El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

6 de noviembre de 2011

Contradicciones en Chimbote

CONTRADICCIONES

En realidad llama la atención la protesta que han iniciado los pescadores artesanales contra las inspecciones que ha dispuesto el Ministerio de la Producción con la finalidad de contrarrestar la elaboración de harina negra. Y, es que esos mismos pescadores artesanales, que curiosamente hoy lavan banderas en la Plaza de Armas en rechazo a los que protestan contra la corrupción, son los mismos que hace algunos meses atrás demandaban que PRODUCE realice inspecciones para detener la pesca ilegal y la elaboración de harina de pescado en base a las especies de consumo humano.

Algo ha tenido que pasar para que esos mismos pescadores ahora rechacen las inspecciones, peor aun cuando esas inspecciones se realizan en las chatas de desembarco de las fábricas de harina residual. Lo cierto es que estas inspecciones se realizan por lo que se conoce como desvío ilegal de la pesca de anchoveta destinada al consumo humano para la elaboración de harina residual. Ello se hace bajo el pretexto de la existencia de un descarte compuesto generalmente por pesca malograda que ya no está en condiciones de ser utilizada en la elaboración de conservas de pescado, sin embargo, existe un principio por el cual la pesca artesanal no debe tener anchoveta descompuesta porque se supone que zarpan con reservas de hielo suficientes como para conservar la especie.

Si existen saldos de pescado descompuesto es porque los propios pescadores y armadores promueven este deterioro del cardumen con la finalidad de justificar su venta a las fábricas de harina residual. Esa es una ventana para promover la harina negra, de ninguna manera se puede permitir, por ello es que los que han saltado son los pescadores que defienden intereses de quienes verdaderamente distorsionan el correcto manejo de la pesca de consumo humano. Lo que se pide es mas coherencia y consecuencia con lo que se dice a los pescadores artesanales.


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