El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

29 de octubre de 2011

LA CONVIVENCIA CORRUPTA Y SU REACCIÓN

DIREPRO ANCASH Y ARMADORES “ARTESANALES”

LA CONVIVENCIA CORRUPTA Y SU REACCIÓN ANTE EL ORDEN Y LA FISCALIZACIÓN

POR: CÉSAR CÓRDOVA PONCE

Por años hemos sido testigos de los golpes que entre ellos mismos se propinan los dirigentes de las diferentes agrupaciones que representan a los armadores y pescadores del sector artesanal. Hemos observados también absortos, cómo después de denunciar las irregularidades permitidas por la Dirección Regional de la Producción de Ancash (DIREPRO-ANCASH) con videos y fotos incluidos, ante una disposición nacional orientada a poner orden en el sector las partes en conflicto se unen y salen a protestar contra el supuesto abuso y atentado contra la autonomía regional.

La razón es simple: Funcionarios corruptos de la DIREPRO- ANCASH y un sector irregular y hasta podríamos asegurar ilegal de la flota artesanal, conviven felices en el sub mundo del desorden y del “arreglo”.

No se puede entender por ejemplo, la conducta irresponsable de la autoridad regional al permitir en pocos años el exagerado incremento de las embarcaciones artesanales con permiso para pescar anchoveta destinada al consumo humano directo y especialmente al sector conservero. No se puede admitir que de 95 pasen a 235 las naves con permiso para desarrollar esa labor extractiva. Ante este desatino regional, tuvo que intervenir PRODUCE desde Lima para detener este “negociado” que se estima en más de 2 millones de dólares en un escandaloso caso que fue denunciado en su momento y que lamentablemente, como ya se está siendo costumbre en nuestra región, no mereció mayor reacción ni del Ministerio Público ni de la Capitanía de Puerto.

En acusaciones mutuas, agrupaciones en conflicto denunciaban los pagos indebidos de 10 mil y hasta de 15 mil dólares que se hacían a la DIREPRO-ANCASH para que sus embarcaciones sean  consideradas en esta relación privilegiada, entendiendo que el círculo corrupto se cerraba con las fábricas “escogidas” para recibir ilegalmente la anchoveta en una danza mafiosa de miles de dólares que tendría como “cerebro” a un Ing. funcionario de carrera a quien muchos señalan como el “negociador” y el encargado de realizar estas sucias acciones coludido con los últimos directores que han pasado por esa entidad pública del sector.

Hoy, estos mismos elementos de la convivencia corrupta, vuelven a juntarse ante los embates de fiscalización que ha emprendido la gestión de Ollanta Humala y han salido de la mano a denunciar al gobierno central por no respetar su autonomía regional.

Han salido a exponer ridículos argumentos aprovechándose de la desinformación de la opinión pública y la medrosa actuación de las autoridades competentes.

Pero muchos no olvidamos aun el circo armado que fue la reinspección de las 150 embarcaciones pesqueras artesanales registradas en la jurisdicción de la DIREPRO-ANCASH. En esa ocasión, a pesar de haberse conformado esta Comisión con personas en evidente conflicto de intereses, se detectaron naves con una serie de irregularidades e incluso en evidente delito, tal y como la misma DIREPRO-ANCASH advierte al determinar la suspensión de las actividades de estas naves observadas mediante las resoluciones directorales 241, 244 y 245, señalando inclusive que tal decisión se toma tras haberse detectado que los números de serie de motores, medidas de esloras, etc. inspeccionados por tal comisión, difieren de los que se consignan en sus certificados de matrícula, pero… aunque cuesta creerlo, les otorga un plazo para “regularizar” su situación.

Otra situación anómala es la presencia de las naves llamadas “vikingo” que depredan el mar y que también mantienen esa alianza corrupta con la DIREPRO-ANCASH, amparados por el descontrol en la recepción de la anchoveta que debería destinarse al sector conservero, pero acaba convertida en la “harina negra” que no aparece en los datos oficiales de PRODUCE.

En este punto, cabe señalar que el volumen de anchoveta que la flota autorizada extrae de nuestro mar, supera exageradamente la capacidad de producción de las fábricas conserveras y no hay un control ni en el destino real de la anchoveta capturada ni en las condiciones en las que es tratado este recurso para conservar el grado de frescura que se requiere y por el contrario la manera en la que se manipula y transporta, evidencia de que hay un “arreglo” para que las autoridades del sector se pongan una venda en los ojos y permitan este inescrupuloso negocio de destinar este recurso a la “harina negra” de pescado.

Todo esto se puede acabar con el sinceramiento de la verdadera flota artesanal y un censo de los reales pescadores artesanales, la fiscalización en su extracción con la talla y su manipulación adecuada, el volumen real que el sector conservero requiera con el respectivo cruce de información para garantizar que efectivamente se destine a ese fin y que se plasme en el reporte de recepción y producción respectivo, y otros ajustes que para satisfacción de muchos el gobierno por fin está empeñado en realizarlos.

Claro está, dentro de la nueva política pesquera que ha anunciado y que necesita de un real diagnóstico de este sector que ha priorizado, entendiendo que en base a ello determinará la modernización de su infraestructura y de mecanismos que garanticen un adecuado manipuleo de la especie, para que pueda llegar en óptimo estado de higiene y frescura a los diferentes mercados para su consumo directo.

Hace pocos días hemos visto en apuros a cerca de 25 cámaras frigoríficas transportando anchoveta y de un lado a otro buscando descargarla con remate incluido, pero algo no les permitía hacerlo. ¡La presencia de inspectores de PRODUCE enviados desde Lima que estaban monitoreando el destino de este recurso!

Cabe señalar que esta situación se daba con 90 lanchas artesanales en faena, que generaron el caos porque con este volumen de pesca se atiborró  de anchoveta la capacidad de recepción de las fábricas conserveras instaladas en nuestro puerto. ¡Imagínense con qué criterio la DIREPRO-ANCASH ha dispuesto dar el permiso a 150 embarcaciones!

Por eso, no llamó la atención que un sector interesado salga en conferencia de prensa  y por los medios de comunicación locales, denunciando y tratando de desprestigiar el llamado al orden que se ha impuesto la gestión de Kurt Burneo y que incomoda a este sector informal y corrupto.

Por último, apoyamos esta tarea de fiscalización y reordenamiento del sector artesanal, que con la política anunciada por el titular del Ministerio de la Producción, garantizará que el verdadero pescador artesanal tenga mejor trato y mayores beneficios, con programas que dosifiquen su esfuerzo actual y le permitan acceder a una jubilación decorosa, al mismo tiempo que controla la depredación de las especies dentro de las 5 millas y asegura un producto de calidad en las mesas populares para combatir la desnutrición y elevar el consumo per cápita de pescado.

El reino de la “pesca negra” beneficia a unos pocos sinvergüenzas e instala la corrupción, afecta la biomasa y al ecosistema, al margen que perjudica al  mismo Estado en su recaudación tributaria. La población ya está advertida.
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