El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

25 de septiembre de 2010

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y PESCA

Este artículo transcribe una nota referente a la amenaza mundial que se cierne sobre la seguridad alimentaria y la propuesta de lineamientos de política del Ministerio de la Mujer y Desarrollo en materia de seguridad alimentaria.

Es evidente la necesidad de actuar sobre la materia, por razones obvias. La sorpresa del planteamiento de esta política por parte del MIMDES radica en que omite la participación del sector Pesca. Omite considerar a la anchoveta y la pota como elementos importantes que contribuirían significativamente en materia de alimentación.

No se conoce de un documento similar que provenga del Ministerio de la Producción, y en todo caso la seguridad alimentaria es un tema que amerita sea trabajado en forma articulada por el Estado, y en forma aislada.

El diagnóstico que hace en el párrafo 4, indica precisamente la poca participación de la pesca en la composición sectorial de la oferta de alimentos en el Perú. Ese solo hecho debería conducir a incluir a la actividad pesquera nacional en este programa. Esta cifra muestra, desde un análisis del propio Estado, que somos el mayor país exportador de harina de pescado, pero con una contribución muy pobre a la alimentación nacional.

Esta información, lejos de alabar el crecimiento de las exportaciones del sector pesquero muestra una realidad sobre la cual la autoridad sectorial debería actuar.

Existe un potencial pesquero que necesita ser debidamente manejado para que contribuya a la seguridad alimentaria del Perú. No hacerlo y persistir con el mismo modelo constituye un visión indebida que perjudica a la Nación.

La nota completa puede leerse siguiendo el enlace siguiente que lleva al portal de la Revista Pesca donde haciendo el click respectivo se accede al artículo en PDF.

http://www.revistapescaperu.com/index.php/miscelaneos/284-seguridad-alimentaria

21 de septiembre de 2010

Peru y su necesidad de contar con una flota de altura

A lo largo de los últimos 15 años el Perú no ha dispuesto de una flota de altura para la captura de túnidos, ni de jurel. El país es un testigo lejano de las capturas de especies transzonales y altamente migratorias como las indicadas. La inversión privada en este negocio, asegura para el Estado Peruano, la creación de una flota de altura que participará en la explotación del jurel en aguas internacionales, obteniendo beneficios para el país.
Actualmente hay tímidos intentos de unos cuantos barcos por incursionar en la actividad. Se necesita una flota y no solo unos barcos. Encontrar el cardumen se facilita cuando son varios barcos trabajando en equipo en la operación de búsqueda. Las experiencias del Bjornoy evidencian que un barco solo tiene limitaciones.

Las características técnicas del barco deben tenerse en cuenta considerando que la potencia del motor debe permitir arrastrar a una velocidad de entre 5 a 6 nudos, dada la velocidad de desplazamiento del jurel. Un arrastre a menos de 4.5 nudos sencillamente facilita que el cardumen salga de la red.

El bunker y el espacio de maniobra en cubierta deben ser suficientes.

La tripulación debe ser experta. Una tripulación cerquera dispone de una experiencia diferente a la de una tripulación arrastrera.

El Perú poco a poco se va quedando con menos gente experimentada en el arrastre de media agua. Las experiencias con las flotas extranjeras y Flopesca creó una generación de capitanes y tripulantes con un expertisse muy bueno. La inexistencia de una flota actual obligó a esa gente a emigrar en busca de oportunidades a otras latitudes como Africa por ejemplo.

Mientras más tiempo el sector privado se demore en invertir en una flota, las posibilidades de no encontrar tripulaciones experimentadas aumentan.

Lea el artículo completo en el siguiente link:
 

18 de septiembre de 2010

EL PRESUPUESTO DEL SECTOR. Tal vez es hora de cambios

Es necesario que exista coherencia entre el potencial pesquero, la riqueza que produce, y los medios con que debe contar la administración pesquera.


Tal vez ya sea momento de innovar y cambiar
 
Lea el artículo en:
http://www.pescasostenible.blogspot.com/

15 de septiembre de 2010

La importancia de la anchoveta

Siendo la anchoveta el principal recurso pesquero del Perú, cuya participación porcentual en los desembarques hace casi imperceptible a los otros recursos, es cada vez más importante su preservación, sobre todo en un escenario de cambio climático.

La anchoveta es vital no solamente porque constituye la columna vertebral de las exportaciones pesqueras peruanas, sino fundamentalmente por el papel que desempeña en la cadena trófica. La necesidad de la anchoveta como recurso forraje para el resto de especies la convierte en un recurso sumamente importante que merece el mayor cuidado.

El alejamiento de la anchoveta de sus zonas tradicionales de existencia que podría derivar de un cambio de temperatura en el océano podría causar consecuencias impredecibles en el ecosistema marino de Humboldt.

Los cuadros estadísticos, tomados de Produce como fuente, muestran el nivel de desembarques. Sería interesante que el sector esté informado también de los niveles de volumen de la biomasa total, así como de los criterios técnicos que se usan para determinar la cuota anual de captura permisible de la anchoveta.

Dado que la cuota se determina en función a la biomasa, podría deducirse, a la luz de estas cifras, que la misma viene sufriendo variaciones anuales las cuales deberían hacerse públicas.




11 de septiembre de 2010

A 10 meses de que termine este gobierno, una nueva autoridad de pesquería, que se espera asuma en los próximos días, tiene un reto singular. No hay tiempo para grandes cosas, para promesas, para ofertas, para experimentos, para aprender, ni sería adecuado utilizar lo que queda de esta gestión para saturar los medios de comunicación con fotos y discursos sobre cosas que ya serían imposibles de resolver en tan corto plazo.

Hay tres cosas fundamentales que este gobierno debiera enfrentar en estos últimos meses:

La primera es ejecutar al 100% el presupuesto de inversiones y de capacitación. Ambas partidas ofrecen pobres cifras de avance en su ejecución que son preocupantes.

La segunda es resolver los problemas existentes a nivel de conflictos entre normas promulgadas y los intereses del sector tratando de encontrar un consenso para soluciones intermedias.

La tercera es empezar el diseño de una política pesquera de largo plazo para beneficio del país, tendiendo lazos con todas las fuerzas políticas que intervendrán en la contienda electoral. Un acuerdo entre todos los candidatos podría generar un documento que sirva de base para que el nuevo gobierno encuentre una política ya diseñada en consenso que contenga un plan estratégico sectorial de largo plazo. De esta forma quien asuma el próximo gobierno habría ganado un tiempo valioso al punto de que sus primeras acciones de gobierno serían la implementación de una política y un plan ya estructurado y consensuado entre administrador, administrados y sociedad civil.

Los planes de gobierno de los candidatos podrían de esta forma incorporar para el sector pesca una propuesta coherente, técnica, realista y conveniente para la pesquería peruana.

El país se merece el esfuerzo para dar inicio a una gestión pesquera eficiente que conduzca realmente a disponer de pesquerías sostenibles y un futuro.

Un futuro que nos encuentre preparados para enfrentar el cambio climático, el agotamiento de las poblaciones de peces y la seguridad alimentaria de nuestra población, como principales objetivos estratégicos de largo plazo. Definir estas matrices es fundamental pues de ellas se derivan todas las acciones, políticas y objetivos que debe mencionar un plan estratégico como respuesta a una política de Estado.

La Ley General de Pesca fue promulgada con DECRETO LEY Nº 25977 del 7 de noviembre de 1992.

El Reglamento de dicha ley fue promulgado con DECRETO SUPREMO Nº 012-2001-PE del 13 de marzo del 2001.

Entre la ley y el reglamento pasaron 9 años.

Entre el primer reglamento y el día de hoy, el mismo ha sufrido infinidad de variaciones y modificaciones a tal punto que se ha convertido en una documento lleno de parches, confuso y complicado. Siendo que el reglamento se aprueba por decreto supremo, es fácil introducir constantemente cambios y modificaciones.
Eso indica dos cosas: Una es que la ley no es la más adecuada ni el reglamento original tampoco por cuanto ha requerido muchas variaciones; otra es que la facilidad con la que puede cambiarse el reglamento al no tener que pasar por el Congreso puede significar muchas cosas, entre ellas que no sean modificaciones estrictamente técnicas.

En todo caso, en 2011 tanto la ley como su reglamento y modificaciones serán demasiado antiguas y requieren un cambio.

El nuevo Congreso asumirá el reto de diseñar una nueva ley de pesca que minimice los riesgos de que el reglamento distorsione el espíritu de la ley.

La situación ideal es que la nueva ley recoja el espíritu de una Política de Estado y un Plan Estratégico trabajados en consenso con todas las fuerzas políticas, administrados y sociedad civil. Su aprobación sería más rápida, respondería a las reales necesidades de la pesquería peruana, y de hacerse en la primera legislatura, la autoridad de pesquería tendría las herramientas legales básicas para trabajar su implementación en forma técnica y no empírica ni improvisada.

Esto requerirá decisión y voluntad políticas y el mejor esfuerzo de los políticos por entender que la pesquería es un tema complejo que requiere la participación de muchas disciplinas, el consenso y sobre todo el conocimiento del sector.