El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

13 de febrero de 2017

La necesidad de actualizar la institucionalidad pesquera del Perú

Desde el año 2001, en que se promulga el reglamento de la Ley General de Pesca, muchas cosas han ocurrido en materia de cambio climático, agotamiento de las especies y en el contexto general de la actividad extractiva y transformadora, no solamente en el Perú sino en el mundo.

El reglamento en mención ha sufrido tantas modificaciones, que hoy en día aún si se hiciese un compendio o actualización de todo ello, su interpretación seguiría siendo confusa.

Se han promulgado una serie de decretos complementarios y varios Reglamentos de Ordenamiento Pesquero que en conjunto hacen que la legislación actual sea difícil de interpretar. La profusión de normas dictadas desde el día que se reglamentó la ley es de tal magnitud que aún formulando un texto único ordenado de la normatividad pesquera seguiría siendo confuso y desordenada

Lo que se impone en consecuencia, como una primera medida para perfeccionar la institucionalidad pesquera peruana, es la formulación de una nueva Ley General de Pesca con su respectivo reglamento que, a través de una normativa moderna y sencilla incorpore todas las normas vigentes, reemplace lo que ya devino en obsoleto, e incorpore conceptos modernos de tal forma que pueda ordenarse debidamente el sector.

Tres conceptos fundamentales que debería contener la ley son:

·           Incorporar el criterio de que una nueva ley para la pesca en el Perú no puede tener un carácter estimulador de la actividad, sino más bien debe tener un enfoque precautorio, limitando el crecimiento de la extracción a fin de asegurar la sostenibilidad de las especies actualmente disponibles. La falta de información científica sobre el volumen y estado de las biomasas de las especies de consumo directo en el Perú impone adoptar un enfoque precautorio y no promotor, en tanto no se disponga de datos científicos que permitan definir cuotas o límites máximos de extracción. No se puede incentivar la extracción y el consumo sin saber qué especies pueden promoverse sin alterar el equilibrio del ecosistema.

·           Proteger el mercado nacional dándole las mismas condiciones de operación que las existentes  para el mercado externo a fin de garantizar la seguridad alimentaria nacional, en vista de que actualmente la exportación ofrece ventajas sobre la venta al mercado interno, al punto de que deviene en competencia desleal. Es difícil hacer que la venta de productos hidrobiológicos al mercado interno sea competitiva mientras existan incentivos solamente para la exportación y no para el mercado peruano. Lo que colateralmente dificulta la promoción del consumo de pescado, que además no debiera hacerse en la medida de lo expuesto en el párrafo anterior.

·           Asignar derechos de pesca justos y equitativos para la Nación. Los peces no pueden ser gratis, especialmente aquellos que se destinan al mercado externo y alimentan a otras poblaciones mientras gran parte de la población peruana padece de desnutrición y anemia. Mejores tasas de derechos de pesca permitirían financiar programas sociales para contribuir al mejoramiento de la alimentación de las poblaciones vulnerables, especialmente aquellas poblaciones dispersas por encima de los 3,000 metros de altura.


La siguiente medida es diseñar una Política de Estado para la pesquería peruana que esté alineada con una nueva ley general de pesca, que marque objetivos y metas claras y precisas para el corto, mediano y largo plazo, asegurando mecanismos que reduzcan los riesgos de que en cada nuevo gobierno se introduzcan cambios que alteren el espíritu de la ley y de la politica establecida, la cual debe tener un consenso no solo político sino de los administrados, industriales, artesanales y sociedad civil.

Marcos Kisner Bueno

31 de enero de 2017

Pesca, PBI, tributación y participación del país

La exportación de productos pesqueros, en el caso de la pota y otros, recibe un drawback, que viene a ser una especie de subsidio, cuyas cifras oficiales no se encuentran visibles en forma precisa. La extracción de pota, por efectuarse por la flota artesanal ya que no existe flota industrial actualmente que pueda extraerla, está exenta del pago de derechos de pesca. La comercialización de este recurso, por tratarse de un recurso pesquero en estado fresco, está exonerada del pago del IGV bien sea en el mercado nacional o cuando se vende a una planta procesadora.

La pesca artesanal no está obligada al pago de derechos de pesca. Pero si bien es cierto una parte de sus desembarques va a los mercados nacionales para consumo interno (lo cual puede ser un argumento para esta exoneración de pago fijada en la Ley General de Pesca), también es verdad que la mayor parte va a las plantas congeladoras y enlatadoras que exportan sus productos. En este caso, no hay justificación alguna para que la materia prima, procesada o no que se exporta, no pague un derecho por la extracción.

Por otro lado, las exportaciones en general, no pagan IGV por cuanto se les devuelve ese impuesto, así que no se puede considerar ese tributo como un aporte de la industria pesquera.

Por tanto, en términos de contribución monetaria al  país, el monto cobrado por el Estado por derechos de pesca a la actividad pesquera, no es el más conveniente a los intereses nacionales.

No es equitativo, desde el enfoque ciudadano, que se exporten productos sin pago de derechos de pesca. La venta para el consumo interno sí se puede justificar que sea exceptuada, porque la extracción de un recurso natural del cual los 30 millones de peruanos somos propietarios, si fuese gravada, sería trasladada al consumidor nacional lo que lo encarecería injustamente. Sin embargo, el recurso natural que se exporta para ser consumido por poblaciones de otros países, no debe ser gratis.

Que la pesca es relativamente importante en el crecimiento del PBI, no hay duda, pero ello no necesariamente implica o significa que el país está recibiendo una justa participación en el negocio, considerando que es el propietario de la materia prima.

Este es el tema de fondo que requiere de una reforma en el sistema. La atención no debe enfocarse exclusiva ni principalmente en la sostenibilidad de la anchoveta ni en la industria de harina de pescado, ni en la creación de conflictos. Es poco probable que la industria esté forzando al colapso de este u otro recurso y es aún menos probable que el IMARPE no sea responsable en sus recomendaciones. Insistir en una confrontación con la industria, en especial con la de harina de pescado, no es eficiente ni tendrá resultado positivo alguno. Genera un desgaste improductivo. Resulta insensato creer que alguien va a ganar una pelea contra la industria. La historia, los hechos y la práctica lo evidencian.

El enfoque debe centrarse en llegar a una equitativa contribución de toda la industria procesadora y extractiva de recursos hidrobiológicos con el Estado peruano y por consecuencia con el propietario del recurso pesquero: la Nación.

Tres puntos básicos alrededor de los cuales deben diseñarse nuevas políticas:
·       La extracción de recursos pesqueros que se destinan a la exportación, no puede ser gratis ni barata.
·       La atención de las necesidades de alimentación de la población peruana debe estar por encima de las conveniencias y beneficios de su exportación.
·       Los derechos de pesca y la participación de la Nación en el negocio pesquero deben ser más equitativos.


La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información obtenida de muchas fuentes, ideas y opiniones que tienen por objeto exponer: la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos; la urgencia de actuar en beneficio de la seguridad alimentaria nacional; y el cuidado del ambiente.

Los invito cordialmente a leer la edición de la Revista Pesca correspondiente a FEBRERO 2017 y a compartirla dentro de sus círculos y redes sociales.

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