El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

4 de marzo de 2016

El saqueo de los recursos naturales del Perú

La República del Perú es una continuación de la administración colonial establecida por España en el territorio que actualmente se denomina Perú (que originalmente era una unidad que abarcaba a varios otros países). Fue arrebatado a sus legítimos propietarios y habitantes originarios a través de una feroz guerra de conquista, seguida de una destrucción sistemática de su cultura y su forma de vida. La Biblia y la Inquisición fueron el arma ideológica del asalto; la espada, el caballo y el cañón fueron las armas de destrucción masiva; el crucifijo fue el instrumento que corrompió el alma del indio; y las enfermedades de los europeos un arma biológica casual; pero arma al fin. “Primero, fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la confusión. Luego, fueron privados de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo y finalmente, las enfermedades importadas por los europeos encontraron a sus organismos sin anticuerpos para resistir los virus y bacterias” (Bernardo Veksler).

Sin embargo, la destrucción del cuerpo y del alma de los aborígenes efectuada por la corona española, con la complicidad y apoyo de la Iglesia Católica, no tuvo el éxito total esperado, dado que al 2016 todavía existen cerca de 4 millones de indígenas de las razas que existían en este territorio antes de la conquista y del saqueo.

Debe sumarse la cifra de las poblaciones amazónicas que no pertenecían al Incanato y de las cuales aún existen poblaciones no contactadas. El actual Perú es un territorio delimitado artificialmente por los conquistadores y libertadores que engloba al antiguo Tawantinsuyu y a parte de la Amazonía.
“La sociedad capitalista se concibió a partir de la sangre, la esclavitud y el saqueo impulsado por las potencias europeas de la época”. (Bernardo Veksler)
El conquistador europeo se estableció en este territorio, lo colonizó, lo saqueó y lo gobernó durante más de 300 años. Durante ese periodo exportó enormes cantidades de oro, plata, minerales y productos agrícolas, que seguramente dieron cifras importantes de exportación y crecimiento del PBI, de las cuales nuestros economistas podrían estar orgullosos. Entonces, al igual que ahora, ese crecimiento económico no generó desarrollo humano ni bienestar social a la población originaria. Favoreció el crecimiento de Europa y generó la aparición de nuevos ricos en el nuevo y en el viejo Mundo.

Esos nuevos ricos fueron españoles o europeos, con capacidad y poder para establecerse en las tierras nuevas y de apropiarse de ellas a través de múltiples mecanismos conocidos y relatados por los historiadores. Sus descendientes se volvieron criollos, nacieron en este territorio; pero mantuvieron sus vínculos con el Viejo Mundo y sus costumbres, esquema que se repitió incluso con aquellos que se mezclaron con los aborígenes produciéndose un mestizaje racial; pero no cultural. No hay mejor ejemplo que Garcilaso de la Vega, quien en sus obras traiciona a su raza al no escatimar argumentos para justificar la conquista y destrucción de las antiguas costumbres de su propia herencia por parte de su madre, la ñusta inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna Cápac.

Las tierras y riquezas acumuladas durante siglos, se originan como botín de guerra, definitivamente inmoral. Pese a que la historia la escriben los vencedores, que producen una deformación de la realidad, no  pueden ocultar el hecho de que la República solo fue un tránsito del Virreynato a un nuevo modelo político, con los mismos actores. La clase dominante colonial es la misma clase dominante republicana, que tan solo cambia de amo, como evidencia el clásico ejemplo de Hipólito Unanue que sirve a cuanto amo se le apareció con tal de conservar su estatus. Los aborígenes no participan en el proceso de las guerras de la independencia, salvo como soldados reclutados para las filas de los ejércitos libertadores, entusiasmados por promesas que nunca fueron cumplidas. Las guerras de independencia solamente cambiaron un poder político por otro; pero no representaron nada efectivo para las poblaciones aborígenes.

La cultura de esos pueblos fue ferozmente perseguida durante la República, una de cuyas muestras es la destrucción de la Confederación Perú Boliviana por una banda de bandoleros chileno peruanos que lograron desarticularla. La Confederación pudo reunificar a los pueblos de esta parte del continente; pero fue impedida por Chile. El máximo héroe del triunfo chileno, en su feroz persecución contra los pueblos aborígenes, no encontró mayor dificultad en encontrar aliados peruanos como el propio Ramón Castilla, quien no dudó en combatir contra su patria, el Perú, con tal de destruir cualquier posibilidad de resurgimiento de las razas aborígenes.
La explotación de la tierra y de las minas siguió generando riquezas para un grupo económico que nunca tuvo la intención de compensar a los pueblos originarios. Es más, a la explotación de sus riquezas naturales tradicionales como fueron los productos de la agricultura y de las minas, se agregó en el tiempo, la explotación de sus árboles y de sus productos del mar, ríos y lagos.

De acuerdo con las cifras del Censo de Población y Vivienda 2007 del INEI, la población indígena en el Perú asciende a más de cuatro millones de habitantes. Además, indican que la población indígena de la Amazonía fue de 332 mil 975 habitantes. Alrededor del 15% de la población del país, sigue siendo marginada del desarrollo humano y social porque el modelo que endiosa el crecimiento del PBI no funciona para ellos. Las conciencias de las clases dominantes se aligeran cuando establecen limosnas para esa población a través de “programas sociales”, los cuales generalmente reciben críticas de esa derecha que no admite compartir su riqueza mal habida.

La derecha peruana está representada por los descendientes de los conquistadores y de los encomenderos, que fueron quienes centralizaron el poder y fueron los protagonistas y gestores de los principales nexos de comercio e inversión en Perú luego de la proclamación de la independencia.

Derecha, oligarquía, poder oculto o como quiera llamársele, el hecho es que existe una clase dominante en el país que no tiene legitimidad ni liderazgo. Solo posee capacidad de manipulación a través del lobby y el poder que le concede su riqueza, viniese de donde viniese.

La oligarquía peruana,  la derecha,  la clase dominante, o como quiera llamársele, tiene cuatro etapas:

De la consolidación de la conquista y establecimiento de la administración colonial a través de virreyes, hasta la declaración de independencia en 1821.
De 1821 a 1930, época en la cual ejerce el poder político de manera directa, a través  de partidos políticos y el poder económico.
De 1930 a 1968,  durante el cual mantiene el poder económico, pero ejerce el poder político indirectamente, a través de caudillos civiles y/o militares. 
De 1968 a la fecha, durante el cual se empieza a reciclar y cambiar de formas y estructuras, cambiando el concepto de oligarquía por el de poder fáctico apoyado por la globalización, las grandes transnacionales y el nuevo modelo liberal dirigido por la más grande economía capitalista del mundo.

Han cambiado las formas y procedimientos; pero el origen de las fortunas sigue siendo el mismo. Los que hoy detentan el poder económico heredaron su riqueza de los saqueadores de América. Probablemente se incorporan nuevos actores y desaparecen antiguos; pero el principio y el origen siguen vigentes: las riquezas de este país pertenecen a una comunidad que aún vive y que no pudo ser erradicada por más esfuerzos que se hicieron.

El siguiente es un somero resumen de las percepciones del profesor François Bourricaud en su obra  “Poder y Sociedad en el Perú Contemporáneo”:

 “Uno de los principios de la vida política peruana de entonces  era la exclusión  de la población originaria, de los analfabetos y de las mujeres. El régimen gubernamental es uno oligárquico que representaba como máximo  a la plutocracia de Lima, Arequipa y Trujillo,  en alianza con caudillos militares provenientes de las clases bajas y que tenía como referencia suficiente el humor político de los electores de las tres mencionadas ciudades. Otro de los principios de esta sociedad es la designación de los personajes políticos por un pequeño grupo, en función de sus intereses, mediante procedimientos oscuros y componendas bajo mesa que los electores solo refrendaban como hechos consumados.

De este modo, el estado  es un instrumento para el provecho propio e intereses egoístas de la oligarquía  y de represión contra los demás componentes de la sociedad. El poder de la oligarquía  procede de su capacidad de captar para sí la mayor parte de la riqueza generada por las fuerzas productivas del país  en desmedro de la colectividad. Se debe, también, a su eficiencia para legitimar esa captación de recursos como lo mejor para el progreso del país.

El periodo bajo estudio tiene dos aspectos: uno positivo, de auge económico con base en la exportación como materia prima de algodón, azúcar, minerales metálicos y harina de pescado, y otro negativo, de amenazas crecientes provocadas por el aumento incesante de la población que genera los problemas de la migración del campo a la ciudad y el consiguiente abandono de los centros de producción de economía de subsistencia de la Sierra, fuentes de explotación y de mayor pobreza.

El estado y la oligarquía  enfrentan nuevas demandas sociales por mayores servicios de infraestructura básica, y exigencias perentorias de cambios políticos radicales que ni el uno ni la otra son capaces de comprender y menos atender, debido a su incapacidad de adaptación  y a la poca autorregulación del sistema político imperante. No obstante y a pesar de la violencia del tema agrario y su consiguiente represión policial, en el período bajo análisis no se produjo la explosión o estallido social pregonado por los intelectuales catastróficos o apocalípticos de entonces”
“Bourricaud no advirtió que si bien el Perú a mitad del siglo XX era un Estado, no era una Nación. Tampoco lo es hoy. 

En esa entonces, era con mayor nitidez aquella “promesa” a la que aludió Jorge Basadre, aquél  exceso semántico al que después se refirió Pablo Macera; en fin, un proyecto de país en construcción, sin ningún factor real de cohesión social.  Ese era el resultado de una independencia no querida por los propios españoles peruanos – a pesar de que siendo aristócratas en el orden social de la ocupación, eran en los hechos “ciudadanos de segunda”. La emancipación tampoco fue deseada por los mestizos y fue rechazada hasta por los esquilmados “pueblos originarios” cuyos representantes eran tan realistas como el propio virrey.

La caída del poderoso Virreinato del Perú fue, qué duda cabe, producto del esfuerzo de los ejércitos del Sur y del Norte de América Latina y de todo el andamiaje de intereses planetarios que actuaron como vientos de fronda, comandados por libertadores criollos que lucharon por los intereses de su clase, de su clan o tribu.

Esto determinó que en el Perú, al irse los colonialistas y los  libertadores, el ejercicio del poder se trasladara, sin gran  sacrificio de por medio, a la clase criolla nacional y en pequeña parte a los mestizos blancos, a partir de  los cuales se estructuró la oligarquía aristocrática. Esta, por supuesto, excluyó totalmente de todas las formas de acceso y ejercicio  del poder a los  pueblos originarios, despectivamente llamados  “indios”, a las mujeres  y a los negros, quienes prosiguieron sumidos en inexistencia civil, la explotación, la pobreza, la exclusión total. 

Bourricaud, tampoco consideró bajo ningún punto de vista la supervivencia de los pueblos nativos, la prevalencia de sus culturas, de sus idiomas, de sus visiones cosmogónicas  ancestrales y de sus derechos territoriales en especial de las naciones Quechua, Aymara, Asháninka y Awajun,  a pesar del genocidio al que fueron sometidos durante la ocupación ibérica y, menos aún, tuvo en cuenta sus luchas por su identidad (de Manco Inca a Túpac Amaru I, pasando por  Juan Santos Atahualpa, hasta Túpac Amaru II y Túpac Catari)” 

Tomado de http://paichecitodigital.blogspot.pe/2015/02/sobre-la-oligarquia-peruana-analisis.html )


Este es el marco dentro del cual la administración entrante debería evaluar los aportes de la industria pesquera al estado peruano.

Marcos Kisner Bueno
ABYA YALA, EL VERDADERO NOMBRE DE ESTE CONTINENTE.

Esta denominación es dada al continente americano por el pueblo Kuna, desde antes de la llegada de los europeos. Este pueblo es originario de la serranía del Darien, al norte de Colombia. Y que hoy en día habita la región al sur de Panamá y el norte de Colombia. A los Kuna de la región Colombiana se les conoce como Kuna-Tule.

La cultura kuna sostiene que ha habido cuatro etapas históricas en la tierra, y a cada etapa corresponde un nombre distinto de la tierra conocida mucho después como América: Kualagum Yala, Tagargun Yala, Tinya Yala, Abia Yala. El último nombre significa: territorio salvado, preferido, querido por Paba y Nana, y en sentido extenso también puede significar tierra madura, tierra de sangre”. Así esta tierra se llama “Abia Yala”, que se compone de “Abe”, que quiere decir “sangre”, y “Ala”, que es como un espacio, un territorio, que viene de la Madre Grande.

Es así como hoy en día, diferentes organizaciones, comunidades e instituciones indígenas y representantes de ellas de todo el continente, han adoptado su uso para referirse al territorio continental, en vez del término “América”. Es por esto que el nombre de ABYA YALA es utilizado en sus documentos y declaraciones orales. Como símbolo de identidad y de respeto por la tierra que habitamos.

Enrique Dussel (Dussel, 1993) ya nos había advertido que el denominado "descubrimiento de América" fue, en verdad, el encubrimiento de los pueblos que aquí habitaban. ABYA YALA es, así, el verdadero descubrimiento de América.

En la lengua del pueblo Kuna, ABYA YALA significa "tierra madura", "tierra viva" o "tierra en florecimiento" y es sinónimo de América. El pueblo Kuna es originario de Sierra Nevada, en el norte de Colombia, habitó la región del Golfo de Urabá y las montañas de Darien, y actualmente vive en la costa caribeña de Panamá, en la Comarca de Kuna Yala (San Blas). 

Fuente

25 de febrero de 2016

EDITORIAL MARZO 2016 REVISTA PESCA

La pugna para acceder a cargos en la nueva administración, bien sea para defender intereses de parte, o apetitos personales, se irá evidenciando a partir de los resultados de la segunda vuelta electoral y permitirá predecir cuál será la agenda sectorial a partir de agosto.

Si queda conformado por autoridades ajenas a la realidad sectorial y fácilmente influenciables por quienes defienden intereses de parte, no se verán reformas en la pesca.  La gobernanza del sector quedaría expuesta debido a la manipulación del lobbysmo y el aporte al PBI seguiría como tema prioritario en la agenda, poniendo en segundo plano la opinión técnica. O sea, más de lo mismo, por más maquillaje que quisieran ponerle a través de nuevos operadores políticos.

Convirtiendo una situación científica en una situación política, el poder cedería a la presión que se ejerza a través de los medios de comunicación y del lobby. El peso de las decisiones se vería influenciado por quienes detentan el poder fáctico, los cuales ejercerían mayor o menor grado de influencia, según el apoyo de una prensa poco informada sobre la pesca, que solo resalta brevemente temas de coyuntura. La presión efectuada a través de eficaces operadores políticos, así como la de nuevos lobistas, se hará más o menos evidente en función de los nuevos funcionarios que asuman cargos el 1 de agosto.

El sistema de ordenamiento pesquero, ya violentado varias veces por jueces que dictan medidas cautelares indebidas, resultaría así expuesto a mayores perforaciones provenientes de decisiones tomadas en función al ruido político, o la presión. La gobernanza del sector resultaría  comprometida, no por las necesidades o los intereses nacionales y los de la ciudadanía común y corriente, la cual es la legítima propietaria de los recursos hidrobiológicos, sino por los intereses comerciales del sector.

Hasta ahora no hay evidencia de genuino y real interés político por introducir cambios de fondo en la pesquería peruana. Una nueva Ley de Pesca no resolvería temas inmediatos porque resultaría lenta de aplicar en términos reales y prácticos, tanto por el tiempo que demoraría su discusión y promulgación, como su implementación. 

Mientras tanto, los temas de fondo urgentes seguirían relegados.

Lo que se requiere es decisión y voluntad políticas de funcionarios honestos y comprometidos con el país, sin intereses personales en la pesca. De lo contrario, solo quedaría  la intervención de la ciudadanía mediante la creación de incidencias políticas que fuercen la toma de algunas decisiones y la generación de algunos cambios.

Si no se actúa a través de más ciudadanos activos, la democracia peruana degenerará hacia la oclocracia, es decir al gobierno de los insapientes.

La ciudadanía, con su indiferencia y desinterés, se convertiría en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos pesqueros y de la contaminación que la actividad genera sobre el ambiente y sobre la moralidad.

Marcos Kisner Bueno

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería que difunde información, ideas y  corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a MARZO 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

16 de febrero de 2016

¿PORQUE RELACIONAR LA PESCA AL PBI Y NO A LA RENTA?

Esta nota que se transcribe a continuación, es una clara explicación del porqué las cosas no van a cambiar en cuanto a la pesca. Estamos en la edad del PBI y quienquiera que fuese el ganador de las elecciones, difícilmente podrá modificar el estatus actual, aún si quisiera hacerlo.  

Tal como declara César Hildebrandt en la entrevista que concedió a la República: Las elecciones son en este momento una farsa. En el Perú no importa si ganas, no importa si pierdes. Quien gana al final es la Confiep. Ganó Humala y ganó la Confiep. Ganó García y ganó la Confiep, ganó Toledo y ganó la Confiep. Bueno, ganó Fujimori diciendo que no haría jamás el shock de la derecha, que planteaba el señor Mario Vargas Llosa, y ganó la Confiep. Entonces, en este tono monocorde, en esta sinfonía de un solo tono, dime tú si racionalmente uno puede tener esperanzas de que algo cambie”

El impacto que tiene sobre el PBI tiene un peso superior a cualquier otra consideración técnica, científica o biológica y seguirá constituyendo la piedra angular de la gestión en la pesquería peruana.

No hay forma de ganarle al sistema ni cambiarlo tal cual está hoy en día. Por tanto mantener una situación de confrontación con la industria pesquera pretendiendo que reduzca sus niveles de captura y por ende de producción, es apostar a perdedor. Nadie le ganaría una guerra a la industria.

La gestión del sector tiene que enrumbarse hacia la concertación y el dialogo para introducir cambios y mejoras que beneficien la alimentación nacional, la investigación, la tecnología, la innovación y la fiscalización y control sin desgastarse en temas que no serán cambiados.


¿Por qué nunca nadie relaciona la recaudación de impuesto a la renta de tercera categoría del país con la recaudación proveniente del sector pesquero?

La cifra es la siguiente: entre el 2001 y el 2015 la Sunat ha recaudado 214,468´927,370 soles por impuesto a la renta de tercera categoría. El sector pesquero tradicional, o sea la industria de harina y aceite de pescado aportó 1,286´100,000, o sea el 0.60%. El sector pesquero no tradicional, es decir el de consumo humano directo aportó 914´900,000 o sea el 0.427%. En total el sector pesquero aportó 2,201´000,000 o sea el 1.026%


Marcos Kisner Bueno

¿POR QUÉ EL PBI DE DICIEMBRE SUPERÓ LAS EXPECTATIVAS?

POR ANTHONY SUCLUPE

El PBI se disparó hasta 6.39% en diciembre, un punto porcentual por encima del consenso de Reuters. Dos factores explican por qué creció más que lo esperado.

El PBI del 2015 sorprendió a propios y extraños. La tasa de crecimiento anual fue de 3.3, 0.6 puntos porcentuales por encima de las expectativas del consenso de analistas de FocusEconomics —2.7%— y de la última proyección del propio BCR —2.9%—, que suele ser optimista. Además, la tasa fue casi un punto porcentual adicional al del 2014 (2.4%).

¿Por qué superó las expectativas con tanta diferencia? El principal factor fue el fuerte crecimiento de la actividad económica en diciembre —la tasa mensual más alta del 2015 y de los últimos 2 años— debido al buen desempeño de la pesca —básicamente por un efecto base— y de la minería. Esta última debido al adelanto en la entrada de nuevos proyectos. “Las cifras de la actividad venían bajas hacia octubre. Cuando hicimos la proyección de 2.5% de crecimiento para el 2015, no esperábamos un repunte tan fuerte de minería y pesca hacia el final del año”, sostuvo Francisco Grippa, economista principal de BBVA Research.

MINERÍA ADELANTADA

En diciembre la minería continuó acelerándose y fue el factor clave para sobrepasar las expectativas del mercado. La minería representó “medio punto porcentual o un poco más de la diferencia entre nuestra última proyección del 2015 [2.5%] y la cifra oficial [3.3%]”, enfatizó Grippa.

Sólo en diciembre, la producción minera creció 30.7% interanual. El 37% del crecimiento de diciembre se debió a la minería. Las minas Toromocho y Cerro Verde más que duplicaron su producción respecto a diciembre del 2014. En el caso de Cerro Verde, debido a la puesta en marcha de su ampliación. Antamina, la principal productora de cobre del Perú, incrementó su producción en 60% debido a la mayor ley (concentración de metal) en su zona de extracción. Por su parte, se inició la producción de Las Bambas de MMG con 6.7 millones de toneladas métricas finas.

“Estimábamos que Cerro Verde y Las Bambas entraran en el primer trimestre y segundo trimestre del 2016, respectivamente, pero [los proyectos] se adelantaron y empezaron a producir a finales del 2015. La sorpresa positiva vino por ahí”, resaltó Grippa.

Otro factor que influyó en el resultado de la minería en diciembre fue el efecto base. En diciembre del 2014, la minería se contrajo 12% debido al cierre de algunas minas como Pierina de Barrick. Además, “el menor tonelaje de mineral tratado con bajo contenido metálico y menores leyes, y la paralización temporal de algunos yacimientos ante la baja rentabilidad de las operaciones productivas” influyeron en el resultado del sector, señaló el INEI en su reporte producción del 2014.

PESCA Y CONSTRUCCIÓN EN AZUL

El efecto base volvió a favorecer al sector pesca, que creció 82.5% anual debido a que no hubo segunda temporada de pesca en el 2014. En diciembre, los desembarques de anchoveta –el principal producto pesquero del país– representaron el 14% de la captura total del 2015 y casi duplicaron la extracción de noviembre. “Cuando hicimos nuestra proyección se esperaba un Fenómeno El Niño más fuerte y la ausencia de segunda temporada de anchoveta”, señaló Grippa. Sin embargo, la magnitud de El Niño se debilitó conforme se acercó el final del año y, pese a los temores, sí se realizó la segunda temporada de pesca.

La producción pesquera impulsó al sector manufactura –que avanzó 5.02%– debido al mayor procesamiento de harina de pescado.

Otro aspecto importante fue el avance de la construcción, que cayó durante todo el 2015 y tuvo su primera cifra positiva del año (0.08%) en diciembre. El mayor consumo de cemento en el sector privado y en el sector público —por la mayor inversión en gobiernos subnacionales— hicieron crecer al sector en el último mes del 2015.

EL 2016 Y EL EFECTO BASE

Tras 18 meses, en diciembre todos los sectores de la economía tuvieron un crecimiento y continuaron la aceleración económica iniciada en agosto. “Los resultados de principio de este año no van a ser malos como las cifras que teníamos a inicios del 2015”, resaltó Grippa.

En el corto plazo, es de esperar que a medida que el aumento de la producción de los proyectos Cerro Verde y Las Bambas continúen impulsando a la minería, y por ende al PBI de los primeros meses del 2016.

Fuente



8 de febrero de 2016

LOS INGRESOS DEL ESTADO PERUANO PROVENIENTES DE LA ACTIVIDAD PESQUERA


La agencia de noticias Andina publicó: El viceministro de Pesca y Acuicultura del Ministerio de Producción, Juan Carlos Requejo, anunció hoy que el Perú ocupa el primer lugar como abastecedor de harina de pescado en el mundo y también destaca como el primer país en el globo en la captura de pota.
"El 95% de la captura de anchoveta se destina a la harina de pescado y somos el principal abastecedor en el mundo. La exportación se realiza principalmente a los países de Estados Unidos, Noruega, Unión Europea y Asia, donde existe un alto índice de consumo de dicho producto", resaltó Requejo”


Al analizar las cifras de recaudación del impuesto a la renta de tercera categoría y de la devolución de impuestos al sector, tomadas de la Nota Tributaria que publica la SUNAT podemos ver el panorama completo.

El siguiente cuadro muestra las cantidades que el fisco ha devuelto al sector pesquero desde el año 2001. No hay registros anteriores en la Nota Tributaria. En el mismo se aprecia cuánto ha recibido la pesca tradicional, es decir la industria de harina de pescado y cuánto ha recibido la industria de congelados, conservas y curados


Esta nota muestra por separado los tributos administrados por la Sunat y parte de los recursos directamente recaudados por el Ministerio de la Producción como los derechos de pesca. No existe una base de datos común o única que integre toda la información.

Para el curioso lector no versado en temas tributarios, le podría surgir la duda, la inquietud o la pregunta de cómo entender que al sector Pesca se le devuelve impuestos pagados en mayor proporción que los recaudados.

En un periodo de 15 años ha devuelto la suma de 8,589’ 00,000 soles y cobrado por impuesto a la renta la suma de 2,201’000,000 de soles. Del total de recaudación de renta de tercera categoría del país, el aporte del sector pesquero es del 0.66%


Fuente: Nota tributaria de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) Cuadro 21.   
Elaboración: Revista Pesca        
La Fuente, que es la Nota Tributaria, no precisa el detalle de la devolución. Se presume que es el IGV.    
En estas cifras falta incorporar el drawback que reciben algunas partidas de la industria pesquera, cuyo detalle no se aprecia en la Nota Tributaria         
Nota:                          
Corresponde a los pagos en efectivo, cheque y/o documentos valorados de los Ingresos Tributarios de Tributos Internos. Excluye las Contribuciones Sociales.                  
No considera otras formas de pago de tributos como compensación de saldos a favor y otros. No se descuenta las devoluciones.                    
En estas cifras falta incorporar el drawback que reciben algunas partidas de la industria pesquera, cuyo detalle no se aprecia en la Nota Tributaria  
Tratándose de recursos naturales como los pesqueros, es complicado encontrar el debido equilibrio entre los intereses económicos de los industriales, las necesidades de empleo de la población que depende de este sector y los intereses del país. La búsqueda de rentabilidad y empleo inmediatos sin atender a las razones de la sostenibilidad a largo plazo para beneficio de las futuras generaciones es un tema de difícil manejo,  convirtiéndose una situación científica en una situación política. Lo que está ocurriendo es que se prioriza la segunda por los componentes socio económicos que implica, como el crecimiento del PBI.

Hasta ahora, pareciera que el futuro de la pesca en el Perú será decidido en los próximos años por la presión política y la necesidad económica, no por la conveniencia científica ni la necesidad alimentaria de la población nacional.

La ciudadanía, con su indiferencia y desinterés por los temas del mar y de la pesca, se convierte en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos pesqueros, de la contaminación que la industria genera y de una inequitativa participación en la renta que generan sus recursos pesqueros.

Un nuevo enfoque debe contemplar una participación del Estado en la renta pesquera más justa, en la medida que representa a los ciudadanos propietarios del recurso natural.

Los desembarques provenientes de la pesca artesanal no están obligados al pago de derechos de pesca. Casi la totalidad de desembarques para CHD provienen de la pesca artesanal. Si además el vendedor del producto pesquero es informal, o sea que no paga renta ni IGV (porque la venta de pescado fresco está exonerada), estamos ante una situación discriminatoria e injusta. 

La pesca industrial paga derechos de pesca diferenciados por especie y muy bajos, dentro del ordenamiento legal vigente. Que sea legal, no significa necesariamente que sea lo debido.


Cuando se ve, desde esta perspectiva y bajo un enfoque de renta y del ciudadano, que todos los desembarques para consumo humano directo, o sea casi 13 millones de toneladas en los últimos 12 años, no han pagado derechos de pesca porque la norma así lo permite, surge  la necesidad de replantear el enfoque de la pesca desde una perspectiva ciudadana no pesquera. Porque el recurso natural no es propiedad de los pesqueros, sino de todos los peruanos.

Existen muchas demandas sectoriales por inversión en infraestructura, por más investigación, por mayor control y fiscalización, por más acciones en desarrollo tecnológico, y por incentivos para la propia industria y la acuicultura. Todas legítimas y razonables desde el punto de vista del administrado, es decir del empresario, sea grande o pequeño.

La pregunta es ¿con qué dinero? o ¿cuál sería la fuente de financiamiento para atender estas demandas?
Desde la óptica de la administración tributaria, lo recaudado es muy poco probablemente, para atender la demanda; pero más allá de eso, ¿puede y/o debe atenderse esta demanda con cargo a la recaudación por renta y derechos de pesca?


Lo destacable del cuadro es la cifra de derechos de pesca, (que son recursos directamente recaudados por el Ministerio de la Producción) que en el período del 2003 (fecha de creación del canon pesquero) al 2015 ha producido 305’293,405 soles que han sido transferidos a los gobiernos locales y regionales.

En relación a la sumatoria de la recaudación por derechos de pesca e impuesto a la renta, podemos decir que son recursos escasos en relación a la demanda de inversión que existe y/o que podría hacerse; o que son recursos injustos en proporción a la renta de la industria; o que podrían ser mayores si la informalidad del sector artesanal se redujese.

No estamos frente a programas sociales, los cuales atienden demandas de las cuales como Nación no podemos evadir, ya que atienden a poblaciones vulnerables y comunidades indígenas y campesinas con las cuales tenemos una deuda secular. Estamos frente a empresarios, grandes o pequeños, formales o informales, que requieren y/o solicitan intervención del Estado para financiar las actividades descritas.

Muchos de los empresarios que efectúan estas demandas, no generan tributos bien sea por informalidad o por exoneración (caso IGV), o finalmente por tamaño de operaciones.

Si bien es cierto la ciudadanía peruana, como consumidor final, es beneficiaria de la inversión pública, es verdad también que hay consumidores finales del extranjero, que se benefician de nuestras exportaciones pesqueras. Por tanto, si hay una especie de subsidio o subvención a la pesca nacional, pese a que no todos los agentes sectoriales tributan,  podría justificarse por el beneficio que recibe la población nacional (aunque no toda lo recibe). Pero ¿debemos también beneficiar al consumidor del extranjero, pese a que el Perú tiene déficit alimentario en gran parte de su población?

¿Con cargo a qué fuente de financiamiento podría o debería el Estado peruano realizar inversiones en el sector pesquero artesanal, en la acuicultura y en la industria de consumo humano directo?

Pero más allá de ello, la ironía es que, bien sean escasos o suficientes, no se gastan con eficacia, lo que pone en duda la necesidad de contar con mayores recursos para inversión y que constituye un argumento legítimo de queja del administrado que bien puede decir que no hay necesidad de más dinero para el fisco porque siempre sobra dinero, como puede apreciarse en las siguientes páginas.

Esto ilustra la complejidad de los temas pesqueros que hacen necesaria una dedicación a tiempo completo del Titular del Pliego del sector a fin de darles debida solución en el plazo más corto posible.



En la edición de febrero del 2016 la Revista Pesca presentó una nota referente a la naturaleza de los subsidios en la pesca, así como sobre el consumo de pescado en el Perú, que recomiendo leer como complemento a las ideas expuestas en esta nota.

1 de febrero de 2016

La Revista Pesca en el 2016

La Revista Pesca en 2016

La Revista Pesca es el medio más antiguo y prestigioso de la pesquería peruana.


La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información, ideas y  corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y  del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.

http://revistapesca.blogspot.pe/p/historia-de-la-revista-pesca.html

21 de diciembre de 2015

Millonaria multa a buque expulsado del Pacífico vuelve a foja cero

El buque factoría Damanzaihao fue expulsado por pesca ilegal. Consejo de Apelaciones declaró nulas de oficio multas por s./20 millones.

Incluso ha sido considerada por las autoridades peruanas como barco pirata.

Escribe:
Beatriz Jiménez

La mayor multa pesquera que ha puesto hasta la fecha el Ministerio de la Producción (Produce) ha quedado en nada gracias a una resolución de la Sala Superior del Tribunal de Apelaciones del mismo ministerio, que ha devuelto el expediente de nuevo a la Dirección General de Sanciones.

La elegida para esta multa ejemplar fue Sustaintable Fishing Resources SAC, empresa perteneciente a China Fishery Group y propietaria del Damanzaihao, el buque factoría más grande del mundo que desde julio de 2014 ostenta la bandera peruana.

El 6 de febrero de este año, la Organización Regional Pesquera del Pacífico Sur (OROP-PS) declaró al Damanzaihao barco pirata y lo expulsó del Pacífico al incluirlo en la lista negra de embarcaciones que practican la pesca ilegal, no declarada y no regulada.

Días antes, el 3 de febrero, Produce a través de 3 resoluciones directorales (n° 263, 271 y 272) multó al Damanzaihao y a sus 5 buques arrastreros con 6 multas por causales diferentes que en total sumaban casi 20 millones de soles. La más onerosa (4158 UIT) fue por extraer recursos no autorizados (pota) por los pesqueros y por transbordar esos recursos al buque factoría para su procesamiento del 23 de junio al 8 de julio de 2014 sin autorización y sin estar registrado en la organización internacional del Pacífico, que regula la pesca en alta mar. Y por pesca y nuevos transbordos sin autorización del 9 al 20 de julio, cuando ya contaba con nuestra bandera pero no estaba autorizado por la OROP. Otros motivos de sanción según estas resoluciones de Produce fueron transbordar jurel en agosto y septiembre sin autorización a una embarcación con bandera panameña del mismo grupo empresarial; usar aparejos pesqueros ilegales y, finalmente, obstaculizar e impedir la labor de fiscalización a bordo del inspector del Instituto del Mar de Perú (Imarpe).

Con este historial de sanciones puestas por Produce y la expulsión de la OROP, el buque factoría Damanzaihao está junto a sus 5 barcos pesqueros en la bahía de Chimbote esperando una solución que, a la luz del éxito de las apelaciones presentadas, podría no ser el pago de las multas.

En marzo de este año, La República narró el confuso proceso con el que logró la bandera de nuestro país a pesar de un historial que hizo que este gigante de 49 mil toneladas fuera reconocido como pirata y tuviera denuncias incluso de trata de personas.

El 28 de abril de 2014 llegó al puerto de Ilo con el nombre de Lafayette enarbolando la bandera de Mongolia, tras portar anteriormente la de Rusia. En Ilo solicitó nuestro pabellón, que en aquel entonces ya exhibían sus 5 buques arrastreros, autorizados por Produce desde 2013. La Marina se lo otorgó el 9 de julio de ese año, argumentando a este diario que en ese entonces ya contaba con autorización de Produce. Sin embargo, este ministerio lo negó y sostuvo que le dio la autorización el 23 de agosto porque ya contaba con la bandera. En este mar de contradicciones hasta ahora no resueltas, la nave nodriza Damanzaihao y sus 5 pesqueros están más cerca de volver a faenar gracias a una estrategia legal que se beneficia de los vacíos en nuestra legislación sobre la pesca más allá de las 200 millas.

Nulidad de oficio

La empresa obtuvo la primera resolución a su favor del Consejo de Apelaciones el 17 de julio de este año (n° 325-2015 ). Esta resolución declaró nulidad parcial de oficio a la causal de la multa más honerosa, reduciéndola a 372 UIT y limitando la fecha de las infracciones del 23 de junio al 8 de julio. Este tribunal de Produce acogió el argumento de la empresa que sostenía que al no existir legislación sobre pesca y desembarcos en alta mar de embarcaciones peruanas, el transbordo de pota sin permiso a partir del 8 de julio no sería sancionable ya que desde ese entonces el Damanzaihao ya portaba la bandera peruana. Sin embargo, este tribunal ratificó el resto de sanciones.

La empresa volvió a apelar todas las resoluciones, esta vez a la Sala Superior del Consejo de Apelaciones. Esta sala, el pasado 17 de octubre declaró nulas de oficio todas las resoluciones que penalizaban a Sustaintable Fishing Resources y retrotrajo estos expedientes a la Dirección Nacional de Sanciones , que debe volver a analizar todo el caso. Es decir, todo volvió a foja cero.

El argumento en las 3 resoluciones de octubre se resume en que no existe en el ordenamiento pesquero un permiso de pesca para desarrollar actividades fuera de las 200 millas. Tampoco un procedimiento que haga viable la autorización para realizar el transbordo de pesca en alta mar. Por ello, este tribunal de apelaciones sostiene que existe "una incorrecta motivación jurídica".

La República solicitó una aclaración legal a Produce, quien se negó argumentando que no puede emitir opiniones ya que el proceso legal sigue en curso en la Dirección Nacional de Sanciones.

Si Perú no sanciona al Damanzaihao, este buque podría salir de la lista negra de la OROP en la próxima asamblea de este organismo, prevista en enero de 2016, en Valdivia. En esta asamblea, Perú participará por primera vez como país miembro después de que este mes de noviembre el Congreso ratificara la adhesión a este organismo.

CFG admite infracción de la OROP, pero niega el resto

Francisco Paniagua, director de China Fishery Group Investment, responde sobre el comportamiento del Damanzaihao desde que porta la bandera peruana. Paniagua, acompañado por la ex ministra de justicia Rosario Fernandez, hoy abogada de esta empresa, admitió que el entonces Lafayette dio apoyo de avituallamiento a sus 5 buques pesqueros de mayo a junio de 2014 sin contar con autorizacion de la OROP. Pero niega que hayan realizado actividades pesqueras porque dice que no hubo pesca.

La empresa, perteneciente a la internacional Pacific Andes, líder mundial en pescado congelado, sostiene que de agosto a octubre, cuando ya contaba con bandera peruana, informó a Produce del desembarco de jurel en alta mar a una nave panameña del mismo grupo, por lo que rechaza la sanción por esos desembarcos. Sostiene que en Produce ha podido haber "un apresuramiento y una falla numérica", ya que el saldo en bodega si se quitan los transbordos es el que figura en el acta de inspección.

"La empresa ha concurrido a todas las audiencias y ha procurado toda la información necesaria", afirma Paniagua."La discusión es técnica".

 Cifras

49 mil toneladas de bodega tiene el Damanzaihao.
 7400 toneladas de cuota de jurel en alta mar fueron otorgadas en 2015  a Perú por la OROP-PS.
 0% de su cuota pescó Perú. Solo el Damanzaihao y sus buques operan en alta mar con bandera peruana. Debido a su expulsión del Pacífico por pesca ilegal, Perú no pescó.

Fuente

9 de diciembre de 2015

Replantear el enfoque de la pesca desde una perspectiva ciudadana

Tratándose de recursos naturales como los pesqueros, es complicado encontrar el debido equilibrio entre los intereses económicos de los industriales, las necesidades de empleo de la población que depende de este sector y los intereses del país. La búsqueda de rentabilidad y empleo inmediatos sin atender a las razones de la sostenibilidad a largo plazo para beneficio de las futuras generaciones es un tema de difícil manejo,  convirtiéndose una situación científica en una situación política. Lo que está ocurriendo es que se prioriza la segunda por los componentes socio económicos que implica, como el crecimiento del PBI.

El futuro de la pesca en el Perú será decidido en los próximos años por la presión política y la necesidad económica, no por la conveniencia científica ni la necesidad alimentaria de la población nacional.

La sociedad civil, con su indiferencia y desinterés por los temas del mar y de la pesca, se convierte en cómplice silenciosa del agotamiento de los recursos pesqueros, de la contaminación que la industria genera y de una inequitativa participación en la renta que generan sus recursos pesqueros.

Un nuevo componente en la ecuación debe ser el establecimiento de una participación del Estado en la renta pesquera más justa, en la medida que representa a los ciudadanos propietarios del recurso natural.

Los desembarques provenientes de la pesca artesanal no están obligados al pago de derechos de pesca. Casi la totalidad de desembarques para CHD provienen de la pesca artesanal. Si además el vendedor del producto pesquero es informal, o sea que no paga renta ni IGV (porque la venta de pescado fresco está exonerada), estamos ante una situación discriminatoria e injusta. 
La pesca industrial paga derechos de pesca diferenciados por especie y muy bajos, dentro del ordenamiento legal vigente.

Cuando se ve, desde esta perspectiva y bajo un enfoque de renta y del ciudadano, que todos los desembarques para consumo humano directo, o sea casi 13 millones de toneladas en los últimos 12 años, no han pagado derechos de pesca porque la norma así lo permite, surge  la necesidad de replantear el enfoque de la pesca desde una perspectiva ciudadana no pesquera. Porque el recurso natural no es propiedad de los pesqueros, sino de todos los peruanos.




El hecho es que un grupo de ciudadanos extrae nuestros peces del mar a precio muy barato y otro grupo lo hace gratis.

Existiendo un alto grado de probabilidad de que algunos recursos se reduzcan a límites que impidan su extracción en el futuro, debido a que se prioriza el componente político antes que el científico, la situación de la pesca en el Perú es difícil y requiere de una atención que hasta el momento los candidatos presidenciales no le están otorgando.

El estatus actual excluye a la mayor parte de ciudadanos del país del beneficio de la pesca, porque tampoco disponemos de pescado abundante y barato para nuestra alimentación. Temas que siguen fuera de la agenda de las ofertas electorales

Los invito a leer el suplemento de la Revista Pesca “LOS DERECHOS DE PESCA EN EL PERU”, en los siguientes links:




16 de noviembre de 2015

La confrontación en la pesquería del Perú

Durante mucho tiempo el país ha asistido como espectador a una confrontación de intereses en el sector pesquero. Por un lado la industria con todos sus operadores políticos en defensa de la continuidad del status que favorece sus intereses económicos.

Por el otro lado, una variedad de instituciones y organizaciones que defienden de manera desarticulada y a veces confusa, aspectos como la sostenibilidad de los recursos pesqueros. Probablemente también se encuentra oculta la defensa de algunos intereses económicos.  ¿Para qué y para quién se esgrime la defensa de la sostenibilidad?

Para cuidar la anchoveta, lo que significa que de una u otra forma el defendido final es la industria pesquera, no el ciudadano consumidor. Porque más anchoveta significa más harina, y también más alimento para otros peces; pero ¿a qué sector del mercado va dirigida esa mayor oferta de peces alimentados con anchoveta? Al sector que puede pagar precios como 70 soles por kilo de lenguado, o 9 soles por kilo de bonito, o 6 soles por una lata de atún. No va al sector popular, a la mayoría nacional que necesita mejor nutrición.

Ambos defensores de ideas e intereses, terminan apuntalando un mismo recurso: la anchoveta, que termina siendo exportada, bien sea como harina, conserva, anchoado o como fuera.

Nadie ha efectuado ni efectúa defensa alguna del ciudadano peruano común y corriente, del consumidor final, quien es realmente el objetivo final de la industria y de la pesca, o por lo menos debería serlo. Sea peruano o extranjero, es el objetivo final. Porque si no hubiese quien consuma, no existiría la industria. No importa si el consumo es a través de un cerdo alimentado en base a harina de pescado, una cápsula de omega 3 o una lata de conserva. Sin consumidor no hay negocio.

Pero ocurre que el ciudadano peruano es el legítimo propietario de los recursos pesqueros que los pescadores e industriales extraen y procesan pagando cifras inequitativas por ese derecho. Ocurre, en una inversión de valores y una distorsión de la realidad, que el ciudadano, pese a su derecho a la propiedad del recurso, es tratado como si no existiese en la cadena de valor o que su existencia misma fuese la menos importante. 

La industria, los operadores políticos y los demás actores de la confrontación pesquera, manipulan el escenario con total olvido del ciudadano como consumidor. Nadie argumenta la posición del ciudadano como víctima de los impactos ambientales que causa la actividad pesquera. Nadie defiende el derecho a que sea incluido en la participación, no solo de la renta, sino en la distribución de productos a precio accesible a todos los niveles de ingresos de la población.

Esto ocurre con la cómplice pasividad de un Estado presionado por el crecimiento del PBI. Mantener su crecimiento es la consigna a cualquier costo, por lo que puede apreciarse en cuanto a la participación de la pesca. La segunda temporada de la pesca de anchoveta del 2015 pareciera ser una tabla de salvación para la cifra que se ha estimado, al decir de varios analistas. Está claro entonces que resulta inútil la confrontación argumentando criterios de sostenibilidad, biológicos o sociales. Esos argumentos no tienen un peso específico capaz de imponerse contra el cumplimiento de la meta de crecimiento del PBI.

La atención siempre se focaliza en la industria y en aspectos macroeconómicos. No se centra en la población, a tal punto que no existen programas sociales en la pesquería peruana. No es que un programa social sea la solución a la necesidad de mayor proteína; pero el hecho es que no existen ni como paliativo temporal, así como tampoco existen incentivos para atender el mercado interno tal como sí existen para la exportación.

La ciudadanía, hoy pasiva, deberá reaccionar ante ese estatus injusto originado por una limitada visión pesquera que, en poco o nada ha tenido en cuenta el derecho de la gente a un pescado de precio accesible. Hemos llegado a un momento en el cual la mayor parte de la oferta de pescado en el mercado nacional solamente es accesible para una mínima fracción de la población debido a sus altos precios, poco volumen y limitadas redes de distribución a nivel del interior del país.

Es hora de que la ciudadanía peruana despierte y defienda sus derechos en la pesca reclamando contra un estatus injusto de contaminación, inequitativa participación en la renta pesquera, escasez de recursos para la alimentación nacional y precios fuera del alcance de las mayorías.

No hay organización visible que piense en el ciudadano y actúe en su favor. Las organizaciones que defienden a la anchoveta están condenadas al fracaso por cuanto sus argumentos jamás desplazarán a los que apuntan al crecimiento del PBI, con los cuales se identifica la industria.

Así que es inútil que pierdan el tiempo en una pelea que no van a ganar. Esta siempre ha sido una guerra asimétrica de baja intensidad con un claro ganador, la industria pesquera.

El reto para la ciudadanía peruana es organizarse para defender sus intereses, así como hay organizaciones que defienden los suyos. Nuevos argumentos y mayor cantidad de personas serán los elementos que pueden marcar la diferencia entre el estatus actual y un nuevo modelo de gestión.

El estatus actual es una pesquería convertida en un negocio rentable para muy pocos y alimento para una minoría que puede pagar por un pescado que cuesta más que el pollo. La pesquería actual no genera impactos positivos importantes en los consumidores de menores recursos económicos, o sea la mayoría del país. Estas mayorías necesitan, no solo programas sociales, sino un modelo de gestión nuevo que mejore la atención al mercado nacional, creando las condiciones adecuadas para mejorar la oferta de productos pesqueros.

Más allá de eso, la pesca es un tema de discusión atractivo y fascinante para muchos que la ven solo por televisión, o la leen en algunos diarios cuando eventualmente ocupa titulares. De vez en cuando, distrae la atención de una ciudadanía a la cual le importa poco lo que ocurra en la pesca. Sector del cual solo sabe que cada vez es más difícil comer pescado porque hay poco y además es caro. También sabe que somos los primeros productores y exportadores de harina de pescado en el mundo, así como el país que desembarca los volúmenes de pesca más grandes del planeta. Y eso nos hace sentirnos orgullosos, somos grandes, aunque cada vez comamos menos pescado porque hay poco en los mercados y bastante alejado de los bolsillos de las mayorías.

El Perú bien puede estar representado por un niño pobre, hambriento y famélico nadando en un mar de abundante proteína que fluye hacia los mercados internacionales. No hay una corriente importante de ese mar que fluya hacia el interior del país. Todo fluye hacia afuera mayormente. Porque finalmente ¿quién cree en los programas sociales y a quién le importan las necesidades de las mayorías nacionales? Las comunidades campesinas e indígenas y los centros poblados rurales están muy lejos, no se ven, no son ciudadanos. Lo que importa es exportar más para que el PBI siga creciendo. ¿En beneficio de quién? Eso es cosa que no se sabe. Solo puedo asegurar que muy pocos pueden comer pescados y mariscos.


Marcos Kisner Bueno

5 de noviembre de 2015

Controversia: a pescar un millón de toneladas

Pescadores estarán vigilantes. ¿Los intereses que mueve el sector pesquero podrían cambiar hasta las más pesimistas proyecciones técnicas en positivas lecturas?.

Esta es la pregunta que cae de madura ante el informe complementario del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) que ha servido de base para que el Ministerio de la Producción (Produce) autorice una segunda temporada de pesca de anchoveta, que provoca críticas, pero también defensas.

Esto no sería así sino fuera que la medida es emitida en una coyuntura de crisis del recurso, un fenómeno El Niño en modalidad extraordinaria (que perturba al recurso) y además que hace un mes el mismo Imarpe emitió un informe recomendando no pescar porque las condiciones de la anchoveta no lo permitían, pero solo a pedido de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) se realizó un nuevo estudio.

LA NORMA. El Produce publicó la resolución ministerial 369 ayer en el diario El Peruano, autorizando la segunda temporada de pesca de anchoveta. El inicio está programado para el 17 de noviembre y el límite máximo de captura está señalado en 1.11 millones de toneladas. El tiempo máximo de la pesca será hasta el 31 de enero.

LO IMPORTANTE. Más allá de toda la formalidad en estos casos, el Produce fundamenta su decisión sobre la base del Oficio N° DEC- 100-447-2015-PRODUCE/IMP del Imarpe en el que detalle su Informe complementario sobre la Situación del Stock Norte-Centro de la Anchoveta Peruana a noviembre del 2015.

“... (ii) el Crucero de Evaluación 1508-10 observó que para el mes de setiembre la biomasa del stock de anchoveta fue de 3,38 millones t.; (iii) la Exploración Acústica Conjunta 1510 observó que al 01 de noviembre la biomasa fue de 6,07 millones t.; (iv) la evolución del evento El Niño 2015 viene produciendo cambios en la distribución, biomasa y composición por tallas del stock; (v) la Exploración Acústica Conjunta se desarrolló en un escenario que permitió encontrar niveles de biomasa similares a los estimados por el Balance Poblacional, los que permitirían cierto nivel de explotación; (vi) todas las prospecciones realizadas confirman que el stock está conformado por 4 grupos de edad (0; 0,5; 1,0 y 1,5 años de edad), lo que corrobora que a pesar de las condiciones ambientales actuales, el stock no dejó de renovarse y que en este periodo se han presentado mejores condiciones ambientales...”, reza el referido oficio.

Los técnicos del Imarpe indican que el proceso de desove de la especie marina sucedió “tardíamente” en setiembre, alcanzando su máxima intensidad durante el mes de octubre y que se ha iniciado su “fase de declinación”.

HACE UN MES. En setiembre, el Imarpe realizó una pesca exploratoria a través de su crucero 1508-10, la que evidenció el impacto de los efectos del fenómeno El Niño. Reveló en su informe que había 3 millones 38 mil toneladas de biomasa de anchoveta en stock.

“Las diferentes variables oceanográficas frente a la costa norte - centro evidencian el impacto significativo de El Niño 2015, expresado en el repliegue de Aguas Costeras Frías (ACF) e incremento de aguas de mezcla por la presencia de las Aguas Subtropicales Superficiales (ASS); así como en la reducción de la fertilidad y de la productividad”, señala textualmente el contundente informe.

Además explicó que el 41% de los 3 millones 38 mil toneladas se encuentra en estado juvenil, mientras que hay 2 millones de toneladas del total del stock de anchoveta que está en desove. Ante todo ello, en su resumen ejecutivo se precisó: “... nivel insuficiente para la estimación de una cuota”. El informe recomienda intensificar el monitoreo a partir de nuevas observaciones en el mar.

¡ALERTA! Ya avizorando esta situación, el Sindicato de Pescadores de Chimbote junto a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) Pesquero emitió el 29 de octubre un comunicado de urgencia alertando de que en ese momento la pesca en esta situación atentaría el ciclo biológico de la anchoveta.

“Es sencillo esta vez vamos a pescar al recurso adulto y también al juvenil que hace un mes había en un 40%, entonces rompemos el ciclo porque ¿qué peces van a reproducirse?”, se preguntó el dirigente de la CUT Pesquera, Javier Castro Zavaleta.

Consideró que este permiso de la segunda temporada es “temerario”. “Nos ponemos en riesgo que podamos desaparecer la anchoveta”, apuntó.

De su lado, el secretario general del mencionado sindicato, Macedonio Vásquez Contreras, dijo que además que en la práctica el millón de toneladas autorizado por Produce se convertirá “por lo menos” en 2 millones, por el robo en las tolvas, cuando se desembarca la anchoveta.

“Debemos tener en cuenta también de todo el recurso muerto que se arroja al mar cuando se captura en talla mínima, solo una embarcación podría arrojar hasta 100 toneladas”, comentó.

LO ACEPTA. En entrevista telefónica, el secretario general del Sindicato de Pescadores José Olaya Balandra, Santiago Bocanegra Mejía, dijo que el informe de Imarpe “debe ser aceptado”. “No puede ser de otra manera porque es el único ente científico, además está demostrando que hay un stock de 6 millones de toneladas y que el recurso se ha reagrupado”, comentó. Dijo que ante el riesgo de la depredación, mañana tendrá una reunión con el director de Supervisión y Vigilancia de Produce, Jesús Barrientos.

Textos: Miguel Alcántara web@grupoepensa.pe |

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