El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
17 de octubre de 2015
La política y la pesca en el Perú
El debilitamiento del sector pesquero
se inició en el año 2000 cuando el Estado decidió desaparecer el Ministerio de
Pesquería. Se creó el Ministerio de la Producción por Ley N° 27779 - Ley
Orgánica modificatoria de la Organización y Funciones de los Ministerios,
publicada el 11 de julio del 2002, a partir de la fusión del Ministerio de
Pesquería y parte del Ministerio de Industria, Turismo, Integración y
Negociaciones Comerciales Internacionales – MITINCI, determinándose su
competencia en materia de las actividades extractivas y productivas comenzando
en los sectores industria y pesquería (Art. 33°).
Tiene como finalidad diseñar,
establecer, ejecutar y supervisar, en armonía con la política general y los
planes de gobierno, política nacionales y sectoriales aplicables a los sectores
de pesquería y de MYPE e industria, asumiendo rectoría respecto de ellas. Dicta
normas y lineamientos técnicos para la adecuada ejecución y supervisión de las
políticas, la gestión de los recursos del Sector, así como para el
otorgamiento, reconocimiento de derechos, la sanción, fiscalización y ejecución
coactiva.
La fusión del Despacho
Viceministerial de Industria con el Ministerio de Pesquería no ha favorecido a
este último. Por un lado los pocos recursos por derechos de pesca que recauda
Pesquería, los comparte injustamente con Industria. Por otro lado es difícil
encontrar un Titular del Pliego que conozca lo suficiente de ambos sectores como
para poder liderarlos y administrarlos adecuadamente.
No tuvo ni tiene mucho sentido la
fusión de un sector complicado como es la pesca con otro. La naturaleza de las
funciones del Despacho Viceministerial de Industria y Pymes es más afín con el
Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, en donde estuvo originalmente, pudiendo
volver a dicho Pliego como un Viceministerio de Comercio Interior.
Operativamente solo tendría que confeccionarse el correspondiente documento de
gestión sin que implique gasto alguno por cuanto ocupa el mismo edificio, así
que el tema se reduce tan solo a cambiar nombres. Operativamente Pesquería
recibiría mejor y más eficiente atención logística y administrativa, al
concentrar la Secretaría General su atención en un solo Despacho
Viceministerial.
Se requiere de un liderazgo con capacidad
y conocimiento para poder reformar lo que necesita ser reformado en beneficio
del país y no solamente de los intereses del sector privado. En ausencia de
ambas cualidades se crea un vacío que llenan lobistas que defienden intereses
privados que, siendo legítimos, tienen que subordinarse al interés público, el
cual solo puede ser defendido por personas íntegras, con experiencia, con una
clara visión de largo plazo y comprometidos con la defensa de los intereses del
Estado, que son los de la Nación. Los lobistas proliferan cuando las
autoridades carecen del indispensable y suficiente conocimiento del sector y de
cualidades de liderazgo.
La sola restitución
del Ministerio de Pesquería no es la solución final a los problemas y
necesidades del sector. Tan solo el cambio de nombre a un Ministerio, ofrece poca
esperanza de mejora si no va unida a la implementación de una visión y mística
sectorial con vocación de servicio al país. Si no va acompañado de un
cambio estructural integral, sería tan solo un gesto y no una solución.
La pesquería peruana, una de las
más grandes del mundo, requiere de la visión de un Estado que tenga clara la
necesidad de introducir reformas en la pesquería y de su importancia para
aportar soluciones a la alimentación nacional. El alarmante índice de
desnutrición y anemia infantil que tiene reflejos sobre la asimilación de la
educación, obliga a replantear los objetivos de la pesca en el Perú.
No se
podrá hacer con funcionarios inexpertos, sin conocimiento del sector y sin
mística social que caen fácil e inevitablemente en las redes de manipuladores
profesionales.
El diseño de una política pesquera
requiere de una previa definición conceptual de lo que se quiere, por parte de
la más alta autoridad que tiene la potestad de dictar políticas de Estado, es
decir el Presidente de la República. Para ejecutar una nueva política pesquera sería
lo más recomendable y óptimo la restitución del Ministerio de Pesquería. También
una nueva ley orgánica para el Instituto del Mar, el cual debe ser un organismo
técnico autónomo, sin relación de subordinación ni dependencia hacia el Titular
del Pliego de Pesquería y dirigido por un científico. Es la mejor garantía de
que sea la ciencia objetiva e independiente, la que sirva de base para la toma
de decisiones de manejo de las pesquerías. La decisión política deberá ser
tomada sobre la base de la mejor recomendación técnica y científica, lejos de
influencias y manipulaciones que no tienen carácter estrictamente científico.
La política pesquera tiene que
formar parte de la estructura de un plan de gobierno con contenido ideológico y
conceptual que sustente las decisiones técnicas que deban tomarse.
La Revista Pesca aporta ideas
para el diseño de una política de Gobierno para el sector pesquero peruano
basado en seis objetivos estratégicos. Sin embargo es necesario considerar que
existe un Plan Estratégico Sectorial Multianual (PESEM) 2012-2016 que está
vigente. Por lo tanto debe ser revisado para determinar qué objetivos fueron
alcanzados y cuáles deben continuar en el marco de la nueva política y un nuevo
PESEM, el cual debe derivar del Plan de Gobierno.
El Plan Estratégico Sectorial
Multianual para los cinco años del nuevo Gobierno debe derivar del plan de
Gobierno y compatibilizarse con el PESEM implementado para el período de
gobierno que termina. Lo ideal sería que derive de Políticas de Estado de largo
plazo.
De esta manera, se tiene una
Política de Gobierno para cinco años que no debe ser modificada, en esencia,
durante el período de la gestión, aun cuando hubiese cambios de funcionarios.
No es recomendable una alta rotación de funcionarios, pero si fuese inevitable,
lo único que debiera cambiar es el estilo de conducción; pero no los objetivos
estratégicos ni modificarse temas de fondo.
La pesquería no puede regularse
improvisando ni introduciendo elementos anti técnicos. Es necesaria una clara
estabilidad y continuidad de objetivos y propósitos. De esta forma los
administrados pueden organizar y planificar mejor sus actividades sin estar
sometidos a los sobresaltos que trae la rotación de funcionarios.
Más información en el siguiente
link:
26 de septiembre de 2015
LAS METAS GLOBALES DEL 2030 PONEN EL HAMBRE Y LA AGRICULTURA AL CENTRO DE LA POLÍTICA MUNDIAL
Erradicación del hambre es la
piedra angular de la agenda global de desarrollo sostenible, ha dicho el jefe
de la FAO a líderes mundiales.
La seguridad alimentaria, la
nutrición y la agricultura sostenible son fundamentales para lograr el conjunto
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030, ha dicho el Director
General de la FAO, José Graziano da Silva, a los líderes mundiales en un
discurso plenario ante la ONU.
"Nos hemos dado una tarea
enorme, que comienza con el compromiso histórico de no sólo reducir sino
también erradicar la pobreza, el hambre y la malnutrición de manera sostenible,
porque cuando hablamos de un mundo sostenible, no podemos dejar a nadie
atrás", ha señalado durante su intervención en la Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible 2015.
Catorce de los 17 nuevos ODSs
adoptados por la Cumbre están relacionados con la misión histórica de la FAO,
señaló el Director General. El segundo objetivo - que es "acabar con el
hambre, lograr la seguridad alimentaria y una mejor nutrición y promover la
agricultura sostenible"- debe ser perseguido con urgencia ya que un
progreso rápido en ese frente es la clave para los demás objetivos, agregó.
La agricultura sostenible y el
hambre cero
"Sólo podemos descansar
cuando logremos hambre cero", dijo Graziano da Silva.
Los ODS continúan y amplían los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, que fueron establecidos en 2001 y que vencen
este año, cuya meta de reducción del hambre fue cumplida por más de la mitad de
los países monitoreados por la FAO. Sin embargo, cerca de 800 millones de
personas aún sufren subalimentación crónica.
Una mayoría de los pobres y
hambrientos del mundo viven en las zonas rurales, y mejorar sus medios de vida
es el principal reto, dijo Graziano da Silva.
Hacerlo requerirá promover el
crecimiento inclusivo e inversiones responsables que respondan a las
necesidades de los pobres del mundo, dijo.
"Necesitamos construir sistemas agrícolas
y alimentarios más sostenibles, resilientes y más capaces de hacer frente y
responder al cambio climático", añadió.
Invertir en agricultura
medioambientalmente sostenible no será suficiente por sí mismo, sino que
también se requieren sistemas de protección social bien diseñados, agregó
Graziano da Silva.
Recordó a los líderes mundiales
que en los próximos 15 años se necesita una inversión adicional de 160 dólares
al año por persona en situación de pobreza extrema, para acabar con el hambre.
"Esto representa menos de la
mitad del porcentaje de ingreso mundial en 2014. Y es sólo una pequeña fracción
del costo que el hambre y la malnutrición imponen a las economías, las
sociedades y las personas", dijo.
Mayor información
Loretta Favarato
Comunicadora - FAO Perú
loretta.favarato@fao.org
Tel: (511) 447 2641 Anexo 103 /
Cel. 951 235 096
4 de septiembre de 2015
Los intereses en la pesquería del Perú
Las Organizaciones
Sociales de Pescadores, que actualmente suman más de 800, deberían considerar
la necesidad y conveniencia de organizarse y elegir una representación técnica
y políticamente apropiada. Esta atomización les resta fuerza y
representatividad. Necesitan un liderazgo fuerte y efectivo que los lleve a
formar parte permanente en la mesa de las decisiones pesqueras en igualdad de
condiciones que los gremios empresariales. Especialmente si el próximo gobierno
coloca en agenda el debate de una nueva ley de pesca.
La pesca artesanal
está amenazada desde diversos frentes ante la ausencia de Políticas de largo
plazo adecuadas para salvaguardar la única fuente de abastecimiento de proteína
hidrobiológica para el consumo humano de la población nacional.
En la gestión de la
pesquería en el Perú existen, además del Estado como ente rector, 4 frentes de intereses:
1. La Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) liderada por ahora, por Elena
Conterno, quien viene realizando una notable promoción y defensa de los
intereses de este gremio, el cual ha logrado recomponer sus relaciones con la
autoridad de Pesquería. Esta relación se descompuso en el actual gobierno y el
gremio perdió la tradicional influencia que tenía en el Ministerio de la
Producción. Hoy en día la relación está en mejor nivel que antes gracias a un mejor y más apropiado liderazgo
y ha recuperado su poder e influencia. El eficaz empleo y manejo de los medios
de comunicación, soportado obviamente por suficientes recursos financieros, ha
sido un importante componente del éxito de la gestión que merece un aplauso por
sus logros.
2. La Sociedad Nacional de Industrias (SNI) liderada también por ahora,
por Alfonso Miranda, ex viceministro de Pesquería, que posee un comité de pesca
que agrupa a los intereses de algunas empresas dedicas al Consumo Humano
Directo. Con menores recursos que la SNP, se ha mantenido con un perfil mediático
relativamente bajo defendiendo sus intereses; pero se anota también logros
importantes en el manejo del Consumo Humano Directo.
3. La Pesca Artesanal fraccionada en muchas organizaciones, lo que le
resta fuerza y la coloca en una situación de debilidad frente a los dos gremios
industriales. No se aprecia logros exitosos más allá de las convocaciones a
paralizaciones por temas muy puntuales. Obviamente la falta de unidad y de agenda
de 76,285 pescadores artesanales (entre marítimos y continentales según los
censos del 2012 y 2013) no es precisamente la mejor carta para la defensa de
sus intereses. Varias veces han sido manipulados para defender intereses
privados generando violencia en las calles.
4. La Nación peruana, que no está presente ni representada en la mesa de
las decisiones políticas y administrativas referidas a la pesca.
Los gremios
industriales, gracias a sus recursos y la dirección adecuada de sus líderes,
que resultaron ser los más apropiados en la coyuntura, tienen la capacidad de
imponer la agenda en forma políticamente eficaz.
La Pesca Artesanal
no dispone de operadores políticos con la misma capacidad y eficacia que la
industria.
La sociedad peruana
no tiene representantes ni organizaciones o instituciones que ejerciten su
defensa. El resultado natural es que la Agenda la impone quien tiene más fuerza
y eficacia política.
Una agenda que no
considere como igual a la Pesca Artesanal, terminará siempre relegándola. Lo
demuestra la conformación de la comisión para evaluar la problemática del CHD efectuada
con la RM 232-2015-PRODUCE, que apenas los considera como terceros
participantes ya que literalmente dice que:
este grupo estará presidido por el viceministro de Pesquería o a quien delegue esta labor, además del titular de la Dirección General de Políticas y Desarrollo Pesquero, y el encargado de la Dirección General de Extracción y Producción Pesquera para Consumo Humano Directo, quien actuará como secretario técnico. Además, un representante del Instituto del Mar del Perú, del Instituto Tecnológico de la Producción, del Organismo Nacional de Sanidad Pesquera, del Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero, de la Sociedad Nacional de Industrias, de la Sociedad Nacional de Pesquería, de la Asociación de Exportadores y de la Sociedad Nacional de la Industria Pesquera de Consumo Humano Directo. Este grupo propondrá al Despacho Viceministerial de Pesquería del Ministerio de la Producción la adecuación del marco normativo y de los procedimientos administrativos, así como las recomendaciones correspondientes, a fin de fortalecer el ordenamiento de la actividad pesquera para consumo humano directo. De otro lado, el grupo de trabajo convocará a un representante de las organizaciones sociales de pescadores artesanales y otro de los armadores de las embarcaciones artesanales y de menor escala.
La situación de la
coyuntura, en especial por ser un año electoral, debería impulsar a los 76,285
pescadores artesanales a unificarse en una sola estructura que los represente y
defienda sus intereses en el Ministerio de la Producción sentándose en la mesa
como igual con sus pares industriales, con el legítimo derecho que les asiste.
La suma de los 76
mil pescadores con sus familias y conexiones constituye una masa electoral
importante que podría llegar a los 500 ml ciudadanos. Deberían hacerse
conscientes del poder que significa ese número de electores.
La cifra es
significativa y puede convertirse en factor decisivo en la toma de decisiones,
si tan solo este número de pescadores se pusiese a la altura organizacional de
los gremios industriales. Todos los gremios tienen el legítimo derecho a
defender sus intereses comerciales y financieros.
La pesca artesanal
debiera reinventarse para defender no solo sus propios intereses, sino para
asumir la defensa de los intereses de la Nación también, especialmente en
cuanto a la sostenibilidad de sus recursos pesqueros y la alimentación
nacional.
Hoy ya no se
aprecia, en forma activa o visible por lo menos, la existencia de
organizaciones o instituciones eficaces que defiendan la sostenibilidad de las
pesquerías y la justa participación del país en la renta económica pesquera. Deben
evaluar correctamente a qué intereses sirven todas las organizaciones vigentes
hoy.
La mesa está
servida para que la pesca artesanal asuma ese rol de defensa que hoy no existe
y/o no está a la altura de las circunstancias.
Mientras más
demoren en comprender la necesidad de elegir líderes política y técnicamente
eficaces y se organicen mejor, más tardarán en obtener atención eficaz y
oportuna a sus reclamos y reivindicaciones.
Los pescadores
artesanales del Perú tienen no solamente un reto, sino una obligación con la Nación a la cual alimentan, porque son
el eslabón principal de la cadena productiva del consumo humano directo.
Tienen que ser
conscientes de su importancia, de su capacidad de acción y de su fuerza.
Deben enarbolar la
bandera de la defensa de la alimentación nacional, de la sostenibilidad de las
pesquerías, del cuidado del medio ambiente, de la justa participación del país
en la renta económica pesquera y del trato equitativo en todas las mesas de concertación,
de diálogo o de trabajo que tenga que ver con la pesquería.
Dado que la
ciudadanía, la sociedad peruana, no tiene representación en la gestión
pesquera, son los pescadores artesanales quienes, debidamente liderados, deben y
pueden asumir esa representatividad.
Marcos Kisner Bueno
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