El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

10 de marzo de 2015

La erradicación del hambre para el año 2025: el sueño que une a CELAC y FAO

FAO y CELAC coordinaron sus agendas para avanzar hacia hambre cero en todos los países de la región, a través del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025 de la CELAC

10 de marzo de 2015, Santiago de Chile– La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han alineado sus esfuerzos bajo una meta común: la completa erradicación del hambre en todos los países de la región para el año 2025, señaló hoy la Oficina Regional de FAO.

La principal herramienta con que se busca lograr esta ambiciosa tarea es el recientemente aprobado Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC (ver resumen ejecutivo), creado por los países de la región con el apoyo técnico de la FAO, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

“El Plan ha sido un trabajo colectivo de los países, pero sin duda no lo podríamos haber concretado sin el acompañamiento de FAO”, señaló Daniel Ortega coordinador nacional adjunto de CELAC de Ecuador, en representación de la Presidencia Pro-Tempore de CELAC. “Somos una región que está marcando un camino. Ahora es momento de llevar la voz de la región al debate global para enfrentar desafíos estructurales que condicionan nuestros procesos nacionales y regionales”, señaló Ortega.

En un video-mensaje dirigido a las autoridades de CELAC y FAO reunidas en Santiago de Chile para perfeccionar la estrategia de implementación del Plan de Seguridad Alimentaria de la CELAC, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, señaló que: “Estoy convencido que el plan de la CELAC es una herramienta que nos permitirá consolidar los avances y acelerar el paso en la dirección que queremos: hambre cero”.

Graziano da Silva destacó que la Cooperación Sur-Sur, la solidaridad y el compromiso con la integración regional son elementos que están el centro del Plan de Seguridad Alimentaria de CELAC.

El sueño de América Latina y el Caribe Sin Hambre

El Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez, recordó que la región fue pionera al proponer no sólo la mera reducción sino la total erradicación del hambre a través de la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025 (IALCSH). La CELAC se ha sumado como un nuevo gran aliado a este esfuerzo regional.

América Latina y el Caribe ya alcanzó la meta de reducir por la mitad la proporción de personas subalimentadas, establecida en el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio. Según la FAO, si sólo 2.75 millones de personas superan el hambre en 2015, la región será la única del mundo en haber alcanzado la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación.

Cuatro pilares para erradicar el hambre

El Plan de Seguridad Alimentaria de CELAC se sustenta sobre cuatro pilares que buscan garantizar las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: acceso, disponibilidad, utilización y estabilidad de los alimentos. Los cuatro pilares son:

Pilar 1: Estrategias coordinadas de seguridad alimentaria a través de políticas públicas nacionales y regionales. Los países fortalecerán sus marcos jurídicos e institucionales de seguridad alimentaria, facilitarán el comercio, evitarán las pérdidas y desperdicios de alimentos y fomentarán programas de abastecimiento.
Carlos Álvarez, Secretario General de ALADI, destacó que el plan requiere que la región “demuestre que podemos hacer un esfuerzo coordinado y convergente entre el conjunto de los organismos y subregiones de América Latina y el Caribe”.
“Creemos que legislar comprometidamente para eliminar el hambre de la región es una posibilidad real”, explicó María Augusta Calle, asambleísta de Ecuador y coordinadora del Frente Parlamentario Regional contra el Hambre (ver entrevista)

Pilar 2. Acceso oportuno y sostenible a alimentos inocuos, adecuados, suficientes y nutritivos para todas las personas. El acceso es el principal problema de la seguridad alimentaria a nivel regional. Para enfrentar esto, el Plan CELAC fomenta los programas de transferencias condicionadas, la mejora de los mercados de trabajo y un fuerte apoyo a la agricultura familiar.
“Estamos llamados a hacer un cambio de paradigma en los modos de producción y consumo”, señaló al respecto Alicia Bárcena, Secretaria de la CEPAL.

Pilar 3. Bienestar nutricional para todos los grupos vulnerables: Este pilar promueve la alimentación escolar, con un énfasis especial en conectar a los productores de la agricultura familiar a través de compras públicas, y la promoción de hábitos saludables.
“Es la meta de todos los países y de la FAO que ningún niño se vaya a dormir con hambre. Debemos utilizar nuestra base productiva para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria”, explicó al respecto Caesar Saboto, Ministro de Agricultura, Transformación Rural, Bosques, Pesca e Industria de San Vicente y las Granadinas (ver video)

Pilar 4: Garantizar la estabilidad de la producción y la atención oportuna ante desastres de origen socio-naturales: La creación y mantenimiento de reservas de alimentos, la consolidación de stocks públicos para emergencias y un fuerte componente de prevención y gestión de desastres son algunos elementos de este pilar.

FAO y CELAC: una agenda común

Además de participar de la formulación, implementación y monitoreo del Plan CELAC, la FAO tiene tres prioridades regionales determinadas por los países de la región que reforzarán el Plan.

La primera iniciativa regional presta Apoyo a la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025, ayudando a los países a alcanzar sus objetivos nacionales de seguridad alimentaria y fortaleciendo el Pilar 1.

La segunda iniciativa Agricultura familiar y desarrollo territorial rural ayuda a los países a crear políticas inclusivas para apoyar el sector en línea con el segundo pilar del Plan CELAC.

La tercera se centra en la Mejora de los sistemas alimentarios en el Caribe, para enfrentar el limitado desarrollo de las cadenas de valor de alimentos y cultivos forrajeros y la escasa utilización de productos agrícolas nacionales, apoyando los cuatro pilares del Plan CELAC en los países del Caribe.

“La agenda regional de la FAO está completamente alineada con las prioridades del Plan de la CELAC. Nuestros esfuerzos en la región buscarán la mayor cantidad de sinergias posibles para caminar hacia hambre cero en 2025”, explicó Raúl Benítez.

Más información:
Documento: Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de CELAC
Contacto de prensa
Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe
Benjamín Labatut – benjamin.labatut@fao.org
Tel: +56 229 232 174            
Síguenos en Twitter: www.twitter.com/faonoticias

Web: www.fao.org/americas

5 de marzo de 2015

América Latina y el ‘fin del capitalismo’

Por Andrés Oppenheimer

Lo más triste de las declaraciones del hasta hace poco presidente de Uruguay, José Mujica, sugiriendo que el capitalismo mundial está agonizando no es que lo haya dicho en momentos en que la bolsa de Nueva York alcanzaba su récord histórico, sino el hecho de que se trate de una idea que está siendo repetida constantemente por varios presidentes latinoamericanos como si se tratara de una verdad incuestionable.

Casi no pasa un día sin que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y sus colegas de Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y otros países no proclamen –algunos más explícitamente que otros– el “fin del capitalismo”. El ex gobernante cubano Fidel Castro viene anunciando la inminente muerte del capitalismo desde principios de la década de 1960.

Mujica fue citado por la agencia de noticias oficial cubana Prensa Latina el 22 de febrero, en una entrevista al diario mexicano “La Jornada”, en la que decía que el capitalismo “está agotado”. En rigor, la cita textual de Mujica decía que el capitalismo “parece haber dado todo de sí” y que “lo lógico es que sea reemplazado por el socialismo democrático”.

El problema es que, aunque no hay duda de que el capitalismo tiene sus defectos, muchos presidentes latinoamericanos están sentados de brazos cruzados esperando su muerte. Mientras tanto, China, India, Vietnam y varios países asiáticos vienen creciendo y reduciendo la pobreza a pasos agigantados desde que empezaron a apostarle al capitalismo en la década de 1980.

Quizá alguien debería regalarle a varios presidentes latinoamericanos una copia enmarcada de un reciente artículo sobre el valor de mercado de Apple. Lo deberían colgar en sus despachos presidenciales, para empezar a entender lo que está pasando en el mundo.

Apple alcanzó un valor récord de US$710 mil millones el 10 de febrero. Para ponerlo en perspectiva, Apple vale más que todo el producto bruto interno de Argentina (US$610 mil millones), Venezuela (US$483 mil millones), Colombia (US$378 mil millones), Chile (US$277 mil millones) o el Perú (US$203 mil millones), según cifras del Banco Mundial.

Los presidentes de Ecuador, Uruguay y Bolivia deberían ser los primeros en tomar nota. Apple vale siete veces más que toda la economía de Ecuador (US$94 mil millones), 12 veces más que la de Uruguay (US$55 mil millones) y 23 veces más que la de Bolivia (US$30 mil millones).

Si estos datos no alcanzan para convencer a varios presidentes latinoamericanos de que estamos viviendo en un nuevo mundo, en que los avances tecnológicos se cotizan cada vez más y las exportaciones de las materias primas latinoamericanas cada vez menos, hay varios otros ejemplos en las noticias recientes que son igualmente ilustrativos.

Uber, empresa fundada hace cuatro años que creó una aplicación para teléfonos inteligentes conectada a un servicio de taxis particulares, ha alcanzado un valor de mercado de US$41.200 millones. Esto equivale a más que el total de las exportaciones de petróleo anuales de México.

WhatsApp, la aplicación de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes iniciada por dos jóvenes veinteañeros años, fue vendida el año pasado por US$19 mil millones. Eso es casi veinte veces el valor total de las exportaciones de vino de Chile.

Lamentablemente, mientras siguen esperando el fin del capitalismo, varios países latinoamericanos dependen cada vez más de sus exportaciones de materias primas y manufacturas básicas, y no invierten –como los asiáticos– en mejorar la calidad de su educación, la innovación, la ciencia y la tecnología.

Los países latinoamericanos invierten solo un 0,8% de su producto bruto en investigación y desarrollo de nuevos productos, en comparación con el promedio mundial de 2,1%, según datos del Banco Mundial. Lo que es más triste aún, los países latinoamericanos han aumentado su dependencia de las materias primas, y reducido sus exportaciones de productos de alta tecnología.

Según cifras citadas por la directora de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (Cepal), Alicia Bárcena, las exportaciones latinoamericanas de productos de alta tecnología han disminuido de casi 20% de sus exportaciones totales en el año 2000 a aproximadamente 10% en la actualidad.

Mi opinión: El capitalismo tiene muchas cosas que pueden y deben mejorarse para hacerlo más ecuánime, pero los presidentes latinoamericanos deberían dejar de hablar babosadas sobre el inexorable fin del sistema y ponerse a trabajar –como los países asiáticos– para ser más competitivos en la economía global que tenemos.

En lugar de hablar boberías sobre el “fin del capitalismo”, deberían estar hablando sobre la necesidad de mejorar los niveles educativos y la innovación, para exportar productos cada vez más sofisticados. 

Sus actuales vaticinios sobre el apocalipsis del capitalismo no hacen más que generar complacencia, pasividad, menor crecimiento y mayor pobreza.

 Fuente

(El Comercio, 04 de Marzo de 2015)