El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
26 de agosto de 2016
Perú, el nuevo gobierno y la pesca
En
pesquería el discurso viene centrado, hasta ahora, en las zonas de pesca y en
dos decretos supremos promulgados por el gobierno anterior. En términos
generales se ha mencionado como metas ante el Congreso de la República, el uso
óptimo de los recursos pesqueros sin afectar al medio ambiente, acciones sobre
tecnología e infraestructura de desembarque artesanal, fortalecimiento del
control y el potenciamiento de la acuicultura y la pesca artesanal. Este
discurso debe formalizarse a través de planes y presupuestos. Mientras no sea
modificado, continúa vigente el Plan Estratégico Sectorial Multianual (PESEM)
formulado en diciembre de 2015 por la administración anterior.
Al
no existir objetivos de largo plazo que trasciendan un período de gobierno,
convertidos en Política de Estado, no hay garantía de continuidad de políticas.
En el país, cada cinco años las administraciones pueden ignorar los planes y
objetivos de sus antecesores y diseñar los propios para el periodo que dura su
mandato.
Si
el actual PESEM se mantuviese, sería porque la nueva administración no tiene
pensado formular uno nuevo.
También se puede no diseñar nada nuevo ni respetar
lo existente, sino seguir la inercia de la coyuntura política.
Sin embargo, lo
que el ciudadano espera al inicio de un gobierno, cuando no hay políticas de
Estado ni objetivos de largo plazo, (como es el caso de la pesca peruana), es
que se reformule el PESEM en función a nuevos objetivos estratégicos para el
quinquenio y que estén de acuerdo con la visión del plan del nuevo gobierno. El
problema es ¿Quién pone la agenda cuando no existen objetivos precisos
formulados en el Plan de Gobierno?
La
intención de hacer cosas durante una gestión, requiere del sustento técnico
legal que la soporte y permita elaborar los planes operativos y presupuestos
correspondientes, que conduzcan a productos identificables y medibles como
resultado de la gestión. El tema es que el ordenamiento legal en cuestión de
planeamiento, no parece ser muy respetado, o conocido.
En
la edición de septiembre de la Revista Pesca se analiza la problemática del diseño de planes en la Gestión
Pública.
La
importancia de la pesca en el Perú y la necesidad de que su administración
cuente con planes de largo plazo, manejados por funcionarios conocedores de la
problemática pesquera, no ha sido entendida, aceptada, o asumida por el
Ejecutivo desde hace varios años. La pesca no es un tema importante desde hace
un buen tiempo atrás. Existen opiniones,
sugerencias y recomendaciones técnicas procedentes de varias fuentes con
adecuada experiencia pesquera, que pareciera no son conocidas por quienes tiene
capacidad de decisión en el Gobierno.
La inexperiencia en temas pesqueros,
sobre todo de pesca artesanal, ha sido una debilidad de varias
administraciones.
El
desconocimiento del sector pesquero es compartido por la prensa y por la propia
sociedad. Por tanto ambos resultan indolentes al problema. Existe un vacío de
conocimiento que permite la manipulación de información. El ciudadano común
está expuesto a una u otra corriente de opinión sin mayor posibilidad de
argumentación. Lo único claro en el inconsciente colectivo, es que somos buenos
porque exportamos mucho pescado en forma de harina, conservas o congelado. Por
tanto, lo demás deviene en irrelevante. La problemática pesquera seguirá siendo
tema de pocos, ignorado por los más y en manos de la política de turno.
La
restitución del Ministerio de Pesquería, que es un consenso casi general dentro
del sector, no tendrá eco, al menos por
ahora.
La
pesquería no es exclusivamente un tema de macroeconomía, exportación, harina de
pescado, congelados y conservas. Pero eso requiere de funcionarios con
experiencia, conocimiento del tema e ideas al respecto.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto
exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos
marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria nacional;
y el cuidado del ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información amplia y
variada para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la
problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a SEPTIEMBRE 2016 y a compartirla dentro de sus círculos
y redes sociales.
9 de agosto de 2016
El Plan de Diversificación Productiva en el nuevo gobierno peruano
El tema es que el Plan Estratégico Sectorial Multianual (PESEM) vigente está alineado con el
Plan Nacional de Diversificación Productiva, tomó mucho tiempo armarlo y
articularlo y darle soporte técnico legal.
Cambiar o desarmar eso, amerita una
acción similar inversa con el consenso y participación de todos los elementos
técnicos, políticos y sectoriales que intervinieron en su formulación.
El ordenamiento legal en cuestiones de normatividad y
planes estratégicos, no parece ser muy respetado, o conocido. Se trata de
respetar la institucionalidad antes de implementar nuevas ideas y que respondan
a un plan estratégico consensuado.
¿Qué se hace cuando se asume la cartera y no
existen objetivos sectoriales que estén plasmados en el Plan de Gobierno? No se
debe cambiar cada cinco años los planes. Pero si hay que cambiarlos, porque es
potestad del gobierno, debe hacerse adecuadamente buscando que el cambio sea
una mejoría y pensando en la sostenibilidad del plan en el largo plazo.
Lo que se espera al inicio de un gobierno, ante la
ausencia de políticas y objetivos de largo plazo, es que se reformule el PESEM
en función a nuevos estratégicos diseñados para el quinquenio y que estén de
acuerdo con la visión del nuevo gobierno para el período, en la medida que la
tenga. El problema es cuando no la tiene y por tanto no se ha establecido
formal y técnicamente. La improvisación o el cambio por
el cambio no es la mejor receta.
Lo
que se evidencia es la debilidad del sistema y de la institucionalidad. Al no
existir objetivos de largo plazo que trasciendan un período de gobierno,
convertidos en Política de Estado, coherente con el Plan Bicentenario, no hay
garantía de que sean respetados por cada nuevo Gobierno.
Lea
el artículo que origina este comentario en el siguiente link:
26 de julio de 2016
¿Que peso tendrá la pesca en el nuevo gobierno peruano?
En
agosto, que empieza a operar el gobierno elegido este año, una ciudadanía
ilusionada espera cambios que mejoren las cosas en cada sector. En Pesca, el
tema resulta más expectante por cuanto el Plan de Gobierno no hace mención
expresa a la pesquería y el nuevo Titular del Pliego no tiene experiencia en el
sector. ¿Qué peso tendrá Industria y qué importancia se dará a la Pesca y
Acuicultura?
Se
debería empezar por evaluar el Plan Estratégico Sectorial Multianual que deja
el gobierno saliente y que constituyó un nuevo formato para alinearlo al Plan
Nacional de Diversificación Productiva. Lo negativamente novedoso de este
PESEM, es que relegó a la pesca y acuicultura a su simple mención y
participación como aportantes del PBI y diluyó el documento en un mar de
conceptos, fórmulas y análisis complicados y alejados del espíritu simple de
los anteriores planes. Para sus autores, la actividad pesquera y acuícola solo
es importante desde la perspectiva de su aporte al producto Bruto Interno.
En
esta edición se publica una nota detallada al respecto.
El
asunto no debe ser subjetivo ni analizado solamente en función a la experiencia
de las nuevas autoridades. El tema es técnico y merece ser técnicamente
evaluado porque el PESEM es, o debería ser, la brújula que marca el rumbo del
sector por cinco años. De allí deriva todo lo demás.
El
sector es tan complejo y necesitado de tantas reformas, que sería iluso pensar
que se podrá hacer grandes cosas o cambios. Bastaría que se den pequeños pasos
en beneficio de una mejor participación del país en los resultados de la
extracción de recursos pesqueros, en beneficio de hacer a la pesca más
inclusiva desde la perspectiva alimentaria, y en avanzar hacia pesquerías
sostenibles y libres de corrupción.
Difícil;
pero imposible si no se cuenta con Directores Generales y de Línea, jefes y
funcionarios de OPDs honestos, comprometidos con el sector y con experiencia y
conocimiento del mismo. Empezar a trabajar al mismo tiempo que se empieza a
aprender no es la mejor receta, sobre la cual los últimos años han dado el
mejor ejemplo.
Se
requiere de acciones concertadas, técnicas y socialmente inclusivas, dejando de
lado la confrontación y el enfrentamiento. La habilidad para mantener el sector
en equilibrio definirá el éxito de los nuevos integrantes del equipo de este
gobierno.
Es
hora de la alimentación nacional y de lo que la pesca peruana puede hacer por
sus poblaciones más vulnerables. Porque el Estado no puede olvidar su deber y
su obligación con las poblaciones más pobres del Perú. Tiene que dejar de
priorizar y debatir temas de una industria que ya está regulada, para
concentrarse en el objetivo final más importante de la pesca, que debe ser la
alimentación nacional. La desnutrición y la anemia infantil son realidades
sobre las cuales los productos pesqueros pueden significar un aporte
importante.
Las
ciudades principales y las poblaciones costeras de una u otra forma acceden al
pescado y satisfacen más que necesidad de proteína, requerimientos gourmets.
Por otro lado, aunque lejos del alcance de todos los bolsillos, eventualmente
aparecen recursos accesibles como el bonito, caballa y jurel que adquieren
pobladores costeros y de algunas principales ciudades del interior.
Pero
¿qué posibilidades tienen las poblaciones dispersas a más de 3,000 metros de
altura, que solo recordamos cuando la televisión las pone en pantalla en época
de friaje? El problema va más allá de programas sociales asistenciales que no
resuelven el problema de fondo. Hay que buscar soluciones sostenibles.
La
Revista Pesca expresa su saludo a las nuevas autoridades y su deseo porque la
nueva administración de pesquería tenga el mejor de los éxitos.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información, ideas y corrientes de
opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer
sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre
todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una
opinión propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a AGOSTO 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y
redes sociales.
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