
humano directo (CHD) se vaya ordenando también debería contribuir con el pago
de este derecho”. “Cuestionó que la contribución de la pesca industrial es
baja, de solo US$6 por tonelada de anchoveta”. Esto es un error. EL derecho de
pesca es el 0.25% del valor FOB de la tonelada exportada de harina de pescado.
Si fuese su precio US$1,500, el derecho de pesca a pagar sería de US$3.75 y no
de 6 dólares, que además no se cobrarán si no se asigna cuota para la
temporada”.
Por otro lado, la misma nota dice que el Ministerio de
la Producción (Produce) inaugurará en quincena de diciembre un nuevo centro de
seguimiento satelital para fiscalizar la pesca de la anchoveta, el mismo que se
convertirá en el más moderno de la región, adelantó el viceministro de
Pesqueria, Juan Carlos Requejo.
14 de octubre de 2014
Oceanos y mares, nuestros vertederos
La contaminación no
tiene fronteras. Se mueve por la atmósfera libremente y por los océanos gracias
a las corrientes marinas, haciendo posible su desplazamiento y expansión a
miles de kilómetros de su fuente. Desde el Polo Norte al Polo Sur, el mar esta
contaminado con residuos y compuestos tóxicos exponiendo así todos los
ecosistemas marinos a varios grados de polución. A pesar de las evidencias, el
hombre, guiado por su avaricia hacía un desarrollo insostenible, aún niega de
comprender que al contaminar el mar, envenena los ecosistemas marinos y
consecuentemente a él mismo.
Lea el artículo
" OCEANOS Y MARES, NUESTROS VERTEDEROS" en la edición de Octubre de
la Revista Pesca.
4 de octubre de 2014
Pescando contradicciones ¿Política pesquera equivocada?
Cada
vez queda más claro que la actual política pesquera es la equivocada.
Como
informamos ayer en nuestra sección Portafolio, un reciente estudio de
Macroconsult sobre los efectos del decreto que “reordenó” la pesca industrial
de anchoveta hace dos años ha confirmado lo que –desde antes de su aprobación–
diversos expertos argumentaban sucedería: no se ha cumplido ninguno de los
objetivos por los que la norma fue aprobada y, por el contrario, esta ha
agudizado los problemas que buscaba solucionar.
La
regulación actual prohíbe la pesca industrial dentro de las 7 millas en el sur y
las 10 millas en el norte de nuestro litoral, dejando las mismas como
exclusivas y liberadas (es decir, sin límite de cuotas) para las embarcaciones
pequeñas y artesanales siempre que pesquen para el consumo humano directo.
Mientras tanto, los industriales, que, a diferencia de los anteriores, sí
cuentan con cuotas máximas de pesca individuales, un régimen de vedas y un
sistema de control vía satélite, pueden operar solo a partir de la milla 7 o 10
en el sur y norte, respectivamente.
El
argumento utilizado por el presidente Ollanta Humala para la aprobación de esta
norma fue que se debe privilegiar el consumo humano de los recursos marinos y
reconocer el “sacrificio de los pequeños pescadores y la irresponsabilidad de
las grandes empresas que han depredado la anchoveta”. El presidente, sin
embargo, perdió de vista que lo que hace que un pescador deprede el recurso no
es el tamaño de su operación (pues la suma de pequeños pescadores puede
depredar igual que una embarcación industrial) sino que la misma se realice sin
controles. Y esto, justamente, es lo que sucede con la pesca menor a la que se
le entregaron las primeras millas.
A
dos años de la aplicación de esta regulación, la evidencia sobre sus pésimos
resultados es clara. El informe de Macroconsult ha mostrado que con el decreto
ha aumentado la pesca ilegal y ha caído dramáticamente la pesca para el consumo
humano directo (pues a los informales les sale más a cuenta vender el pescado
para otros fines, lo que difícilmente se controla). El informe detalla, por
ejemplo, que la brecha entre la exportación de harina proveniente de la pesca
legal y de la pesca ilegal antes de la aplicación del decreto era de 73 mil
toneladas anuales, mientras que ahora la brecha ha saltado a 163 mil toneladas
en favor de los ilegales. Asimismo, el informe señala que la producción de
anchoveta para el consumo humano antes del decreto había llegado a un pico
histórico de 125 mil toneladas y ahora, sumado a que el Estado ha dejado de
ofrecer este recurso en sus programas alimentarios, se estima que este año a
duras penas se cerrará con 30 mil toneladas.
Por
otro lado, a raíz de que se restringió la actividad de las grandes empresas, al
término de la primera temporada de pesca la participación en el PBI de este
sector se encuentra en descenso, el nivel de desembarques también ha caído y
las exportaciones están yendo por el mismo camino. Para la Sociedad Nacional de
Pesquería, se estima que al cierre del 2014 los desembarques totales serán de
3,5 millones de toneladas, equivalentes a la mitad del promedio de desembarques
entre el 2000 y el 2011. Asimismo, las exportaciones de harina y aceite de
pescado se encuentran en riesgo y se estima que serán similares al bajo nivel
del 2013, aproximadamente de US$1.800 millones, lejos de los US$2.300 millones
del 2012.
Como
cereza de la torta, principalmente debido a las restricciones que se le impuso,
la industria solo ha podido pescar el 68% del total de la cuota asignada por el
propio gobierno, dejando de pescar 807.070 toneladas, lo cual representa
aproximadamente US$385 millones en pérdida de exportaciones y US$21,2 millones
en pérdida de ingresos de los trabajadores. Un lujo que en el contexto de
desaceleración en el que nos encontramos no nos podemos dar.
Es
urgente un cambio en la política pesquera. No debe hacerse distinciones entre
grandes y pequeños y tiene que establecerse un sistema de cuotas individuales
generalizado con controles aplicables a todo el mundo. La designación del
flamante viceministro de Pesquería abre una nueva puerta para un cambio de
rumbo. Ojalá él decida dar el giro que es necesario para enderezar este asunto
y que el gobierno deje de pescar tan solo contradicciones.
Fuente
NOTA DE PESCA
Un cambio en
la política pesquera supone que existe algo llamado política pesquera, lo cual
no es cierto. Lo que existen son normas dispersas, aisladas y no integradas en
un contexto que configure una política integral de largo plazo con objetivos e
indicadores claros. Como muestra hay que referirse a la existencia de un Plan
Estratégico Sectorial Multianual aprobado, con plena vigencia; pero el cual
nadie respeta ni cumple, o quizá ni conoce siquiera.
Por tanto lo
que se necesita es el diseño de una Política de Estado nacida de un consenso
entre el Estado, los administrados y la ciudadanía. Las evidencias y la
historia demuestran que la imposición de normas, por más sustento legal y
constitucional que exista, no garantizan su fiel cumplimiento, sobre todo con
un Estado débil y carente de adecuados mecanismos de fiscalización y sanción.
28 de septiembre de 2014
Las declaraciones del Ministro y las cifras del sector público pesquero
En la edición de
Octubre 2014 de la Revista Pesca:
La estadística de
desembarques que muestra el cuadro anterior permite demandar una respuesta a la
pregunta ¿cuál es la estrategia para incrementar el consumo de pescado per
cápita?
Las cifras indican
que los desembarques de productos pesqueros para consumo humano directo no
muestran un incremento significativo desde el 2006.
El incremento del
consumo implica, además, no solamente mayor extracción sino también mayor
demanda.
El incremento de la
extracción requiere de información científica que no se conoce, porque no se
puede capturar más allá de límites científicamente definidos. La cantidad de
pescadores existente, es decir la capacidad de esfuerzo pesquero real, ¿debe
mantenerse, reducirse o incrementarse?
Por tanto, las
declaraciones recientes de las autoridades peruanas pueden no ser
necesariamente correctas.
Lea la sección
" EL SECTOR PESCA EN CIFRAS" en la edición de Octubre de la Revista
Pesca.
19 de septiembre de 2014
PROTEGIENDO LA ALTA MAR HOY ASEGURAMOS EL ALIMENTO DE MAÑANA.
Estamos aquí para recordárselo a la ONU,
hace falta un acuerdo internacional.
Un océano en buen estado de salud es
fundamental para toda la vida en la Tierra: nos proporciona alimento, agua potable,
energía, medicamentos, la mitad del oxígeno que respiramos e incluso el lugar
perfecto para muchas de nuestras vacaciones.
Pero durante demasiado tiempo hemos sacado
de él demasiado pescado, lo hemos contaminado indiscriminadamente y hemos
dañado hábitats y ecosistemas vulnerables del lecho marino. Estamos llevando
nuestro sistema oceánico al borde del colapso y con ello ponemos en peligro
nuestra propia salud y prosperidad.
El valor de los recursos marinos y costeros
asciende a 3 billones de USD anuales, alrededor del 5% del PIB mundial; en todo
el mundo, unos 350 millones de empleos están vinculados al océano, y el 97% de
los pescadores vive en países en desarrollo.
Sin embargo, sin la correcta ejecución de
una normativa sólida que proteja la vida en el océano, una minoría seguirá
abusando de la libertad de la alta mar, saqueando las riquezas que se
encuentran bajo las olas, llevándose más de lo que justamente le corresponde y
beneficiándose a expensas del resto de nosotros, especialmente de los más
pobres.
La buena noticia es que tenemos una
oportunidad fantástica para cambiar las cosas. En septiembre de este año, la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) empezará a debatir el futuro de la
alta mar y el modo en el que ésta debería gobernarse. Esto no volverá a suceder
en bastante tiempo, por lo que tenemos que aprovechar al máximo la oportunidad
que ahora se nos presenta.
La alta mar, que se compone de aguas
internacionales y cubre el 45% de la Tierra, nos pertenece a todos; sin
embargo, en la actualidad parece un Estado fallido fuera de la jurisdicción de
cualquier Gobierno. Nadie está asumiendo la responsabilidad general, lo cual
tiene como alarmante consecuencia que la salud de todo el océano está sufriendo
un grave declive.
Ha llegado el momento de ampliar el Derecho
del mar para que cubra la parte azul oscuro de nuestro planeta. Necesitamos un
nuevo acuerdo internacional (bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el
Derecho del Mar, CONVEMAR) para garantizar la salud y la conservación del
océano, así como el uso sostenible y equitativo de sus recursos.
Esto nos permitirá asegurarnos de que
tendremos suficiente comida para todos, un acceso equitativo a nuevos
medicamentos fabricados a partir de organismos de las aguas profundas para
luchar contra el cáncer y otras enfermedades graves, resiliencia ante los
peores impactos del cambio climático y la protección de los valiosos hábitats
marinos frente a la actividad de las industrias destructivas.
El Secretario General de las Naciones Unidas,
Ban Ki-moon, está comprometido con la salud y la protección del océano pero
necesita nuestro apoyo para contar con el debido mandato en septiembre para
hacer un llamamiento a los líderes mundiales para que elaboren este nuevo
acuerdo.
Únete a nuestra misión para conseguir un
océano sano y lleno de vida, y pida a Ban Ki-moon que haga un llamamiento a la
protección de la alta mar y el restablecimiento de la salud del océano.
Vea el video en el siguiente link:
Fuente:
QUEDAN
DIEZ DÍAS PARA ALZARSE POR LA SALUD DEL OCÉANO
por Cristina Narbona, Commissioner, Global
Ocean Commission
Organizador de peticiones
Estimad@ amig@:
Gracias por firmar mi petición por la salud
del océano. ¡Eres es una de las más de 218.000 personas que están pidiendo con
fuerza la protección de la alta mar!
En menos de dos semanas, el 24 de
septiembre, nuestra petición llegará a su punto álgido cuando los líderes
mundiales se reúnan en Nueva York.
Tenemos que recordarles que queremos un
océano mundial en buen estado de salud y adecuadamente protegido.
¿Puedes ayudarme a reunir 250.000 firmas?
Sólo nos quedan unos pocos días hasta que
nuestros Comisarios y Copresidentes de la Comisión Océano Mundial entreguen
nuestra petición global al Sr. Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones
Unidas.
¡Ayúdame a darle a la petición un empujón
final! Se han publicado nuevas versiones de la petición en La India y Japón, e
incluso se han unido a nuestra causa varias personalidades que han lanzado sus
propias peticiones en sus países de origen: Paulo Guilherme en Brasil, Hannes
Jaenicke en Alemania y Yann Arthus-Bertrand en Francia.
¡Todas y cada una de las voces cuentan! Por
favor, comparte esta petición con tus familiares y amigos por email, en Twitter
y en Facebook. Restablecer la salud del océano es posible, y proteger la alta
mar es fundamental para nuestra propia supervivencia.
Posibles tuits:
¡Ayuda a @GOceanC @CristinaNarbona a reunir
250.000 voces por la salud y la protección d #altamar y #océano! ¡Firma!
http://goo.gl/MxIIoT
INICIATIVA: Petición para la #altamar de
@GOceanC @CristinaNarbona. ¡Por favor, firma y RT! http://goo.gl/MxIIoT
Puedes hacer algo por el #océano AHORA: ¡PF
firma la petición para la #altamar d @GOceanC @CristinaNarbona!
http://goo.gl/MxIIoT
Para:
Ban Ki-moon, Secretary-General, United Nations
Estimado Secretario General:
Sé que Usted está personalmente comprometido
con la salud y la protección del océano.
No necesito recordarle que el océano
suministra la mitad del oxígeno que respiramos, o que miles de millones de
nosotros dependemos de él para tener alimento, agua potable, energía,
transporte y medicamentos, o incluso que cubre el 70% de la superficie de la
Tierra y contribuye de forma decisiva a la existencia de vida en el planeta.
Y como valiosos recursos, como por ejemplo
medicamentos, provendrán cada vez más del océano en el futuro, estoy seguro de
que estará de acuerdo conmigo en que tenemos que garantizar que los recursos
marinos se protegen y gestionan de forma responsable y justa, y que todos nos
beneficiamos de este bien, común, incluyendo las generaciones futuras.
Tres mil millones de personas dependen del
océano para su subsistencia. El valor de los recursos marinos y costeros
asciende a 3 billones de USD anuales, alrededor del 5% del PIB mundial; unos
350 millones de empleos en todo el mundo están vinculados al océano, y el 97%
de los pescadores vive en países en desarrollo.
Los científicos nos dicen que estamos
empujando nuestro sistema oceánico al borde del colapso y, sin una gobernanza
adecuada, estamos poniendo en peligro la seguridad alimentaria, la prosperidad
global y la propia salud y el sustento de la humanidad.
Me consta que la Asamblea General de las
Naciones Unidas debe tomar una decisión sobre si negocia o no un nuevo acuerdo
sobre la protección de la alta mar durante el próximo período de sesiones, que
empezará el 24 de septiembre de 2014.
Apoyo a los muchos Estados que ya han hecho
un llamamiento a la adopción de un acuerdo de implementación bajo la Convención
de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar que promueva el
restablecimiento de la productividad del océano, lo proteja ante la explotación
irresponsable, dé prioridad a la salud del océano, refuerce el reparto
equitativo de los beneficios que genera y permita la creación de áreas marinas
protegidas en alta mar para regenerar las poblaciones de peces.
En su discurso de apertura ante los líderes
mundiales en la Asamblea General en septiembre, le ruego que añada mi voz a la
de los millones de personas que quieren darle un mandato tanto a Usted como a
los miembros de las Naciones Unidas para iniciar la negociación de un acuerdo
que rija el uso sostenible y la conservación de la alta mar.
Ha llegado la hora de cuidar nuestro océano
como se merece. Le ruego que reclame la adopción de un nuevo acuerdo en favor
de la protección de la alta mar y la salud del océano.
Atentamente,
[Su nombre]
15 de septiembre de 2014
Una etica para la sostenibilidad
Hablar
de ética siempre es complicado, ya sea aplicada a la sostenibilidad y la
arquitectura o a cualquier otro ámbito de la vida. Es un término que, por un
lado, da la impresión que siempre se intenta esquivar y, por otro, parece que
cuando se usa puede entrar en conflicto con su “prima” la moral y sus posibles
connotaciones religiosas. Por ello, quizás sea interesante remitirnos a la
propia etimología de la palabra y desde ahí ver hasta dónde podemos llegar.
A
su vez, hablar de sostenibilidad, con cierta conciencia de lo que se habla, es
cada día más difícil. El término ha sido tan usado bajo directrices puramente
mediáticas que, prácticamente, se ha vaciado de contenido. Por otro lado,
quienes todavía queremos seguir dotándole de contenido, en realidad, no
terminamos de ponernos de acuerdo en qué es (y qué no es) la sostenibilidad.
Si, a todo ello, sumamos el concepto de la sostenibilidad aplicada al terreno
de la arquitectura y la ciudad, el planteamiento se complejiza todavía más. Aún
así, y a sabiendas de la dificultad que
entraña la puesta encima del tablero de todas estás ideas, si os parece, vamos
a por ello.
La
palabra ética proviene del griego êthos y comúnmente se ha dado por válido que
su significado viene a ser “carácter” o “costumbre”. Curiosamente, si buscamos
la procedencia de la palabra moral, vemos que nace de la voz latina “moris” y
significa “costumbre”. Por lo tanto, desde ahí, el significado de ética y moral
vendría a ser el mismo. Sin embargo, si rastreamos un poco más el significado
de la palabra ética, podemos observar que anterior a “carácter o costumbre”, parece ser que la
palabra êthos se entendía por nuestra actual “estancia”; por ello, la ética
nace en relación directa a la idea de lugar habitado. Y, dicho esto, no podemos
dejar de recordar cómo Martin Heidegger nos hablaba del habitar como meta del
construir; siendo la aspiración de este construir, en sí mismo, el habitar.
A
su vez, el filósofo alemán incidía en la idea de que “los mortales habitan en
la medida en que salvan la tierra.” Entendiéndose, evidentemente, que “salvar
la tierra no es adueñarse de ella; no es hacerla nuestra súbdita, de donde sólo
un paso lleva a la explotación sin límites.” (1)
Por
ello, lo que une a la ética y la moral, originalmente, es la idea de estancia,
entendida, desde Heidegger, como morada (aufenhalt). Así, la ética es el acto
de reflexión sobre el lugar que habitamos o moramos. Si a esta idea, unimos la acepción de “salvar
la tierra”, de cuidar el lugar donde hemos de construir nuestra morada,
llegamos a uno de los conceptos claves de la sostenibilidad: poder garantizar
con el desarrollo sostenible nuestras necesidades actuales sin comprometer las
de las futuras generaciones. (2)
Con
todo ello, los mortales, como tales, seguimos unos preceptos morales que se
diferencian de la ética en que son particulares de cada uno y pertenecen a nuestra vida cotidiana. De
esta forma, es la ética quien estudia qué es lo moral; las “costumbres” y comportamientos morales de nosotros
“mortales” y “habitantes” de la tierra. De alguna forma, se pudiera decir que
la moral está ligada a la subjetividad y la ética a la objetividad. Por ejemplo,
los derechos humanos son acuerdos éticos, a los que, tras muchos siglos de
penurias, llegó el ser humano (por increíble que parezca, la abolición legal de
la esclavitud en España no llegó hasta
1837); siendo este logro una de las mayores conquistas de la humanidad. Sin embargo, el dicho de “no hagas a los
demás lo que no quieras para ti” entra en relación directa con la moral de cada
uno.
Por
lo tanto, desde tiempos remotos, han existido una serie de preceptos o códigos
de conducta con los que los seres humanos se relacionaban entre ellos y con el
planeta; incluso, yendo al extremo, un buen pirata, debía ser valeroso y
equitativo en el reparto del botín. Desde
aquí, es fácil llegar a la idea de bien y de mal tan necesaria para que
nuestros comportamientos sean justos (Aristóteles ya hablaba de la justicia
como única forma de llegar a la felicidad) y acordes al sentido común. Es
decir, la ética sólo puede entenderse
como una reflexión sobre la moral, en la que se pregunta el por qué de nuestros
actos.
En
paralelo a esta primera reflexión, si rebobinamos en el tiempo, podemos llegar
hasta un primer acto revolucionario en el que los hombres cambiaron sus
comportamientos de manera radical. Estamos hablando del momento en que hace 10.000 años – segunda etapa
de la edad de piedra: el neolítico-,
unos pequeños grupos nómadas, de los no más de ocho millones de
habitantes que por aquel entonces habitaban la tierra, se plantearon hacerse sedentarios. En ese
preciso instante (algunos autores hablan de revolución neolítica), estas tribus
tomaron conciencia de la idea de futuro; ya no se trataba de vivir sólo
pensando en la caza que se podría conseguir en un mismo día, sino que se
comenzó a pensar en cómo se podían alimentar (principalmente, a base de
cereales) durante los próximos meses. Con todo ello, surgieron los primeros
cuidados de la tierra y, para garantizar la buena siembra y posterior
recolecta, estudios sobre astronomía básica.
A su vez, todo ello, les llevó a asentarse en lugares elevados y de difícil acceso (como
estrategias de defensa), pero que, igualmente, les permitieran tener buenas
cosechas y domesticar animales.
De
esta forma, vemos que ese cuidado de la tierra, como estancia habitada, al que
se refiere la más antigua etimología de la palabra ética, contextualizada en
momento de toma de conciencia por el futuro, se convierten en la semilla del
tema que hoy tenemos entre manos.
Si,
por un momento, nos olvidamos de la ética, nada impediría al ser humano pensar
en agotar todos lo recursos, contaminar sin control y dejar tantos residuos
como fueran necesarios para garantizar nuestras aspiraciones de bienestar. Si a esto sumamos que, desde que se produjo
la revolución industrial nos hemos convertido en grandes devoradores de estos
recursos y el nivel de vida al que aspiramos hace que seamos un auténtico
peligro para el planeta, seguramente se produciría una huella ecológica de tal
magnitud que nuestros nietos no recibirán un legado. Por lo tanto, el big bang
del concepto de la sostenibilidad no es
otro que la ética y es ésta quien debe regir los planteamientos de cualquier
intervención sostenible.
(1)
MARTIN HEIDEGGER, Construir, habitar, pensar
(2)
INFORME BRUNDTLAND. Informe socio-económico elaborado por distintas naciones en
1987 para la ONU, por una comisión encabezada por la doctora Gro Harlem
Brundtland.
Autores del texto: Agnieszka Stepien y
Lorenzo Barnó (Stepienybarno).
Fuente:
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