El mayor fallo de la gestión es que ni los pescadores ni los gestores poseen los conocimientos necesarios para dirigir algo tan complejo como un ecosistema marino costero. El derecho a pescar no se debería basar en si uno dispone del dinero suficiente para comprarse un barco, sino en los conocimientos y la voluntad de trabajar en colaboración con los gestores y los científicos para hacer que la pesca sea sostenible. El derecho a pescar se debería ganar o perder según la voluntad de aceptar unos límites razonables a las capturas.

Paul Greenberg

6 de marzo de 2013

Mitos y verdades de los peces de las profundidades


Los habitantes de las profundidades de los océanos han dado pie para todo tipo de leyendas..
En la actualidad se conocen alrededor de dos millones de especies vivas en el planeta, y es previsible que, en el futuro, el hombre pueda llegar a reconocer hasta diez millones de especies distintas en tierra y mar.
El pasado 7 de enero del 2013 la cadena japonesa ‘NHK’ y la estadounidense ‘Discovery Channel’ dieron un paso adelante al grabar, por primera vez en las profundidades marinas, al calamar gigante, uno de los animales más misteriosos del mundo.
Este acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en pie a la comunidad científica, para la cual esta filmación supuso un avance en el conocimiento sobre este misterioso animal.
Grabar a un ejemplar de calamar gigante (Architeuthis) ha sido un "gran evento" pero aún queda mucho por hacer y así lo cuenta el presidente del Cepesma (Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas), Luis Laria, para quien aún se desconocen datos importantes sobre el comportamiento de este animal: su forma de copular, su reproducción o su relación con otros de su misma especie...

Lea la nota completa en la revista Pesca de marzo en el siguiente link:



1 de marzo de 2013

Reflexiones en la coyuntura


En algún momento la Sociedad Civil deberá evaluar la realidad de la industria pesquera en relación con el impacto que causa al medio ambiente y al ecosistema, y su real contribución con el país, el empleo y la calidad del empleo que ofrece.

El reconocimiento de la realidad deberá indicarle un rumbo de acciones a seguir para exigir una reforma sustancial en la pesquería del Perú que induzca al gobierno de turno a prestar la atención debida al sector.

El problema no es nuevo de ninguna manera, lo que pasa es que hoy cambió de escala. Es así que las ganancias de la industria han crecido y crecido en medio de una sociedad pesquera de doble moral revestida de un enchape de valores éticos y morales, plenos de pesca responsable,  convencidos de que la transgresión a la ley no es aquella que, por ejemplo, se comete cuando se acepta pescar ejemplares por debajo de las tallas reglamentarias, inventando sofismas conceptuales para engañarse a si mismos.

El día que tengamos claro que sólo las instituciones gremiales legítimamente representativas con un sólido código ético y de principios que expulsen y discriminen a los malos elementos, es la única manera de poner las cosas en su sitio; y que solo por la puerta del respeto a los principios ingresaremos a la senda del desarrollo, seremos una pesquería moralmente aceptable. Mientras tanto, viviremos en una sociedad pesquera relajada en la que ser un funcionario, o un industrial de principios es, casi, estar condenado a ser una especie en extinción, mientras que sacar ventaja y sacavueltear a la ley y a los demás es el paradigma del hombre que va para adelante y que de alguna forma la sociedad civil consiente y auspicia con su silencio cómplice.

El problema pesquero es complejo, pero más que de leyes y de marco normativo, es de  personas, es de principios, es de impunidad, es de promiscuidad, es de políticos irresponsables y/o con iniciativas aisladas porque desconocen la integralidad de los temas sobre los que hablan, es de irrespeto por los derechos ajenos. Por eso  ante acciones que vienen rompiendo esquemas,  se espera con ansias el relevo de la actual administración. ¿Cederá Palacio ante presiones, críticas y el lobby pesquero?

El gobierno, impulsado por la Sociedad Civil, por el estado de salud del ecosistema, o por decisión propia, deberá definir una política de Estado desde Palacio de Gobierno y designar autoridades, a quienes deberá otorgar todo el apoyo del poder constitucional,  para aplicar y actuar sobre el fondo de  una situación de facto que, por donde se le mire, es solamente favorable al empresariado pesquero mas no así para la Nación ni para los trabajadores de la industria.

Más allá de los argumentos técnicos, legales, económicos o sociales que la industria o el Estado puedan esgrimir para justificar las cifras actuales y el estatus vigente, lo cierto es que en el futuro la Nación juzgará y reclamará a las generaciones de hoy la ausencia de ética, moralidad y justicia distributiva en el manejo de recursos naturales que no son propiedad de unos cuantos, sino patrimonio de toda una colectividad nacional. Es posible que el mañana nos brinde un Gobierno que imponga y establezca la  moralidad en la pesquería por encima de las cifras y los argumentos técnico legales, haciendo lo que es impostergable hacer, entre otras cosas, la aplicación de regalías a la extracción de recursos pesqueros, tal como se aplica a la minería.

Las cifras admiten solamente variables numéricas. No incorporan argumentos éticos. Estos provienen de gobiernos fuertes que se sustentan no solo en la voluntad popular, sino también en la moralidad, la ética y la justicia.

Lea la nota completa en la edición de marzo de la Revista Pesca en el siguiente link:



23 de febrero de 2013

La supervisión y fiscalización de la pesca


La incipiente implementación de las Resoluciones Ministeriales Nº 498 y 499, que facultan a la Dirección General de Supervisión y Fiscalización de PRODUCE, a una directa y más trasparente labor de vigilancia y control de las pescas y desembarques, que vienen comprobando ya, las denuncias sobre infracciones, que las grandes industrias harineras han venido cometiendo desde hace años. TASA, Pesquera Diamante, SFG Investment, Copeinca, Austral Group, EXALMAR y HAYDUK, están siendo sancionadas por la captura de especies juveniles en grandes proporciones, no permitiendo su natural reproducción y crecimiento. Estos primeros resultados, han ocasionado reacciones, no solo de los actores directos como la Sociedad Nacional de Pesquería, quien en comunicado público asegura no poder prever la longitud de la anchoveta pescada, culpando a IMARPE, a la cual jamás sugirieron recortes de cuotas o vedas necesarias. Mientras, el despistado Presidente de la Comisión de Producción, Congresista Freddy Sarmiento, planteaba crear una Superintendencia Nacional de Fiscalización Pesquera, cuando ya existe una dirección especializada en PRODUCE, algunas lamentables autoridades regionales,  ensayan procedimientos extraños para discrepar,  con el reordenamiento y honorabilidad que deben primar en la pesquería nacional.

En Piura, la DIREPRO, pretende monopolizar el control de la pesca, entorpeciendo la labor de PRODUCE en forma sospechosa, pues en Paita por ejemplo, la “pesca negra” y excesos de embarcaciones y plantas residuales, lindan con el delito, sin ningún intento de imponer la ponderación; mientras en Sechura cuestionados empresarios, detentan la propiedad de más de 70 embarcaciones de menor escala, utilizando testaferros. Y en Moquegua, mientras la Directora de la DIREPRO, participa en marchas callejeras en apoyo a los harineros sin ruborizarse, su Presidente Regional, confiesa haber tenido discusiones con la Ministra Gladys Triveño, y conversaciones con el primer Ministro y el propio Presidente de la República, sin resultados, frente a su propuesta de permitirse la pesca industrial al interior de las primeras 5 millas en la zona de Ilo, demostrando su incapacidad en el tema pesquero. Además, siendo una región con grandes recursos económicos, resulta inaudito no se haya provisto a sus 3 provincias, de cámaras de refrigeración, para aprovechar la abundancia de recursos pesqueros, y afrontar el hambre y desnutrición de sus pobladores en las alturas. Recordemos que las grandes empresas harineras, no facturan ni aportan impuestos en los puertos donde activan, evitando una mejor fiscalización, mientras que las naves de menor escala, no pagan impuesto alguno;  consideraciones que pareciera no incomodar a las autoridades regionales.

Otras conocidas irregularidades, como la pesca ilegal, la manipulación de las balanzas, los excesos de bodegas, etc., empiezan a demostrarse, al igual que innumerables embarcaciones de menor escala sin licencias, que pescan con inauditas medidas cautelares. Pero mientras la ciudadanía, y gran parte de la prensa empiezan a comprender los excesos en la pesquería nacional, se va evidenciando la incomodidad de elementos que aprovechando el desorden del sector, han venido obteniendo sendos dividendos de oscuros trámites.

Por: Juan Rebaza Carpio