El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
14 de julio de 2017
¿ES LA DEMOCRACIA LA MEJOR FORMA DE GOBIERNO?
¿Es la democracia la mejor forma de gobierno, en
tanto que desde su invención hasta la fecha no resuelve los problemas de la
especie humana?
¿O es que el problema no está en la forma de gobierno,
sino en la naturaleza de los humanos?
Los griegos fueron los inventores de la democracia
y de casi todas las instituciones que hasta hoy funcionan en el mundo
occidental. Grecia y Roma, en especial, son los elementos básicos de nuestra
cultura.
Respecto al poder y a la forma de conducir el
Estado, los griegos tuvieron todas las formas de gobierno. La monarquía (el
gobierno de un solo hombre), la tiranía (un gobierno de facto instalado por la
fuerza), la dictadura ( régimen legal encargado por lo regular a un militar
para el resguardo de la polis mientras dure la amenaza), la gerontocracia ( el
gobierno de los ancianos), la plutocracia (el gobierno de los ricos), la
oligarquía (el gobierno de unos pocos) y la democracia (el gobierno del
pueblo).
Sin embargo, también experimentaron la degradación
de la democracia, en un régimen político que se denominó la “oclocracia” (el
gobierno de la muchedumbre), lo que traducido a lenguaje contemporáneo, sería
algo así como el gobierno de la gente de la calle, o sea, un régimen en el cual
se constata el debilitamiento del liderazgo político, teniendo estos que
recoger las sugerencias del populacho para mantenerse en el poder.
“Etimológicamente, la
democracia es el gobierno del pueblo, y la oclocracia es el gobierno de los
insipientes, o como mejor se le quiera llamar ahora al conjunto de esas muchas
personas que en los asuntos públicos o políticos andan confusos o desordenados de
cabeza, escasos de razón, flojos en la forma de discurrir o débiles en la
capacidad de juicio.
Siendo obvio que ni
el pueblo ni los insipientes han gobernado nunca, ni podrán gobernar jamás,
porque, como diría Rousseau, va contra la naturaleza de las cosas que sean los
más los que gobiernen y los menos los gobernados, lo que con la expresión
``gobierno del pueblo'' se quiere significar es que el gobierno está apoyado,
respaldado y legitimado por el pueblo, de la misma manera que con la expresión
``gobierno de los insipientes'' lo que significa es que es entre éstos, de
manera expresa, entre quienes el gobierno, o los que aspiran a gobernar, buscan
el apoyo, el respaldo o la legitimación”.
“El término
insipiente: se dice de una persona o individuo el falto o carente de
erudición, sabiduría, formación, educación y también la especialidad, rama o
ciencia. Carente de razonamiento o juicio, puede aludir a un insensato o
imprudente. Se puede emplear como sustantivo. Etimología: Este vocablo
etimológicamente viene del latín “insipiens”; formado del prefijo “in”
privación o negación y del latín “săpĭens” que significa sabio, conocedor e
inteligente”
A lo largo de la historia de la humanidad y en
casi todos los países, pasando por diversas formas de institucionalidad en la
conducción de la política, la economía y la administración nacionales, el principal
denominador común que se observa es la corrupción. Otro es la violencia, tanto
desde el Estado como desde la sociedad misma.
Las grandes reformas, los cambios de sistemas de gobierno
y económicos, han nacido de rebeliones violentas, a veces sangrientas y
generalmente originadas por la corrupción, la ambición y la miseria moral de un
puñado de hombres que detentaban el poder de turno o aspiraban a alcanzarlo. Siempre
ha habido grupos de hombres que han manipulado a las mayorías para utilizarlas;
pero también es cierto que las masas se han dejado manipular siempre.
No hay corrupto sin corruptor y no hay gobernante
sin gobernados. Lo curioso es que tal vez exista en la mayoría de humanos, algo
así como una antiquísima tendencia natural a la sumisión y una necesidad
genética de tener líderes. Alguien que piense en lugar de nosotros, nos diga
qué hacer, nos proporcione alimento y seguridad, nos defienda la vida y el
cuerpo, la mujer y el hijo, los enfermos y los débiles contra animales salvajes
y salteadores, es decir contra los enemigos, bien sea reales o inventados.
Pero también hay una minoría de humanos, que por
alguna razón desarrollan capacidades de liderazgo, que convierten en un lindo
negocio este instinto primitivo, que no carece de derechos y pretenden ser los jefes
y conductores de esas mayorías carentes de voluntad o capacidad para
autogobernarse.
Estas dos clases de humanos vienen existiendo
desde los orígenes de la civilización alternando entre los “líderes”, tan solo
las formas de dominación; pero en esencia nada ha cambiado. Para los hambrientos
y los pobres del mundo no existe mucha diferencia entre un rey y un presidente,
en términos reales. ¿La libertad es la diferencia entre un sistema de gobierno
y otro? ¿Cómo puede ser diferente un humano hambriento y pobre con libertad,
que otro sin libertad? La libertad no se come.
Si el problema no se encuentra en la propia
naturaleza humana, en su composición genética, estamos entonces frente a una
situación que muestra que aún no se ha descubierto o instaurado la forma
correcta de gobierno para las sociedades de humanos.
¿O es que somos una
especie ingobernable y sin remedio?
Las soluciones que son necesarias para modificar
el estatus, no deben pasar solamente por tratar de remediar desastres ya
causados, sino por evitar que estos sucedan. No pasan por nuevas elecciones
para tener nuevos gobernantes que repiten las mismas recetas y los mismos
vicios y defectos.
El tema de fondo en un sistema democrático es que
la libertad, que es intrínseca al mismo, crea a una clase política que resulta,
generalmente, incapaz o indigna para dirigirlo. Convierte a la política, a la
economía y al sistema de gobierno, en un botín el cual se adquiere mediante una
guerra por alcanzarlo, que podemos llamar campaña electoral, en la que todo
vale para asegurarse ventajas que resuelvan sus propios problemas y satisfagan
sus propios intereses.
En esta ecuación poco o nada tienen que ver las
poblaciones y las mayorías para quienes supuestamente gobiernan y por quienes
teóricamente pelearon. Los ciudadanos son el carburante, el combustible, los
animales de tiro. No constituyen un fin en sí mismo sino que son el medio para que
los menos obtengan el poder, que generosa y absurdamente lo entregan a quienes
se convertirán en sus amos y explotadores.
Se ha explotado y utilizado a las mayorías mintiéndoles
con planes de gobierno que generalmente se incumplen, a cambio de sus votos que
los convierten en gobernantes legítimos. El idealismo de esos electores siempre
ha sido objeto de burla. Se nos hacen promesas,
en primer lugar para convencernos, después para vivir sometidos, luego
simplemente para vivir. Con las lágrimas
y la desesperación de las mayorías de ciudadanos, han abonado su sed de
triunfo, sus apetencias de poder y su ambición, un puñado de hombres.
El sistema se protege a sí mismo. Un gobernante
incapaz o corrupto; pero democráticamente elegido, no puede ser removido sino
hasta las próximas elecciones, a menos que se quebrante el sistema. Y es que
las autoridades juran servir fielmente al país ante Dios y la Patria, y si no
lo hiciesen así, Dios y la Patria deben
demandárselo. Pero el problema es que ni Dios ni la Patria formulan demanda
alguna ante ninguna Corte.
La democracia degenera, tiende a la oclocracia.
Ocurre, sin embargo, que el hombre no es
susceptible de ser gravado y manejado a capricho, no puede soportarlo todo indefinidamente:
las matanzas, las guerras, los políticos, los burócratas, el deterioro de la
calidad de vida, la corrupción, el liberalismo, el saqueo de sus recursos.
Es entonces cuando una civilización alcanza ese
punto, cuando el hombre escapa a los
políticos, a los gobernantes, a los burócratas, para retornar a la anarquía
original con la esperanza de recomenzar la búsqueda de la sociedad perfecta.
El problema es que si la raíz de todos estos males
está en su propia naturaleza, no hay salida. Es así como, sin o con violencia,
finaliza su existencia una civilización, porque las jerarquías de gobernantes,
de políticos y burócratas abusan demasiado del hombre.
En todo caso nuestra civilización alcanza su punto
crítico. Nuestros mejores pensadores deben inventar una nueva forma de
gobierno, mientras aún sea posible.
Marcos Kisner Bueno
12 de julio de 2017
¿Hacia donde va la pesquería en el Perú?
La pesquería está conceptuada como factor
de crecimiento del PBI vía exportación, negándonos a aceptar que primero debe
ser fuente de alimentación nacional. Se requiere privilegiar la alimentación de
la población nacional por encima de todo. Se necesita colocar el interés
nacional por encima de los intereses de parte. Lo que no significa que exportar
sea malo o indebido, sino que el mercado nacional merece igualdad de
condiciones, ya que a la fecha está en desventaja con el mercado externo que,
en el caso de los productos de consumo humano directo, recibe subsidios e
incentivos mientras que el peruano no tiene ningún estímulo.
Existe preocupación por los problemas
asociados a la sostenibilidad, al incremento de las capturas en relación a las
capacidades de renovación y sostenimiento de los recursos, al impacto sobre el
ecosistema, a la alimentación nacional y a los costos medioambientales
vinculados con una explotación que puede volverse más intensiva.
Ello requiere de una adecuada
preservación de los recursos pesqueros, del ecosistema y del ambiente, de tal forma que se
garanticen alimentos para toda la población del país en forma prioritaria. De
allí la necesidad de establecer, por parte del Estado la regulación y, más aun, su participación
concreta como actor económico en un área en la que se trabaja con activos cuya propiedad
es de todos los ciudadanos del país.
El índice de desnutrición de nuestro
país nos obliga a utilizar los recursos hidrobiológicos para que nos proporcionen
alimentos. Estos recursos, además de representar un insumo importante para la
alimentación, que reduzca la desnutrición y la anemia infantil, constituyen una
reserva estratégica que en el mediano plazo pueden colocar al Perú en una
posición ventajosa en términos de abastecedor mundial de alimentos.
Se ha aceptado como definición de
desarrollo sostenible aquel progreso que satisface las necesidades del presente
sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus
propias necesidades. Por tanto, tiene que haber límites al crecimiento debido al
agotamiento de recursos hidrobiológicos, lo que se evidencia en especial en los
capturados por la pesca artesanal, que cada vez tiene mayores dificultades en
encontrar cardúmenes que antes se hallaban más fácilmente a su alcance y que
cada vez se aprecian en menores tallas y volúmenes.
En la actividad extractiva, medio en el
cual nadie puede controlar efectivamente el cumplimiento de las normas, la
mejor garantía se su cumplimiento es que los actores del sector asuman
conciencia de que detrás de la regulación hay una necesidad. En consecuencia, la
educación y el cambio o introducción de un modelo educativo para el sector se
torna cada vez más un imperativo y una urgencia.
La educación para el sector pesquero
debe ir más allá del mero entrenamiento técnico para los pescadores y
tripulaciones. Debe ampliar su radio de acción a todos los trabajadores de la
industria pesquera en tierra, a todas las comunidades de pescadores marítimos y
continentales y difundir información a las poblaciones costeras y aledañas a
ríos y lagos. Debe trascender lo tradicional y educar en temas de protección al
ambiente y a las poblaciones ícticas, debe incursionar en temas que tengan por
objeto crear conciencia sobre la necesidad y responsabilidad compartida de
proteger los ecosistemas y el futuro de los peces como elemento clave para
garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria, base de un educación
imprescindible para alcanzar un alto nivel de desarrollo. Debe estimular la
creación de micro empresas formales que abastezcan al mercado nacional.
Si aspiramos a la
soberanía y seguridad alimentarias se necesita una pesquería que produzca, en
primer lugar, alimentos variados, sanos y accesibles para la población peruana
y, en segundo lugar, para las oportunidades del mercado exterior.
La defensa del bien común impone el
diseño de políticas públicas que protejan los recursos pesqueros para las
generaciones futuras y que le den a la sociedad una adecuada participación. El
marco normativo debe imponer reglas y normas regulatorias que hagan posible el
usufructo racional de los recursos, no sólo en términos de su agotamiento y
contaminación, sino de una participación justa de la renta que generan los recursos
en toda la cadena de producción para beneficio del país en investigación,
control y proyectos sociales alimentarios.
La protección de nuestros recursos
solo pueden materializarse a partir de la existencia de un poder político que
establezca planes de largo plazo y optimice el funcionamiento del aparato
estatal.
Las
decisiones políticas, en un sistema democrático, se sustentan en el derecho que
concede el pueblo con su voto, a las autoridades elegidas para administrar el
país. El poder político real de todo Estado, es la resultante de la aplicación
de políticas de Estado que son ejecutadas por la administración de turno.
Existen
iniciativas privadas para el desarrollo pesquero, pero que no dejan de ser
aisladas y con objetivos empresariales, como corresponde. Es la naturaleza
legítima de la empresa privada.
Lo que no
se ve es un diseño del Estado para la actividad pesquera que marque los
objetivos estratégicos para el futuro de la pesquería en el Perú, visualizando
no solamente la sostenibilidad de los recursos, sino el bienestar de las
mayorías nacionales. No existe, en forma visible por lo menos, una definición
de la visión de la pesquería en el largo plazo. Más allá de lo que manda la Ley
General de Pesca, ya obsoleta por cierto, no hay nada de planeamiento a futuro.
Si analizamos el Plan Estratégico Sectorial Multianual vigente, podremos
comprender mejor como a la pesca y acuicultura no se les da el tratamiento que
corresponde.
Más allá de las acciones de gestión propiamente dicha,
de los fundamentos en los cuales debiera basarse y de la situación económica
que impone acciones puntuales marcadas por la coyuntura del momento, ¿Hacia
donde se dirige la pesquería peruana? ¿Cuál es la agenda del gobierno? ¿Cada administración
impondrá su propia agenda a falta de una Política de Estado? ¿Es eso lo mejor
para el Perú? ¿Qué es lo que queremos para nuestra pesca en el futuro? No
existen objetivos estratégicos a alcanzar, ni políticas para lograrlo, como
tampoco indicadores para evaluarlos en el corto, mediano y largo plazo.
Elaborado por:
Marcos Kisner
Bueno
Presidente de
la Revista Pesca
Los fundamentos de la gestión pesquera, la gestión propiamente dicha y viendo más allá de la gestión se pueden leer en el siguiente documento:
27 de junio de 2017
Editorial revista Pesca julio 2017
La pesquería peruana carece de una Política de Estado
de largo plazo. De existir, se evitaría que se generen situaciones, como por
ejemplo, la que crea el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP), el
cual no existía en el Plan de Gobierno,
sino que fue promovido por un Ministro a mitad del mandato.
Los dos ministros de la Producción del gobierno
actual, que sucedió al de la diversificación productiva, han declarado públicamente
que no le conceden el mismo nivel de importancia que le brindó su creador. Por
las razones que fuese, el hecho es que se perdió tiempo y dinero. Más allá de si los planes son buenos o malos,
convenientes o no, el punto es que son acciones aisladas. Se infiere que no se
puede saber qué novedades se podría introducir en el corto o mediano plazo,
porque no existe una gran agenda nacional de largo plazo.
El Plan de Gobierno del actual régimen no hace mención
expresa a la pesquería. Solo existe como “política de gobierno” oficial, el Plan
Estratégico Sectorial Multianual que formuló el gobierno anterior y que se hizo
en un nuevo formato para alinearlo al Plan Nacional de Diversificación
Productiva. Técnicamente hablando, el
actual Gobierno no tiene agenda ni política oficial para el sector pesquero ni
ha reformulado el PESEM que heredó.
Lo negativamente novedoso de este PESEM, en relación a
la pesca, es que solo se concentra en aumentar la productividad de la cosecha
acuícola y en el aumento del PBI de pesca y acuicultura. No hay ninguna otra
mención a la problemática y necesidades de la pesca, sobre todo en relación a
aspectos de inclusión, de seguridad alimentaria y de muchos otros temas que
deberían constituir objetivos estratégicos. Para sus autores, la actividad
pesquera y acuícola solo es importante desde la perspectiva de su aporte al
producto Bruto Interno ignorando toda su compleja problemática. Este documento
es de un formato totalmente diferente al anterior y evidencia la ausencia de
criterios de largo plazo y que pretendió tan solo alinear formalmente la
actividad del Ministerio de la producción al PNDP, que fue el principal objetivo
del gobierno anterior.
El asunto es que al haber perdido protagonismo la
diversificación productiva, al tenor de las declaraciones de los dos ministros
de la Producción de este gobierno, el PESEM debe ser reevaluado porque el PESEM
es, o debería ser, la brújula que marca el rumbo del sector por cinco años. De
allí derivan los Planes Estratégicos y Operativos del sector y sus presupuestos.
La nueva administración debiera evaluar el Plan
Estratégico Sectorial Multianual del sector Producción para determinar si lo
continuará o no y de ser el caso formular uno nuevo.
El problema con el PESEM actual es, que salvo por dos
menciones que no abarcan mayores objetivos de inclusión y seguridad
alimentaria, la pesca ha sido prácticamente relegada de la planificación
estratégica.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones
que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción
de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad
alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a JULIO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y
redes sociales.
En formato revista en el siguiente link:
3 de junio de 2017
REVISTA PESCA JUNIO 2017
El terminal pesquero del distrito de Villa María del
Triunfo fue clausurado el 28 de abril pasado por la Municipalidad del distrito
debido a varias infracciones. Lo curioso es que al día siguiente fue reabierto,
supuestamente por haber subsanado todas las deficiencias, lo cual es, sino
sorprendente, por lo menos inesperado.
El hecho actualiza la idea de que las especies
hidrobiológicas, que una parte importante de la población ha estado consumiendo
en sus casas o restaurantes, no han sido sanitariamente aceptables. También
refleja la escasa atención que se le presta en el país al mercado interno. Si
bien es cierto se les había notificado a los comerciantes de estas deficiencias,
no se actuó con celeridad e interés por ambas partes. Además esta situación
debe tener mucho más tiempo de existencia, y probablemente ocurra lo mismo en
otros terminales pesqueros del Perú, así como en los mercados. Las normas no
expresan con precisión y exactitud cuál es la autoridad competente para
supervisar el circuito extracción – consumidor final en cuanto a peces,
crustáceos y moluscos.
Donde hay muchos supervisores, al final no hay ninguno.
Lo censurable es que la atención principal del sector
está en las exportaciones y no en el mercado interno. No solamente en cuanto a
la provisión adecuada de especies que el país requiere, sino también de las
condiciones sanitarias, no solo de los terminales sino de la propia flota y los
puntos de desembarque.
Los estímulos que se da a la exportación no pueden ser
privilegios que menosprecien al mercado interno (o sea al ciudadano peruano),
el cual debe estar en igualdad de condiciones de competir. Hoy el mercado
peruano no es tan atractivo ni estimulante para la empresa privada porque existen
incentivos solamente para el mercado externo. Lo que hay que entender es que los recursos pesqueros pertenecen a
todos los peruanos y no solamente a los directamente involucrados en la pesca,
pescadores, procesadores y comercializadores. La autoridad tiene que
legislar y normar en beneficio del conjunto de la sociedad y no de grupos que
por razones diversas operan directamente con la pesca. La circunstancia de
estar en el negocio pesquero no genera
mayores derechos sobre los peces de lo que establece la Constitución. Es lo
debido y forma parte del mandato constitucional. El sector se defiende a través
de diversos mecanismos; pero la autoridad tiene el deber de defender a todos
los ciudadanos.
Es bueno que el Estado estimule las exportaciones;
pero también sería bueno que estimule al
mercado interno, entendiéndose como tal no solo a las principales
ciudades y a los sectores A y B de la población, sino a todo el país. Tiene que
aplicar un criterio de equidad para que de esta forma, en igualdad de
condiciones ambos mercados, sea la empresa privada quien elija a quien atender;
pero en una situación de justa competencia, no como viene ocurriendo a la fecha
que solo la exportación goza de incentivos y privilegios. Si el mercado interno
pese a ello resulta insuficientemente atendido, será el Estado quien deberá
atender al sector más necesitado a través de programas sociales.
El tema es que el mercado asegura que se atienda la
demanda de aquellos segmentos de la población que pueden pagar un determinado precio,
pero no garantiza que se atienda a los niveles de población que, necesitando
proteína hidrobiológica no pueden pagar sus precios. La atención de esta
población es importante y por ello es necesario introducir algún tipo de
programa social. El Estado debe cumplir su rol subsidiario. (ver página 52 a la
61 en esta edición).
Por otro lado las funciones del Despacho
Viceministerial de Pesca y Acuicultura, recientemente modificadas, incluyen “Promover
el diseño y desarrollo de mercados y actividades productivas vinculadas al
ámbito pesquero y acuícola, generando una mayor competitividad, inversión e
inclusión social”
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones
que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción
de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad
alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a JUNIO 2017 y a compartirla dentro de sus
círculos y redes sociales.
En formato revista en el siguiente link:
https://www.yumpu.com/es/document/view/58578195/revista-pesca-junio-2017
28 de abril de 2017
Pesca, utilidades e impuestos
En las últimas semanas se ha observado reclamos de
algunos sindicatos de empresas pesqueras por la falta de pago de utilidades
correspondiente al ejercicio 2016. Se quejan de que la empresa no ha hecho el
reparto de utilidades. Si la empresa está declarando pérdidas, no hay manera de
que reparta utilidades que no ha obtenido, lo que puede desagradar o ser
discutible, pero es un hecho.
El punto es que ello implica que no ha habido pago de
impuesto a la renta tampoco, porque este se aplica a las utilidades. No hay
utilidad, por tanto no hay impuesto a la renta.
Estas empresas pesqueras solamente habrían aportado al
Estado lo correspondiente a derechos de pesca que, como se ha explicado
ampliamente, no es mucho.
Cabe cuestionar que más allá de que la empresa, por
las razones que fuese haya incurrido en pérdidas, el hecho es que ha habido un
esfuerzo de extracción de especies hidrobiológicas y que eso ha causado un
impacto en el ecosistema. En esta etapa del negocio veamos hechos reales y
medibles, no los números todavía.
La extracción es independiente de la eficiencia
empresarial que conduce a un resultado con ganancias o pérdidas. Por tanto,
esas especies extraídas deberían tener un precio más allá de los resultados
financieros. De lo contrario se convierten en materia prima gratis, sin costo
alguno.
No apreciarlo así significa que la Nación pierde
recursos naturales sin recibir la adecuada compensación.
Otra cara de la moneda, a la luz de toda la corrupción
destapada en los últimos tiempos, es que ante el mal uso de los dineros
recaudados a través de impuestos, es de alguna manera lógico pensar en dejar de
pagarlos, evadirlos, o pagar lo menos posible. Eso dependerá de las autoridades
competentes y de su capacidad para convencer a la población tributante, de que
no ocurrirá más corrupción. Posible o no, es una tarea pendiente si se quiere
incrementar la recaudación.
El tema a debatir es que todos quienes usan recursos
naturales para hacer negocios deben pagar un justiprecio por la extracción de
los mismos, independientemente de que tengan resultados buenos, malos o pobres.
Pero que también es necesario hacer los ajustes que inspiren confianza al
contribuyente en el sentido de que sus impuestos no serán saqueados, mal
utilizados, o robados por funcionarios corruptos.
Los ciudadanos del país deben ser adecuadamente
compensados por el uso de sus recursos naturales hidrobiológicos y también
protegidos contra el robo de sus impuestos, los cuales deben y tienen que ser
adecuada, eficiente y honestamente empleados.
La revista Pesca es un
medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería.
Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen
por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los
recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad
alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
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30 de marzo de 2017
La pesca, la acuicultura, la investigación y la innovacion
Para efectos de la investigación y desarrollo
tecnológico en el Perú se han desarrollado las entidades que existen, gracias a
la cooperación internacional, de una manera casi fortuita y no por efecto de un
debido planeamiento derivado de una necesidad.
El ITP y el CEP Paita se crean gracias a la
cooperación de Japón. El BIC Humboldt se tiene gracias a la cooperación
alemana, y el IMARPE proviene de cooperación técnica de FAO.
En líneas generales el Perú, por su condición de país
en vías de desarrollo ha sido sujeto de mucha cooperación técnica en pesca. Si
bien es cierto la ayuda en forma de cooperación era generosa, no podemos dejar de especular en
que detrás hubo también interés por privilegios en cuando a permisos de pesca y
otros. El hecho es que desde entonces no ha crecido la oferta tecnológica en
forma orgánica, sostenida y con recursos propios.
Probablemente fue válido hasta hace algunos años
esperar todo, o casi todo, de la cooperación internacional; pero desde que el
Perú se convierte en el país pesquero con los desembarques más grandes del
planeta y en la segunda pesquería del mundo, es momento de dejar de depender de
la ayuda externa porque podemos disponer de nuestros propios recursos
financieros si administramos mejor la pesquería.
Incluso la construcción de los desembarcaderos
pesqueros artesanales proviene de préstamos y cooperación internacional. Hoy
estas instalaciones requieren de nuevas tecnologías y de innovación en sus
procesos, pero no se aprecia oferta para atender esta necesidad.
Pero ya no somos sujetos de cooperación internacional
por estar considerados como país de renta media. Una consecuencia del
crecimiento económico de los últimos años.
Una mejor participación del Estado en la renta de la
industria debe permitir el financiamiento de un plan estratégico de largo plazo
con la I&D+i como componente importante.
Con exportaciones anuales promedio de 3 mil millones
de dólares, el Perú ya no está en el mismo escenario que hace veinte años como
para pensar en la cooperación o el financiamiento externo para impulsar el
desarrollo tecnológico del sector. Por otro lado no es sostenible tampoco.
Entramos a una etapa de financiamiento para alcanzar
un desarrollo de la I+D+i; pero que igual tiene que pagarse eventualmente.
¿Quién proveerá los recursos para el pago? ¿El tesoro público con los impuestos
de todos los peruanos? Si así fuese ¿cuál es el beneficio obtenido por la
ciudadanía que justifique el pago correspondiente? Por lo menos el beneficio
debiera ser un mayor acceso a productos pesqueros de calidad, de precio
accesible para las mayorías y un mercado interno en igualdad de condiciones de
competitividad que el mercado externo
Siendo que toda innovación o avance repercute en una
mejor calidad de producto y en mejor rentabilidad para la empresa privada, se
presume como razonable que la participación de la industria a través de una
contribución equitativa de los derechos de pesca, daría sostenibilidad a la
I&D+i.
Le compete al Estado ser el promotor y el articulador;
y en ese sentido se gesta el Programa Nacional de Innovación en Pesca y
Acuicultura del cual se comenta en esta edición.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones
que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción
de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad
alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
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la Revista Pesca correspondiente a ABRIL 2017 y a compartirla dentro de sus
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27 de febrero de 2017
Programa de Innovación en Pesca y Acuicultura
El desarrollo histórico de la pesquería peruana se
caracteriza por la marcada orientación hacia la producción de harina y aceite
de pescado. Este desarrollo ha estado condicionado principalmente por la
abundancia de los recursos pelágicos susceptibles de ser capturados y
procesados masivamente y por la gran demanda de piensos y suplementos proteicos
en el mercado internacional. Ésta marcada orientación hacia la producción
industrial de harina y aceite de pescado ha influenciado la marcha y el
desarrollo de las investigaciones científicas y tecnológicas, el
establecimiento de los sistemas de información y colección de estadísticas, e
infraestructuras de apoyo y servicios. Esta afirmación se evidencia en la mayor
proporción de informes e investigaciones sobre la anchoveta en relación al
resto de recursos.
En ese sentido no se evidencia, en la estructura del
modelo de gestión vigente, que exista una entidad especializada en ciencia,
tecnología e innovación que ocupe una posición rectora y articuladora, lo que
se presenta como una importante limitación del modelo organizacional para la
pesquería en el contexto actual, donde las necesidades de I+D+i son vitales.
En Mayo 2015, a solicitud del Ministro de la
Producción, el Consejo de Ministros aprobó iniciar las gestiones para el
endeudamiento ante el BM para el financiamiento del Programa Nacional de
Innovación en Pesca y Acuicultura (PNIPA), por USD 40 millones, encargando al
Despacho Viceministerial de Pesca y Acuicultura de PRODUCE constituirse en la
Unidad Formuladora del PNIPA.
Sobre la base de estos pasos y aprobaciones previas,
el Ministerio de la Producción, a través del Vice Ministerio de Pesquería
formuló el Estudio de Factibilidad del PNIPA,
orientado a fortalecer los procesos de innovación en el sector pesca y
acuicultura (P&A) del Perú. Este
Programa se enmarca en la línea del fomento de la I+D+i que se impulsan desde
diversos sectores, con el apoyo del Sistema Nacional de Inversión Pública
(SNIP), desde hace unos 15 años.
Hace pocas semanas el préstamo en mención fue
oficializado. Por lo tanto, el Programa Nacional de Innovación en Pesca y
Acuicultura ya dispone de financiamiento.
El PNIPA y sus Proyectos se construyen en un contexto
de fomento de la innovación que no tiene parangón en la historia reciente del
país. Si bien es cierto, algunas de estas iniciativas han hecho algún esfuerzo
por canalizar recursos hacia el sector Pesca y Acuicultura, estos aparecen
totalmente insuficientes, frente a las necesidades de renovación del modelo de
desarrollo del sector P&A. Este
requiere una mayor especialización y envergadura, menor dispersión, y
coherencia con la política de fomento de la innovación del sector P&A.
En consecuencia, el sector pesca y acuicultura peruano
entra a una nueva etapa en el campo de la investigación, desarrollo e
innovación, que se espera alcance óptimos resultados en el futuro inmediato.
La nueva visión de la pesquería peruana debiera ser,
no de promoción e incentivo por mayor extracción, sino de consolidación y
tecnificación de los niveles alcanzados. Capturas más eficientes pero dentro de
límites sostenibles, mayor valor agregado, óptimo nivel sanitario de los
productos que ingresan al mercado, igualdad de condiciones para el mercado
interno y externo.
La innovación y la tecnología alcanzan en este
contexto su máxima necesidad.
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a
temas del mar y de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes,
ideas y opiniones que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer
sostenible la extracción de los recursos marinos; la urgencia de actuar en
beneficio de la seguridad alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
Los invito cordialmente a leer la
edición de la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2017 y a compartirla dentro
de sus círculos y redes sociales.
En formato revista en el siguiente
link:
En PDF en el siguiente link:
http://www.revistapescaperu.org/images/revistas/2017/REVISTA_PESCA_MARZO_2017.pdf
13 de febrero de 2017
La necesidad de actualizar la institucionalidad pesquera del Perú
Desde el año 2001, en que se promulga el reglamento
de la Ley General de Pesca, muchas cosas han ocurrido en materia de cambio
climático, agotamiento de las especies y en el contexto general de la actividad
extractiva y transformadora, no solamente en el Perú sino en el mundo.
El reglamento en mención ha sufrido tantas
modificaciones, que hoy en día aún si se hiciese un compendio o actualización
de todo ello, su interpretación seguiría siendo confusa.
Se han promulgado una serie de decretos
complementarios y varios Reglamentos de Ordenamiento Pesquero que en conjunto
hacen que la legislación actual sea difícil de interpretar. La profusión de
normas dictadas desde el día que se reglamentó la ley es de tal magnitud que
aún formulando un texto único ordenado de la normatividad pesquera seguiría
siendo confuso y desordenada
Lo que se impone en consecuencia, como una primera
medida para perfeccionar la institucionalidad pesquera peruana, es la
formulación de una nueva Ley General de Pesca con su respectivo reglamento que,
a través de una normativa moderna y sencilla incorpore todas las normas
vigentes, reemplace lo que ya devino en obsoleto, e incorpore conceptos
modernos de tal forma que pueda ordenarse debidamente el sector.
Tres conceptos fundamentales que debería contener
la ley son:
·
Incorporar
el criterio de que una nueva ley para la pesca en el Perú no puede tener un
carácter estimulador de la actividad, sino más bien debe tener un enfoque
precautorio, limitando el crecimiento de la extracción a fin de asegurar la
sostenibilidad de las especies actualmente disponibles. La falta de información
científica sobre el volumen y estado de las biomasas de las especies de consumo
directo en el Perú impone adoptar un enfoque precautorio y no promotor, en
tanto no se disponga de datos científicos que permitan definir cuotas o límites
máximos de extracción. No se puede incentivar la extracción y el consumo sin
saber qué especies pueden promoverse sin alterar el equilibrio del ecosistema.
·
Proteger
el mercado nacional dándole las mismas condiciones de operación que las
existentes para el mercado externo a fin
de garantizar la seguridad alimentaria nacional, en vista de que actualmente la
exportación ofrece ventajas sobre la venta al mercado interno, al punto de que
deviene en competencia desleal. Es difícil hacer que la venta de productos
hidrobiológicos al mercado interno sea competitiva mientras existan incentivos
solamente para la exportación y no para el mercado peruano. Lo que
colateralmente dificulta la promoción del consumo de pescado, que además no
debiera hacerse en la medida de lo expuesto en el párrafo anterior.
·
Asignar
derechos de pesca justos y equitativos para la Nación. Los peces no pueden ser
gratis, especialmente aquellos que se destinan al mercado externo y alimentan a
otras poblaciones mientras gran parte de la población peruana padece de
desnutrición y anemia. Mejores tasas de derechos de pesca permitirían financiar
programas sociales para contribuir al mejoramiento de la alimentación de las
poblaciones vulnerables, especialmente aquellas poblaciones dispersas por encima
de los 3,000 metros de altura.
La siguiente medida es diseñar una Política de
Estado para la pesquería peruana que esté alineada con una nueva ley general de
pesca, que marque objetivos y metas claras y precisas para el corto, mediano y
largo plazo, asegurando mecanismos que reduzcan los riesgos de que en cada
nuevo gobierno se introduzcan cambios que alteren el espíritu de la ley y de la
politica establecida, la cual debe tener un consenso no solo político sino de
los administrados, industriales, artesanales y sociedad civil.
Marcos Kisner Bueno
31 de enero de 2017
Pesca, PBI, tributación y participación del país
La exportación de productos pesqueros, en el caso de
la pota y otros, recibe un drawback, que viene a ser una especie de subsidio,
cuyas cifras oficiales no se encuentran visibles en forma precisa. La
extracción de pota, por efectuarse por la flota artesanal ya que no existe
flota industrial actualmente que pueda extraerla, está exenta del pago de
derechos de pesca. La comercialización de este recurso, por tratarse de un
recurso pesquero en estado fresco, está exonerada del pago del IGV bien sea en
el mercado nacional o cuando se vende a una planta procesadora.
La pesca artesanal no está obligada al pago de
derechos de pesca. Pero si bien es cierto una parte de sus desembarques va a
los mercados nacionales para consumo interno (lo cual puede ser un argumento
para esta exoneración de pago fijada en la Ley General de Pesca), también es
verdad que la mayor parte va a las plantas congeladoras y enlatadoras que
exportan sus productos. En este caso, no hay justificación alguna para que la
materia prima, procesada o no que se exporta, no pague un derecho por la
extracción.
Por otro lado, las exportaciones en general, no pagan
IGV por cuanto se les devuelve ese impuesto, así que no se puede considerar ese
tributo como un aporte de la industria pesquera.
Por tanto, en términos de contribución monetaria
al país, el monto cobrado por el Estado
por derechos de pesca a la actividad pesquera, no es el más conveniente a los
intereses nacionales.
No es equitativo, desde el enfoque ciudadano, que se
exporten productos sin pago de derechos de pesca. La venta para el consumo
interno sí se puede justificar que sea exceptuada, porque la extracción de un
recurso natural del cual los 30 millones de peruanos somos propietarios, si
fuese gravada, sería trasladada al consumidor nacional lo que lo encarecería
injustamente. Sin embargo, el recurso natural que se exporta para ser consumido
por poblaciones de otros países, no debe ser gratis.
Que la pesca es relativamente importante en el
crecimiento del PBI, no hay duda, pero ello no necesariamente implica o
significa que el país está recibiendo una justa participación en el negocio,
considerando que es el propietario de la materia prima.
Este es el tema de fondo que requiere de una reforma
en el sistema. La atención no debe enfocarse exclusiva ni principalmente en la
sostenibilidad de la anchoveta ni en la industria de harina de pescado, ni en
la creación de conflictos. Es poco probable que la industria esté forzando al
colapso de este u otro recurso y es aún menos probable que el IMARPE no sea
responsable en sus recomendaciones. Insistir en una confrontación con la
industria, en especial con la de harina de pescado, no es eficiente ni tendrá
resultado positivo alguno. Genera un desgaste improductivo. Resulta insensato
creer que alguien va a ganar una pelea contra la industria. La historia, los
hechos y la práctica lo evidencian.
El enfoque debe centrarse en llegar a una equitativa
contribución de toda la industria procesadora y extractiva de recursos
hidrobiológicos con el Estado peruano y por consecuencia con el propietario del
recurso pesquero: la Nación.
Tres puntos básicos alrededor de los cuales deben
diseñarse nuevas políticas:
·
La
extracción de recursos pesqueros que se destinan a la exportación, no puede ser
gratis ni barata.
·
La
atención de las necesidades de alimentación de la población peruana debe estar
por encima de las conveniencias y beneficios de su exportación.
·
Los
derechos de pesca y la participación de la Nación en el negocio pesquero deben
ser más equitativos.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones
que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción
de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad
alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a FEBRERO 2017 y a compartirla dentro de sus
círculos y redes sociales.
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29 de diciembre de 2016
La contribucion de la pesca en Perú
La contribución del sector pesquero con el Estado se
reduce al impuesto a la renta de tercera categoría y al pago de derechos de
pesca. El IGV se devuelve al empresario
en el caso de exportaciones. La comercialización de pescado en estado fresco
está exonerada del IGV. La estructuración del canon pesquero, se hace sobre la
incorporación del 50% de los derechos de pesca recaudados y del 50% del
impuesto a la renta de tercera categoría del sector. El otro 50% de los derechos de pesca permanece a
disposición de Produce.
“Derechos de pesca” es un término empleado para
expresar que por la extracción de determinadas especies se paga una tasa, es
decir una suma de dinero, por tonelada métrica extraída. En el caso de la anchoveta, el principal
recurso pesquero, la norma vigente introduce como factor de pago de derecho de
pesca de anchoveta el 0.25% del valor FOB de la harina de pescado computable
sobre el precio promedio mensual según información oficial que emita Aduanas.
El aceite de pescado derivado de la producción, queda libre de pago de derechos
en esta ecuación, asumiendo que la producción de harina absorbe la
contribución. Otros recursos pesqueros
como la pota, la merluza, el jurel y la caballa son también sujetos de “derechos
de pesca”. Tienen tasas de pago diferenciadas y solamente si son capturados por
embarcaciones industriales o de bandera extranjera. La extracción realizada por
la pesquería artesanal no es sujeto de pago de derechos de pesca.
La distribución de los recursos del canon a los
gobiernos locales y regionales necesita ser revisada porque es no es la mejor.
Existen gobiernos locales que reciben menos de 30 soles.
La proporción entre lo que factura la industria como
exportaciones y lo que le paga a la Nación, como propietaria del recurso pesquero
a través del impuesto a la renta y los derechos de pesca, necesita ser
revisada. El Estado debe redefinir las tasas para hacerlas más justas y evaluar
la conveniencia de que todos quienes realizan esfuerzo pesquero contribuyan con
el país. El subsidio a la exportación de algunos productos pesqueros vía
“drawback” debería ser evaluado también a fin de que la exportación no
signifique una competencia desleal a la venta al mercado interno.
El sector artesanal demanda apoyo del Estado y
construcción de infraestructura. La industria tiene necesidades como mayor
investigación y transferencia tecnológica. ¿Con qué recursos económicos podría
atenderse esta demanda?. ¿Con qué recursos cuenta el Estado para mitigar los
impactos ambientales que causan la flota y la industria pesquera, así como para
inversiones en infraestructura del sector?
El sector pesquero debe contribuir con el Estado en
forma justa y proporcional a la renta que genera y a las demandas de inversión
que necesita que el Estado efectúe.
La participación de la Nación en la renta pesquera es
un tema diferente al de su participación en el PBI. Ambos aspectos tienen que
ser analizados en sus propios contextos.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones
que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción
de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad
alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a ENERO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y
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