El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.
Paul Greenberg
27 de octubre de 2016
La pesca, denuncias, información y conocimiento
Eventualmente se hacen públicas algunas denuncias o se
difunden noticias relacionadas con la pesca; pero en términos generales, una
vez pasado el impacto mediático, se olvida el asunto y no pasa nada que genere
un cambio. Este tipo de información coyuntural no surte efecto práctico y real
de cambio para mejorar las cosas, simplemente crea impactos temporales que son
rápidamente olvidados.
La ciudadanía peruana no pesquera, no tiene
posibilidad de incrementar su conocimiento e información sobre la pesquería, en
gran parte debido a la ausencia de información; pero también por desinterés ya
que no tiene motivación para preocuparse por el mar y la pesca.
Las autoridades políticas tampoco evidencian
conocimiento suficiente sobre esta materia como para asumir su administración
en forma eficaz. Por otro lado cambian demasiado frecuentemente y los planes de
trabajo duran poco, se descontinúan y/o se inventan nuevos sin respetar los
existentes.
El manejo político de la gestión pesquera es
sensacionalista y cortoplacista, busca figurar en la foto mientras dure el
mandato, el cual es generalmente más corto que el gobierno mismo. Basta con
echar una mirada a la cantidad de ministros y viceministros designados en los
últimos 10 años, para darse cuenta del daño que le hace al sector la excesiva
rotación de funcionarios. Porque cada cambio genera movimientos adicionales de
personal en la estructura. Entre 2006 y 2016 se ha tenido 11 Ministros de la
Producción y 9 viceministros de Pesquería (un promedio de uno por año).
El insuficiente conocimiento sectorial sumado a la
velocidad con que rotan, limita la capacidad de confección de planes de largo
plazo; pero además convierte al funcionario en fácil presa de lobistas y
operadores políticos que tienen agendas particulares, o de parte, orientadas a
satisfacer intereses de sus empleadores. A menor conocimiento e inexistencia de
políticas de largo plazo, mayor capacidad de influencia del lobista.
Lo que sabemos es que el aspecto más elogiado por la
prensa y alabado por los agentes económicos es la exportación. Nos han
inculcado la idea de que somos buenos porque exportamos y/o pretendemos
exportar mucho más. Si eso es lo mejor para el futuro alimentario del país, es
discutible. Si la participación del Estado en la renta generada por la pesca y
sus exportaciones es la justa, también es discutible.
Deberíamos tener presente que la Constitución
establece en su Artículo 66°, que los
recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la
Nación. El Estado es soberano en su
aprovechamiento. Por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y
de su otorgamiento a particulares. La
concesión otorga a su titular un derecho real, sujeto a dicha norma
legal.
Por tanto los pescadores artesanales, los empresarios
y los trabajadores de la industria no son los propietarios de los recursos
pesqueros, sino la Nación. Es obligación del Estado regular las condiciones de
las concesiones que otorga, priorizando el interés nacional y no los intereses
de parte. El bien común de las mayorías peruanas necesitadas de proteína que
puede provenir de la pesca, se antepone a las necesidades e intereses de los
administrados.
Aparentemente la inadecuada comprensión del mandato
constitucional ha generado la errónea percepción de que existen propietarios de
los recursos pesqueros, o que unos tienen más derechos que otros a su
explotación. La verdad es que no es así. El único propietario es la Nación, o
sea todos los ciudadanos peruanos. Nadie tiene más o menos derechos que otro.
Es el Estado quien establece las reglas para su manejo y debe hacerlo
ajustándose al mandato constitucional en la forma más eficiente y eficaz
posible.
Marcos Kisner Bueno
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones
que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción
de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad
alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.
Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista
Pesca correspondiente a NOVIEMBRE 2016 y a compartirla dentro de sus círculos y
redes sociales.
28 de septiembre de 2016
La pesca artesanal en la nueva gestión pesquera del Perù
El sector pesquero es más complicado y tenso en
relación a algunos otros sectores debido a que tiene gran número de
administrados, muchos intereses, y muchos temas por resolver o atender.
Uno de ellos es la pesca artesanal, cuya problemática
resulta compleja y agravada por la gran cantidad de organizaciones con las
cuales se debe dialogar para establecer consensos. En cambio con la pesquería
industrial hay solamente dos grandes gremios principales que representan a la
mayoría de los administrados.
Muchos intereses, mucho dinero en juego, muchas
organizaciones representativas y muchos administrados, todos ellos con
presencia más o menos activa en la defensa de sus intereses empresariales y
gremiales.
El producto final de todas las actividades pesqueras
es consumido, al final de la cadena, por el ciudadano. Pero ocurre que este no
tiene presencia ni participación en la administración del recurso pesquero,
mientras que todos aquellos que sí la tienen, usufructúan un recurso natural renovable
que no es de su propiedad, sino de toda la Nación y sobre el cual priorizan su
exportación. La injusta ironía es que esta no es una invitada al festín donde
se reparte lo que es suyo.
La falta de información adecuada y oportuna, así como
el desinterés del público en general, favorecen la marginación de la sociedad
en la toma de decisiones. Una de las consecuencias es la existencia, por
ejemplo, de un programa estéril como es “A comer pescado”, que se orienta a un
sector de la población que en términos reales no lo necesita. Otra es que se
permite que instituciones como lo fueron el Centro de Entrenamiento Pesquero de
Paita y el Instituto Tecnológico Pesquero, hayan sido inútilmente destruidos
por administraciones anteriores. El primero absurdamente fusionado con el
FONDEPES y el segundo reemplazado por un confuso cóctel de CITES ineficaces que
hasta ahora no llegan a estar a la altura de lo que fue el antiguo Instituto
Tecnológico Pesquero.
Gran parte del problema ha sido generado por la
entrega del manejo sectorial a personas sin las debidas cualidades, ni
preparación para manejar estos temas, sobre los cuales carecían de la adecuada
información, capacidad y experiencia. Serias denuncias efectuadas por
importantes investigaciones no han generado cambios en el sector. El
enfrentamiento de algunas administraciones con la industria siempre han dado a
la autoridad de turno como perdedora, evidenciando que la mejor opción para administrar
el sector es generar consensos y no enfrentamientos.
Sumado a las presiones de los gremios y a la ausencia
y desinterés de la Sociedad Civil y la ciudadanía, el resultado es la caótica
situación en la cual se encuentran los recursos pesqueros y que hoy resulta
difícil enfrentar, más aún ante la inexistencia de una agenda de largo plazo.
En este sentido las declaraciones y acciones
anunciadas del Ministro Giuffra, que se reproducen en esta edición, alientan la
esperanza de que se aborde debidamente la problemática de la pesca en esta
gestión.
La
revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y
de la pesquería.
Difunde
información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto
exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos
marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria
nacional; y el cuidado del ambiente. Pero sobre todo, contribuir con
información amplia y variada para que el lector empiece a formarse una opinión
propia sobre la problemática pesquera.
Los invito cordialmente a leer la edición de
la Revista Pesca correspondiente a OCTUBRE 2016 y a compartirla dentro de sus
círculos y redes sociales.
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